- ¿Aún no has decidido terminar tu vida? ¿No es suficiente el dolor que sientes?
- Tú eres Remor, ¿verdad? –Dije un tanto fastidiada.
- Todavía no he tenido la oportunidad de presentarme adecuadamente. Por desgracia, no puedo ser visto en la Tercera Realidad durante largos periodos de tiempo. Soy Remor. Hijo de las tinieblas, príncipe de la oscuridad.
- ¡Sé que eres tú! ¡No intentes actuar como si no hubiera pasado nada! ¿Mataste a mis padres? ¿Dónde está mi gato? ¿Qué has hecho con el Dr. Deern? –Le abordé con preguntas.
- Disfruto inmensamente el sufrimiento que gotea por tus ojos. ¡Me alimento de ello! – Contestó ignorando mis preguntas.- Eres la manifestación de mis deseos. Puedo usarte para lo que quiera. ¡Estas bajo mi poder!
- Eso no es verdad. ¡Ya no más! No permitiré que vuelvas a engañarme. Dime, ¿por qué mataste a mis padres? ¡¿Por qué?!
- ¿Estás asumiendo que fui yo quien hizo algo tan terrible?
- ¡Te vi aquella noche por fuera de mi ventana! ¡Tú debes ser el que lo hizo!
- Confías en tus ojos demasiado. ¿No has aprendido ya que los sentidos humanos son débiles? Tu cuerpo de frágil, fácil de corromper...
De pronto la habitación comenzó a temblar, y me transporté a mi cuarto, en donde se encontraban los cuerpos desmembrados de mis padres y me veía a mí misma con un cuchillo en la mano, índice de que yo había matado a mis propios padres...
- ¡Noooo! No puede ser... ¡Para! –Grité.- ¡Yo no lo hice, yo no lo hice! No fui yo... ¡Para, por favor!
Aquella copia de mí no decía nada, tan solo seguía enterrando el cuchillo en el cuerpo de mi padre cada vez que le decía algo. Caí sobre mis rodillas derramando lágrimas mientras veía esa sombría escena; entonces Remor apareció por mi espalda...
- ¿Quién fue, querida mía? ¿Quién mató a tus padres? –Me decía.- El pequeño y patético insecto debe sufrir y morir antes de convertirse en una estrella.
Después de eso volví a transportarme a la habitación de aquel extraño hospital, me encontraba desmayada en el suelo. Yo no había matado a mis padres, Remor trataba de engañarme, lo sabía... Tenía que encontrar a mi gatito y largarme de ahí.
Entré a una de las habitacionesy dentro estaba el Dr. Deern amarrado a una silla y en medio de la sala se encontraba Sr. Medianoche en una jaula.
- ¡Gatito, querido! Aquí estoy para ti. ¿Estás bien? –Sin respuesta.- ¿Gatito? ¡Contéstame! ¿Qué pasa contigo?
- Miaaaau, miau...
- ¿Por qué no me hablas, Sr. Medianoche? Por favor, ¡no me hagas esto!
- Purrrrrrr...
- Dime algo, Sr. Medianoche. ¡No es divertido! Es este sitio, ¿verdad? Tienes que salir de aquí para poder hablarme otra vez. Te llevaré a Ithersta, querido mío. ¡Palontras puede ayudarnos! ¡Te prometo que nada volverá a separarnos!
- Mmmiiiaau.
- Oh, gatito. ¡Vuelvo ahora mismo! Debo ayudar al doctor Deern, ¿vale? Parece en apuros.
Me acerqué al doctor, tenía una cosa extraña en la cabeza.
- ¿Dr. Deern? ¿Se encuentra bien, señor? –Nada.- ¿Señor? ¡Despierte! Por favor, Dr. Deern, despierte... ¿Está vivo? ¡¿Señor?! –Parecía inconsciente.- ¡Aaah! ¡¿Qué puedo hacer para despertarle?!
Comencé a buscar cosas por la habitación y cogí una jeringuilla con un líquido rojo que estaba en una mesa. Quizá eso despertaría al Dr. Deern, así que se lo clavé en el cuello.
- ¡Aaaaaaaaaah! ¡Maldita sea! ¿Qué ha sido eso? –Gritó.
- No se preocupe, Dr. Deern, soy yo... ¡Fran!
- ¿Eeh? ¿Pero qué...? No puedo ver bien...
- Fran Bow, señor, ¡del psiquiátrico Oswald! Estábamos en el cementerio, ¿recuerda?
- ¿Fran? ¿Qué ha pasado? ¿Por qué estoy atado a una silla? ¡¿Qué has hecho?!
- ¡Oh, intento ayudarle, señor! ¡El monstruo grande le trajo aquí! Debemos irnos.
- Venga ya, Fran... ¿Monstruos? No estoy como para jugar contigo.
- Vale, no era exactamente un monstruo... ¡Pero tan solo déjeme ayudarle!
Luego de decir eso, dos personas venían acercándose a nosotros. Eran tía Grace y un extraño anciano en silla de ruedas.
- ¿Qué hace ella aquí? ¡Pensaba que la habías encadenado! –Dijo aquel hombre.
