SIE-D

By LiliaSolisRamirez

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Síndrome de Estocolmo... Trastorno psicológico temporal que aparece en la persona que ha sido secuestrada y... More

SIE-D
Síndrome de Estocolmo
Cómo empezó
Condicionamiento-resignación
Acercamiento emocional-conexión emotiva
Contacto emotivo profundo
REAFIRMACIÓN EMOCIONAL - REFORZAMIENTOS POSITIVOS ESTABLECIDOS
FINALIZACIÓN DEL TRATAMIENTO: SASUKE ESTÁ CURADO

VÍNCULO FÍSICO - EL AFECTO SE DESARROLLA EN EL OBJETO CONTRARIO: EL CUERPO.

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By LiliaSolisRamirez



-Aun había lluvia, todo el día, él regresó de trabajar, se duchó y ambos nos quedamos viendo la televisión el resto de la tarde. No comimos algo en especial, sacamos casi todo lo de la alacena... -explica abochornado, siendo humano por primera vez. –Me gusta la mantequilla de maní... -reúne valor con su madre. –con papas fritas.

-¿Qué? –su madre imagina el sabor.

-Ya sé, es raro... es su culpa, me las dio a probar. –no se ríe de sí mismo por mera dignidad, come otra galleta. –Hablamos de muchas cosas, incluso de lo que haríamos después... me dijo que ya estaba listo para irme.

-¿Te estaba preparando para ser esto que eres ahora?

-Me quitó cadenas poniéndome una.

::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::...

-Podrías fingir que me encontraste en la calle y asustado me trajiste hasta aquí.

-No, Sasuke, yo me encargo.

-¡¿Tu quieres ir a prisión?! –le avienta un bombón pero Naruto, ágil, le sorprende atrapándolo con la boca y engulléndolo. –Presumido.

-Inténtalo. –tomó otro bombón y lo lanzó hacia arriba una vez, atrapándolo de nuevo. -¿Listo?

-No lo haré.

-Ahí te va.

-No lo haré. –se niega de nuevo pero Naruto ya lo despegó de su mano, alarmado, se inclina hacia atrás y abre la boca. El esponjoso bombón rosado cae... en su ojo. -¡Estúpido! –lo escucha reír divertida por la escenita que le dio. –Ya, basta. –detesta ser su circo, le lanza una galleta y el muy maldito la atrapa con los dientes y la engulle para masticarla. –Puto.

-Tu...

-¡Quisieras! –se da cuenta pero finge no hacerlo, que Naruto hace rato que lo tiene más cerca, con sus piernas estiradas a cada lado de su cuerpo. No se explica de otra manera que la misma confianza que han creado ellos, la razón de caber perfectamente en un modesto sofá repleto de comida chatarra y sobras de comidas anteriores.

Mientras Naruto limpia los restos de una lata con duraznos en almíbar, Sasuke ve sus piernas estiradas apresándolo disimuladamente. Conoce de muchas fuentes el instinto con el que los hombres cortejan, él mismo se ha visto envuelto en algunas cuando la atracción que tenía por Naruto era apenas visible para su cerebro.

Ahora ve como el cuerpo de Naruto se acerca, muestra con poses casuales su fuerza y el contacto visual ataca. Y está funcionando.

Solo que ahora, Sasuke se deja atacar. Hay algo diferente, hay algo que lo hizo ceder, quizá fueron los besos o el hecho de que dentro de esa casa, Sasuke ya no debía cumplir expectativas de nadie. Por eso estaba libre de ver esas piernas trabajadas y subir un poco más, lamentándose y agradeciendo a la vez que la cobija estuviera bien posicionada en su cintura y pelvis para no mostrar ni siquiera por sobre la ropa, la figura delineada de esa zona que tantos arrebatos le traerían al moreno.

-Ya deja de verme... -se queja el rubio con la boca llena. -¿Quieres?

-Sí. –contesta perdido en el azul contrario, Naruto entiende.

-... Me... -contiene la risa. –Me refería a... las galletas...

-Ah... -empuja una de las piernas y se sienta mejor en el sofá. –No, estoy lleno.

-¿Sabes? Ahora que vayas a ser chef, espero que lo primero que aprendas a cocinar sea ramen... porque amo el ramen y no te la voy a dejar tan fácil, dattebayo.

-¿Quién te dijo que...?

