Capítulo 32. La batalla de los hermanos

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Abrir los ojos no era una salida para Alison pues a dondequiera que viera la miseria, suciedad y soledad reinaban en los profundos y olvidados calabozos del castillo de Beruna.

Sin embargo tener los ojos abiertos era una mejor opción a tenerlos cerrados, pues cada vez que sus párpados caían víctima del cansancio, la misma imagen era proyectada en su mente, la imagen de aquel rey que creyó que sentía algo por ella dando la orden para aprenderla.

Alison no pudo evitar sentir del caer de una que otra lágrima, podía sentir perfectamente como los ojos oscuros del rey en los que algún día vio algo que creía especial la seguían observando, en esos momentos lo único que veía era una frialdad más helada que las paredes que ahora la encarcelaban.

Se soltó al llanto al recordar al rey dándole la espalda y se marchaba por el corredor mientras que a ella la tomaban los guardias por la fuerza de ambos brazos, sometiéndola a su total control.

Era gracioso el ver cómo marchaban las cosas, pues al ver sus lágrimas Alison al fin se dio cuenta de aquello que siempre supo pero siempre negó. Lo ignoró cuando estaba a su lado y ahora que se marchaba fue cuando se percató de cuanto lo amaba.

Sin embargo el único testigo de su confesión era la triste prisión y el rastro de indiferencia del rey.

Alison perdió la cuenta del tiempo pero finalmente sus ojos perdieron la batalla haciéndola dormir profundamente.

El frío de la madrugada le calaba los huesos a Thomas, sobrepasaba sus ropas comiéndose su piel

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El frío de la madrugada le calaba los huesos a Thomas, sobrepasaba sus ropas comiéndose su piel. Probablemente eran las seis de la mañana o eso era lo que Thomas calculaba. Después de una larga caminata en el bosque el tiempo y el espacio ya no eran los mismos.

Desde que Thomas supo lo de sus poderes decidió infiltrarse en el bosque y poner a prueba sus nuevos dones, su alcance, su fuerza, su letalidad. Llevaba mucho tiempo sin dormir, pensó en detenerse en un tronco hueco y dormir sobre este, pero justo cuando iba a hacerlo, escuchó los sonidos de soldados listos para el son de guerra.

Thomas rápidamente se colocó bajo pecho, ocultándose de las miradas. Se movió ligeramente hasta acercarse lo más que pudo hacia las filas de soldados.

—Los cañones deberán atacar por los lados, soldado, dar la orden de que manden el mensaje de guerra al rey de Narnia—habló el capitán a uno de sus soldados—. Acabaremos con esas ratas blancas.

Thomas abrió los ojos como platos, Narnia estaba a punto de vivir una guerra. Fue entonces cuando se preguntó de qué lado debía de estar.

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𝑵𝑨𝑹𝑵𝑰𝑨: 𝑳𝒂 𝑬𝒔𝒑𝒂𝒅𝒂 𝑫𝒆 𝑪𝒓𝒊𝒔𝒕𝒂𝒍✰︎ೃ °➫𝑪𝒐𝒎𝒑𝒍𝒆𝒕𝒂Donde viven las historias. Descúbrelo ahora