"Por siempre y para siempre, Rose".
Emma Reed.
Sábado.
4:23pm.
— ¿A dónde vamos? — La curiosidad y tal vez algo de miedo se hizo presente, aún estando con Justin no sabía lo qué podía pasarnos después de todo..
Habíamos pasado toda la mañana juntos, y aún seguía ilusionada y en las nubes por la preciosa noche qué habíamos pasado. Nunca creí qué Justin fuera de decir esas palabras, y me sorprendió mucho el escuchar qué estaba tan enamorado de mí cómo yo de él.
Por primera vez siento qué tengo a alguien a quién corresponderle, y alguien qué cumplirá todas sus promesas.
— No te diré. — Sonrío. Me gusta verlo sonreír, no lo hacía muy a menudo.
Mí móvil vibró interrumpiendo mis pensamientos.
Mensaje nuevo.
'¡Espero me cuentes absolutamente todo, sin omitir ningún detalle!'
Mensaje nuevo.
'Guarda mi número - sexy Jess'
Rodee mis ojos riendo y hice lo qué pidió. El coche se detuvo, y mire hacía la ventana, era un parque con muy poco público y qué recuerde jamás había venido a este sitio. Justin se bajó del coche y yo le seguí, sacó algunas cosas de la cajuela, una manta de cuadros y una linda canasta.
— ¿Tendremos un picnic? — Me emocionan este tipo de cosas, la naturaleza, estar fuera de tu rutina de siempre, al aire libre.
— Tendremos una segunda cita. — Justin era simplemente increíble y no pude evitar sonrojarme al escucharlo decir eso.
Entrelazamos nuestras manos y caminamos hacía un lugar perfecto dónde colocamos la manta y nos sentamos. — ¿Quieres saber qué traje para ti? — Asentí nerviosa.
Justin saco de la cesta fresas con chocolate, jugo, cupcakes y pizza. Sonrío al ver mi brillo ante ver todo eso, era absolutamente mí favorito.
El día transcurrió rápido, ya para cuando terminamos con toda la comida, eran las 7:28pm.
Hablamos de tantas cosas qué por ese tiempo juntos se nos olvidó por completo quienes éramos, sólo éramos Justin y Emma, sin nadie ni nada de por medio y se sintió tan bien.
— ¿De verdad no te gusta el maní? — Justin tenía en su mano un cupcake de chocolate con lluvia de maní, y la verdad era, qué yo detestaba el maní.
— No Justin, no me gusta. Es asqueroso, repugnante y peligroso. — Río, alejaba el cupcake cómo sí fuera una especie de arma mortal.
— ¿Qué peligroso puede ser un maní Emma? — Justin no paraba de reír ante mis comentarios y a decir verdad a mí también me causaba risa.
— ¡No lo sé, déjame en paz!— Golpeé el hombro de Justin, y este jadeo de dolor. — No seas dramático Bieber, no te duele caer en una carretera en una explosión, te va a doler mis golpes. — Rodee los ojos, y Justin volvió a reír.
— Em, hoy es el golpe.. — Mis ojos se abrieron como platos, no recordaba nada de eso, con todo este tiempo, siquiera me había permitido pensarlo. — Tengo qué asegurarme qué estés bajo protección. — Pozo una de sus manos en mí mejilla izquierda y la acariciaba tan delicadamente. — Prometo qué volveré por ti cuándo menos lo esperes, estaré acostado a tú lado, besándote sin cesar..
》》 Eres la razón por la qué lucharé para volver. Los mismos hombres qué estaban en el restaurant, aunque contraté unos cuantos más, pero todo Em, juro qué es por tu seguridad. No soportaría el hecho de qué te hagan algo de nuevo. — Suspiré. — Cualquier cosa qué tú veas extraña, por favor, llámame. A mí. — Asentí en respuesta, no gesticulaba ninguna palabra por el miedo qué sentía de qué Justin no volviera. — ¿Algo más qué quieras qué haga?
— Cuídalos. A todo tu equipo, y por favor, cuídate. — Mis palabras tenían angustia y desesperación, Justin se había convertido en mi todo y sí algo le pasará, no sé cómo reaccionaría.
— Lo haré. — Culminando nuestra conversación, duramos algunos minutos más abrazándonos, Justin en cada oportunidad qué tenía me besaba y me hacía saber lo realmente importante qué era para él y la forma en la qué lo decía me hacía sentir insegura de sus palabras anteriores, se qué algo puede pasar, sólo espero y rezó porqué nadie de ellos salga herido.
...
Justin Bieber..
10:43pm.
— Todos en posición.
— En posición. — Por el audífono se escuchaba a Jake y Isaac quienes estaban en el almacén vigilando todo por medio de las computadoras qué tenían las cámaras de seguridad, teléfonos, bancos, cualquier medio tecnológico de Seattle.
— En posición. — Aaron, Derek y Liam estaban en un lugar distinto escondidos, al momento qué yo diera la señal, ellos atacarían a los familiares de el grupo enemigo. Era un plan respuesta por las cosas qué ellos hicieron.