-¡¿Otro mes con cadena?!

-¿... voy a cocinar ramen? –acomoda la frase para evitar más castigo, no es que no esté agradecido solo que se siente temeroso de que al terminar esto, las cosas regresen a la normalidad, Sasuke vuelva a ser gris, su vida gris, sus sueños grises, sus relaciones grises... Naruto lo coloreó y ahora no quiere irse.

-Debes hacerlo, dattebayo. ¡¿Qué chef de fama mundial no hace ramen?! –al parecer también está lleno, dejó caer la bolsa con galletas, solo quedan cuatro. Se recuesta y sus piernas se deslizan un poco más, una queda sobre las piernas de Sasuke. -¡Auch! –da un saltito cuando siente el pellizco en su pierna, lleva unas bermudas de algodón que se enroscó un tanto mostrando buena parte de su pierna. -¡¿Quieres pelea o qué?! –lo empuja con su pie.

-¡Oye! –lo pellizca de nuevo, el rubio se incorpora un poco y lo atrapa con sus manos, le pellizca el hombro.

-¡Hey! ¡Tramposo! –no puede moverse, lo tiene apresado con su cuerpo ahora, siente el pellizco en su mejilla y luego un beso. –No hay tregua, igual me dolió. –evita sus ojos colocándole una mano en el rostro.

-Bien...-se aleja un poco para hablar bien. -¿Qué quieres? Lo que sea... -le sonríe con los dientes deslumbrantes que tenía.

Y esta clase de cosas, bueno, todo en realidad, sucede cuando dejas de pensarlo, cuando no dices "va a salir mal, mejor no". Esta clase de cosas suceden cuando simplemente sueltas lo que tienes atrapado en tu garganta o pecho. Y Sasuke aprendió a hacerlo porque el riesgo no era tanto como el hecho de que los días estaban contados ya.

-A ti.

-Me tienes a mí. –le contesta sin pensarlo. –Te dije que te amo ¿no?

-Creo que también lo hago yo. –finge seriedad porque el miedo no le permite pensar qué más decir, está aturdido buscando la manera de controlar esto pero Naruto no se lo permite.

-Sí, no hay duda. –acerca su rostro al contrario, romántico. –Te amas tanto, culero, que pareces enfermo mental. –la bofetada suena tan fuerte que Sasuke piensa que quizá se pasó con la fuerza. –Me dolió.

-A mi también. –se queja, no le duele la mano, le duele la broma.

-Bueno... eso lo puedo solucionar si tú solucionas lo mío.

-Ya, ya. –con el rostro enrojecido pasa su mano por la mejilla herida mientras finge estar molesto por la caricia dada. –Listo, llorón.

-No me refería a eso... -le divierte tanto que a Sasuke le da esa sensación de estar pasando de largo algo... y lo afronta cuando Naruto le mira de esa manera, le da un escalofrío en su espalda cuando el rubio se frota contra él y besa su mentón. -¿Listo?

:::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::...

-Ay, Dios mío, no cuentes, no más... -se da aire con la mano, su rostro de porcelana está sonrosado solo un poco, parece que todo lo que sufre un ser humano ella lo sufre con un toque de belleza. Sasuke se alegra con saber que hasta ahí iría el relato, no sabía cómo se pondría si continuaba. –Ya, ya me calmé. –Mikoto respira mientras se pone de pie y va a una mesita esquinera donde tiene una botella de cristal soplado llena de licor, se sirve una copita diminuta y le da el trago.

-¿Madre?

-Ten, bebe una.

-¿Ah?

-Ya tienes dieciocho, ya estás en edad. –se la acerca y Sasuke la recibe por inercia pero recuerda esas veces en que se escapaba de casa para beber en los bares de la ciudad. –Vas a sentir un sabor desagradable, un rasponcito en la garganta y posiblemente... -deja de hablar cuando Sasuke se empina el líquido y lo traga sin quejarse. -¡Sasuke Uchiha! –después de todo era su madre y lo entendió en seguida. -¡¿Cómo te atreves?!

-Tenía... curiosidad...

-¡¿Curiosidad?!

-Acéptenlo, no eran padres que permitieran... acercarse a preguntar... -es un canalla, lo sabe pero no quiere ser regañado ahora. La ve sentarse con un sentimiento de culpa y tristeza.

