El Sol de tu Luna

Par OlympusFics

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Un fanfic de solangelo. ¿Qué pasó en el espacio de tiempo de seis meses entre el final de la guerra contra Ga... Plus

Capítulo 1- Nico
Capítulo 2- Will
Capítulo 3- Nico
Capítulo 4- Will
Capítulo 5- Nico
Capítulo 6- Will
Actualizaciones y disculpas
Actualizaciones y disculpas #2

Capítulo 7- Nico

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Par OlympusFics

Era ya de noche y Nico no había podido salir de la cama en la que se encontraba.

Los pocos acontecimientos que habían sucedido por la mañana lo habían dejado agotado. Tan solo pensar en que Leo seguía vivo o en todos los temas tratados en la reunión hacía que la cabeza le diera vueltas.

Lo de Leo era cuestión de tiempo y esperar a que llegara... Pero, ¿todo lo de la reunión? Demasiado complicado. Desapariciones y fiestas nocturnas igualaban a cosas con las que no poder lidiar. Todo el mundo pensaba que al terminar la guerra contra Gaia las cosas se calmarían, pero al parecer no, porque una chica inocente había desaparecido.

La segunda cosa que no le estaba dejando descansar en su cómodo colchón era el intercambio de cabañas que iba a suceder por la noche. Se habían podido oír los gritos de los campistas emocionados por la maravillosa velada que iban a pasar. Nico estaba contrariado. Por una parte quería quedarse en su cabaña hasta el día siguiente ya que no le pegaba absolutamente nada la celebración, pero por otra parte él quería hacer un poco de vida social con el campamento si se iba a quedar allí. Las cosas que habían pasado los días anteriores le estaban presionando un poco la cabeza con la idea de que tal vez se debería marchar un tiempo. No decía para siempre pero sí un tiempo.

Después de mucho meditar había llegado a una conclusión: el Campamento Mestizo ya no era seguro y su relación con la mayoría de los campistas no era buena, así que dependiendo de cómo fuese la noche él se quedaría o se marcharía.

Otra idea comentada en la reunión que había estado apartando era el hecho de que muchos campistas pensaban que Will y Nico estaban juntos. ¿De dónde habían sacado eso? Probablemente Will ya se había abierto a todo el mundo como bisexual, pero Nico no demostraba ningún afecto hacia nadie, ¿ cómo es que habían supuesto una relación con el rubio sin saber nada de su identidad? Lo desconocía.

Se podían oír ya los gritos de semidioses eufóricos, y eso no le hacía querer ir para nada.

No había visto a Will desde muy temprano en la mañana, pero estaba seguro de que lo iba a volver a ver, si no era para convencerle para que fuera sería porque estarían los dos juntos en el intercambio.

Todos los pasos que se podían ir parecían encaminarse hacia el mismo lugar: La Casa Grande.

Nico no estaba muy seguro de cómo habían convencido a Quirón para que les dejara quedarse allí, ahora el pobre centauro tendría que dormir en la cabaña de Poseidón.

Pensando en ello Nico se dio cuenta de que tenía lógica ya que Poseidón se podía considerar su hermano y además él era el padre de los caballos. Sí... Plantearse eso no era muy agradable.

El chico suspiró y se cruzó de brazos. Los gritos cada vez eran más intensos.

Al haberse perdido la cena también se había perdido el anuncio de Quirón.

Nico pensaba que la gente reaccionaría relativamente mal, pero por todo el entusiasmo que estaban demostrando fuera él estaba equivocado. Nunca entendería cómo a los adolescentes les podía gustar tanto una fiesta.

Pensar tanto en ello de verdad le quitaban las ganas de ir, pero pensar en Will llorándole para que fuera en la puerta de la cabaña le daba mucha pereza. No quería discutir con Will más, todo estaba muy complicado ya como para empeorarlo.

Finalmente se levantó decidido. Haría lo que quisiera que hicieran los adolescentes en la actualidad.

