Hoy casi muero por culpa de una horda de esas cosas. Me emboscaron en la carretera principal. No había nada ni nadie, fue muy extraño porque venían todos juntos en manada e iban en una sola dirección sin razón alguna.
Traté de esconderme debajo de un auto sin hacer ruido, y no sé cómo pero uno de ellos se dio cuenta de mi presencia y me haló del brazo, trate de zafarme pero cuando menos me di cuenta tenía otro enfrente de mi. No tuve más opción que disparar y salir de debajo del auto y huir hacia el bosque lo más rápido que pude. Algunos de ellos me siguieron pero pude con ellos.
Mi padre tenía razón: algún día le agradecería por haberme dado un arma y haberme enseñado a usarla.
Papá en donde quiera que estés muchas gracias, me salvaste la vida.
Extraño tanto a mi familia. Cuánto daría yo por un abrazo de ellos.
Creo que aún puedo recordar las veces en que mis hermanos y yo discutíamos por tonterías. Eramos Michael, Peter, Simon y yo. Es un milagro que todavía recuerde sus nombres porque ya no recuerdo sus rostros. Tengo tanto miedo de olvidarlos por completo.
La última vez que hablamos mamá y yo no terminamos muy bien que digamos y le dije cosas horribles, una de ellas fue que no quería volver a verla jamás. Ahora me aterra pensar que ni siquiera me podrá reconocer.
Me arrepiento tanto de haberle dicho esas palabras. Sé que no soy la mejor hija del mundo, pero si de algo estoy segura es que sé que están en alguna parte, escondidos y con miedo. Así que los encontraré a como de lugar. Aunque tenga bajar al mismísimo infierno si es necesario.