- ¡Ah! Y lo hice. Ya te dije que era difícil de dominar. –Respondió "mi tía".- ¿Quieres que me deshaga de ella?
- ¿Deshacerte de mí? ¡Tía Grace! ¡¿Por qué hablas así?! ¿Quién es este señor mayor? –Refuté.
- Qué adorable, hablas como tu madre cuando era joven. –Habló ese señor.
- ¿Mi madre? ¿La conoce? ¿Quién es usted?
- Soy el doctor Oswald Harrison. Lo sé todo sobre ti, Fran.
- ¿Oswald? ¿Del psiquiátrico Oswald?
- El mismo.
- ¿Pero cómo es que sabe sobre mi madre y mi tía?
- Bueno... Hace muchos años estudiaba la magnífica complejidad de los hermanos gemelos. –Comentó.- Lucia y Grace eran parte de mis estudios. Ambas me ayudaron a encontrar la llave del éxito.
- ¿La llave? Mmmm, ¿sabía usted que mi madre y mi padre fueron asesinados?
- Sí, por supuesto, Remor ha sido de gran ayuda. Le necesitábamos tanto como él a mí. Su poder de manipulación es extraordinario... Lo que no entiendo es cómo puedes estar tan tranquila con eso... Eras tú la que sostenía el cuchillo después de todo.
- ¡No estoy tranquila, señor! ¡Supe todo el tiempo que fue Remor! ¡¿Pero por qué me persigue?!
- Remor es la manifestación de tu debilidad... Una ciega y poderosa manifestación de tus miedos...
- Pero... ¡¿por qué querría el monstruo matar a mis padres?!
- Porque tus padres estaban interfiriendo en mí trabajo... Pero en realidad, te hice un favor... Estás sufriendo... Y el dolor está conectado al crecimiento y la fuerza, Fran...
- Oswald, por favor... Hagamos lo que hay que hacer. –Interrumpió tía Grace.
- Tía Grace, por favor, no seas mala conmigo. ¡Somos familia! –Le supliqué.- ¡Déjanos marchar! Mi gatito y yo podemos encontrar un lugar al que ir sin molestarte. Por favor, deja que nos vayamos...
- Sí, así es, Fran... Siento mucho ser tan dura contigo. Venga, vamos ya.
Se acercó al Sr. Medianoche llevándoselo en la jaula.
- Confía en tu tía, Fran... ¿No era eso lo que querías? –Me dijo el Dr. Oswald.
Avancé a la siguiente habitación y allí se encontraba tía Grace en la punta de la habitación, en la cual había un abismo, sosteniendo la jaula de mi gatito.
- Fran... Mi niña, escúchame... -Habló.- Debes saber que el Dr. Oswald solo quiere lo mejor para ti. Cuando Lucia estaba embarazada de ti, él supo que serías una niña muy especial. Nos dijo que teníamos que cuidar muy bien de ti... Pero tu madre nos traicionó. –Continuó.- Ella quiso esconderte de nosotros... ¡Pensaba que queríamos matarte! Pero eso no es verdad... Oswald realmente quiere darte lo mejor... Pero para eso... tienes que dejarle hacer un pequeño experimento contigo...
- ¿Y entonces todo irá bien?
- Por supuesto, pero todavía hay algo de lo que tenemos que ocuparnos... -Dijo.- Este pequeño traidor debe irse...
Dijo para luego lanzar al Sr. Medianoche al precipicio... Caí otra vez en mis rodillas al suelo, con los ojos llenándose de lágrimas al ver lo que tía Grace había hecho...
- ¡Nooooooo! ¡Noooo! Gatito... -Grité destrozada.
Tía Grace se acercó a mí diciendo.
- Vamos, Fran, deja de lloriquear. El gato ya está muerto...
- ¡Pero él era mi amigo! ¡Has matado a mi mejor amigo! –Dije enfurecida.- Tú también ayudaste a matar a mis padres, ¿verdad? ¿Verdad? ¡¿Cómo puedes vivir contigo misma?! ¡TE ODIO! ¡Aaaaaaaah! ¡Te odio!
Me lancé encima de ella, ahorcándola...
- Para ya... ¡Fran! Ayuda... ¡Ayuda! ¡Por favor... ayuda!
Entonces entró el Dr. Oswald en su silla de ruedas con una pistola en la mano...
- ¡No te atrevas a tocar a Grace, pequeño Monstruo!
Y me disparó en la espalda... Caí en el suelo, y tía Grace se puso de pie.
- ¡Oh, cielos! ¡Está completamente loca! –Dijo ella.
- Tráemela. Haré el experimento mientras su cuerpo esté templado. –Le ordenó el doctor.- Necesito extraer el cerebro. Inmediatamente.
En eso entra el Dr. Deern...
- ¿Fran? ¡¿Te encuentras bien?! ¿Qué habéis hecho con ella?
- ¡Ha intentado asesinarme! Tenías razón sobre Fran, Dr. Deern. Estaba enferma. –Respondió Grace.
- Pero está sangrando... Dejad que cuide de ella.
