Sobre mi puerta, había un papel con el dibujo de una niña y se pedía una recompensa. Era el rostro de Félix en versión mujer.
SE BUSCA
Quien encuentre a mi hija, será recordado como el héroe de esta ciudad. Ante cualquier novedad, acercarse al castillo real.
Recompensa: $10.000
Yo lo vi después. Mi papá me contó que lo había encontrado una noche cuando volvía a casa con comida. Ellos no me contaban qué es lo que estaba pasando. Trataban de evitarlo a toda costa, como si no lo llegara a entender. Lo que no sabían era que, internamente, iba comprendiendo muchas cosas, que no las manifestara era otro tema.
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(Conversación entre mis padres, en su habitación)
-¡Yo no puedo entender hasta dónde es capaz de llegar una persona para obtener lo que quiere! ¿Acaso no se da cuenta que nos está condenando a muerte?
-¡No lo digas tan fuerte que nos puede escuchar!
-Yo no sé cuánto de verdad hay en esta búsqueda. Si hasta ahora no apareció, habrá algún motivo. Stonebriar no es tan grande para que desaparezca una niña.
-Espera amor, haz memoria. La última vez que Nuestra Majestad se hizo visible fue para anunciar la fundación de no sé qué cosa y después nadie supo algo de ella.
-Es cierto... hasta que se corrió la voz de que murió en el hospital cuando dio a luz.
-Entonces, mi única deducción es que otra persona se la llevó lejos.
-Pero ¿Por qué? Esto es muy siniestro.
-Quisiera no pensarlo.
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-Han decretado ESTADO DE SITIO -exclamó mi papá, una vez. Yo no sabía a qué se refería hasta que me explicó que consistía que habría soldados en todas las esquinas, controlando de que no haya cualquier persona merodeando en las calles.
Antes de irme a dormir, se acercó y me dijo: tendremos que posponer nuestra aventura nocturna hasta que la situación se tranquilice. Mamá no me perdonará si te dejo que me acompañes.
Mi ilusión de conocer el mundo exterior se desmoronó por un segundo. Sin embargo, muy adentro mio, tenía una corazonada.
Atentamente, a quién corresponda