Tenía ya mucho tiempo atrás en el que Alison había sentido calor en su cuerpo, había perdido ya el correr del tiempo, lo que más deseaba en esos momentos era un reloj que le indicara la hora de su estadía en aquel cuarto de reyes que comenzaba a parecerse más a al cuarto de un loco de un manicomio.
Jamás se había sentido tan débil, sentía que su cuerpo se había convertido en una saco de huesos, su respiración era tan débil y lenta que sentía morir sus pulmones. Con todas sus fuerzas levantó su mano, llevándola desde el colchón de la cama hasta su frente, lentamente evaluó su temperatura, nunca antes había estado tan fría, podría jurar que si seguía así la escarcha comenzaría a propagarse dentro y fuera de ella.
Sin embargo siguió haciéndose de sus fuerzas más recónditas de su alma para lograr ponerse de pie y con ayuda del soporte de algunos muebles poder moverse y andar hacia la puerta. Fue así como entre jadeos de dolor y la vista borrosa, Alison logró salir de la habitación.
—¡Alison!. ¡¿Qué tienes?!—escuchó el grito de su hermano desde el otro lado del pasillo.
El joven Dylan corrió con los brazos extendidos hacia su hermana, pues lucía tan débil que bien sabía que en cualquier momento esta se desplomaría en el piso.
—Dylan—Alison pronunció débilmente su nombre cuando se dejó caer en los brazos de su hermano a mitad del pasillo.
—¡Por Favor!—exclamó Dylan desesperado mientras su mirada recorría el cuerpo de su hermana en busca de alguna herida de sangre—. ¡¿Dime que tienes?!.
—Fueron ellos...
Aquellas letras fueran las últimas emitidas por la joven, cuyos ojos se cerraron completamente para volver a la negrura del mundo que la rodeaba.
—¡Esto se está saliendo de control!—gritó con furia el hombre mientras tiraba de un impulso la pequeña mesa de su costado al suelo.
—Tenemos que hacer algo, y rápido—inquirió el otro mordiéndose las uñas de la mano izquierda como si eso lograse resolver sus problemas.
—El ejército es una pequeña bola de nieve, ellos son una avalancha, nos matarán y conquistarán—se refirió el hombre de ojos oscuros mirando la ventana que daba al bosque donde las tropas infinitas del enemigo acampaban.
Aquella mañana fría llegó con un mensaje aún más congelante que el mismísimo clima. Una proclamación de guerra de Carlomen a sólo dos días. Esta vez firmada de puño y letra escarlata del nuevo Tisroc, sin ningún tratado previo, ni mucho menos algún deseo de llegar a un acuerdo para impedirlo.
La furia de los carlomenos había sido desatada, y no era para menos, el rey de Narnia, Caspian décimo había matado a sangre fría, no sólo a su rey sino también al heredero de su trono. Narnia ahora debía de pagar cada gota derramada y eso solo se podía lograr con un acuerdo de sangre y muerte.
Toda la Corte Real estaba desesperada, algunos se rompían la cabeza en busca de la más mínima solución o la más inútil estrategia de guerra, sin embargo existían otros que depositaron sus últimas esperanzas en rezos y en la resilencia del porvenir de la conquista de Narnia y con ella el llegar del dolor y de la muerte a los suelos de la nación.
—¡Debe existir algo que podamos hacer!. ¡No pienso quedarme aquí con los brazos cruzados viendo cómo el rey de Narnia se rebaja a combates de espada con una doncella!—exclamó el hombre de cabello claro, cuyos ojos ahora se habían tornado rojos.
—¡Basta!. ¡Suficiente!. ¡Te mandé a llamar para encontrar una maldita solución!. Si no aportas nada es mejor que te largues, haré esto con o sin tu ayuda. Sólo espero que elijas bien de qué lado estar—le amenazó frente a frente el hombre de ojos negros a su compañero de crimen.