- No, ¡no lo harás! Ahora ella es mía... -Aclaró el Dr. Oswald.- ¡Llevo muchos años esperando este momento! Buscando al niño adecuado... ¡La mente adecuada! Ahora que la tengo... ¡nada va a detenerme!
De pronto un extraño sonido como el del silbato de un tren sonó por los cielos, e Itward bajó a la habitación empujando al Dr. Oswald de la sala, junto con tía Grace. Se inclinó para verme con una expresión preocupada.
- ¡Oh, Fran! Todo irá bien... -Dijo Itward.
El Dr. Deern quien estaba con una expresión asombrada, titubeó:
- Quién... quién... ¿Quién eres tú?
- ¡Soy Itward! Ese del que tantos niños hablaban...
- Pero... pero... ¡tú no eres humano!
Itward comenzó a recitar unas palabras, al parecer en el lenguaje de Ithersta.
- Ekto bro, ekto prote. ¡Palontras monakaist!
Y Palontras apareció por los aires.
- ¡Boska! Itward... ¡Le encontré! –Dijo Palontras.
- ¡Oh, cielos! Alejaos de la niña, ¡dejadla en paz! –Exclamó el Dr. Deern.
El Sr. Medianoche saltó de la espalda de Palontras y se acercó a mi cuerpo.
- ¡Hay que curar a la pequeña Fran! –Mencionó Palontras.
- ¿Crees que puedes usar el mismo cuerpo? –Preguntó Itward.
- Sí. Aún no se ha ido completamente. Allá voy...
Palontras se acercó más a mí y empezó a hablar unas palabras.
- Oh, Madre Mabuka, ¡te has llevado la inocencia de una niña! ¡Ahora Fran está muerta y viva! Despierta en la oscuridad, Fran... y podrás caminar hacia la luz.
Mi cuerpo comenzó a levitar y una pequeña luz de color lila salía de mi cuerpo. Logré despertarme.
- Aaah... ¿Qué ha pasado? ¿Itward? ¿Palontras? El corazón me duele... -Me enderecé.- ¿Sr. Medianoche? ¿Cómo...? ¡Mi gatito, estás vivo! Te he echado mucho de menos. Por favor, dime algo...
- Fran, debemos irnos ya... -Mencionó Itward.
- ¿Irnos? Vale... ¿Dr. Deern? ¡Mire! ¡Estos son Itward y Palontras! Le hablé de ellos, ¿recuerda? ¡Le dije que eran reales! ¿Lo ve? ¿Me cree ahora?
El Dr. Deern sin decir ni una palabra, dejó caer la jeringuilla de su mano, se sacó los lentes y sus ojos empezaron a sangrar.
- No puede oírte. Creo que está bajo el poder de Mabuka ahora... -Aclaró Itward.- ¡Tenemos que irnos! ¡Ya!
- Pero... ¿puede venir con nosotros? ¿Por favor? Ha sido muy amable conmigo. –Pedí. ¡Realmente quiso protegerme y ayudarme!
- No podemos llevarle con nosotros. Lo siento... -Dijo Palontras.- Pero lo que sí podemos es hacerle creer que todo esto ha sido un sueño. Se despertará y pensará que nada de esto ha ocurrido... Pero ya no te recordará, Fran...
- Ya veo... Bueno, está bien, supongo... Mientras él esté a salvo...
- Eso es muy bondadoso. Al fin estás viendo más allá de tus propios deseos... -Mencionó Palontras.- ¡Te estás volviendo una con el todo! Tus padres estarían muy orgullosos de ti...
- ¿De verdad lo crees? Oh, ¡gracias, Palontras! –Le agradecí mientras me acercaba para abrazarlo.
- ¡Y ahora enviemos al Dr. Deern a casa! – Dijo Palontras para luego recitar algunas palabras.- ¡Bercern oanum, vekma sudensla ekto!
Dijo hecho el Dr. Deern levitó un poco y desapareció.
- Adiós, Dr. Deern... -Me despedí.
- Vamos, Fran. ¡Hay mucho que debes ver y aprender! –Dijo Itward.
- ¡jeje! ¡Eso suena divertido! ¡Vámonos, gatito!
Junto con el Sr. Medianoche, mi querido gatito, y Palontras, mi gran amigo achuchable; íbamos volando por los cielos. A nuestro lado, en su gran máquina voladora, iba Itward, aquel que nunca me abandonó. ¿Hacia dónde nos dirigíamos? No lo sé, pero ya no necesitaba estar en aquella realidad, tenía junto a mí a quienes necesitaba.
Había cosas que aún no sabía... -Pensé- ...pero lo que sí sabía... es que, entre la culpabilidad y el miedo... yo elegía la felicidad...
FIN
* Historia creada por: Natalia Figueroa e Isak Martinson*
{Y hasta aquí termina esta maravillosa historia. Nuestra Fran finalmente fue feliz gracias a su valentía y sus incondicionales amigos. Un historia que realmente merecía ser escrita.
Espero que les haya gustado mi manera de narrar esta historia y que haya logrado causar emoción en los lectores.
Nos leemos en otra historia. Gracias por el apoyo ^^}