Sonreí y abrí la puerta de par en par con cuidado. Entré primero yo y poco a poco hacía que Joel entrara. Caminé tomándole la mano hasta llegar a la camilla e hice que la colocara en el antebrazo de su amigo.
-Estás tocando su brazo -susurré.
- Me alegra saber eso -reí bajito y él también-. Eh... -susurró- Eh, Parker... ¡Wey, despierta! -jamás lo había escuchado decir una mala palabra por lo que alcé las cejas.
El chico tanto como el señor abrieron sus ojos lentamente. No sabía hacia dónde mirar y simplemente deseé dentro de mí que no nos echaran de aquí. Parker me miró preguntándose quien era y cuando vio a Joel , sonrió.
-Joel, ¿qué te pasó? -talló sus ojos y los tenía entre abiertos-. Joder, mis ojos me arden.
- ¿Joel ? -el señor, si mal no recuerdo, William, se puso de pie-. ¿Qué estás...?
- Hola señor Williams -saludó Joel- solo pasaba a saludar en realidad, lo lamento si los desperté.
-No te preocupes -le contestó Parker. Se enderezó en la camilla y me miró después-. Cabrón, no sabía que tenías novia ya.
-Soy su hermanastra -le dije de inmediato y él sonrió-. _______.
- Es un placer... -murmuró extendiendo las manos- perdón que no te mire bien pero me arden los ojos -dijo volviendo a tallárselos-. ¿Por qué no me dijiste que tenías una sexy hermanastra?
- No iba a llegar a presumírtela, estúpido -murmuró-. Él es Parker, el Runninback del equipo y segundo lugar en aprovechamiento.
-Creo que lo vi en casa... cuando se reunieron todos -susurré y él sonrió. Esto se hacía cada vez más incómodo y no sabía hacia dónde mirar. Veía al señor Williams y sonreía tratando de no parecer nerviosa, pero sabía que lo estaba. Creo que los halagos o cumplidos no eran lo mío.
- Bueno, me verás más seguido -sonrió- oye, ¿por qué traes la venda en los ojos? ¿También te duelen o qué?
- Hmn...
Mordí mi labio inferior y bajé la mirada.
-Joel perdió la vista -contesté por él y Parker se recargó en la camilla-. Pero a pesar de eso... sigue siendo un terco -Joel sonrió y tontamente buscó el hombro de su amigo para darle palmaditas. Él era un hombre fuerte... con los pies en la tierra a pesar de la situación.
-Hombre lo siento... -susurró Parker-. ¿Cómo te sientes?
- Ciego, estúpido. Me siento a oscuras -casi podría jurar que estaba rodando los ojos-. Pero estoy bien, solo me da frío y quiero arrancarme estas cosas -señaló las vendas- me pican. Creo que perderé la beca deportiva... te daré mi lugar en Cambridge.
-Idiota, ¿cómo se te ocurre darme esa noticia en este momento? Sé que odiabas tu lugar, pero tenías que actuar un poco más -Joel soltó una risita y yo continuaba abrazada a su brazo-. No te las quites si no te indican que puedes dejar de usarlas. _____, si se las quita golpéalo por mí hasta que te canses, ¿hecho?
-Hecho -contesté y sonreí de lado.
-Ya escuchaste, Joel.
- Vamos, sé cuánto amas esa universidad y que aún esperas saber la respuesta de tu aceptación. Yo no podré jugar y tú eres el siguiente al mando, solo hazlo -se encogió de hombros-. No me las quitaré pero en serio me pican -dijo haciendo muecas.
-Ya lo discutiremos después -habló Parker-. Vayan a descansar y deja de traer a _____ como un trapo -reí y negué.
-En realidad estoy bien, no tengo mucho sueño... pero, tenemos que irnos. Nos han descubierto al querer venir y solo nos dieron diez minutos -torcí la boca y me acerqué a Parker para darle un beso en la mejilla-. Buenas noches -sacudí mi mano de un lado a otro y el Sr. Williams se levantó para estrechar su mano con la mía.
Caminamos hacia la puerta y Joel se giró hacia Parker-. Me alegro de que estés bien, viejo.
- Estaremos bien, hombre... lo superaremos -éste sonrió hacia nosotros y Joel también-. Gracias por darme mi beso de buenas noches ____.
Reí y cuando estaba a punto de hablar, Joel cerró la puerta. Tomé su brazo una vez más y la señorita no se encontraba en el corredor... lo cual era una gran ventaja para nosotros. Caminamos hasta el elevador, presioné el botón para que abriera sus puertas y después de unos segundos, logramos entrar.
-Es agradable, pero fue imposible no sentirme incomoda -le dije a Joel entre risas.
- Es mi diario ese tipo, además de la chica y el chico que te presenté en el baile -respondió recargándose en la pared del elevador-. No me siento bien.