-... Bueno, continúa.

-¡¿Qué?!

-Ya lo soy, ya soy la clase de madre a la que puedes contarle esto.

-¡¿Cómo voy a contarte eso?!

-No te preocupes, hijo, a mi me dirás solo lo básico y los lectores de esta historia si podrán disfrutar el paquete completo. Es la magia de los fanfics.

-¿De qué hablas?

-Estamos en un fanfic ¿recuerdas?

-No sé de qué hablas pero algo extraño me obliga a continuar. –se talla la frente, estresado. –Bien...

-¿Sentiste su "cosita"?

-¡Mamá!

::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::

El sonrojo apareció instantáneamente mientras sentía la caricia en su cintura y parte baja, no es que estuvieran tan avivados todavía pero el simple hecho de pensar en lo que significaba la caricia provocaba un remolino de sensaciones internas en ambos. Sasuke solo asintió con la cabeza mientras lo veía sonrojado a Naruto también.

Es agradable pensar que son pareja.

Se puso de pie y le dio la mano para guiarlo hasta la habitación, con calma, sin prisa alguna por sentir lo que sentirían porque esta vez solo era otra forma de decirse lo que ya se habían dicho. Y Sasuke sabe que Naruto no dejó desapercibida su declaración anterior, lo sabe porque por vez primera sonríe de esa forma y le mira con ansias y gratitud. Ambos sienten calma mientras los escalones se van acabando y el rosado en su rostro va consumiendo otros colores.

Cierran la puerta como un acto romántico de amantes, porque siempre es más divertido pensar que deben encerrarse, que nadie más se debe aparecer, es un simbolismo de su unión emocional. La que ama Naruto.

No tienen zapatos pero se quitan los calcetines y Naruto le quita la cadena, tirándola con gusto, ambos saben que ya no la usará después de esto. Se sientan y Naruto se siente obligado a comenzar porque después de todo es el único que tiene experiencia, por eso le parece sumamente bochornoso pensar que está nervioso, asustado y temeroso de actuar mal con Sasuke... con el carácter que se carga, una mala caricia y queda castrado.

El moreno siente sus manos acunar su rostro y se recarga en las piernas contrarias para pegar su rostro al del otro, se besan. Naruto disfruta y le enseña que los besos son palabras que no existen pero que se necesitan, Sasuke entiende lo que dice en ellos y le contesta. Abren la boca, se pegan de nuevo, se saborean y resuena en la habitación que va tomando calor por los dos.

Es una escena increíble, las manos de Sasuke acarician las piernas gruesas del otro, su cuello es delineado por los dedos tibios del rubio. Quiere estar cerca y él le deja, aprovecha para subirse un poco más y le abraza como jamás se atrevió antes, pegándose un poco más, su rodilla le acaricia y siente la caricia contraria. Se siente estúpido al aferrarse así porque se ha delatado y ahora el otro sabe que está nervioso.

Quizá era necesario para que el rubio bajara al fin sus manos y le sostuviera de la cintura, aferrándolo y pegándolo a su cuerpo, inclinándose hacia adelante, llevándoselo consigo, debajo de él. Ambos caen al colchón y la boca desciende por su mejilla, la lame y baja al mentón, al cuello y besa por sobre la playera holgada. Sasuke lo empuja y asiente aunque el rubio no reciba mensaje. Se quita él mismo la camisa y espera a que el rubio lo imite, por vez primera, la desnudez les ocasiona algo electrificante.

Naruto se emociona al sentir piel contra piel y engreído le toma ambos antebrazos y los levanta hasta su cabeza, lo tiene aferrado pegado al colchón y besa esa piel de las manos, acaricia sus costados y saborea con plenitud de quien esperaba esto, la piel tersa del pecho y estómago contrario.

Las sensaciones que provoca en Sasuke son indiscutibles, está feliz de saber de sentirlo con él, se siente bien, se siente libre aun. Se muerde los labios cuando la boca contraria da pequeños besitos en línea desde su pecho hasta su ombligo, sabe que aunque se detenga, no será por mucho y ese pantalón terminará en el suelo como las playeras. Extiende sus manos, estira lo más que puede sus dedos para tratar de acariciar toda la espalda contraria, la siente fuerte y está seguro dentro de ese cuerpo, ahí nada lo toca, solo Naruto.

