Capítulo 26. De burlas y teorías

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Narnia, el reino que se había convertido en las cenizas de un gran imperio y en la falla de un supuesto gran monarca.

Había pasado ya otra semana, otra semana más de silencio en el castillo, cada quien discutía con sus fantasmas en silencio entre las habitaciones. Si paseabas por los pasillos del castillo podrías darte cuenta del silencio y soledad, todo mundo prefería esconderse del mundo en alguna habitación o huir de aquel lugar. La última opción era lo que los reyes Edmund y Susan preferían hacer. Saliendo a cazar al bosque más cercano.

Caspian había elevado ya dos veces la cantidad de los impuestos al pueblo de Narnia, el dinero escaseaba tanto que incluso no alcanzaba para comprar comida decente para el castillo, era mejor conseguir tu propia comida que depender de la gastronomía del castillo real.

En un pasado ambos reyes durante su infancia no eran muy apegados, pero tiempo después repusieron todas esas faltas en la vida del otro.

La reina Susan lanzó otra flecha a las aguas del río, con la intención de pescar una trucha, pero esta falló, Susan cerró los ojos y maldijo en silencio. Estaba distraída, esa era la única verdad y es que en su mente no paraba de escuchar la voz de Caspian. En un pasado hubiera estado ahí para él, pero ella misma sabía que en esos momentos era lo que menos debía y quería hacer.

—¿Quieres ayuda Su?—preguntó su hermano menor mientras se acercaba escalando las rocas más cercanas al río.

—Creo que si—Susan sacudió la cabeza—. No logró concentrarme.

—Lo sé, me pasa lo mismo—admitió Edmund mientras tomaba asiento sobre una de las rocas más grandes—. Llevo días así.

El joven rey lanzó una piedra al lago deseando que esta pudiera acabar con sus problemas como cuando lanzas una moneda a una fuente. Pero a decir verdad la mente de Edmund estaba peor que nunca, un torrente de pensamientos, ideas y estrategias lo invadían.

Por un lado estaba la estúpida voz de Caspian, dictando una y mil órdenes, pero también estaban los hermosos ojos de Alison, mirándolo desde lo lejos entre los jardines.

Sabía bien que no debía de pensar en ella, estaban a punto de una guerra y de un destino incierto, en el cual podrían terminar siendo aliados o incluso enemigos, pero por más que se empeñara en olvidarla no lo lograba.

—¿Te gusta?—preguntó Susan a su hermano sin ningún filtro.

Edmund abrió los ojos y levantó la cabeza de golpe, sin darse cuenta cómo era posible que su hermana lo notara.

—¿Qué?—fingió molestia Edmund—. ¿Quién?. ¿De que hablas?.

—Oh vamos—Susan sonrió divertida y le dio un ligero golpe en el hombro izquierdo—. No creerás que no me di cuenta en el día del baile como mirabas a Alison.

—¿Alison?. ¿Ella?–fingió burlarse Edmund.

—Si yo fuera tú, dejaría de negarlo, podrás fingirle al mundo pero un día vas a terminar fingiéndole a ella, y entonces ella te dirá adiós—le aconsejó su hermana—. Además de Thomas, claro.

—¿Qué tiene que ver Thomas en esto?—preguntó Edmund molesto, sin poder ocultar sus repentinos celos.

—Nada, es sólo que eh visto que Thomas ha pasado mucho tiempo con ella durante esta semana...

𝑵𝑨𝑹𝑵𝑰𝑨: 𝑳𝒂 𝑬𝒔𝒑𝒂𝒅𝒂 𝑫𝒆 𝑪𝒓𝒊𝒔𝒕𝒂𝒍✰︎ೃ °➫𝑪𝒐𝒎𝒑𝒍𝒆𝒕𝒂Donde viven las historias. Descúbrelo ahora