𝑵𝑨𝑹𝑵𝑰𝑨: 𝑳𝒂 𝑬𝒔𝒑𝒂𝒅𝒂 𝑫𝒆 𝑪𝒓𝒊𝒔𝒕𝒂𝒍✰︎ೃ °➫𝑪𝒐𝒎𝒑𝒍𝒆𝒕𝒂

Capítulo 50. Bodas de Sangre Parte I

Susan estaba mareada, había perdido el número de vueltas que le había dado al té con su cuchara de plata, por lo menos el mareo mantendría ocupada a su mente. Buscaba distraerse en el más mínimo detalle, a tener que entablar una conversación con Caspian X, quien se encontraba a su lado.

Ambos permanecían ahí, esperando, vestidos por elegantes telas, tratando de disimular un interés en la boda que estaría por sucitarse. Todo debía de salir conforme al plan y exigencias del sumo monarca.

-Te ves hermosa-soltó Caspian débilmente.

La belleza de sus palabras de pronto sonaba como las teclas de un piano en una vieja canción de blues, cayendo cada vez más y más, anteriormente Susan se hubiese estremecido con su halago pero en ese momento todo le estorbaba, incluso un pensamiento de amor.

-Gracias-respondió Susan fingiendo una sonrisa.

Caspian no conforme con ello, continuó.

-Me alegra tenerte aquí, junto a nosotros...

-La realeza no se mide en el dictar de nuestra órdenes sino en la sabiduría del dictar nuestras decisiones-respondió Susan tomando un sorbo de su té para posteriormente dejarlo sobre la mesa.

La reina Susan era hermosa, pero aquellos rasgos con los que fue bendecida se podían tornar en una profunda expresión de seriedad e insensibilidad, algo que no dejaba conforme a Caspian X.

-Ahora que estamos en el mismo lado, tal vez podríamos continuar nuestra historia que nunca terminamos de escribir-Caspian sin previo aviso ni permiso le tomó la mano a la reina Susan-. Si todo esto termina bien, Peter me prometió que una vez que recuperará el trono me lo entregaría a mí, y yo necesitaré una reina que gobierne a mi lado...

Susan tragó saliva de golpe, aquello fue como el sentir de una lluvia de espadas desfilando por su garganta hasta toparse de golpe contra su estómago.

Por un momento los recuerdos salieron volando de las cajas en las que ella había empacado toda su historia. Maldita memoria.

Y de nuevo estaba ahí aquella mirada de ojos negros y el movimiento de su cabello, que lo hacían ver tan puro y noble, como si fuese el príncipe perfecto de cualquier cuento, pero estaba muy equivocado, porque en el nuevo capitulo de la historia, no existía ya ninguna princesa a la cual salvar y enamorar, sólo existía una reina guerrera y justa, que se tenía que salvar a sí misma o moriría. Susan era aquella reina, en su interior siempre lo fue pero su mente siempre lo dudo, sin embargo al sentir su mano siendo apretada por la de él lo supo, ya no la sentía como una seña de amor, sino como una cadena que la retenía por capricho y opresión.

Pero no podía ocultarlo aún sentía algo por él, pero el libro de la vida seguía avanzando, y la páginas que había escrito Caspian en todo ese tiempo, lo habían transformado en una bestia que no tenía hechizo o pócima mágica alguna que regresara de nuevo al príncipe de cuento que ella alguna vez conoció.

-Caspian yo...

Debía de seguir fingiendo por lo que decidió que lo mejor era callar sus palabras y dejarlo solo en pensamientos.

-Estoy muy segura del porqué estoy aquí, sé cual es mi destino a cumplir-Susan sonrío, pero por primera vez no para él o para alguién, sino para ella misma.

Caspian ilusionado se tomó las palabras de la joven reina como una esperanza, como si fuera la indirecta que su corazón necesitaba para seguir ilusionado, pensando profundamente en que su destino era el encontrarlo a él, pero no era así, el destino de la reina Susan de Narnia, era encontrarse a sí misma.