Baja sus manos y puede delinear la columna vertebral mientras el rubio le hace levantar su cadera al besar cerca de su oreja derecha, ambos chocan sus pelvis y buscan hacerlo constantemente. Otro beso en la boca lo hace cambiar de posiciones, lo sabe, Sasuke sabe que Naruto se pierde en los besos con lengua y está usándolo, aprende rápido después de todo.

Ahora está sobre él y planea aprovechar antes de que cambien de nuevo. Sus manos repasan el pecho y abdomen de piel acanelada, le gusta el contraste con su color, le gusta ver sus manos sobre ese cuerpo. Presiona un poco en su pecho, aceptando muy dentro de sí que efectivamente le gustan los hombres, no quiere sentir un par de pechos hinchados y redondos, le gusta esos, le gusta porque son de Naruto.

El rubio le obliga a bajar el rostro y le besa, la saliva los envuelve y tienen que limpiarse pero ninguno usa las manos, solo frotan su rostro con el contrario, humedeciéndose mutuamente. Las manos perla bajan hasta el ombligo y se enganchan en el resorte de las bermudas, parece que amenazara al rubio pero se queda ahí, no quiere adelantarse. Naruto sonrié en medio de una mordidita al labio inferior y sus manos perdidas en la curvatura de la espalda contraria descienden hasta el trasero, presionan las nalgas cubiertas por el pantalón de algodón y se quedan ahí.

Sasuke se sienta en su cadera, sobre él. Le mira sin querer tomar un pensamiento de los que tiene, solo los deja en ese tornado dentro de él. Naruto usa sus antebrazos para incorporarse un poco y sus ojos azules le llaman, Sasuke le besa otra vez con más calma y se deja girar para que ahora el toque las sábanas un tanto revueltas ya. Naruto lo besa en la frente y sus manos apresan su cintura desnuda para girarlo, dejarlo boca abajo.

Sasuke siente cosquillas, un cosquilleo de ansiedad cuando Naruto pega su boca a la nuca, sus manos acarician su cuerpo, abren sus piernas y el rostro desciende sin prisa. Un beso para sus hombros, uno para su espalda alta, media y baja. Una lamida desde abajo hasta arriba, contorneando la columna vertebral. 

Luego, cuando Sasuke parece querer girarse de nuevo y verle a la cara, le sostiene de la cintura, bajando y haciendo que levante sus caderas, le desabotona el pantalón y el Uchiha coopera, alzando un poco más su cuerpo, usando una rodilla de soporte para quedar libre. Naruto le baja el pantalón con todo y bóxer.

Sasuke enrojece cuando se da cuenta que tiene el trasero alzado dándole a la cara del rubio, se gira en seguida pero ya es tarde, Naruto ya sonríe de lado, excitado un tanto más. No puede decir nada, las palabras no salen ni quieren hacerlo, no quiere arruinar esa viñeta de silencio conectado. Naruto termina de arrebatarle el pantalón de sus tobillos y está desnudo.

Sus rodillas alzadas le protegen pero no quiere mostrarse asustado, las deja caer poco a poco ante una mirada de asombro muy leve de Naruto, está feliz de verlo tan confiado. Como recopensa, se arrodilla y baja las bermudas con su ropa interior de paso, Sasuke abre la boca y sonríe después, no lo esperaba, mira hacia la ventana con las cortinas corridas dejando que la luna apenas se asome por una leve línea de separación entre ellas. La luz que los ilumina es la de la lámpara que encendió el rubio, solo ahora se da cuenta de eso.

Mira de nuevo a Naruto, está sentado quitándose el pantaloncillo de sus tobillos y lanzándolo con fuerza hasta chocar con el armario. Ambos se miran y Sasuke lo regaña con la mirada ¿qué necesidad de lanzarlo hasta allá?

El rubio está desnúdo, el moreno también. La línea se cruzó hace mucho sin embargo. Se abrazan, ambos de rodillas, pegándose con urgencia, las manos en la espalda, en los brazos, en las cinturas de cada uno. Naruto es el más atrevido y entre besos en el cuello y gruñidos incontenibles, araña levemente la nalga izquierda del otro, deduciendo su dureza y volumen, consumiéndose en ganas de tocarla con otra parte de su cuerpo.

