Tuve que darme una larga ducha en el baño de mi antigua casa para quitar la sangre de todo mi cuerpo. Después tomé alguna ropa limpia del ropero de mi mamá. Por suerte teníamos la misma talla.
Vamos a pasar la noche aquí y luego seguiremos nuestro camino. Decidí ayudar a Daryl a encontrar a su hermano Merle. Espero que él no tenga la misma suerte que la mía y que su hermano aún esté con vida; ya que por más que tu familia te saque de quicio la mayoría de las veces, al mismo tiempo tuviste grandes y hermosos momentos con cada uno de ellos. Es por eso que perder a tu familia es el peor de los castigos que podrías imaginar.
Por cierto, hablando de Daryl, hace un momento que estaba en la ducha, Daryl entró sin previo aviso al baño. Me asusté tanto que di un grito que más bien parecía un chillido. Gracias al cielo que tenía puesta la cortina de baño sino él me habría visto completamente desnuda. Recordé que en mi casa solo servía un baño, los demás los había dañado mi hermano Simon.
En fin, él apareció de repente y yo me asusté...
...
- ¡Lo siento, lo siento! -me dijo él muy apenado.- No sabía que estabas aquí, yo...
- ¡¿Cómo que no sabías que estaba aquí?! ¡¿Acaso no escuchaste la ducha?! -le interrumpí. En realidad no se escuchaba. La casa estaba construida con paredes tan gruesas que jamás escucharías lo que hay afuera a menos que tengas las puertas o las ventanas abiertas. Pero la verdad es que estaba tan enfadada y avergonzada que era en lo que menos pensaba.- ¡Podrías tocar la puerta, ¿no crees?!
- ¡Perdón! ¡Ya te dije que lo sentía! -repitió.
...
Recuerdo que cubrí mis partes con mis manos como si él estuviera viéndome a través de la cortina. Mis mejillas se pusieron rojas, al igual que mis orejas. Estaba tan apenada.
Creo que me he puesto colorada de nuevo con sólo recordarlo.
...
- ¿Qué quieres Daryl? -le dije enfadada.
- Sólo quería usar el baño y luego iba a ir a buscarte para saber si querías cenar. -vi a través de la cortina su sombra inclinarse contra el marco de la puerta. Traía su ballesta colgando del hombro. Ea como si fuera una parte de él.
- Sí, está bien. -respondí más calmada pero de mala gana. No escuché sus pasos marcharse.- Ahora, ¿puedes salir de aquí por favor?
- Seeee. -dijo a regañadientes.- ¡Oye, por cierto!
- ¿Qué? -le respondí un poco irritada.
- ¿Estás bien?
...
Sus palabras me tomaron por sorpresa. No esperaba escucharlas. Su voz era como de compasión. Miré al suelo aún sujetando mis pechos desnudos con mis brazos. Hice una pausa y solo escuchaba el agua caer sobre mi espalda.
Me sentía muy incómoda con él allí de pie y yo del otro lado desnuda, vulnerable y expuesta.
No sabía qué responder. No sabía si decir la verdad o mentir. Para ser honesta ni yo sabia lo que estaba sintiendo. Mi cabeza estaba en blanco, el recuerdo de hace unas horas aún estaba fresco en mi memoria. Después de unos segundos, por fin una palabra salió de mi boca.
...
- Sí. -No.- Estoy bien. -Mentira, no lo estoy. No dijo nada. Tal vez esperando que dijera algo más.
- De acuerdo. -dijo finalmente y escuché la puerta cerrarse seguido de sus pasos muy fuertes y firmes alejándose.
...
¿Por qué no dije la verdad? No lo sé. Tal vez porque siempre fui una persona muy reservada y nunca me ha gustado que se metan en mis asuntos.
O tal vez porque no quería que se preocupara por mí. ¿Por qué me preocupa lo que piense de mí? No tiene sentido.
Simplemente yo...
Yo...
No me quiero volver a sentir vulnerable de nuevo. Nunca más. No quiero volver a quebrarme. No quiero que Daryl me vuelva a ver en ese estado. Quiero que sepa que soy una mujer fuerte. No quiero que piense que soy débil o que soy un estorbo, tan sólo una carga para él.
No. Nunca más.