Se calzó sus zapatos y caminó hacia la puerta, pero antes de abrirla se dio cuenta de que seguía llevando puesta la suda será de Will. Era consciente de que hacía frío fuera, así que de todas formas salió al exterior con ella. El campamento estaba desierto, todos se encontraban en La Casa Grande ya.

Se puso a caminar con paso relajado, tampoco había tanta prisa, pero a pesar de eso llegó rápido.

Todo no era como se lo había imaginado. Sí que se oían voces, pero no música a todo volumen ni los pasos de gente bailando, parecía... Tranquilo.

Subió los escalones con un poco de titubeo y alcanzó la puerta para poder llamar. Unos segundos después se abrió y se pudo encontrar cara a cara con una hija de Afrodita un poco asqueada.

- ¿Qué haces tú aquí?- preguntó Valentina haciendo una mueca.

-Venir al encuentro nocturno al que me han invitado- respondió Nico inclinándose sobre el marco.

-De acuerdo, pasa- accedió la chica haciéndose a un lado para dejarlo entrar.

Sin pensárselo dos veces, Nico traspasó el umbral y se encontró con unas veinte personas sentadas con las piernas cruzadas en círculo.

La primera persona que lo reconoció fue Will.

-¡Nico, qué alegría! Ven a sentarte aquí.

El chico dio palmaditas en el hueco que había a su lado.

Nico cambio el peso de una pierna a otra, pero finalmente avanzó.

Caminar hasta allí sin rechistar y sentarse le hizo sentir como un perro adiestrado. Qué desagradable sensación.

No se dio cuenta hasta unos segundos después de que todas las miradas estaban puestas en él. Había gente bastante asombrada de encontrarlo allí, pero otros simplemente lo miraban con indiferencia.

-Bueno... ¿Cuál es el plan para la noche? - fue su intento de relajar el ambiente.

Todo siguió en silencio.

Will se removió en su asiento pero no perdió su sonrisa.

- El plan es jugar a muchos juegos- respondió con alegría-. Ahora estábamos jugando a verdad o atrevimiento, ¿ verdad chicos?

Las palabras de Will parecieron animar el asunto, porque todos se pusieron a asentir mientras aplaudían con entusiasmo.

Valentina, que se había quedado apartada desde que fue a abrirle la puerta tomó asiento al otro lado de Will.

-¿Qué tal si empezamos?- propuso Austin.

Todo el mundo estuvo de acuerdo.

Sherman Young era el que comenzaría .

-Sherman, - dijo Valentina-¿prueba o verdad?

El chico vaciló un instante.

- Prueba- respondió.

Una sonrisa diabólica se posó en los labios de la hija de Afrodita.

-Mi propuesta es que metas la nariz en el zapato de Connor Stoll durante treinta segundos sin vomitar.

Todo el mundo puso cara de asco, pero Sherman lo único que hizo fue arrastrarse hasta el pie de Connor y arrancarle el zapato. Después cogió una última bocanada de aire limpio y metió su nariz en el zapato.

El grupo de gente empezó la cuenta atrás desde treinta, y por cada número que bajaba la cara de Sherman se tornaba más verde.

Finalmente llegaron a cero y Sherman pudo apartar sus fosas nasales del apestoso objeto. Lo primero que hizo fue tomar aire, pero al segundo que intentó expulsarlo se tuvo que tapar la boca. Rápidamente se levantó y corrió hacia uno de los baños de la planta baja.

-Supongo que ha fallado- Valentina se encogió de hombros -. No le pondremos castigo, ese ya ha sido uno. Vale, ¿ quién es el siguiente?

La multitud centró los ojos en Laurel Vencedor, la hija de Niké.

-Vale,- dijo su gemela Acebo, pensativa- tienes que decir algo en lo que soy mejor que tú. Odio que siempre estés fardando de cómo eres mejor que yo en todo cuando las dos somos hijas de la diosa de la victoria-ahora había rabia en su voz-. Di al menos una.