El hombre de cabellos claros agachó la cabeza, rendido, su temor era mayor que su orgullo, si Narnia caía en manos extranjeras, él y todos los que amaba terminarían en la hoguera como muchos de los demás ciudadanos.
Aunque en el fondo de su alma sabía y conocía bien el riesgo que esto implicaba, sabía bien que era la única salida que tenían.
—Pero tal vez si llamamos a Aslan podría venir, como en la última batalla—trató de convencerse a sí mismo de una última solución.
—Él ya no vendrá, el mundo se ha vuelto demasiado oscuro para una sola estrella. Si ellos atacan con sed de maldad entonces debemos de responder con lo mismo—determinó el de pelo negro—. Está noche debemos de ir por ella, solo la sangre real de un corazón noble puede despertarla, solo ella completará el ritual—continuó el hombre recordando aquella vez que casi se logró efectuar.
Pero esta vez ya no habría fallos, ya no debía de haber, ahora había investigado y leído un sin fin de antiguos libros y pergaminos en busca del ritual.
Su compañero de mal, sintió un ligero golpe en el corazón, pero sólo fue eso, un pequeño soplo de dolor, como cuando te pinchas el dedo con una aguja, sin duda la maldad y el orgullo que ahora reinaban su ser habían extinguido todo apéndice de bondad y amor en él.
—Sé que lo que estamos a punto de hacer es más peligroso y malvado que él mismísimo Astan, pero si ello nos libra de los carlomenos entonces debemos hacerlo—el hombre tomó su copa de vino y la levantó en un brindis—. ¡Por Narnia!.
—¡Por Narnia!—finalizó el otro el brindis ocultando una sonrisa retorcida.
Aquel hombre de ojos y alma oscura no sólo quería deshacerse de la guerra sino lo que más ansiaba y motivaba era el acabar con cada uno de sus enemigos sin importar el riesgo o costo que esto le involucrase.
Esa noche aquellos hombres que discutían en una de las habitaciones del castillo de Beruna iban a despertar a la maldad y el odio. Iban a reencarnar a la misma muerte.
Iban a despertar a Jadis.
La joven Lucy colocó el pañuelo húmedo sobre la frente de Alison, quien al sentir la humedad de este se retorció ligeramente entre las cobijas y abrió los ojos lentamente.
—Has despertado—habló con una sonrisa amable la reina de Narnia.
Alison la miró confundida para después girar la mirada a la habitación, de nuevo había regresado solo que esta vez tenía las suficientes fuerzas como para incorporarse en la cama.
—¿Qué ha pasado Lucy?—la mente de Alison estaba en un estado de blancura, recordando sólo fragmentos de lo que recientemente había vivido.
—¿No recuerdas nada?—le pregunto la joven reina.
—Lo último que recuerdo fue estar aquí sin poder moverme después de algo que parecía ser un sueño—se refirió Alison al ritual en el que habían participado.
—Saliste de la habitación hacia el pasillo, Dylan te encontró y caíste desmayada, después de eso te trajo de vuelta aquí y yo me ofrecí para cuidarte—explicó Lucy. Tras un silencio de comprensión de parte de Alison, decidió continuar preguntado—. ¿Cómo te sientes?.
—Mejor, de hecho ya no siento nada del malestar que tenía—Alison hizo a un lado las cobijas con intención de dejar la cama—. Lucy agradezco mucho tu ayuda y cuidados pero debo de hablar con mi hermano...
—Me temo que eso no es posible—le interrumpió Lucy a lo que Alison se detuvo de golpe.
—¡¿Está bien?!. ¡¿Qué le pasó?!—preguntó de inmediato alarmada.
—Tranquila Alison, tú hermano se encuentra estable—dijo Lucy colocándole una mano en el hombro para tranquilizarla un poco—. Después de verte se sintió mal, débil, igual como lo estabas tú, él y Kaya permanece en sus cuartos en recuperación.
—¿Y Thomas?—preguntó Alison.
