Diario de Frederick - Año V

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Ahora que me pongo a pensar, mi infancia pasó muy rápido como debería haber sido la de mis padres (a pesar de los años). Ellos vivieron muchas cosas de niños que yo no. ¡Maldito Félix!


Con apenas cinco años, empezaba a hablar con fluidez. Algo bajo, debido a los susurros. 

-¿Sabías que tienes una linda voz? -exclamó mamá.

No poseía muchos libros para practicar mi dicción aunque la imaginación de mis padres logró que me contaran muchas cosas, incluso los famosos cuentos de hadas. Hasta el día de hoy, recuerdo algunos... no vienen al caso. En este momento, es cuando mi curiosidad por el mundo exterior había aumentado. Mi madre no quería saber nada ya que era papá quien salía a buscar comida ¿Dónde? Jamás lo supe. Él, a escondidas de ella, fue quien me pegó el bichito de la curiosidad.

-Algún día te acompañaré en mis aventuras nocturnas. Sin embargo, las calles son muy peligrosas para un niño -respondía mi padre.

Parecía un ritual, me lo decía siempre antes de ir a dormir. Hasta que llegó el momento de partir.

Atentamente, a quién corresponda.

KITE: Atrévete a VolarWhere stories live. Discover now