Mientras muevo la espátula por la sartén para preparar los huevos revueltos para desayunar, mi mente está en cualquier otro lado menos en la cocina.
Por más que lo intente, no puedo dejar de darle vueltas a la noche de ayer. Absolutamente cada momento está presente en mi mente, y a pesar de mis esfuerzos, los recuerdos vuelven a aparecer; una y otra vez. Desde el momento en el que bajé las gradas y vi a Alex esperándome en la sala junto a mis padres, una sensación completamente indescriptible se apoderó de mi por el resto de la noche. Era una mezcla de nervios, emoción y cosquillas en el estómago; ni siquiera sé como ponerlo en palabras. Cada vez que nuestras manos se tocaban, sentía electricidad transportarse por todo mi cuerpo, justo cómo lo hacía hace cuatro años cuando aún estábamos juntos. Y cuando nos mirábamos fijamente a los ojos, los recuerdos y sensaciones de nuestra relación me invadían de golpe, sobresaltándome y dejándome sin saber cómo actuar.
Trato de encontrarle un sentido o una explicación del por qué experimenté todas esas cosas cuando lo nuestro acabó hace cuatro años y cada uno continuó con su vida y conoció a otra persona; y ambos nos encontramos enamorados y felices en nuestras respectivas relaciones, y la única cosa que se me ocurre es que mi subconsciente hizo resurgir todas esas sensaciones simplemente por hábito de costumbre. Tiene que ser eso ya que claramente ninguno de los dos siente algo por el otro más que simple cariño. Y eso es algo inevitable. Estábamos realmente enamorados en el pasado y fuimos muy importantes en la vida del otro, es natural que siempre vayamos a estar conectados de alguna manera.
Es por eso que el habernos dicho todo lo que nos teníamos que decir y que habíamos tenido guardado dentro nuestro por todo este tiempo era realmente necesario. Fuimos cien por ciento sinceros el uno con el otro y no nos quedamos con nada en nuestro interior. Es decir, fue bastante doloroso el escuchar algunas cosas debido a la manera y circunstancias por las que terminamos, pero teníamos que sacarnos esas espinas enterradas en el corazón si es que queremos que compartir la custodia de Mia funcione; tanto por nuestro bien como por el suyo.
Pero el momento que no puedo dejar de repetir es el de nuestra despedida en el auto. Por qué tuve que darle un beso en la comisura de sus labios? Esa no era mi intención para nada. Obviamente el vino tuvo algo de culpa, pero, que tal si no? Dios, qué debe haber pensado él? Me muero de vergüenza solo con recordar el momento, no quiero pensar en cómo me voy a sentir cuando lo vea de nuevo.
El sonido de una notificación en mi celular hace que vuelva al presente, justo a tiempo ya que los huevos estaban por quemarse. Apago el fuego aliviada de no haber echado a perder el desayuno y estiro mi brazo para tomar mi celular. Lo desbloqueo y me sorprendo al ver que se trata de un mensaje de Juliet.
''Hola Kendall, cómo estás? Te escribo para decirte que hoy es mi prueba del vestido de novia a eso de las cuatro de la tarde y realmente me gustaría que me acompañaras. Podrías hacerlo?- Juliet''.
Vaya, eso de verdad que no me lo esperaba. Pero obviamente que tiene sentido que me lo pida ya que soy su dama de honor y esa es una de las cosas que se supone que tengo que hacer por la novia, lo que significa que por más que quiera no puedo decirle que no. Qué estaba pensando en el momento en que acepté ser su dama de honor?
''Claro, mándame la dirección y estaré ahí :) -Kendall''.
Mando mi respuesta y no tardo en recibir la suya:
''Gracias! Nos vemos ahí, dama de honor ;) -Juliet''.
Ni bien termino de leer su mensaje y bloquear mi celular, siento unas manos posarse en mi cintura causando que pegue un pequeño brinco por el breve susto que sufro antes de darme cuenta que se trata de Luke.
Me giro para quedar de frente a él, y antes de que siquiera pueda desearle los buenos días me jala hacia él y me besa con pasión. Me sorprendo pero eso no me detiene y le devuelvo el beso. Si hay algo que hay que reconocerle a este chico es que besa realmente bien, y eso no es algo que se encuentre con mucha felicidad. Paso mis manos por su pecho desnudo, ya que se encuentra sin camiseta y lo único que tiene puesto es un pantalón corto y él suelta mi cintura para acariciar mis piernas. Con un movimiento me levanta y hace que las envuelva alrededor de su cintura. Me sostiene por el trasero y comienza a caminar. Agradezco que mis padres no se encuentren en casa y que se hayan llevado a Mia con ellos, porque de otra manera nos veríamos interrumpidos y eso es lo que menos quiero en este momento. Hace mucho que no estábamos juntos de esta manera y la verdad es que lo necesitaba y lo deseaba con muchas ganas.
