Gabriel
Feliz Año nuevo. Significaba que habían pasado 31536000 segundos, o 5256000 minutos u 8760 horas... Si, mucho tiempo. El segundero volvía a empezar a contar desde cero, volvíamos a comenzar "un año lleno de experiencias", si es que a alguien le interesa las experiencias del otro. Hace 10 minutos era diciembre y ahora era enero, seguía en quinto de primaria, pero ahora estaba más cerca de que se acabara, lo que significaba que este semestre iba a ser totalmente duro de experimentar, el ímpetu de las expectativas de cada uno iba a lograr devastar nuestra concordia social o la armonía entre cada ser. Estábamos en el ante averno o justamente para entrar a las puertas de la adolescencia, algo que la verdad voy a disfrutar pero que algunos van a lamentar, pues hasta los estereotipos de los grandes adultos se nos venían a la cabeza para lograr convencernos de algo que ni siquiera era de nuestro propio criterio... otra vez generalizando.
Estaba en esos minutos de descanso mental a las 2 de la madrugada luego de disfrutar de celebrar con familia y amigos la entrada a este año. Estaba mi amiga Lucia que habia conocido un año atrás en el mismo hotel donde me hospedo todos los años nuevos al igual que ella y su hermano. El papa de ella y mi papa, al enfrentarse una vez más cara a cara, supieron que ya se conocían, era uno de los compañeros de colegio de mi papa cuando él estaba en bachillerato en sus años de oro (en el año 3 antes de Cristo), jaja tal vez no. El caso es que Lucia y yo nos habíamos hecho muy buenos amigos, y el hecho de compartir con ellos mis vacaciones de año nuevo, hacia las cosas un poco más divertidas. A mediados de enero, teníamos la entrada de vacaciones, otra vez la rutina de siempre; emoción sin límites.
Pero digamos que la parte interesante llega hasta ahí, y para no aburrir contando como me levantaba cada día con las expectativas tratando de que subieran un poco más cada vez, los segundos semestres de quinto se resumieron en unas cuantas cosas. Habia llegado el momento en el que logre congeniar más con la hermandad en especial con Ian. Era con el que más me relacionaba, llego un momento en el que Diego no me importo más, fue cuestión de un segundo para que lo que pensaba de él como un amigo "del alma" se convirtiera en un rencor frustrado (en el cual también me ayudo a construir Ian), creo que me había cansado de sentirme como su mucama y que él fuera el que mandaba como si en realidad yo fuera menos. Era buen amigo... pero en ese sentido, no tanto, y eso logró que yo le pusiera un alto la situación. Ian y yo tuvimos una forma más cercana de interactuar, nos volvimos más amigos con el tiempo, y tan entusiastas que éramos, nos pusimos apodos que no tenían nada que ver con la realidad que a todo el mundo le gusta llevar; Cincinnati y Arcoíris nos llamábamos como si fuéramos una pareja de señoras de edad, chismosas hasta morir que les gustaba criticar a todo el mundo (por qué lo éramos). Pero, los recuerdos llegan a ser fragmentos de la memoria que en algunos casos es preferible abandonar. El mundo de los sentimientos es diferente al mundo de la racionalidad, desgraciadamente todavía no sabíamos cómo ser racionales o tener una posición de lógica frente a nuestras aptitudes del común.
Estaba preparándome para una presunta excursión a Chinauta, a la cual no fui porque me sentía muy mal ese día, era un dolor de hombros insoportables que hacían que mi cabeza obligara a mi cuerpo a marearse como nunca (tenía un espasmo muscular en el cuello y la espalda) así que tome la decisión de no ir. Desgraciadamente, me perdí de una experiencia que supongo hubiera sido muy grata. Pero sinceramente, lo único que me importaba era si Diego o si alguien más estaría hablando mal de mi a mis espaldas, porque era a lo único que estaba acostumbrado a el mundo de la máscara donde la cara detrás de ella era el único demonio temido por el débil autoestima. Pero solo deseaba que no para estar tranquilo en la casa de mi abuela mientras mi mama y papa estaban trabajando, para luego volver de nuevo al colegio y escuchar los testimonios de todo el mundo sobre su viaje y que como cada niño buscaba la preferencia para mostrar impotencia y presumir en frente del que esta en desventaja, pero claramente yo pensaba en todo esto solo por el único hecho de que no tenía más opción excepto que elevar mi autoestima por la sociedad, pero como esta historia lo lleva todo se cierra y luego se abre una cosa nueva para darle la continuidad necesaria a el recuerdo y al vivir.