Laurel puso los ojos en blanco y después resopló.

- Yo soy mejor en todo- dijo como si fuera obvio.

Acebo se puso a temblar por el enfado.

-¿¡Cómo puedes ser tan egoísta?!- gritó.

Se puso de pie de un salto y salió de la estancia con un portazo.

Inmediatamente después su hermana la seguía fuera mientas la llamaba.

A Nico le parecía mal que estuvieran haciendo sufrir a la gente, solo era un juego. Además ya sufrían suficiente por ser semidioses.

Por ahora los retos eran aburridos pero intensos. El chico se preguntó cuándo empezarían las pruebas interesantes.

- Vale,- continuó Kayla- prueba o verdad, Damien.

El chico al que se dirigía era un hijo de Némesis con cara de querer cometer una travesura.

-Prueba- respondió con un brillo de malicia en los ojos.

Kayla se rió de forma malvada.

-Genial, pues quiero que te subas encima de Paolo y que le beses.

La declaración hizo que todo el mundo menos Nico hablara. Se removió en su sitio pero nadie se dio cuenta, no sabía que fueran tan directos con esos temas.

El tal Paolo era un chico musculoso que comenzó a hablar en un idioma que parecía ser portugués. Por lo rápido y nervioso que estaba hablando, debía de entender lo que había dicho la chica.

-Nadie entiende lo que dices, Paolo- respondió Damien a tantas palabras sin sentido para ellos-. Y esto es una venganza por la vez que me encerraste en el baño durante tres horas, no te vas a escapar.

La cara de Paolo era un poema, y su semblante se ensombrecía por cada paso que daba Damien.

-Tranquilo, no voy a hacerte daño-le dijo el chico.

Más palabras sin sentido salían de la boca de Paolo, pero Damien no hacía caso y seguía avanzando.

La tensión de los hombros de Nico era imposible de aliviar. Era la primera vez que el chico presenciaba un beso entre dos chicos.

En ese sitio todos eran tan abiertos que él sentía que no encajaba.

Al hijo de Hades se le encogía el pecho de pensar que la gente se daría cuenta de su incomodidad y empezarían a encajar las piezas del puzzle.

De repente se escuchó un golpe y Nico volvió la vista hacia Damien Y Paolo.

El hijo de Némesis se había tirado encima de su compañero de reto y sus caras habían quedado a centímetros.

La incomodidad aumentó dentro de Nico y ya casi no podía respirar, su garganta se había cerrado y no llegaba más aire a sus pulmones.

La cara de Paolo no podía estar más roja.

La sonrisa de Damien no la borraba nadie al irse acercando poco a poco a los labios de Paolo.

Una cuenta atrás comenzó en la mente de Nico para llegar a su explosión y que la oscuridad consumiera todo. Estaba a punto de terminar ya... Pero el final nunca llegó porque la sala se llenó de carcajadas.

Todo el mundo se quedó con cara de desconcierto.

Damien no podía dejar de reírse. Tal era su risa que tenía que sujetarse la tripa por el dolor.

Paolo soltó algunas palabras en portugués, y aunque nadie las comprendió se podía sobreentender que estaba confundido.

Las carcajadas por fin cesaron.

-Lo siento amigo, pero estoy reservando mis besos para otra persona- fue lo único que pudo decir.

La expresión de Paolo transmitía enfado. El chico cogió aire e intentó calmarse mientras Damien le miraba con expectación.

Finalmente el moreno empujó al otro de su regazo haciendo que cayera de espaldas.

Él, entre quejas le pedía perdón por haberle hecho sufrir, pero eso no fue suficiente para Paolo, porque después le dio un golpe con el zapato en la pierna.

-Vale vale-dijo Damien haciendo gestos desde el suelo para que el otro se relajara-. Me lo merezco.

-Ya que no has superado el reto tendremos que ponerte un castigo- supuso Kayla dándose golpes en la barbilla-. ¿Qué tal si vas a ver cómo está Sherman?