Jalo suavemente su cabello y él gime con suavidad sin dejar de besarme ni de avanzar. De repente siento cómo me deja caer sobre una superficie blanda y me doy cuenta de que nos encontramos en uno de los sofás de la sala. Se cierne sobre mí sin dejar de besarme y yo ya no puedo esperar más. Llevo mis manos al borde de la camiseta que traigo puesta para quitármela, pero él me detiene y se separa.
-Qué pasa?- pregunto con la respiración acelerada.
-Nada- me responde con la voz entrecortada mientras acaricia mi mejilla y acomoda un mechón de cabello detrás de mi oreja.- Te había dicho lo hermosa que eres?- me pregunta mirándome fijamente a los ojos.
-Muchas veces- contesto sonriendo hipnotizada por el verde en su mirada.
-Nunca van a ser suficientes.- habla y se levanta de encima mío confundiéndome.- Kendall, hay algo que quiero decirte.
Se sienta en el borde del sofá y yo hago lo mismo quedando frente suyo. De repente me pongo nerviosa ya que no se me ocurre sobre que quiere hablar y me asusto ya que tengo miedo de que sea sobre Alexander y la salida de ayer.
-Qué cosa?- pregunto jugando con mis manos sin saber que esperar.
Luke se acomoda mejor en el asiento y su semblante se torna serio, pero lo conozco tanto que también me puedo dar cuenta que él también se encuentra bastante nervioso, y no se si eso es algo bueno o algo malo. Acaso va a terminar conmigo? No sé que pensar y la incertidumbre me está matando.
-Desde el momento en el que te conocí, me pareciste una chica increíble. Pero cuando comenzamos a pasar más tiempo juntos, ya no podía verte solo como una amiga porque sin darme cuenta me había enamorado.- hace una breve pausa y esboza una tierna sonrisa, causando que yo también sonría.- Comenzamos una relación y luego me dijiste que tenías una hija. No voy a mentir, esa noticia me asustó bastante ya que no me sentía listo para ser padre, pero luego conocí a Mia y también me enamoré de ella.
-Y no sabes lo mucho que te amo por eso.- lo interrumpo tomándolo por las manos. Y es la verdad. La aceptó como si fuera suya cuando podría haberse ido corriendo al enterarse.
-No me distraigas- dice y ambos reímos.- Tengo tantas emociones intensas revoloteando en mi cabeza y en mi corazón que necesito ordenarlas. Hemos vivido tantas cosas en este año de relación que se siente cómo si hubiera sido toda una vida, y a pesar de que tú siempre decías que querías ir despacio ya que acababas de salir de una relación larga nuestro amor cada vez fue en aumento y ya no nos preocupamos por eso. Dicen que algo como esto sólo se siente una vez en la vida. Dicen que cuando llega el verdadero amor, se nota. Y en este tiempo he confirmado mis sospechas: te adoro irremediablemente y no voy a luchar contra ello.-se queda callado y traga saliva. Mi corazón comienza a latir con fuerza en el momento en el que lleva una de sus manos a su bolsillo y saca una pequeña caja de terciopelo azul. Esto no puede estar pasando en este momento.- Iba a hacer esto llevándote a cenar ya que quería que el momento sea perfecto, pero siento que no va a haber mejor momento que ahora.
-Luke...- hablo sin saber que decir para que se detenga, pero él abre la cajita revelando un hermoso anillo de diamante dejándome atónita.
-Te amo Kendall, y no puedo esperar para oficialmente formar una familia contigo y con Mia. Te casarías conmigo?
Mil y un pensamientos galopan por mi cabeza y mis sentimientos se arremolinan como un huracán apenas termino de escuchar su pregunta. Me quedo mirando al hermoso anillo que compró para mi ya que no puedo mirarlo a los ojos. Hace tan solo un momento estaba pensando en mi ex novio y en lo confundida que estaba después de nuestra salida, y ahora el que me diga todas estas cosas tan lindas y me proponga matrimonio me hacen sentir realmente culpable y no sé porque. Es decir, no siento nada por Alex y tampoco hicimos nada malo, entonces que es lo que me pasa? Sé que amo a Luke y sé que quiero pasar el resto de mi vida a su lado, entonces porque no puedo responder? Entro en pánico por su pregunta y en ese momento me doy cuenta que es porque tengo miedo. Miedo a que al comprometernos todo salga mal y termine con el corazón roto. No quiero terminar lastimada.
