Camila se había quedado paralizada en medio del pasillo, ella no había visto a la hermosa chica que estaba enfrente de ella pero con solo oír su voz Camila supo que esa chica que había chocado con ella le iba a cambiar la vida, ella no sabía si para bien o para mal, pero estaba segura de que ella haría todo lo posible por no sentir lo que esa voz angelical le había echo sentir, ella no sabía lo que estaba sintiendo, pues nunca había sentido amor, bueno ella sabía que sus padres adoptivos y sus dos hermanas le daban mucho amor, de hecho ella sabía que era a la que más cuidaban en esa familia y eso que Sofía Cabello era la menor de las tres hermanas Cabello.
Camila amaba a sus dos hermanas la mayor de ellas llamada Vanessa siempre estaba pendiente de ella, claro que ella no sabía lo que su hermana estaba sufriendo ni lo que se hacía a si misma, Camila empezó a hacerse daño el día que cumplió los 15, ese día la cambio para siempre, ahora siempre qué sentía dolor emocional, ella quería sentir dolor físico. Pues tan solo con 1 año ella había visto como un hombre armado entraba a su casa y mataban a sus padres, aunque ella no entendía nada, nunca podrá sacarse la imagen de su papá con un balazo en la cabeza en medio de la sala de la casa, tampoco olvidara las palabras de su mamá cuando le dijo lentamente antes de morir que la amaba y que este no era un adiós, era un hasta luego.
Camila sacudió su cabeza saliendo de sus pensamientos y decido salir de la escuela, no se sentía bien como para seguir ahí, ella sabía que esto le provocaría problemas en sus calificaciones pero no le importaba ya que era un chica de A+, así que ella sabía que podía recuperarse fácilmente. Llego a su casa unos 10 minutos después, tocó la puerta pues no traía llaves, ella sabía que le abriría "nana" que era la señora que hacia la comida para las hermanas Cabello ella era como su abuela, por eso el apodo de nana, pues ella cuido de Vanessa cuando era una bebe, también cuido de Sofía y lo sigue haciendo ya que Sofía solo tiene 6 años y sigue siendo una niña pequeña, también cuido de Camila desde que llegó a su nueva casa con 1año, ella fue la primera persona que Camila le sonrió desde que ella la vio por primera vez en la que se convertiría su nueva casa.
Flashback
Eran las 2:00 de la tarde y los señores Cabello se dirigían hacia el hogar para niños donde se cuidaban a niños de la calle o niños que perdieron a sus padres. Los señores Cabello iban ahí todos los fines de semana para dejar regalos y un poco de dinero para ayudar a las monjas que estaban a cargo de cuidar ese hogar para niños, pero esa vez se iban a encontrar con una pequeña sorpresa, que les cambiaría la vida, y así fue. Cuando entraron una avalancha de niños de todas las edades se les acercaron diciéndoles cosas como "Volvieron" o "Trajeron regalos", ellos estaban muy entretenidos con todos los niños hasta que sintieron un par de ojos en ellos y dirigieron su mirada hacia esas miradas y se encontraron con una escena muy tierna, una pequeña castaña se aferraba a una monja que la tenía en sus brazos, sus grandes ojos cafés miraban con atención a los dos señores Cabello. Ellos solo dejaron que los demás niños le dieran un vistazo a todos los regalos que les habían traído y se dirigieron lentamente hacia la monja junto con la pequeña castaña que los veía con interés y adoración, cuando por fin llegaron hacia ellas la moja hablo.
—Hola Sinu, hola Alejandro—dijo la monja dirigiéndose más cerca de ellos, cuando hizo eso la pequeña en sus brazos se movió desesperadamente pues no quería acercarse, tenía miedo y se sentía incómoda pues algo le estaba doliendo. En cuanto Sinu y Alejandro se percataron de eso fruncieron el ceño y se dieron una mirada llena de confusión.
—¿Qué le pasa?—Preguntó Sinu a la monja que estaba tranquilizando a Camila diciéndole que en unos minutos se lo quitaba, eso hizo que la confusión creciera más en la cara de los Cabello.
—Ella no está acostumbrada a que las personas se le acerquen, tiene miedo—concluyó la monja volviendo su mirada entre los señores Cabello.
—Tiene una cara de sufrimiento—dijo Alejandro acercándose junto con Sinu.
—Oh, es que le aprietan los pantalones—dijo viendo como las pequeñas manos de la morena tiraban fuerte mente del pantalón.
—¿No le quedan?—preguntó Sinu, la monja solo se rió un momento y luego negó con la cabeza.