El chico se incorporó.

-Sí, me parece justo.

Luego se puso en pie y antes de marcharse de acercó a Paolo y le dio un apretón en el hombro para reconfortarle.

La sala volvió a quedarse en silencio, pero eso no duró mucho.

-¿Quién es el siguiente? - preguntó Valentina mirando hacia su al rededor hasta reparar en Austin que estaba sentado a su lado-. Austin, ¿prueba o verdad?

El chico que solía estar seguro de sí mismo tenía cara de estar aterrorizado.

-Verdad-respondió casi temblando.

-Veamos...-habló por primera vez Will en todo el juego. La cara que puso a continuación insinuaba que iba a hacer una pregunta comprometedora-¿Es cierto que hace unas noches me dijiste que Nico tiene buena parte trasera?

La pregunta hizo que Nico se sobresaltara y que su cara se tiñera de un rojo oscuro al igual que la de Austin.

El hijo de Apolo tomó aire.

-Sí, es cierto.

Mucha gente se rio.

Nico volvió a removerse en su sitio. No le gustaba que hablaran de él a sus espaldas, sobre todo si era sobre cosas tan absurdas y privadas como esas. Que la gente se riera de algo así no tenía sentido en su cabeza.

La velada se estaba tornando un poco cargante e incómoda ya.

Tal vez no debería haber asistido, pensó Nico.

Un toque en el hombro lo distrajo de sus pensamientos.

-Nico... ¿Estás bien? -preguntó Will más bajo para asegurarse de que nadie les oyera.

Antes de contestar, algo hizo clic en la cabeza de Nico. Esa era la oportunidad para decir que sí que pasaba algo y conseguir librarse de una noche repleta de juegos. Todo sería muy creíble... pero por otro lado el chico se sentiría mal consigo mismo. Por el momento nadie se había quejado de su presencia ni se había burlado de él, claro, tampoco habían tenido la oportunidad, pero aun así la mala conciencia le ganaba.

-No, tranquilo, estoy perfectamente- respondió finalmente-. Continuemos.

Will frunció el ceño no muy convencido, pero igualmente continuó con el juego.

-Genial, podemos continuar-dijo el hijo de Apolo con una de sus sonrisas radiantes-. Valentina, eres la siguiente.

Los labios maquillados de la chica se curvaron en una coqueta sonrisa.

-Yo quiero que mi prueba sea doble junto con el rubiales guapo-su mirada se dirigió hacia Will, insinuando que se refería a él.

Nico sintió que se le erizaban los pelos de la nuca. Algo sobre Valentina enervaba al oscuro semidiós. Era una sensación rara, simplemente podía percibir toda la falsedad y las malas intenciones que desprendía.

Por primera vez desde que había entrado en ese sitio, Nico fue a decir una de sus frases bordes.

-Yo no veo ningún rubiales guapo por aquí-comentó mientras echaba un vistazo por la sala.

Todo el mundo se puso a reír a carcajadas menos Valentina y Will.

-Me refería a Will- dijo la hija de Afrodita tragándose su rabia.

Nico en respuesta se encogió de hombros.

-Vale chicos, si queréis reto doble, reto doble será-solucionó Austin-. Os reto a un intercambio de ropa en el descansillo de fuera.

Ninguno de los dos aludidos se ruborizó, simplemente asintieron y se pusieron en pie para luego salir por la puerta.

Nico no quería ni imaginarse lo que le costaría a Will meterse en los pantalones cortos de Valentina. Su mente voló a una imagen de Will vestido con ropa súper pequeña de chica que enseñaba mucho. No quería pensar cuánto enseñaría el rubio si esa ropa de chica ya quedaba corta de por sí.

Un pensamiento lo sobresaltó de golpe. Si se iban a cambiar los dos en el mismo sitio, los dos se iban a poder ver des... de una forma más íntima.