Siento cómo mis ojos comienzan a llenarse de lágrimas y enseguida siento cómo una de sus manos se posa en mi mentón y hace que levante mi mirada para verlo.
-Mi amor, que te pasa?- pregunta con dulzura.- Lo siento, no quería que te pongas así.
-No, tu no hiciste nada mal- le digo para tranquilizarlo.-Es solo que...
-No tienes que decir que si. Sabía que no debería haberme apurado. - aparta la mirada con tristeza y quiere alejarse pero yo lo tomo de la mano que tiene libre y lo detengo.
-Ese es el problema. Cada fibra dentro de mí muere por gritar a los cuatro vientos lo mucho que te amo y decirte que si. Pero tengo miedo que al hacerlo todo cambie y al final terminemos lastimados- admito.
-Eso jamás va a pasar. Lo último que quiero es que tu o Mia sufran, jamás haría algo para causarles daño. Prometo que siempre voy a cuidarlas y amarlas sin importar lo que pase. Son lo más importante en mi vida y siempre lo van a ser. Que dices?- vuelve a enseñarme el anillo y observo el brillo en sus ojos.
-Está bien. Si quiero casarme contigo- acepto sonriendo y él no espera ni un segundo para besarme.
-Me acabas de hacer el hombre más feliz del mundo- dice una vez que nos separámos mientras esboza una enorme sonrisa. Toma mi mano izquierda y luego de sacarlo de la caja, desliza el anillo por el dedo anular.- Y prometo que yo voy a pasar cada día del resto de mi vida haciéndote la mujer más feliz del mundo.
-Ya lo soy- le digo y me lanzo a sus brazos para abrazarlo con fuerza.
De todas las maneras en las que me imaginé que este día iba a transcurrir esta definitivamente no era una de esas. Me pasé toda la mañana observando mi anillo sin importar que era lo que estaba haciendo, no podía quitar mi vista de él. No solo porque era realmente hermoso, sino por todo lo que implicaba. Wow. Voy a casarme. No sé cuanto tiempo voy a tardar en asimilarlo, pero sé que estoy tomando la decisión correcta. Luke me ama tanto a mi como a mi hija y es un chico excelente, así que esto no es más que una formalidad ya que en realidad ya prácticamente teníamos una relación bastante seria.
Luego de que desayunamos, Luke y yo nos la pasamos hablando del futuro y de todos los planes e ideas que teníamos para la boda y ni siquiera nos dimos cuenta de lo rápido que se pasó el tiempo. Mis padres volvieron a la casa después de pasar toda la mañana con su nieta y cuando les dimos la noticia nos felicitaron diciéndonos lo felices que se encontraban por nosotros. Mamá incluso derramó un par de lágrimas y Mia simplemente estaba feliz porque ahora Luke iba a vivir con nosotros, lo que me pareció realmente tierno.
Las horas se pasaron a tal velocidad que para cuando me di cuenta ya era hora de ir a la prueba del vestido de Juliet. La verdad es que no tenía muchas ganas de salir en este momento y mucho menos de acompañar a la futura esposa de mi ex novio a medirse el vestido que usará en su boda, pero ya prometí que lo haría así que no puedo echarme para atrás.
Me alisté lo más rápido que pude y luego de despedirme de mi familia, obviamente después de asegurarles que iba a llegar a tiempo a la cena para celebrar mi compromiso, salí hacia la dirección que Juliet me mandó.
No tardo mucho tiempo en llegar, y cuando estaciono el auto y veo la entrada del lugar me quedo impresionada por la belleza de este y de lo lujoso que se ve. Me quedo observando los vestidos que se encuentran expuestos en la vitrina, uno más lindo que el otro, y el tan solo pensar que dentro de poco voy a ser yo la que va a tener que elegir uno es algo surrealista.
Suelto un largo suspiro y entro a la enorme tienda donde el color predominante es el blanco sin importar en que dirección mire. Avanzo hasta una especie de recepción en donde una amable chica me atiene. Le pregunto si sabe dónde se encuentra Juliet y ella me guía hasta la habitación donde se está realizando las mediciones. Lo bueno es que ella ya escogió el vestido y solamente tiene que hacerle unos ajustes, ya que de otra manera no sé si hubiera podido haberla ayudado ya que no tengo idea de cual es su estilo ni mucho menos.
