"Estúpido Harry. Estúpido Malec. Y estúpida la persona a la que se le ocurrió esa escena del beso."
Llevo la jarra de cerveza a mis labios, manchando el rastro de bigote que estaba empezando a salirme. Sí. Debía afeitarme.
¿Por qué coño no puedo dejar de pensar en él?
Alzo la mano, y enseguida la camarera se acerca para rellenarme otro litro más de cerveza. El cuarto o quinto de la noche.
- Un día duro. ¿Eh?
- No. Paso de ese tópico del camarero comprensivo -niego varias veces- No. Me niego.
- Como quieras -la chica se encoge de hombros, y se dispone a irse... Pero no puedo dejar de seguir hablando.
- ¿Por qué la vida es tan injusta?
- Porque las mejores cosas de ella, son las más difíciles al principio -dice ella, volviendo y colocándose de nuevo frente a mí- ¿Qué ha pasado?
- Al fin siento algo de verdad. Y está casado. ¡Joder está casado! -doy otro trago, todo lo grande que puedo, a mi cerveza- En unos años, él tendrá hijos. ¿Y yo que tendré? Una relación de mierda con una chica genial pero a la que no quiero y... que no se merece esto...
- Mmm entiendo. ¿Conocías al chico?
Suspiro.
- Sí. Somos... amigos, creo, y compañeros de trabajo -trago saliva- O lo éramos hasta que intentamos algo más y le entraron dudas. Joder, me siento tan utilizado... Si quería un polvo "extra matrimonial" -hago comillas con los dedos- Que vaya a un club. Pero que no me ilusione para luego dejarme así de plantado...
La camarera se toma unos segundos antes de responder. Los segundos más largos de mi vida, y aquellos antes de que, de nuevo, todo cambiase.
- Sí le conoces, sabrás que él nunca haría eso. En el fondo, ¿qué es estar casado? Sólo un papel. Te diré lo que pasará en unos años si no te lanzas: Que ambos estaréis con personas a las que no amáis. Pero, ¿y si lo haces? Tal vez él sí que tenga hijos, pero tal vez, sean tuyos.
La miro perplejo. ¿Por qué todos los camareros tenían que dar tan buenos consejos? Parecía algún tipo de regla no escrita... Tal vez era porque estaba ya algo borracho, pero la idea de ir a casa de Harry hasta me empezaba a sonar bien.
- ¿Y si no es así? ¿Y si no siente lo que yo?
Ella se inclina hacia mí, como queriendo contarme un secreto; algo privado que sólo yo podía saber.
- Veo Shadowhunters, Matt. Y ese beso, fue real. Nadie actúa tan bien. Fue real.
Lo siguiente que recuerdo es a mí levantándome tan rápido que la silla caía a mis pies, pero no me importaba. No me importaba ni eso, ni los gritos del dueño del bar, ni el incesante dolor que recorría mi pierna por el golpe que debí haberme dado al levantarme.
Antes de poder darme cuenta, ya deambulaba por las calles de la ciudad. Y, antes de poder detenerme a pensarlo, ya estaba llamando a la puerta de Harry.