Harry Shum Jr. y Matthew Daddario interpretan a Magnus y Alec en la serie Shadowhunters; pero fuera de escena, la magia es real. Y es que sólo una cámara separa el Malec del Shumdario...
- No lo entiendo. Lo he repasado mil veces, y te juro que no lo entiendo.
- Vamos, no dramatices. ¡Son sólo palabras!
- ¡No son sólo palabras! ¡Joder, Alisha! -bufo.
- Eh. Cálmate. No la pagues conmigo.
Suspiro. Tenía razón.
Coloco mis manos entrelazadas tras la nuca y bajo la cabeza.
- Perdona -susurro.
Ella coloca su brazo sobre mi espalda, apoyándose en mí.
- Es normal que estés inseguro, ¿vale? Pero te puedo asegurar que no pasa nada. ¿Qué más da un te quiero o un te amo? Son sinónimos. Lo importante es que lo demuestre. Y él, Matt, lo hace.
La miro a los ojos. Sabía que era cierto pero... ¿Por qué me costaba tanto creerla?
Y entonces lo vi. Esa forma de apartar la mirada... Ocultaba algo.
- Al... ¿sabes algo que yo no sé?
- Bueno... Sé que en Texas es ilegal matar a Pie Grande y...
- ¡Alisha!
- Vale, vale -alza las manos para escudarse- Sabes que Harry siempre dice que se parece más a Magnus de lo que todos piensan, ¿no? Pues digamos que... Sí, es así. Y ese Magnus... También tuvo a su Camille.
La miro con los ojos abiertos. No sabía muy bien qué quería decir. O tal vez sí lo sabía pero yo mismo me negaba a creerlo.
Lo único que logro hacer, lo único de lo que soy capaz, es de levantarme de aquel parking en el que nos habíamos reunido para tomar un batido, y volver a casa.
Ni si quiera me despido de ella. No puedo. Simplemente camino, tratando de mantener mi mente en blanco.
Pequeños flahsbacks vienen a mi mente. Escenas de libros de los Orígenes, y de aquellas crueldades que poco a poco surgían por parte de Camille. ¿Cuáles eran reales? ¿Y cuáles no?
¿Y cómo podía averiguarlo sin reabrir las viejas heridas de mi novio?
Sólo cuando llego a la puerta casa, logro detenerme. Y sólo entonces, soy verdaderamemte consciente de lo que ocurre.
¿Pero qué estaba haciendo? ¿De verdad iba a encarar a Harry de este modo? Él no se merecía esto. Y yo estaba siendo una persona horrible reaccionando así.
Siempre había oído a mi madre decir cosas como "no puedes solucionar el pasado, pero sí aprender a vivir con él", y ahora parecía haber olvidado completamente aquello.
¿Y qué si Harry tiene más de Magnus de lo que pensaba? ¿Y qué si no dice que me ama? Yo si lo hago, y es un amor suficiente para ambos.
Me dispongo a llamar a la puerta, decidido, pero ésta se abre ante mi.
Y allí, estaba Harry, ataviado con una camisa blanca y unos vaqueros negros.
- Te estaba esperando. Pasa -dice él apartándose para dejarme entrar.
- ¿Cómo sabías que vendría? Te dije que iba a pasar el día fuera.
- No lo sabía. Solo me puse frente a la mirilla, y me puse a contar hasta que llegaste.
- Y... ¿Por qué número ibas?
Él se encoge de hombros.
- Perdí la cuenta al llegar al millón.
Le miro con la boca abierta.
Lo que acababa de decir, me había convencido por completo.
- Siento el comportamiento de estos días -digo tratando de ir al grano- Lo admito, me molestó que no me dijeras que me amas. Pero no me importa, ¿vale?
Le tomo de la mano, mirándole a los ojos
- No me importa -repito sonríendo con ternura.
Él aparta la mano, y por un momento creo que está enfadado. Pero entonces comienza a hablar...
- No, Matt, tenías razón. Hay... cosas de mí que no sabes, cosas que me impiden decir esas palabras. Pero entonces caí. Son sólo eso... Palabras.
- Exacto. A eso me refería. Yo...
Me detiene.
- Déjame terminar -cuando asiento, prosigue- Las palabras se transmiten por el aire, y el aire se pierde. Pero... hay otras muchas formas de expresarlas.
Se separa, y empieza a desabrocharse la camisa.
- ¿Sexo? -alzo una ceja- Harry, no creo que esa sea la mejor forma de...
Y esta vez, soy yo quien se detiene a sí mismo. Y lo hago, al ver lo que en realidad Harry quería mostrarme:
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