Entro al salón, dónde lo único que hay son un par de asientos, muchísimos espejos y dos cortinas color guindo y no hay absolutamente nadie dentro. Observo la hora en mi reloj en caso de que haya llegado demasiado temprano, pero en realidad llegué como diez minutos tarde, por lo que Juliet ya debería estar aquí.
-Juliet?- pregunto dubitativa.
-Kendall, estoy aquí!- escucho su voz venir de detrás de las cortinas.- Qué bien que ya llegaste, necesito tu opinión. Lista?
-Claro- contesto un poco sorprendida por la rapidez de todo esto.
Sin perder ni un segundo más, Juliet abre las cortinas y sale posando con las manos en su cintura y una sonrisa enorme en su rostro. La observo de pies a cabeza y me quedo sin palabras por lo hermosa que se ve. Su rubio cabello cae por sus hombros y el vestido le queda simplemente perfecto. Está lleno de detalles muy delicados en el escote, el cual es de tipo corazón. Su falda es vaporosa y está hecha de un suave tul de seda que le añade esa magia especial. Además, posee un drapeado justo en el escote y llegando hasta la cintura donde termina en un precioso detalle a la altura de la cintura.
-Y, te gusta?- me pregunta poniéndose en frente de los espejos y girando sobre su centro.
-Me encanta- contesto con sinceridad.- Te ves preciosa.
-Gracias! No sabes lo mucho que me alegra el escucharte decir eso. - dice contenta.- He estado tratando de perder peso para verme increíble en este vestido y saber que el esfuerzo valió la pena me pone increíblemente feliz. Entonces, no necesita ningún otro cambio?
-Si sigues bajando de peso vas a desaparecer- comento con un poco de celos y ella se ríe.- No, te queda perfecto.
-Bien. Me alegra que por fin ya puedo tachar esto de mi lista y lo mejor de todo es que lo hicimos increíblemente rápido, justo a tiempo para que Alex me venga a buscar.- dice y vuelve a entrar al vestidor para cambiarse.
-Alex va a venir?- pregunto y de repente los nervios me invaden.
-Si, de hecho ya debe haber llegado. Me harías un favor? Podrías ir a la entrada y esperar junto a él mientras me cambio?- pregunta y no me queda otra que aceptar.
Salgo de la habitación y hago mi camino hacia la entrada de la tienda jugando con mi anillo sin saber cómo Alex va a actuar después de ayer ni cómo le voy a contar sobre mi compromiso. Justo en el momento en el que llego, la puerta principal se abre y Alex entra al lugar.
Inmediatamente levanta la cabeza y nuestras miradas se juntas. Nos encontramos frente a frente y ninguno dice nada por un breve momento, simplemente nos miramos hasta que él rompe el silencio.
-Hola Kendall, cómo estás?- pregunta cómo si nada y yo sonrío aliviada al saber que no hay ninguna incomodidad de su parte y que seguimos en buenos términos.
-Bien. Vine a acompañar a Juliet- digo apuntando hacia atrás y en ese mismo momento veo que él frunce el ceño.
-Y ese anillo?- me pregunta y es ahí que me doy cuenta que lo vio y no hay vuelta atrás.
-Esta mañana Luke me propuso matrimonio y... acepté- digo y esbozo una leve sonrisa para alivianar la tensión que de repente se acaba de apoderar del ambiente.
-Escuché bien?- interrumpe Juliet en el momento en el que Alex está por decir algo para después abrazarme con efusividad.- Felicidades Kendall! Hacen una hermosa pareja.
-Si, felicidades- dice Alex una vez que nos separámos.- Luke es afortunado de tenerte.
-Gracias- contesto simplemente a los dos pero en realidad concentrada en la expresión de Alex, el cual solo me dedica una de sus sonrisas, y por lo que puedo notar se ve honesta.
-Bueno, ahora te toca a ti escoger un vestido blanco- habla Juliet guiñándome un ojo- Bueno, ahora tenemos que irnos para ensayar para nuestro primer baile, pero muchas gracias por venir Kendall.
-No hay de que- le respondo.- Yo también tengo que irme, mi familia me está esperando.- añado.
-Adiós!- se despide ella primero y sale de la tienda.
-Nos vemos- me dice Alex y la sigue para después subirse al auto y arrancar para irse de ahí.
Yo también salgo de la tienda y me subo al auto para comenzar a conducir a mi casa, con tiempo de sobra y confundida por toda la conversación con Alex y su reacción, que aún no logro descifrar si fue positiva o negativa.