Querido Diario:
Al llegar a Hilltop, el doctor detuvo la pequeña hemorragia que había comenzado. Aprovechó para quitar los restos de la bala en mi intestino y dejarme libre de cuerpos extraños. Me ordenó descansar dos semanas para que los puntos cicatrizaran correctamente y evitar futuros sangrados.
Con respecto a Maggie, dijo que el bebé estaba bien y que ambos debían que reposar. El feto había sufrido un tipo de estrés y por eso Maggie sangró, pero no hubo nada grave. De todas formas, ella y Glenn decidieron quedarse en Hilltop mientras el bebé nacía; me pareció lo mejor porque a la hora de cualquier emergencia, tenían al doctor justo en la esquina.
Por otro lado, Ashley y James fueron sepultados en Hilltop. Decidí que fuese allí porque no estaba lista para ver su tumba cada que paseaba por Alexandria.
Sin embargo, las cosas estaban feas. Rick estaba traumado, perturbado, fuera de sí. Parecía que había perdido el control y que sólo quería obedecer a Negan. Sabía que todo era consecuencia de lo que había pasado, pero rogaba que Rick reaccionara. Si nuestro líder se convertía en el perito faldero de Negan, íbamos a perderlo todo.
Todo lo que teníamos era gracias a nuestro esfuerzo y trabajo en equipo, ninguna persona, en especial Negan, iba a quitárnoslo así por así. No lo podía permitir. Ellos nos superaban en número y en armas, pero yo me iba a encargar de conseguir el doble de gente y de armamento. Sabía que mi grupo estaba devastado y que Rick no estaba al 100% conmigo, pero iba a tratar en lo posible de vencer a Negan y a su ejército.
La guerra había llegado y esto era solo el comienzo.