-Bueno, ¿quién se sentiría bien? Creo que no debí de haberte sacado de la habitación -suspiré y de igual manera me recargué. Sin pensarlo, soné molesta y no lo estoy, simplemente no debía... pero lo hice por el simple hecho de que si Riley estuviera en su situación, yo quisiera que me visitara. Las puertas del elevador se abrieron y tomé su brazo nuevamente para caminar hasta la habitación. Ya dentro, se recostó en la cama y volví a colocarle el aparato que tenía en su dedo. Se hizo un ovillo y después de un momento pareció quedarse dormido. Tomé mi Celular y busqué las canciones que él me había recomendado. Sí, definitivamente no eran lentas. Escuché With Me un par de veces mientras leía la letra. A la quinta vez que volvía a escucharla, comenzaba a aprenderme el coro cada vez mejor. Cantaba lo más bajito posible. Me recosté en el sofá y ahí estaba... tratando de que el sueño me dominara, pero simplemente no llegaba. ¿Qué hacer en un lugar donde no hay muchas cosas para entretenerte?
No sé por qué, pero terminé jugando con la mesita donde ponían la comida para los pacientes y paseándome en ella hasta que terminé en el suelo riéndome a carcajadas. Lo sé, creo que el aire combinado con el sueño me hacía hacer locuras. Joel se movió en su cama y tapé mi boca con ambas manos. Me levanté del suelo rápidamente y caminé hacia el sofá, pero sé que me escuchó reírme como una loca.
-Perdón, locuras en la madrugada -le dije y nuevamente saqué mi celular para distraerme en algo mejor.
- Me hubiera encantado verte -susurró- pero cállate, tengo sueño.
-Oye, no digas cosas que nunca dirías sin sueño. ¿No ves que las personas piensan que las tratarás así siempre? Tonto. Duérmete, yo vigilo.
- Shhh... -murmuró girándose y luego soltándose a reír-. Escuché tu costalazo -estalló en carcajadas.
-¡Muy gracioso! Tienes muchas caídas más por delante y espero estar presente en todas -reí burlona y simplemente esto se había convertido en una habitación de carcajadas-. Ay, no. No me hagas caso, sonó muy cruel. Era broma.
- ¡Que cargada! -murmuró mientras se soltaba a reír-. Yo al menos tengo justificación -ambos reímos y luego noté cómo él suspiraba y sonreía-. ¿Trajiste la guitarra?
-Ni sueñoso dejas de molestar -continúe riendo-. Sí, ¿te la doy?
- Sí -respondió y yo sacándola de su estuche se la puse en el pecho, él la situó correctamente y aclaró su garganta-. Estaba agustito, bien dormidito, cuando la ____ juega a la enfermera, se escucha un porrazo y cae de costalazo -comenzó a cantar.
Solté una carcajada y él reía al igual. Sabía que reír tanto haría que mi rostro se tornara a un color rojo... o más o menos. Me senté en el borde de la cama y golpeé ligeramente su pierna.
-Fue un accidente, no estaba en mis planes caer al suelo... ¡lo juro!
- Dios, ahora mi estómago duele -soltó un suspiro- sé que no, sé que no... Me alegra haber estado despierto de todas formas.
-¿No que estabas durmiendo? -le pregunté, pero sonó más así como un reclamo.
- Sí, pero me despertaste con tus berridos cantantes... -murmuró en un susurro.
-En mi defensa... estaba aprendiéndome la canción. Ya deja de presumirme que cantas muy bien, incluso hasta improvisando sobre el golpe de mi caída -reí y suspiré-. Ay Dios, es genial ya no ser hija única.
Miré a Joel y él ya no tenía esa sonrisa en los labios que antes tuvo-. Sí... bienvenida.
-Creo que es algo tarde para darme la bienvenida... pero, gracias -reí bajito y sonrió de lado. Ahora estaba serio y no sabía porque. Quizá no le gustaban estas pláticas y yo no lo sabía-. ¿Sucede algo?
- ¿Puedo preguntarte algo? -me quedé callada-. ¿Qué pasó con tu papá?
-Bueno, primero quiero asegurarme de algo. Cuando hablo sobre él, termino llorando y no sé si estés dispuesto a escucharme llorar. Pero, te aseguro que aguantaré lo más que pueda -él asintió y suspiré-. Murió hace dos años en un accidente automovilístico. Fue en mi cumpleaños número 16. Tenía una reunión en mi casa y él se ofreció a ir por el pastel, pero tardó demasiado. Hablaron a casa desde el hospital y... -mi voz se comenzó a cortar y tomé aire-. Llegamos, pero él ya había muerto. No alcancé a despedirme de él y... lo extraño mucho, más de lo que te puedas imaginar.
- Lo lamento mucho... -susurró suavemente y luego alzó una mano tratando de alcanzar la mía, cuando lo hizo entrelazo sus dedos con los míos. Bajé mi mirada y cuando apreté mis ojos, mis lágrimas cayeron por si solas.
-Es por eso que me la paso viendo hacia la ventana, me gusta recordarlo de vez en cuando -sonreí y con mi otra mano limpié mis mejillas, pero continuaba su mano entrelazada en la mía-. ¿Qué pasó con tu mamá? ¿La ves seguido?
- ¿A qué te refieres con que si la veo seguido? -preguntó.
-Scott me dijo hace tiempo que se fue... -susurré-. ¿No van a visitarla ya?
