POV MYLA
Luego que la camarera nos trajera la comida, comemos en silencio durante unos largos minutos hasta que Khris rompe el silencio.
- ¿Y bien?¿Qué te parece la comida?
- Está muy buena la verdad.
- Me alegra saber que te guste. Y dime, ¿no hay nada que quieras preguntar? - lo pienso por un minuto. En realidad hay muchísimo que quiero preguntar pero no sé por dónde empezar.
- Pues sí. Pero no sabría por dónde comenzar.
- Tu sólo pregunta y ya está. Te dije que siempre te voy a contestar con la verdad - me decido a empezar por lo más básico y poco a poco ir subiendo el tono de las preguntas.
- Bien, entonces cuéntame de tu familia.
- Como te dije tengo una familia bastante pequeña. Mi madre, mi abuela y mi hermano, ah y por supuesto Nana, o sea Miranda. Tengo algunos primos y tíos pero no están aquí en Nueva York. Mi madre es doctora generalista al igual que mi abuela es doctora pediátrica. Cuando mi madre se casó con mi padre dejó de ejercer para encargarse de mi crianza y la de mi hermano a pesar de que no era su hijo biológico. Mi abuela sin embargo siempre ejerció hasta su retiro el cuál fue hace unos diez años creo. Mi padre fue a la consulta de mi madre en un momento dado y así fue como se conocieron. Mi hermano por otro lado es oncólogo.
- ¿Oncólogo? Pensé que también se dedicaba a los negocios al igual que tú.
- No. No le interesa. Nunca le interesó. Es por eso que tuve que hacerme cargo de todo. Si no hubiera sido por la ayuda de Alexie que conocía tan bien los negocios de mi padre y de mi abuelo no lo hubiera podido lograr. Hice un máster en negocios en mis años de servicio, pero la ayuda de Alexie fue vital. Mi hermano quiso su herencia de forma monetaria aunque fuera de menos valor que la mía. No quiso ningún negocio por eso los heredé todos. El siempre quiso ser oncólogo ya que su madre murió de cáncer cuando él tenía 6 años. Es oncólogo pediátrico.
- Eso es algo admirable.
- Sí, lo es - lo dice con una pizca de sarcasmo, pero lo noto.
- ¿Puedo saber exactamente porqué no se llevan bien ustedes dos?
- Como te dije, piensa que le arrebaté el amor de mi padre lo cuál no es verdad. Le pegó duro perder a su madre y dos años más tarde ver a mi padre casarse con otra mujer y en menos de un año recibir mi llegada. Me odió desde el primer momento en que nací porque yo tenía a mi madre y él no. Mi madre se esforzó todo lo que pudo tratando de ser una figura materna para él, sin querer ser la suplente de su madre por supuesto, pero el se negaba. No fue hasta después de la adolescencia que empezó a ver a mi madre como si fuera la suya. Se llevan bien desde entonces. Pero no puedo decir lo mismo de nosotros. Mi relación con él siempre ha sido difícil. Al parecer no podemos respirar el mismo aire. En algún momento tendrás el placer de conocerlo - dice esto sin ninguna gracia y algo me dice que hay más detrás de todo lo que me ha dicho pero no le pregunto, sin embargo digo.
- Lo siento mucho.
- Nah, créeme... es mucho mejor así - lo dejo estar, perece un tema delicado. Sin embargo algo ronda en mi cabeza.
- Dijiste que te dedicabas a hacer el trabajo sucio que nadie quería hacer, ¿a qué te referías con eso? - me mira por un instante y lo piensa.
- Me refiero a lo peor de lo peor. Mayormente nadie sabía que operaciones llevaba a cabo mi escuadrón o a dónde nos dirigíamos. Era ... clasificado. Alguien de alto rango del gobierno y de la seguridad nacional se comunica, da las órdenes y se encarga de todo lo que puedas necesitar para llevar a cabo la operación y ya, no ves nada, no escuchas nada y no hablas de nada. Así de simple. Extracciones de rehenes, infiltración, todo ese tipo de mierda - y porque he visto demasiadas películas y escuchado a mi padre y hermanos hablar tengo que preguntar.