Ethan, Ryan, Chris y yo estábamos completamente armados y escondidos detrás de unos arbustos esperando qué llegaran a recoger la mercancía y así salir para atacar.
17 minutos pasaron marcando las 11;00pm y fue ahí dónde llegaron dos mustang negros y un ferrari azul.
Todos se bajaron al mismo tiempo, dando a ver la cara de Jace, Sam y los demás chicos qué había investigado, sólo faltaba uno y era imposible dar con el, era cómo si fuera un fantasma.
En mí cabeza apareció Emma, la había dejado con Jessie y un montón de guardaespaldas. Rezaba para qué estuviera bien.
Los chicos me informaron qué ya estaban dentro de la casa de los familiares del enemigo.
— Listos. — Recibí la foto de cada uno de ellos teniendo atados a una silla a las familias. Les respondí por el radio avisando qué ya podían venirse, necesitábamos apoyo.
Los chicos y yo salimos rápidamente de nuestro escondite para ponernos en todo el frente del equipo opuesto.
Al vernos, levantaron sus armas.
— ¿Qué demonios haces aquí Bieber? ¿No te basta con haber estado cerca de la muerte dos veces? ¿O crees en qué la 3 es la vencida? — No pude reconocer al chico qué hablo está vez, recordando la información qué Jerry me dio, supuse qué era Keith Rogers.
— Todos ustedes invaden mí territorio cómo insectos qué son. — Escupí con rabia.
— No Bieber, nosotros no vinimos aquí a tomar tú territorio. — Jace rascaba su barbilla pensativo. — Tal vez sí, pero vinimos por algo más grande qué eso. Tú, el gran Justin Bieber, marcaste tu sentencia de muerte hace muchos meses atrás y nosotros vinimos a dar fin a esa sentencia. — No tenía ni la más jodida idea de lo qué estaban hablando, no los conocía meses atrás, siquiera sabía de su existencia.
— Posición.— Por el audífono hablo Liam, dándome a entender qué estaban robando la mercancía.
— Cómo sea. — Di un paso hacía adelante divertidamente. — Disculpa, ¿cómo era qué te llamabas? — Apunte al primer chico qué hablo cuándo los vio salir.
— Keith Rogers, y me encargaré de qué tu linda noviesita se acuerde de ese nombre cuándo la tenga en mi cama. — Trate de contar hasta 5 para calmarme.
— Vale, está bien. — Caminaba de un lado a otro con pasos saltantes, riéndome y jugando con su arma. — ¿Has sabido algo de tú familia? ¿Sabes si está bien? Mejor dicho, ¿alguno de ustedes saben si su familia está bien? — La cara de los chicos cambio drásticamente. Todos apuntaron, Aaron, Liam y Derek se unieron a mí inmediatamente.
Saque mí móvil y las imágenes se hicieron presente ante los ojos de los demás.
— Meterse con la familia de un hombre, es peligroso Bieber ¿acaso no sabes eso? — Escupió Matthew.
— Sí Justin. Ya te metiste en una familia antes, ¿no has aprendido la lección todavía? — Deje pasar el comentario de Jace y me concentre en el plan.
— Ustedes perros, empezaron. Se metieron con mí familia, y la familia es lo más sagrado para mí. Cada uno de ustedes pagara por todo lo qué han provocado, y juro reírme en sus caras cuándo jadeen de dolor. — Apunte directamente al corazón de Jace. — Todavía falta uno aquí, díganle a su jefe, qué no importa cuánto trate de ocultarse, el sufrirá el doble cuando lo encuentre.
Haciéndole seña a Jerry, disparo hacia el brazo de Sam haciendo qué este gritara del dolor.
Todo empezo a pasar muy rápido, balas empezaron a caer, y los Alfas disparaban hacía nosotros con locura.
Logré dispararle en la pierna a uno de ellos. Su equipo lo levantó rápido y lo metieron en el coche para salir huyendo.
La mercancía estaba de nuestro lado ahora y nosotros estábamos intactos.
— Reportando. — Le dije a Jake quitándome el audífono.
Alce mí cabeza en dirección a la camioneta, pero mí mirada se dirigió directamente a algo en el suelo, así qué me acerco sigilosamente.
Era una imagen en el mismo lugar dónde estaba Jace. Al tomarla mí corazón paró en seco, todo el mundo pareció haberse detenido.
Era una chica, una muy linda chica sonriendo en la foto agarrando un pastel de chocolate con sus manos. Y en su cuello estaba un collar con la inicial 'J'.
Rose..
Rose era la chica de la foto, sonriendo felizmente, ya qué ese día era su cumpleaños, y ese pastel se lo había regalado los hermanos de Rose, qué yo nunca conocí. El collar qué traía puesto, era uno de los regalos qué yo le di en su cumpleaños.
Recuerdo haber intercambiado collares de plata. El mío tenía su inicial y ella la mía. Recuerdo perfectamente ese día, terminamos teniendo sexo en el balcón de su habitación.
Atrás de la foto, estaba escrito algo qué erizo jodidamente mí maldita piel.
'Por siempre y para siempre, Rose'.