Sus miembros están erectos y se abrazan al compas de ellos juntos, se frotan, bajando un poco y subiendo. Luego Sasuke siente la mano del rubio entrometerse entre los dos, frotarlos. Le gusta. Se lo dice con un suspiro en su oreja mientras le da más espacio y se une con su mano derecha, acaricia el de él.

No sabe hacerlo, trata de disimular imitando las acciones del otro, tocándolo con morbo, conociendo el pene de quien ama. Una parte más de su cuerpo, una que también conocerá de otras maneras. Está feliz pero no por tener sexo sino por el simbolismo de lo que representa. Naruto le besa las mejillas con infantil cariño y lo empuja para caer de nuevo a la cama, pero no se encima, continua lo que dejó pendiente hace rato y reanuda los besos desde el ombligo hasta que sus labios sienten el vello púbico pulcramente recortado solo un poco y que le da la bienvenida al miembro erecto.

Sasuke le mira, confundido pero igual de deseoso y sonríe. Bueno, en eso ambos son nuevos.

Cierra los ojos cuando siente el primer beso en el glande, un besito que le da frescura al calor abominable que comienza a sentir en esa zona. Luego saca aire tibio de su boca cuando le sostiene completo y abre la boca, cuando le lame y luego lo mete en ella. Sasuke siente algo diferente a tocarse en las noches ruidosas de su habitación.

Mira al techo, siente la otra mano deslizarse con dificultad por debajo de su cuerpo, levanta un poco y deja que Naruto siga masajeando su glúteo. Siente como lo chupa abre las piernas, siente los dedos encajarse en la separación, delineando su ano.

Siente placer y le provoca resonarlo. Gime. Gime apachurrando la sábana entre sus dedos, sube una mano para limpiarse la saliva y cubre su boca un poco pero no quiere ser egoísta, se levanta un tanto y le mira. Es como una película porno, Naruto chupando completo, haciendo ruidos sucios mientras trabaja y él excitándose cada vez más con la escena.

El rubio saca la mano que tiene debajo del otro mueve su rodilla para darse más espacio. Suelta el pene que se tambalea erecto y húmedo, se levanta hasta quedar cara a cara con Sasuke. Lo sostiene del mentón y lo acerca a su boca pero no lo besa, solo le sopla un poco y lo hace agacharse, es su turno.

Cae con las rodillas dobladas mientras el Uchiha se recuesta boca abajo y sus manos sostienen ambas piernas. El pene de Naruto ya se alza completo, le bastó ver y escuchar a Sasuke gemir para eso, lo toma entre sus manos y acaricia la conexión entre los testículos endurecidos y el pene, sube su mano, la baja. Luego le mira, Naruto le responde con la respiración agitada acomodándose mejor con las piernas estiradas.

Sasuke se lame la mano y usa la saliva para deslizar mejor su piel con la contraria, el pene de Naruto suelta líquido preseminal cuando acaricia el glande rosado y suave. Se le antoja, le da vergüenza la palabra pero es la que más se acomoda a su deseo, antojo. Lo lame con lentitud, la suavidad contra su lengua le encanta y lo vuelve hacer, piensa que quizá le guste la sensación cuando entre en él. Quien sabe... no tiene prisa, esto le está gustando.

Naruto suelta un gemido y otro más ronco, le acaricia su rostro y le pide en silencio que no se demore, Sasuke es amable ahora, se lo debe. Abre la boca y engulle, sabe que Naruto está sonriendo satisfecho, lo saca y vuelve a engullir. Aprende en los movimientos que lo mejor es controlar su respiración para quitar esa sensación de ahogo, aprovecha esta desfachatez que está creciendo en él, es como un acuerdo entre los dos... "nadie más sabrá cómo eres en la cama, solo yo". Y eso aplica para los dos.

El rubio le sostiene de las mejillas cuando aun tiene la mitad del pene en su boca, le gusta verlo con los labios presionando todo el miembro, lo hace que se levante y su pene brincotea un poco, mancha su sábana con una gotita larga de presemen. Ahora están iguales, ahora si le besa. Le besa con más fuerza, agarrando confianza, un nuevo beso igual de íntimo pero más agresivo. Otra vez están de rodillas, Naruto lo toma de la cintura mientras saca la lengua para lamer su nariz y mejillas, luego regresar a la cueva cálida que lo recibe con gusto.