- ¿Alguna vez has matado a alguien? - se me queda viendo por un rato demasiado largo y me analiza mientras contesta.
- Creo que sabes la respuesta - trago duro porque sé que eso es un sí - En este trabajo tienes que tener la sangre fría, cero emociones. Antes de estar al mando de mi escuadrón fui francotirador, así que simplemente te diré que nunca me tembló el pulso y no creo que nunca lo haga. Además, perdí la cuenta hace mucho tiempo - uyy, esto es una bandera roja para mí, así que pregunto.
- ¿Portas tu arma?
- Tengo demasiadas y mis favoritas son muy grandes para portarlas, pero no, no porto ninguna de ellas. Están bien guardadas en unas cajas de seguridad que mandé a hacer exclusivamente para mí. Además, no necesito de ellas para defenderme o matar a alguien si fuese el caso. Mis manos son más que suficientes - y ahora me estoy preguntando qué demonios le hizo a Brandon para mandarlo al hospital.
- ¿Qué le hiciste a Brandon? - abre los ojos en sorpresa por el súbito cambio en la conversación y su mandíbula se tensa.
- ¿A qué viene esa pregunta?
- Sólo quiero saber, es todo.
- Le rompí la nariz y la mandíbula. Le tuvieron que hacer cirugía para devolverla a su lugar.
- Por Dios, Khris. ¿Vas a tener problemas por esto?
- No lo creo. El está inconsciente todavía y su hermana dijo que no presentará cargos a cambio de que no salga a la luz lo que sucedió.
- ¿Y le crees?
- Más le vale que así sea. No le conviene que se diga la verdad, ella también está involucrada en lo que pasó. Y ahora cambiemos de tema. Este es muy desagradable.
- ¿Alguna vez te has enamorado o tomado a alguien en serio? - ahora se pone muy serio y creo que he dado en el clavo. Suspira profundamente antes de contestar.
- Hace muchos años pensé que estaba enamorado y estaba tomando las cosas muy en serio, pero luego me dí cuenta que sólo era una ilusión pasajera, que la persona de la que pensaba estaba enamorado ni siquiera existía y me dí cuenta de la peor manera. Sólo me utilizo para su beneficio personal. Sólo le importaba el dinero. Desde entonces dejé de creer en el enamoramiento o en el amor o como sea que se llame y empecé a tratar a las mujeres como objetos para mi beneficio personal. Pero desde que te ví todo ese pensamiento ha cambiado. Has cambiado toda la perspectiva que tenía al respecto. Ahora creo que es muy fácil enamorarse, hasta estoy empezando a creer en la mariconada del amor a primera vista - culmina con su hermosa sonrisa. Me esperaba cualquier respuesta menos esta. Me ha dejado muda. Gracias a Dios Giovanna aparece para recoger nuestros platos vacíos y rellenar nuestras copas una vez más. Khris ordena un tiramisú, uno de mis postres favoritos. Cuando la camarera lo trae es un enorme y suculento pedazo, pero sólo hay una pequeña cuchara. Khris rápidamente agarra la cuchara y corta un pedazo, se acerca un poco más a mí dirigiendo la cuchara a mi boca.
- Abre la boca cielo.
- Estás completamente loco si piensas que me vas a dar comida delante de la gente como si fuera una niña pequeña.
- Vamos cielo, o te obligaré si es necesario, tú eliges - ni modo, me doy por vencida porque sé que es capaz de armar un escándalo delante de toda esta gente. No sé si lo hace a propósito, pero cuando la cuchara está a punto de entrar en mi boca la mueve hacia la derecha y mis labios se llenan del cremoso postre. Inmediatamente retira la cuchara y me agarra por la nuca para que no pueda moverme mientras succiona el dulce de mis labios.
- Ummm, así sabe mucho mejor - sonríe con una mirada pícara y esa pequeña mancha marrón en su ojo izquierdo lo hace ver más sexy y comible. Cuando terminamos y Khris pide la cuenta - sí, increíblemente pagó la cuenta en su propio restaurante - Giovanna nos indica que tal vez la salida del restaurante no va a ser muy placentera.