—Desde la tarde se internó en el bosque, esperemos vuelva antes del anochecer, es peligroso, las tropas de Carlomen se encuentran acampando en las orillas—explicó Lucy tratando de sonar fuerte pero por dentro la noticia de estar a un día en guerra la golpeaba con fuerza.
—Debo de ir a verlos—Alison se incorporó de un movimiento pero en eso un dolor desde el centro de su cuerpo la hizo quejarse.
—No Alison, debes de descansar aún estás recuperándote—Lucy la ayudó a volver a la cama—. Estamos a un día de una guerra con Carlomen y debemos permanecer unidos.
Alison estaba demasiado confundida, estaban a punto de combatir contra Carlomen y ella, y su grupo tendidos en cama por un extraño dolor. Nada de todo eso tenía sentido o por lo menos para ella.
—Descansa, iré por un poco de té y comida para que recuperes tus fuerzas—dijo Lucy levantándose de la cama.
Lucy salió de la habitación y lentamente cerró la puerta, cuando iba a soltar el picaporte de esta, alguien por detrás la tomó por la boca y el cuello, forzándola a guardar silencio.
—Cierra la boca si no quieres que te corte el cuello, ¿entendido?—le amenazo una voz que hizo que sus ojos se abriesen completamente sorprendidos—. Ahora camina.
Su opresor la hizo recorrer los pasillos hasta llegar a la biblioteca principal donde la soltó y esta de inmediato gritó desesperada.
—¡Qué te sucede!. ¡Te has vuelto loco!. ¡Deja a que los reyes se enteren de esto!—gritó Lucy mirando con odio a su secuestrador.
—Nadie se enterará de nada Lucy—dijo una voz detrás de uno de los libreros, la muchacha volteó y la sombra lentamente dio a conocer su identidad.
—¡¿Qué?!. ¡Esto es imposible!. ¡¿Porqué me trajeron aquí a la fuerza?!—exigió Lucy una respuesta quien al ver al segundo secuestrador se tranquilizó pensando que lo único que deseaban esos hombres era una audiencia privada con la reina.
—Harás esto por las buenas o por las malas Lucy—explicó el primer secuestrador con una cínica sonrisa.
—¿Qué es lo que quieren hacer?.
Lucy jamás imaginó lo que aquellas almas eran capaces de hacer.
—Despertar a Jadis—respondió sin más el segundo hombre.
Lucy lo miró como si fuese otra persona, en ese momento aquel hombre había dejado de ser aquel que alguna vez ella amó. Sin embargo en ese preciso momento no le temió, aún sentía la valentía correr en ella sin importar quien fuese él, ella no le tendría miedo.
—No deben de estar hablando enserio, sé que necesitamos ayuda en el campo de batalla pero eso es un suicidio—argumentó Lucy de inmediato.
–¿Y él pelear con medio ejército de niños no lo es también un suicidio?—objetó el otro.
—Es mejor morir en el campo de batalla que de la forma que moriremos todos si la despiertan. Debemos buscar a Aslan—Lucy comenzó a perder la paz cuando el primer hombre de ojos oscuros negó con la cabeza riéndose tan malvadamente que parecía convertirse en un demonio.
—Escucha Lucy—comenzó a explicar el segundo hombre de brazos cruzados—, para revivir a Jadis debemos obtener la sangre real de un corazón noble—parecía un verdadero demente—. Y esa candidata perfecta. ¡Eres tú!—dijo fingiendo emoción el hombre de ojos oscuros.
—¡Jamás los ayudaré a hacer eso!—se negó rotundamente Lucy.
Al principio Lucy jamás imaginó que ellos serían capaces de lastimarla, hasta que tras dedicarse entre ellos una mirada, comenzaron a acercarse a ella. El primero de sus opresores sacó un pañuelo rojo entre los bolsillos de su ropa, Lucy comenzó a sospechar y a mirar la puerta con intenciones de escapar.
—Narnia está en peligro y no dejaremos que nos quiten lo que es nuestro—dijo el segundo hombre.
