Era un día normal o eso era lo que pensaba Lauren. Eran las 7:45 iban tarde a su clase gracias a que Normani quería que Lauren pasara por ella.
—Ves por tu culpa llegaremos tarde.—Normani solo movió su mano en des entendimiento.
—Claro que no, es tu culpa por no haber venido por mi antes—Eso no era cierto pues Lauren se había levantado una hora antes para llegar temprano.
—Que mentira más grande—dijo Lauren estacionando su auto en la entrada del instituto.
Las dos chicas se apresuraron a llegar a su clase de química con las que la compartían con sus otras dos amigas. Tocaron la puerta, el profesor Rodríguez les abrió la puerta, les advirtió que era la última vez que las dejaba pasar. En cuanto Lauren y Normani entraron, distinguieron a sus dos amigas guardándoles dos lugares enfrente de ellas.
—Llegaron tarde chicas—dijo Ally moviéndose en su asiento.
—Si no me dices ni cuenta me doy—esta vez fue Normani la que contesto antes de tirarse en su asiento.
Desde el otro lado del salón en la parte de atrás del lado derecho donde estaba la ventana, una chica de cabello castaño trataba de hacerse un moretón con la esquina de su silla, ella estaba tan entretenida en hacer eso que no se dio cuenta que la clase había empezado, cuando por fin logró su cometido, sonrío al sentir el dolor que el golpe le había proporcionado en él dorso de su mano izquierda.
Pasó la hora de clase y llego la hora del almuerzo, Lauren junto con sus tres amigas se dirigieron hacia la cafetería.
—Necesito ir al baño las alcanzo después—dijo Lauren rápidamente, para dar un giro hacia la dirección contraria para poder llegar hacia el sanitario, iba tan rápido que no se dio cuenta que una chica de ojos marrones iba caminando en dirección contraria hacia la de ella. La chica de ojos color café estaba leyendo un libro, hasta que sintió un golpe en su hombro tirando su libro.
—Oh disculpa, no me fijé—dijo la chica de ojos esmeralda.
—No t-te pre-preo-preocupes—dijo la chica recogiendo su libro, con su mirada fijamente en el suelo.
Lauren al ver a la chica pequeña, sintió un leve movimiento en su estómago, sentía que su corazón palpitaba tan fuerte, que pensaba que la otra chica lo podía escuchar.
—¿Segura que estás bien?—Preguntó viendo cómo la otra chica no hacia ningún esfuerzo en levantar su mirada, eso le provocó un dolor en el estómago, pero ella no entendía por qué le pasaba esto.
—si, es-estoy bien—dijo la chica pequeña moviéndose desesperadamente, queriendo ya poder irse.
—Okay, adiós—dijo la chica de ojos esmeralda pasando alado de la chica para poder por fin llegar hacia los sanitarios, "ojalá nos veamos por ahí" pensó la chica de ojos cafés.