Sasuke siente como los dedos del otro se encajan de nuevo en su trasero y comienza a sospechar que es un fetiche, juega con sus nalgas, abriendo y cerrando, masajeando, cada vez agarrando más piel hasta que sus dedos evitan que se cierran, tocando la fina línea interior que las separa. Comienza a acariciar, parece que escarbara con su dedo índice hasta que se encuentra con la entrada y empuja en seco pero no hasta dañarlo, solo es el aviso.

Sasuke recibe el mensaje y entre besos, toma su mano y la lame, lame los dedos que anteriormente estuvieron acariciando su zona más íntima ahora. Los humedece hasta que gotean porque en verdad no quiere que duela pero está bien, piensa, si la recompensa en él. Naruto lo abraza con su izquierda y la derecha hace su trabajo, Sasuke se cuelga de su cuello y despega su cadera de la otra para darle más espacio y acceso con la posición, siente como su ano se moja y el dedo empuja, respira y agradece internamente los besitos repartidos en su oreja. Recarga su cabeza en el hombro contrario y siente como entra poco a poco.

Pensó en detenerlo, no duda que una sola palabra sea suficiente para Naruto pero solo guarda silencio, lo siente salir y meter de nuevo y a la cuarta vez se acostumbra, se acomoda un poco mientras le besa en el cuello. 

Al rubio, esos besos, le provocan cosquillas divertidas y se deja acariciar más, lo abraza con ambas manos y lo hace recostarse, es más fácil así. Sasuke deja caer su cabeza sobre una almohada pero Naruto se la quita, usará las dos ahora, las pone debajo de su cadera para mantenerlo alzado de esa zona. Le da la mano, tiene que repetir la humectación espontánea pero el miedo de un dolor inminente no le deja ser tan bueno como antes.

Naruto le da confianza con su mirada y ambos juntan sus frentes unos segundos como si se dijeran algo así, el rubio termina de mojarlos y baja la mano de nuevo a esa zona, Sasuke abre las piernas y cierra los ojos. Está bien, piensa, porque es parte de eso, es parte de su cuerpo, es su mano y la quiere como lo quiere a él completo.

Eso ayuda. Los dedos se deslizan con algo de brutalidad pero Sasuke sabe que Naruto está siendo muy paciente, se permite un respiro y él mismo se masturba para aliviar la tensión mientras Naruto le muerde levemente un pezón y mueve los dedos dentro de su cuerpo, dando giros, acostumbrándolo a tener algo ahí dentro.

Los saca, los lame de nuevo, los humedece hasta el punto de escurrir y vuelven a entrar; poco a poco, Sasuke aprende la posición correcta de sus tobillos y de sus piernas, el pinchazo de dolor ya no es sorpresa y la sensación extraña se vuelve conocida pero los dedos no son tan largos. Masajea sus muslos y los calienta, están rojos y sigue metiendo y sacando los dedos con más facilidad ahora. Sasuke parece recibirlos y tomarlos como suyos, le mira sin levantar mucho la cabeza, es divertido sentirse sucios pero solo con el otro.

Los saca, se pone a la altura de su rostro y le besa, le ruega en esa caricia de labios que le de permiso y con una miradita tierna le da las gracias porque Sasuke sostiene su pene y lo dirige a su entrada. Se acomoda mejor, sostiene su cuerpo en sus rodillas y mano izquierda, Sasuke ayudará, está al cien con esto. Se pega más y el glande acaricia la zona escurriendo saliva, combinan fluidos y besa de nuevo los ojos de Sasuke, ojos brillosos por las sensaciones pesadas anteriores.

No dirán palabras.

Solo le mira, sus ojos no se despegan de los gestos del otro mientras va empujando, mientras se introduciendo con un calor abrasador en ambos. Poco a poco, apenas unos centímetros y mueve fuera y dentro, se sale el pene pero está bien porque debe ir gradual. Sasuke se lo agradece puesto que no es lo mismo tres dedos que un pene, lo siente entrar de nuevo, quizá unos centímetros más adentro, lo mismo, le penetra solo con esa extensión y Sasuke siente algo en el estómago pero lo confunde con miedo.

No es miedo.

Lo reconoce cuando Naruto deja de moverse y sale de su interior. Toma sus brazos para llamar su atención y el rubio le besa las mejillas, está emocionado, se está conteniendo, Sasuke quiere hacerlo por él. Está listo.