Noté bajo la tenue luz como su boca temblaba-. Scott... -susurró-. ____... Mamá falleció hace 6 meses. Ella tenía un problema en el corazón... Una mañana simplemente no despertó. Ojala se hubiera ido a alguna parte, pero no es así. Ella no nos abandonó, tuvo que irse.
Pestañeé un par de veces y no pude evitar detener mis lágrimas una vez más. Cubrí mi boca con mi mano y pasé saliva. Él me entendía... Joel me entendía mejor que nadie, sabía el dolor que yo sentía... y no podía imaginar cómo se siente ahora mismo. Mi padre falleció hace dos años y no he podido superar su pérdida... pero ella tiene apenas medio año de que perdió la vida, Dios mío. Me acerqué a él y lo abracé tan fuerte como pude, él al sentir mis brazos se estremeció un poco y después simplemente colocó sus manos en mi espalda.
-Ella está bien... te ama -susurré en su oído. Él se quedó en silencio mientras yo trataba de consolarle, pero entonces algo vino a mi mente. Mi madre comenzó a verse con Christian hace un año, yo no estaba de acuerdo pero la mamá de Joel aún estaba viva en ese entonces. La sangre comenzó a hervir dentro de mí y traté de dejarlo pasar para cuando mamá estuviera frente a mí. Ahora estaba enfadada... y tenía que tratar de disimularlo frente a Joel . Me separé de él y tomé su mano una vez más. No decía nada y simplemente lo veía, tratando de imaginar la profundidad que estaba antes en sus ojos.
- Yo no soy bueno diciendo como me siento, así que solo me quedare callado -susurró- duerme otra vez. Mañana será un día largo.
-No digas nada, así no me quitas la inspiración -reí bajito y me levanté de la cama soltando su mano. Una vez más me acomodé en el sofá y cerré los ojos para tratar de dormir ahora.
...
- Shhh no hagan ruido -escuché que alguien susurraba-. Hombre, no puedo creer lo que te pasó, de verdad que lo lamentamos.
- No pasa nada, sobreviviré -se encogió de hombros-. Aunque no te niego que tengo ganas de golpear a medio mundo -abrí levemente los ojos y noté que la habitación estaba repleta de hombres y varias chicas. Cerré mis ojos como si nada hubiera ocurrido y seguían hablando sobre quizá... cosas del equipo de americano. Joek no dejaba de hablar... y se escuchaban voces que nunca más había oído en este tiempo que llevo en casa de los Walker.
-Tu hermana es preciosa... -habló uno de los chicos que estaban ahí. Y, podría decir que lo dijo como un halago... pero eso parecía como si quisiese acortejarme de alguna manera... un poco vulgar.
- Lo es, sus ojos aún más pero está dormida y con suerte dejaré que te le acerques, cuando así sea... espera a que me acostumbre a no ver y te golpearé tan fuerte que desearás no verla jamás -las risas se hicieron presentes por parte de él y sus amigos-. Pero lo digo enserio.
Sonreí de lado y me abracé un poco más a mí. A partir de ahora tenía que comenzar a actuar... y hacer como si no hubiera escuchado nada de eso. Lentamente comencé a abrir mis ojos y una chica se percató de eso. Me sonrió y después me enderecé en el sofá, haciendo que las miradas se dirigieran a mí. Traté de quitar el brillo de mi cara con mis manos y seguía con mis ojos un tanto cerrados, acostumbrándome a la luz.
-¿_____? -preguntó una chica con cabello rojizo.
-¿Hola...? -susurré y sonreí, provocando que las personas que estaban ahí rieran un poco.
- Hey -saludó Joel con media sonrisa- ve a lavarte la cara, luego te presentaré a la otra raza. Comienzo a pensar que hay mucha gente que tienes que conocer.
Sonreí y me levanté esquivando a las personas que estaban ahí. Saqué el cepillo de dientes de mi maleta y me encerré en el baño. Lucía extrañamente bien... como si no me hubiera desvelado nada. Lavé mis dientes y después mi cara. Até mi cabello a una coleta y suspiré antes de salir. Me veía sumamente ojerosa y no me gustaba, pero tendría que salir así de todos modos. Creo que me veía presentable... solo un poco, no daba tanta vergüenza.
- ¿Volviste? -escuché a Joel.
-Sí... hola -sonreí por milésima vez en este momento y caminé saludando a sus amigos y amigas. La mayoría eran mucho más altos que yo... pero bueno, al lado de mí cualquiera se vería sumamente alto. Había una chica que no dejaba de sonreír al verme, parecía como si le inspirara ternura o algo parecido y eso era algo a lo cual no sabía cómo reaccionar-. Me llamo _____-susurré.
- Creo que todos nos enteramos cuando llegamos -murmuró uno que creía que se llamaba James.
- Eh, ni la mires que es mía -dijo alguien en silla de ruedas en la entrada, reí, era Parker el paciente del piso de arriba. Me encogí de hombros y ahora ni siquiera quería ver de qué color se encontraba mi rostro. Caminé hacia Parker y lo saludé con un beso en la mejilla.
-Te ves muy bien como para haberte desvelado ayer -sonrió y reí, porque creo que decía la verdad y por primera lo admitía.