—Como te dijimos al inicio, haremos esto contigo por las buenas o por las malas.
—¡Están locos!. ¡Traidores!—fue lo último que gritó Lucy.
Fue entonces cuando el hombre de ojos claros se abalanzó sobre ella, Lucy forcejeó pero este rápidamente le colocó el pañuelo encima de las fosas nasales y la boca, el olor que tenia prendado el pañuelo hizo desmayar a Lucy de inmediato.
Los ojos le pesaban pero debía de abrirlos, lentamente la mirada de la reina Lucy comenzó a recobrar su fuerza, hasta que pudo reconocer el lugar donde estaba, se encontraba en las profundidades del bosque, era de noche y el frío azotaba fuerte contra su piel, intentó por instinto llevarse una mano a la frente pero fue en vano su intento al percatarse de que estaba amarrada de piernas y brazos al tronco de un árbol.
Sacudió la cabeza y comenzó a pedir ayuda. Pero todo eco de voz parecía perderse entre la oscuridad del bosque.
En eso el sonido de unas pisadas se acercó y Lucy detuvo sus gritos. Subió la mirada desde las botas hasta el rostro encapuchado, era su primer secuestrador.
—Es tiempo de que el ritual inicie—dijo el hombre.
Lucy no podía creer lo que miraba, sus manos comenzaron a sangrar en su intento de moverlas contra la soga que le quemaba la piel, pero cualquier herida era mejor comparada con la herida que tenía en el corazón al ver cómo una de las personas en las que más confió dibujaba el círculo de Jadis entre la tierra del lugar frente a ella.
—Por el poder de este cetro—pronunció quien dibujaba el círculo con la punta del artefacto—. Y con el poder de la sangre te invoco a ti, Jadis, a regresar a Narnia, al lugar que debiste gobernar.
Entonces el hombre de cabello negro sacó de su larga túnica un antiguo pergamino, y comenzó a leerlo, estaba en una lengua extraña que aunque sus secuestradores ya la habían escuchado antes, Lucy jamás la había odio. El hombre siguió hablando mientras daba vueltas en el círculo, conforme hablaba la noche parecía tornarse más oscura, siguió hablando hasta que gritó la última frase para detenerse frente a dos arboles que estaban muy juntos el uno del otro, fue entonces cuando el segundo hombre clavó el cetro en medio de los dos arboles.
Entre los dos arboles se levantó una estructura de hielo liso y completamente transparente. Y lentamente una figura endemoniada se proyectó en el hielo.
Esa figura era Jadis.
—¿Pero que tenemos aquí?. Una linda reunión de reyes y reinas de Narnia—habló Jadis con su tan identificable tono de voz—. No es necesario verlos sin capa para que no me de cuenta de quienes son. En el infierno conocemos bien a los de nuestra clase. ¡Oh!—exclamó Jadis al ver a Lucy amarrada al árbol—. Pero, ¿qué tenemos aquí?. A la pequeña de los Pevensie. ¡Cuanto has crecido!.
—¡Cállate maldita bruja!—le gritó Lucy sacudiéndose entre los nudos de la soga.
—¡Y veo que te has vuelto más rebelde!—rió Jadis—. Veo que tus lindos hermanos no han hecho un trabajo bueno con tu educación.
—¡Están locos!—gritó Lucy desesperada, su rostro estaba rojo y su cabello completamente revuelto, parecía ella la loca, pero no lo estaba, los únicos locos ahí eran sus secuestradores—. ¡¿Cómo pueden hacer esto?!. ¡Todos nosotros confiamos en ustedes!. ¡Narnia confió en ustedes!. ¡¿Y es así como les pagan?!
Lucy no aguantó más el correr de las lágrimas dejando caer su mirada al suelo, no podía mirar de frente a aquellos traidores.
—No llores querida la vida es así. La traición es el juego al cual todos alguna vez vivimos, pero en nosotros depende si queremos ser la víctima o el cazador—dijo Jadis.