Abrazándole del cuello, casi colgado cual niño aterrado, sube más sus caderas, deja que el otro use sus dos manos y es penetrado por completo. Le duele, le muerde en el hombro y le pega con el puño cerrado contra su espalda, Naruto gruñe porque a él no le duele nada de eso, no cuando está siendo apresado tan deliciosamente entre esas paredes suaves y latentes.

Se espera, sin embargo, se espera mientras lo observa, lo ve cerrarlos ojos y da pequeños besitos en sus parpados, limpia con su mejilla la humedad que sale de ellos. Es hora de hablar.

-Te amo.

No es solo recordárselo o decirle gracias con eso, no es solo una emoción del momento, tiene mucho dentro de ahí, por ejemplo, salir de su cuerpo, detenerlo y no enojarse por esto, tiene algo de detalles que quiere guardar, tiene dentro un intento por congelar el momento, también se puede encontrar un deseo desesperado por mostrarle lo que siente él y lo que promete que sentirá muy pronto.

Muy pronto. Sasuke le cree y lo empuja un poco, le mira con un puchero inevitable mientras Naruto se deja acariciar el rostro. Se miran. Esa mirada, esa imagen que le da a Sasuke se queda grabada con fuego en su corazón, los ojos azules mirándole con añoranza y ternura, con esa sonrisa creciente y llena de recuerdos entre los dos.

Sus manos sostienen ahora su cadera, una baja entonces hasta la parte interna de su rodilla izquierda, la alza un poco más. Empuja. Sasuke se queja pero no le permite detenerse, sale un poco y empuja de nuevo.

Es como trabajar ambos, revisando qué tan rápido, qué tan lento, cuánto tiempo entre una y otra. Se entienden, siempre lo hicieron. Sin que se den cuenta en realidad, van tomando su ritmo, entre jadeos y gemidos, Naruto empuja con más libertad y conexión, Sasuke comienza a saborear algo deleitoso en su interior mientras siente el grosor abrirle la carne interior. Le estimula la próstata mientras que su mano le estimula el pene erecto aun, moviéndose al mecer su cuerpo entre embestidas.

Sasuke le abraza con las piernas, Naruto le apresa con sus brazos rodeando su espalda media, lo tiene tan cerca y empuja con fuerza. Ya no se pueden mirar, solo cierran los ojos, sintiéndose gustosos de saber que lo hicieron bien, que lo están haciendo bien.

Una luz crece en sus pupilas aunque estén con los párpados apretados, le duelen los cuerpos ya, hay un pinchazo de dolor en la espalda baja de Sasuke pero todo desaparece en un abrir y cerrar de ojos. Cuando sale, al segundo de que el semen sale al fin, ambos resuenan su gloria y éxtasis con su voz. Naruto quiere morder algo pero no lo hace porque esta vez sí le lastimará, con la fuerza del impulso, con el orgasmo, las cosas no se controlan igual.

Las piernas de Sasuke caen rendidas, abiertas aun a cada lado de la cama, suda y aun está penetrado por Naruto que no ha dejado de jadear tratando de controlar la respiración, abre los ojos, están llorosos al igual que los del otro, le sonríe agotado pero enamorado, atrapado en una corriente de aprisionante cariño por el otro.

Sasuke siente la promesa de eterno amor y se la responde con una leve sonrisa, se miran por largo rato antes de que el rubio se mueva de su interior. El semen sale en un hilillo y mancha la almohada, no le importa, se deja caer boca arriba a su lado y Sasuke con algo de dolor, se gira para estar boca abajo.

Quizá venga el sueño ahora, infiere Sasuke mientras ve como el rubio cierra los ojos con calma, mucha calma y él mismo siente esa paz al verle. Pero Naruto abre los ojos y le mira, notando la intensidad de sus emociones, le sonríe como siempre, infantil, meloso.

-Mas te vale que a la arpía no le hayas sonreído así.

-¡Puto Sasuke! ¡¿Todo lo tienes que arruinar?!

::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::

El silencio invadió la habitación, Mikoto miraba las galletas del cofrecito metálico y las guardó, cerrando en completo silencio el cajón del que las había sacado. Regresó a la cama donde Sasuke aun permanecía con la mirada perdida en la sábana, miraba también sus manos vacías. Vacías porque no estaban las de Naruto rodeándolas, ya no eran sus manos si no estaban las de Naruto entrelazadas a ellas.