Ya es oportuno clasificar como cliché, el hecho de decir que el tiempo, como una magnitud absoluta o relativa pasa "en un abrir y cerrar de ojos", mencionado que la percepción humana depende de lo sentimental, y lo sentimental de lo vivido. Ahí está la clara separación entre la lógica, y una filosofía del existir según la abstracción humana; pero es lo que nos lleva al quinto mes del año. Estaba en la culminación de lo que fue un año de "risas" visto desde mi inocencia bienaventurada, hacia la perdición de las corrientes naturales de un humano. ¿Como se dice?... ¿indisciplina?, (sarcasmo al padre, hijo y espíritu santo, como era en un principio y ahora por los siglos de los siglos), no habia un solo curso en donde los docentes de mi colegio se quejaran por mi actitud en clase, por mi hiperactividad, mi indisciplina según sus códigos de aptitud y por mi gran personalidad tan explosiva, no me importaba si estaba hablando sobre como nuestro mundo se va a acabar en el calentamiento global; pfff para mi era mas importante decirle a mis amigos lo que me paso el domingo a las 6:00 de la tarde en el jardín de mi casa. Habia culminado son Sergio mi gran proyecto que básicamente no me sirvió para nada, excepto comprender que los niños podían estudiar y trabajar en su proyecto, cuando éste estaba a el nivel de los niños y no el de los papás. Fue un trabajo igualmente extenuante para nosotros, y termino así... "Colombia in Space and the World", que gran titulo pensé para entonces; en ese tiempo lo único que pensaba era en el patriotismo de mi país Colombia, nada más en Google +, todas mis publicaciones eran de la nueva marca turística del país (CO Colombia), era eufórico pensar que estaba en un país tan rico en cultura, sabor, paisajes, y raza, al final toda esa publicidad me influencio a mi... La respuesta es Colombia, COLOMBIA ES REALISMO MAGICO, y lo es porque de tanto anhelar el paraíso, se vuelve algo tan ficticio pero que las personas afirman que existe, es la ficción vista desde la realidad como si en realidad la conciencia de un individuo separa la ficción de lo racional. Para crear una perspectiva de neutralidad fantástica. Todo esto me hizo pensar en que mi PYP, tenía que haber algo de Colombia, y el tema era héroes y heroínas, así que... me fui por escoger un microbiólogo de Buenaventura, llamado Raúl Cuero, le llegue con eso a Sergio, acepto, fuimos a encontrar a nuestra fantástica tutora, ella nos recomendó que escogiéramos un científico más, porque además ya habían hecho una PYP de Cuero en el pasado, de modo que entre Sergio y yo encontramos a Adriana Ocampo una geóloga planetaria de Barranquilla, y ahí surgió todo, Colombianos que estaban influenciando la ciencia así tanto en el espacio exterior como en nuestro propio mundo.
Antes de irnos a Vacaciones, nos pudieron informar si pasamos... y lo hicimos, si no me equivoco todo el mundo lo hizo (la informalidad de ese proyecto cada vez me impresiona más). Pero teníamos nuestra pequeña gran recompensa, íbamos de excursión al desierto de la Tatacoa en Huila, Colombia. Otra muy buena experiencia. Recuerdo el viaje en bus, 7 horas desde Bogotá, hasta llegar a un lugar de arena roja y naranja que hacía que quedaras ciego con el reflejo del sol. El primer paso que di afuera del transporte, sentí como si una bomba atómica me hubiera explotado al lado. El peor calor que había sentido en mi vida era un desierto después de todo. Mi primer pensamiento fue "no voy a aguantar aquí", yo detesto el calor, soy una persona que prefiere el frio, pero, claramente era imposible no acostumbrarme. Estaba emocionado y a la vez agotado, fueron 4 largos días de caminata, sudor, dolor y mucha sed, pero al final fue una experiencia que quedó grabada en la parte buena de mi memoria.
Era ya suficiente de todo, mientras yo estaba explorando y ahogándome en mi propia perspectiva del mundo platónico que habia sido implantado en mi crianza, todo a mi alrededor y alrededor de los otros era solo el paso sempiterno del tiempo, y sin ninguna señal de maduración era todo como un carrusel con la música demasiada fuerte para los que estuvieran afuera de él. Ni siquiera el hecho de que el mundo de Gabriela y mío estuviera separados por una muralla, la ignorancia a la "realidad" del sentimiento humano me mantenía al margen de la conciencia. Era solo el ardor de saber que era dependiente, y que mi voluntad era solamente el espectro del carácter manipulado de un niño que nunca tuvo perspectiva. Yo sabía que tenía amigos, y que ahora había encontrado otro tipo de relaciones a amistosas, pero claramente no salía de ámbito de la diversión infantil, que recurre a el hecho de no ser maduro, pero hasta el inmaduro tiene el derecho o la obvia acción de tener el punto de vista fuera de la jaula.
Sabía que era una persona entusiasta, pero desde pequeño defendía la necesidad de que "era mi personalidad" y no debía ser criticada, así es que desde la infancia me cuestionaba el hecho de que mi forma de actuar era reprimida por reglas que hacían que no actuara naturalmente según mi contexto de interacción. Es algo raro pensar en ello cuando la forma en la que se expresa lo necesario y como se actúa son sus círculos sociales correspondientes. No sabía cómo actuar frente a la estipulación externa a mí, pero sabía que tenía amigos donde tenía momentos muy agradables cegados por la risa compulsiva del no saber.
Al final entre a vacaciones y solo estaba feliz por ir a mi entrega de informes, y saber que pase para luego en dos meses volverme a preocupar con que personas especiales iba a quedar el próximo año.