Nico agarró las mangas de la sudadera con cada mano y las estiró hasta taparse los brazos por completo.

Se sentía todo fuera de lugar: la gente, las pruebas, Will... Había decidido soportar un poquito más, pero resultaba que la presión aumentaba sobre él. Había tenido tantas veces ese sentimiento que ya no podía ni contarlas con una mano: El sentimiento de no ser aceptado, el sentimiento de ser ignorado, el sentimiento de no poder más... Eran cosas con las que había tenido que cargar toda su vida y que nunca había aceptado. Él siempre era absorbido por la oscuridad, era su refugio y su salvación, no conocía otra forma de solucionar las cosas.

Cuando su hermana murió, el mundo de Nico no se desmoronó a la primera. Lo primero que pudo distinguir fue una explosión de sentimientos en su interior, después fue el derrumbamiento de su ser , pero lo peor no llegó hasta después, porque no eres consciente de la gravedad de la situación hasta que llegan todas las consecuencias. Todos sus sentimientos se habían reducido a uno: rencor. Un niño de diez años con rencor en su interior y sólo en el mundo era algo inconcebible para la mayoría de personas, pero Nico lo había experimentado de primera mano y ahora era lo normal para él.

¿ Cómo podía pasar cuatro años de su vida estando solo y de la noche a la mañana pretender que podía asistir a una reunión con muchos semidioses más? Toda esa gente no era como él. Sí, vale, como semidioses todos ellos tenían problemas, pero no eran hijos de Hades, el incomprendido de los dioses. Parecía que se transmitía en los genes, porque no sentirse aceptado e incomprendido era muy típico en los hijos de Hades, solo había que fijarse en cómo habían dado de lado a Hades y como no le invitaban a nada sus hermanos a pesar de ser él el mayor varón, y después compararlo con la vida de Nico.

Nico no podía pretender que pertenecía. Todo era un plan estúpido para poder ir a un sitio y ser aceptado sabiendo que nunca funcionaría.

El chirrido de la puerta interrumpió sus pensamientos, y dos personas que parecía que se hubiesen vestido a medias entraron en la sala.

Todas las miradas fueron hacia los individuos.

Algunos se rieron y otros aplaudieron mientras vitoreaban, pero Nico solo podía observar a Will sintiendo que un ligero rubor surgía en sus mejillas.

El rubio se había embutido en unos pantalones vaqueros cortos que le llegaban específicamente hasta la parte más alta del muslo, y también se había puesto una camiseta de manga larga que solo le tapaba hasta la mitad del vientre, exponiendo una piel bronceada.

La boca de Nico se abrió de forma involuntaria y sus ojos se quedaron como platos.

Tampoco Will pasó por alto que Nico no podía apartar la mirada, así que se cruzó de brazos y habló.

-¿Sabes, Nico? Mis ojos están más arriba.

La cara del hijo de Hades ardió aún más, tanto que con una mano se frotó las mejillas.

-Ya lo sé, imbécil- contestó haciendo una mueca, luego fijó su vista en los ojos de Will.

Grave error.

El color de los iris del hijo de Apolo eran del mismo azul intenso que el de la camiseta, haciendo que brillaran tanto como estrellas.

Nico tragó saliva y desvió sus ojos a la acompañante de Will.

Valentina parecía que se hubiese vestido a oscuras: la camiseta le quedaba tres tallas más grande y los pantalones de Will no se le ajustaban a las caderas.

-Tal vez deberías dejarme tu ropa más a menudo, Wi-Wi-comentó la chica después de unos segundos en los que todos les miraban.

Will solo se encogió de hombros y se fue a sentar de nuevo al lado de Nico.

Valentina, un poco sorprendida por la indiferencia de él se sentó al lado de otra chica que también parecía ser de la cabaña de Afrodita.

-Y ahora...- dijo Luo Ellen, que estaba sentada unas personas más allá de Will-. Te toca a ti, Nico, ¿prueba o verdad?