-... Después de eso, nos quedamos dormidos pero despertamos por el frío como a las dos o tres de la mañana... -dijo entristecido. –Me metí a bañar y al salir, la cama ya estaba lista para recostarnos, él estaba con una pijama y tenía otra esperándome. –ella sabía qué seguía en la historia. –La policía llegó al día siguiente... gracias a que una persona si lo vio cuando me recogió en el parque... lo demás ya lo sabes.

Ahora era un conflicto en la cabeza de Mikoto, si bien, ella solo supo antes la historia que se crearon: un hombre desconocido secuestró y violó a su hijo menor; ahora todo era diferente y la empatía no tardó en aparecer, entendía las reacciones de Sasuke en el proceso penal.

Recordaba como su hijo pataleaba y empujaba a todos, sin excepción, aferrándose al cuerpo contrario ya esposado, golpeado y sometido a las autoridades. Le dolió verlo en sus memorias llorando al caer de rodillas mientras le alejaban al hombre que amaba.

-¡¿Dónde están?! –la puerta resonó y Sasuke salió de sus pensamientos.

-Madre, la llave... –la vio soltar una lágrima en silencio. –madre... -la puerta seguía golpeada por su padre allá afuera, así que acercó la mano y acarició la contraria hasta que logró abrir el puño y obtener la llave. -¡Ya voy! –avisó conociendo la escasa paciencia de Fugaku. Abrió.

-¡¿Por qué mi habitación está cerrada con llave?! –en su mano derecha lleva a un Itachi arrepentido y empapado de pies a cabeza.

-¿Qué sucedió?

-¡Todo es tu culpa!

-Yo no soy el que anda de prostituto gratuito. –se defendió mientras lo dejaba ahí, siendo arrastrado por donde Fugaku se moviera, quien por cierto estaba más interesado en revisar a su esposa.

-¿Qué sucede? –se sentó a su lado haciendo que Itachi cayera de rodillas mientras seguía apresado por el cuello de su camisa.

-No te hagas el santito, tú también te acostaste con ese tipo. –le dice Itachi para vengarse aprovechando la atención de su padre.

-¡¿Qué?!

-¡El hizo el amor con su novio! –por fin reacciona Mikoto. –Tú vas a estar castigado, te vas a buscar una pareja real y te vas a casar ¿me escuchaste?

-¡¿De qué están hablando?! –el padre al fin se entera, mira con reprobación a su hijo menor, dejando olvidado a Itachi. -¡¿Qué hiciste qué?!

-Fugaku, hay que sacar a ese muchacho de prisión.

-¡¿Qué?! –no da crédito a la reacción extraña de su esposa. -¿Qué le hiciste? –culpa a Sasuke.

-Fugaku... -le exige como buena esposa, aferrándose a su pecho. –Hay que sacarlo, ya.

Sasuke siente esperanza mientras los ve hablar, sus manos tiemblan creyendo en lo imposible, tal como le dijo Naruto que hiciera, tener fe en la vida también era importante.

-Es imposible, mujer.

-¡Haz algo! ¡Sobórnalos!

-No podemos hacer eso, lo usarían en nuestra contra. –la intenta calmar, jamás la vio así de desesperada. –No hay nada que hacer... -sentencia y sabe que no solo un corazón se quiebra, lo ve de reojo, a su hijo. Ve como Sasuke se hace el fuerte pero sus ojos muestran lo contrario. Le duele verlo así.

-Al menos que... -Itachi alza el dedo índice, libre de esa atmósfera.

-Qué, al menos ¿qué?

-Bueno... yo... conozco un sujeto que trabaja en el area judicial... podría hacer que lo sacaran de ahí moviendo papeleo, algo simple, lo han hecho muy seguido... -se peina el cabello húmedo y mira a su familia. –Aunque claro, un favor exige un favor... demonios... tendré que sacrificarme... -finge ser víctima. –Quien sabe que cosas sucias querrá hacer conmigo... pero les aseguro que Deidara podrá sacarlo de ahí... ¡Claro, a cambio de un favor! –Repite para asegurarse de que Fugaku entienda que "no es su culpa" -Ay, pobre de mí pero lo vale mi hermanito.

Sasuke se siente en casa.


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