Capítulo 6. La profecia de los cuatro

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Aunque el lobo no mostraba el contenido de su boca, Kaya pudo imaginar perfectamente el filo y blanco relucir de sus colmillos.

La muchacha se incorporó de inmediato, retorciéndose torpemente sobre la nieve. Fue entonces cuando pudo ver mejor a las tres figuras que tenia de frente. Era un hombre blanco, sin barba, lucía joven, parecía haber salido de las páginas de alguna novela medieval. Sus prendas eran azules marino y grises que combinaban con las botas negras que Kaya había visto.

Al lado izquierdo del hombre se encontraba un zorro pelirrojo, lucia más grande de lo normal, era muy bello aunque se veía que le hacía faltaba una buena alimentación, y después, al costado de este se encontraba el feroz lobo de pelo gris.

Dylan ayudó a levantarse a Kaya y sin que se dieran cuenta parecían estarse abrazando, como protegiendo uno al otro.

—¿Qué sucede?—preguntó Thomas con una sonrisa que fue desapareciendo cuando vio a los dos animales y al hombre frente a ellos.

Alison se acercó, algo dentro de ella le obligó a interponerse entre los tres misteriosos habitantes y sus amigos.

—Aléjese de nosotros—pronunció la chica pero no con miedo sino con un tono de advertencia.

—¡No!—exclamó Kaya—. Tal vez él pueda decirnos donde estamos.

Alison evaluó la situación, tenía razón, él podría decirles en donde se encontraban y lo que había pasado.

—Tranquilos—habló el hombre alzando la mano como para tranquilizar a los cuatro chicos.

—No les haremos daño—dijo el zorro amigablemente.

Los muchachos abrieron los ojos al oír aquellas palabras que provenían de la garganta de un zorro. Se preguntaron en sus cabezas la misma pregunta.

—Ese zorro.... —balbuceó Thomas—. ¿Pu... Pu... ¿Puede hab...

—¡Claro que puede hablar!—exclamó divertido el lobo alzándose ligeramente en dos patas—. Deberían de oírlo en las celebraciones del Solsticio de Invierno, después de unas cuantas copas. ¡Uf!. ¡Habla hasta por las patas!.

Dylan claramente pudo ver como una sonrisa se formaba en el rostro del lobo.
Un mundo dentro de una chimenea.
Animales que hablan.
Era un sueño. Solo un sueño más...
Eso debía de ser.

—Creo que ahora si me fume unas cuantas—comentó Thomas con ese tono sarcástico—. Y de las buenas—asintió el muchacho sin dejar de ver a los dos peludos animales.

A los tres chicos no les dio tiempo ni de reírse ya que continuaban boquiabiertos tratando de entender el porque del hablar de los animales.

—Tranquilos—dijo el hombre—. Soy Will, soy un telmarino y ellos son...

—Dimas—le interrumpió el lobo.

—Gold—dijo a la par el zorro.

—No teman. No les haré daño Hijos de Adán y Eva. Ustedes... Son...

—¡Claro que lo son Will!—exclamó entusiasmado el zorro—. ¡¿Cuándo ves por aquí a cuatro chicos con ropas extrañas?!.

—¿Qué es un " Telmarino"?—preguntó Dylan interrumpiendo el silencio de sus compañeros.

—¿En dónde estamos?—preguntó Kaya ignorando la pregunta de Dylan.

—¿Porqué nos llamas " Hijos de Adán y Eva "?.

Entonces empezó la ronda de preguntas. Will no contestó ninguna, ya que los tres chicos no le daban una sola oportunidad para contestarles. Las preguntas caían una tras otra sin pausa alguna y cada una subía más de tono para que fuese escuchada entre las otras.

𝑵𝑨𝑹𝑵𝑰𝑨: 𝑳𝒂 𝑬𝒔𝒑𝒂𝒅𝒂 𝑫𝒆 𝑪𝒓𝒊𝒔𝒕𝒂𝒍✰︎ೃ °➫𝑪𝒐𝒎𝒑𝒍𝒆𝒕𝒂Donde viven las historias. Descúbrelo ahora