El aludido miró a todos los presentes con confusión, ya se había olvidado que estaba participando en el estúpido juego.

-Venga- lo animó Austin- . No tienes nada que perder.

Nico discrepaba. Sí que podía perder algo, y un ejemplo sería la dignidad.

Una mano se posó en su hombro.

-Esto solo es un juego, te has enfrentado a cosas peores- siguió animando el dueño de la mano.

El rubio tenía razón, Nico se había enfrentado a cosas muchísimo peores. Cupido había sido una de ellas, o el mismísimo Cronos.

-Vale- accedió Nico apartando la mano de su hombro-. Prueba.

La respuesta del chico género algunos murmullos y sorpresas, de hecho, el mismo Nico se había sorprendido.

-Bien- dijo Lou Ellen apartando la sorpresa a un lado-. Qué tal si te sientas en el regazo de Will.

Nico enarcó ambas cejas.

¿ Era enserio? Bueno, debía de serlo, porque nadie se reía.

Nico movió la mirada de Will a Lou Ellen. No era una broma.

El chico entornó los ojos directamente hacia la mediadora.

-No voy a hacer eso, prefiero verdad.

Will se encogió de hombros dándole a entender a Lou Ellen que le hiciera una pregunta.

-Rey de los fantasmas, ¿te gustan los chicos?

Todos los semidioses esperaron, expectantes.

Todo esto al hijo de Hades le parecía una tomadura de pelo.

Si casi no le admite su sexualidad a Eros por obligación, no lo iba a hacer con unos cotillas delante.

No se podían hacer preguntas tan personales así como así, ¿No?

La verdad era que no tenía ni idea, nunca había hecho vida social con veinte personas al mismo tiempo.

Sin mediar palabra y tragándose su enfado, se levantó, luego se pasó la sudadera de Will por la cabeza y se la lanzó a su dueño a la cara.

La gente seguía aplaudiendo intentando presionar a Nico para que se quedara y contestara.

El semidiós, con todavía más rabia en el cuerpo, dio un paso hacia la puerta. Con decisión iba a seguir caminando, pero un fuerte tirón de su camiseta hizo que se cayera hacia atrás y que aterrizara en algo que no se sentía tan duro como el suelo.

De la nada unos brazos bronceados le rodearon la cintura y le pegaron contra algo firme y cálido.

Nico no supo lo que pasaba hasta que la barbilla de Will se apoyó en su hombro.

- Creo que al final el Rey de los Fantasmas ha escogido prueba- dijo el hijo de Apolo en el oído de Nico con una sonrisa.

Algunas personas se rieron incluyendo a la persona que él tenía debajo, y otras siguieron aplaudiendo.

La risa de Will en su oreja era un tintineo que le recorría el cuerpo como chispas. Un suave rubor no tardó en extenderse por su cara.

- De nada por salvarte- susurró el chico apretando el agarre alrededor del cuerpo de Nico para evitar que se fuera.

- No necesitaba tu ayuda- cortó Nico-. Lo habría solucionado si hubieses dejado que me marchara.

Will se encogió de hombros.

-Pero te habrías perdido la diversión.

Todos los semidioses habían dejado de prestarle atención y ya estaban a lo suyo con el juego.

Nico soltó una carcajada amarga.

- No sabes lo poco que me interesa este tipo de diversión.

La risita que soltó Will era cálida y resonó en los oídos de Nico.

-Tendrás que acostumbrarte a todo esto ya que vives aquí.

Un golpe de realidad olvidada le llegó a Nico de repente.

Él no pertenecía a ese mundo. No pertenecía en la sociedad.

La realidad era que lo único que le ataba al campamento era la necesidad de tener un hogar después de la guerra y la amistad que estaba empezando a surgir entre él y Will. Pero la guerra ya la habían dejado atrás y Leo al final resultaba que estaba vivo.

-Creo que necesito un momento a solas- le dijo Nico a Will zafándose de sus brazos.

Will frunció el ceño desconcertado por el repentino cambio de actitud.