- Señor lamento informarle que hay un montón de reporteros y camarógrafos allá fuera. Antonella y Christopher han logrado que se retiren algunos a la calle de enfrente pero los demás se rehúsan a moverse. Emilio estará esperando afuera con su camioneta lista a su salida. Y ha sido un placer conocerle señorita - asiento con la cabeza porque estoy en blanco.
- Gracias Giovanna.
- De nada señor, que pasen buena noche.
- Khris, ¿qué demonios significa esto?
- Significa que hay muchos reporteros peleándose por la primera plana de mañana.
- ¿Estás bromeando verdad?
- Me temo que no.
- No quiero ser fotografiada Khris y mucho menos salir en una primera plana. Tiene que haber alguna manera de salir de aquí.
- No, no la hay. La puerta de atrás es un callejón pequeño. El área de descarga está a la izquierda, a unos quince pies de distancia de la entrada. Nos verán de todas formas - ay Dios esto no puede estar sucediendo en estos momentos, no cuando todo era tan perfecto.
- ¿Podemos esperar un rato hasta que se vayan?
- Podemos, pero te garantizo que así nos quedemos hasta que el restaurante cierre ellos estarán afuera esperando. Son capaces de acampar ahí fuera hasta que salgamos. Así que al mal paso vamos a darle prisa, sólo ignóralos - no quiero salir, pero no me queda de otra porque Khris se levanta y me extiende su mano. Los comensales nos miran de la misma forma que lo hicieron a nuestra llegada y es muy incómodo. Cuando llegamos a la recepción para recoger nuestros abrigos, veo más de una docena de personas atreves de los cristales acaparando la entrada del restaurante. Me tenso de pies a cabeza y Khris lo nota - Tranquila, sólo enfócate en caminar y llegar hasta la camioneta, ¿de acuerdo? - asiento con la cabeza pero no veo como eso va a ser posible. Al abrir la puerta los reporteros y camarógrafos se abalanzan sobre nosotros y empiezan a empujarnos y a hacer todo tipo de preguntas.... "¿Quién es la chica?", "¿De dónde ha salido? ","¿Es una de las muchas conquistas?", "¿ Es su novia, Sr.Becker?"- estoy tan aturdida por los flashes de las cámaras que casi no puedo ni ver. Khris me agarra de la cintura y se abre paso.
- Por favor, dejen los chismes y tengan la amabilidad de moverse a un lado y no molesten más a mi chica.
- ¿Está confirmando que es su novia? - pregunta alguien mientras nos siguen empujando y tomando fotos. Khris pierde la paciencia.
- ¡Joder, que no entienden! ¡Háganse a un maldito lado y comportense como periodistas profesionales y no como jodidos buitres, maldita sea! - ante el arranque de Khris se hace el silencio. Ya nadie pregunta nada y ya no hay más fotos. Todos se hacen a un lado y nos dejan pasar. Llegamos a la camioneta y Emilio nos está esperando.
- Muy bien hecho señor. Siempre bajan la guardia con su tono de autoridad.
- Saben que no les conviene hacerme enojar. Sólo tengo que chasquear los dedos y se quedan sin trabajo. Gracias Emilio, buenas noches.
- Buenas noches señor, señorita - dice con una inclinación de cabeza y se marcha. Entramos a la camioneta y salimos al tráfico de la cuidad.
- Por favor dime que no planeaste todo esto - su cara se vuelve de asombro como si no pudiera creer lo que acabo de decirle.
- ¡¿Qué?¡ ¿Acaso se te ha subido el vino a la cabeza?¿Qué demonios te hace pensar eso, joder?
- Lo fácil que pudiste manejar la situación y calmarlos.
- Myla, estoy acostumbrado a esto, créeme. Desde que era un adolescente he tenido a la prensa tras de mí gracias a mi apellido. Y ya dos personas han perdido sus empleos por no escucharme cuando les digo basta, eso es todo. No soy tan retorcido como para planificar algo así, sé que es muy incómodo
- De acuerdo. Lo siento - me sonríe y entrelaza su mano con la mía mientras conduce.