—Entiende Lucy, esto lo hacemos por un bien...
—¡Por el bien de su ambición y orgullo!—gritó Lucy entre llanto. No podía creer que la imagen de sus pesadillas que jamás soñó ahora estaba de frente a ella pidiéndole unirse a la formación de esta.
—¡Si hacemos esto en un abrir y cerrar de ojos todos nos transformáremos!—habló el loco—. La trompeta sonará y los muertos resucitaran, todos seremos libres de nuevo.
—Debes unirte a nosotros—trató de convencerla el hombre de cabello claro—. Cuando se inicia una guerra, lo importante no es tener la razón sino conseguir la victoria. Salvaremos a Narnia.
—Es tu oportunidad de mostrar al mundo quien eres Lucy—el hombre de pelo oscuro se agachó frente a ella para mirarle directamente a los ojos a lo que Lucy levantó con orgullo la mirada y sin poder aguantar más la presencia de aquella escoria, le escupió en la cara.
—Que Aslan y Astan los lleve al infierno—pronunció Lucy entre dientes con el odio de una bestia.
El hombre contuvo sus ganas de darle una bofetada a la reina, a lo que simplemente se limpió la saliva de esta y se levantó de un movimiento.
—¡Vaya vaya quien lo diría parece que ahora todo mundo ah cambiado!. La pequeña se convierte en una reina malvada y los reyes se convierten en traidores—Jadis miró a los secuestradores de Lucy impresionada ante su fuerza—. Creí que nunca vendrían a mi.
—Te necesitamos Jadis—determinó el segundo secuestrador.
—Han venido al lugar indicado hijos de Adán pero ahora mi pregunta es, ¿para que quieren mi ayuda reyes de Narnia?.
Tras una pausa su voz se endureció y la noche se oscureció dándole un énfasis al nombre de los traidores.
—O debería de decir, ¿para que quieren mi ayuda Peter y Caspian?.
Hey Hola! Como están?❤️🦁
Al fin actualicé!!! 🙆♀️ Que opinan de la traición? Se la esperaban? 😱 déjenme saberlo todo eso u mas en los comentarios☝️
De verdad los quiero demasiado y como es así no quiero darles a ustedes capítulos planos y sin sentido que salen de un bloqueo de escritor, ustedes se merecen capítulos buenos
¡Espero les haya gustado el capítulo!.
Eso ah sido todo por hoy.
Gracias por leer, comentar, y votar❤️☀️
Y sobre todo gracias por su comprensión 💖
Quisiera agradecer especialmente a todos aquellos lectores que me dejaron sus lindos mensajes durante estos días que no actualicé muchísimas gracias de corazón y ya saben podré tardar pero jamás abandonaré este proyecto☺️❤️ así mismo bienvenidos a todos los nuevos lectores me da mucho gusto tenerlos aquí con todos nosotros, y si eres lector nuevo deja tu mensaje! Saben que adoro leerlos y responderles además para que nos podamos seguir mutuamente ❤️
También quiero y sé me llena el corazón de felicidad al decirles que hemos ganado tres concursos!!!
Muchas gracias a:
DreamsFamily por haberle otorgado el tercer lugar en su categoría a esta historia muchas gracias de todo corazón ❤️
MiObraMaestra por habernos colocado en el segundo puesto muchas gracias por creer en mi y sobre todo un aplauso especial para LeddyStrong por abogar por esta historia gracias de todo ❤️
Y por último pero no menos importante quisiera agradecer infinitamente a FamilyFestAwards por habernos premiado con el primer lugar en la categoría de Fanfic!!!! Muchísimas gracias de verdad aún no me lo puedo creer me han hecho muy feliz!! 🎉🎊🎈
Solo me resta decirles que los quiero muchísimo Narnianos y hasta la próxima!🏹⚔️🏰⚜️👑✨🦁🔦
Nos leemos en el próximo capítulo y yo los leo en los comentarios, bye!!!!!
🌻Amy Granger📚