—No es eso, si no que le aprietan su parte intima—ahora si, ni Sinu ni Alejandro entendían.
—¿Como así?—Preguntó Alejandro.
—Ella no tiene lo que las demás chicas tienen, ella tiene el aparato reproductor de un hombre—dijo la monja balanceando a Camila en sus brazos, la morenita seguía tratando de sacarse el pantalón con desesperación ya que le dolía mucho.
—¿Entonces ella tiene un pene?—Preguntó Sinu.
—Si así es—dijo la monja—ahora tengo que ir a quitarle el pantalón antes de que siga sufriendo".
—Si quieres yo lo hago—dijo Sinu, la monja miro a los señores Cabello y luego a Camila.
—Está bien, ve con ellos Camila—dijo la monja acercando a Camila a ellos para que Camila les ofreciera sus brazos para ser cargada, pero al contrario Camila escondió su cabeza en el hombro de la monja con miedo.
—No te preocupes, ellos te quitarán los pantalones.—Camila torció su cabeza un minuto y luego de pensarlo la enderezó de nuevo y le ofreció sus brazos a Sinu para que la cargara. Sinu acepto gustosa y la llevo junto con su esposo a otro cuarto del hogar.
—Quieres que te quite esto?—le preguntó Sinu y la morenita asintió chupandose el dedo mientras Sinu la acostaba en la pequeña cama de la habitación dándole una mirada significativa a su esposo, con cuidado Sinu desabrocho el pantalón y lo fue sacando mirando a la pequeña castaña que la miraba atentamente, cuando por fin lo saco se dio cuenta de que nada había cambiado en la cara de Camila.
—¿No te sientes aliviada?—Le preguntó Sinu.
—Tal vez también le aprieta el pañal—dijo Alejandro, entonces en ese momento Sinu bajo sus manos hacia el pequeño pañal azul de la morena y se lo fue quitando lentamente, cuando las partes íntimas de la morena fueron liberadas la morena se levanto de la cama y cómo pudo empezó a medio caminar a tropezones hacia Sinu que la miraba atentamente, cuando la morenita llegó hacia Sinu envolvió a esta en un abrazo que conmovió a los dos señores Cabello, en ese momento supieron que nadie les podía quitar la idea de adoptar a Camila y darle todo ese amor del que ese pequeño cuerpo era necesitado.
Cuando por fin la pudieron adoptar, aunque todavía no era oficial, era un proceso que llevaba días, hasta meses, pero cuando pudieron ponerle de vuelta el pañal y los pantalones la llevaron hacia su casa para que conociera a su nueva hermana mayor, cuando llegaron y abrieron la puerta se encontraron con Manuela la que ahora contaba con el apodo de nana, ella los miro con confusión pues en los brazos de Sinu estaba una morenita dormida. Después de unas horas los señores Cabello le contaron todo a Manuela. Un llanto resonó en la parte superior de la casa, Sinu subió rápidamente y se encontró con Camila tratando de ser cargada por su hermana de 6 años o en el caso de Camila un niña extraña de 6 años.
—Mira mamá lo que encontré en tu habitación—dijo Vanessa apuntando hacia Camila que miraba entre pequeños sollozos a Sinu, pues se había tranquilizado cuando vio a la señora Cabello aparecer por la puerta de la habitación.
—Vanessa ella es tu hermana menor, se llama Camila—dijo Sinu cargando a Camila y desordenándole el cabello a su hija mayor.
—¿Mí hermana menor?—Vanessa hizo un cara de confusión.
—Si, tu hermana menor ¿no te agrada la idea?—Le preguntó, mientras Camila se acurrucaba en sus brazos
—Me encanta la idea—dijo Vanessa acercándose a Camila.
—Hola hermanita bebé—dijo Vanessa dándole un beso en su cabeza cómo pudo.
—ahora vamos, a que conozcas a Manuela ella es una persona increíble—dijo Vanessa agarrando la mano de su mamá para guiarla escaleras abajo para ir junto a Manuela, en cuanto llegaron abajo Manuela se reunió con ellas al igual que Alejandro.
—Hola Camila—dijo Manuela dándole un pequeño apretón en uno de sus cachetes, Camila sonrío, y todos en la habitación en especial Sinu y Alejandro se sorprendieron ya que no la habían visto sonreír en todo el día.
—Yo soy tu hermana mayor, me llamó Vanessa—se presentó la susodicha.
—Vaaan—dijo Camila alargando la palabra y aplaudiendo, en ese momento todos los presentes en la habitación murieron de ternura.
Fin del flashback