¿Es normal salir huyendo de tu hogar? ¿Correr antes de que todos despierten para no verles el rostro, y tratar de llegar lo mas tarde posible para no cruzartelos? En realidad no.
Se supone que cada uno de nosotros disfrutamos de estar en compañia de nuestra familia, padres, hermanos y hermanas. Pero todos aqui sabemos que ese no es mi caso, en realidad me ganaria un Premio Novel por ser la persona más rápida del mundo en huir de su casa para ir a la preparatoria.
Camino lo más rapido posible sintiendo todos mis músculos adoloridos, y sabiendo la razón de ello es imposible que no se forme en mi rostro una mueca sintiéndome sucia aunque ya me haya duchado. Trato de no movilizar mucho mi brazo derecho ya que es el que el monstruo agarró con todas sus fuerzas para golpearme y abusar de mi.
《Abusar》,tan solo pensar en esa palabra y lo que implica me produce escalofríos, ya que nunca creí que viviria esta situación.
-¿Entramos? -dice Mariel a un lado mio.
Tan metida estaba en mi mente que no me he dado cuenta que ya habia llegado y estaba a las puertas, y no solo eso, sino que Mariel estaba a un lado mio. Asintiendo a sus palabras ambas nos adentramos en silencio llendo directo a nuestra primera clase.
Al entrar al aula ambas nos dirigimos directo a nuestros pupitres, que se podrian decir que son nuestros ya que siempre nos hemos sentado en los mismos desde que hemos empezado el año.
Estaba charlando e iba tan distraida que termine tropezando y cayendo directo al suelo desparramando todas mis carpetas y papeles causando la risa de todos los presentes.
-¡Oh mi dios! ¿Estas bien? -escucho la voz de Mariel preocupada, puedo verla recogiendo todas mis hojas y asintiendo procedo a ayudarla, ignorando la punzada de dolor en mi cabeza.
Susurrandole un gracias me acomodo en la silla sintiendome totalmente avergonzada escuchando alguna que otra risita.
-¿Te han dicho que eres muy torpe? -escucho la voz burlona de Megan.
-¿Y a ti te han dicho que eres muy hueca? -me defiende mi querida amiga. Su respuesta solo hace que una gran risa se oiga en el aula.
-Es mejor no provocarla -susurro tironeando de su brazo.
-Tiene que saber que no siempre puede salirse con la suya.
Ignorando sus palabras giro lentamente la cabeza hacia la izquierda mirando a los pupitres que se encuentran atras y puedo verla con una mirada amenazadora y una media sonrisa que promete venganza. Mis nervios me atacan y siento que mi cabeza bombea de dolor aun mas de lo que lo hacia antes, colocando mi mano sobre mi frente comienzo a masajearla.
Agradezco que Mariel haya querido ayudarme pero deberia haber cerrado la boca, no quiero mas problemas ni preocupaciones. Megan es la chica mas popular que conozco y siempre se sale con la suya, ahora estaremos en problemas.
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Al terminar las clases comenzamos a recoger todas nuestras cosas. Al acomodarme el bolso siento un empujon en mi hombro que me sorprende, giro mi cabeza en ambas direcciones queriendo saber el origen. Y lo encuentro, en la puerta del aula veo a Megan sonriendo en mi direccion de medio lado. Su sonrisa solo me causa escalofríos en la piel y llama la atención de mi amiga.
-Solo...no le prestes atencion -le resta importancia.
Al llegar a la cafeteria me pido una gran hamburguesa con papas fritas y Mariel una ensalada, por que segun ella no quiere engordar aunque yo la veo bastante bien.
Comemos y charlamos tranquilas, me permito disfrutar de la comida sin que mi estómago este hecho nudos al estar en compañía de una persona no deseada.
Pero ese poco tiempo era muy bueno para ser verdad, todo se va al drenaje al recibir una visita para nada esperada.
Mi padre.