Pero antes de que Nico pudiera levantarse, Will le habló a la multitud.

-Venga, semidioses, cambiemos de juego.

La gente, ya harta de que no les llegara el turno, accedió a cambiar la actividad y empezaron a agruparse entre amigos para charlar.

Nico volvió a intentar levantarse, y esa vez lo logró.

Will intentó levantarse con él, pero antes de intentarlo, Nico le dirigió una mirada asesina que lo dejó congelado en el lugar.

Saliendo de la habitación a marcha rápida, el hijo de Hades se dirigió hacia las escaleras que llevaban al desván.

El lugar era muy oscuro y con pocas fuentes de luz. La mayor parte de las cosas estaban cubiertas por sábanas o con muchas capas de polvo. Claramente, después de que Rachel pasara a ser el oráculo de Delfos, este desván se había convertido en tan solo un almacén para trastos inservibles.

Nico se preguntó cuántas historias se podrían contar sobre todos los objetos que se encontraban allí, todos los viajes que héroes de todas las épocas habrían emprendido.

El chico suspiró y caminó hasta un pequeño hueco que no estaba cubierto con trastos y se sentó, agotado.

¿Cómo era posible que los del campamento ya sospecharan de él? No es como si llevara un cartel con luces que pusiera "AQUÍ HAY UN GAY EN EL ARMARIO". Nadie debería obligar a una persona a salir del armario, es la elección de esa persona.

Nico se cuestionó por décima vez la razón por la que había accedido a ir a la estúpida fiesta... No, estúpida fiesta no... Estúpido Will Solace. Estúpida su risa. Estúpida su sonrisa. Estúpida la forma en la que mira. Y estúpida la sensación de alivio que él sentía al verle.

Ya no podía más, todo se repetía. Él no necesitaba otro Percy. Él necesitaba silencio, mucho silencio.

Ojalá Will fuera capaz de entender cómo se sentía. Pero no, porque era el chico perfecto, el chico majo al que todos acudían cuando necesitaban alguien en quien confiar. Nunca acudirían a Nico.

Al chico le empezaron a entrar ganas de agarrar uno de esos tesoros olvidados y tirarlo contra la pared, solo para después sentirse peor persona, solo para aborrecerse más.

Una temporada en el Inframundo no le sonaba muy mal en esos momentos. Tal vez, si ayudara a su padre con la administración del Inframundo, se aclarara su cabeza un poco. Podría volver a abandonar el campamento y con ello a Will, todo iría mejor. Después podría volver como si nada y sentirse mejor con él mismo.

De repente se empezaron a escuchar pasos que subían por las escaleras. Will, pensó Nico. En vez de encontrarse con un chico rubio, se encontró con una hija de Afrodita con cara de pocos amigos.

Valentina se cruzó de brazos delante de Nico, este tuvo que inclinar la cabeza para poder mirarla a los ojos.

-Voy a ser clara contigo, estúpido niño-escupió.- No quiero que te vuelvas a acercar a Will.

Nico se quedó callado esperando a que siguiera o se explicara. Él sabía que ella debía de tener una obsesión con Will, pero le interesaba saber hasta dónde llegaba.

-Eres tan patético que la gente está empezando a pensar que a Will le interesas. Obviamente la mayoría de la gente piensa que pasa tiempo contigo por pena- Valentina suspiró-. Yo me preocupo por él y no quiero que su estatus social baje por tu culpa, así que te voy a pedir que te marches sin decirle a nadie nada.

Nico estaba alucinando en colores.

Una hija de Afrodita lo estaba desafiando a él.

-Debe de ser una broma, ¿no?-se burló Nico.

-Pues claro que no-dijo Valentina con rabia.- Si crees que de verdad tienes una oportunidad con Will debes de estar mal de la cabeza. ¿Crees que no me he dado cuenta de que tienes una obsesión con él?

Nico soltó una sonora carcajada y se puso en pie con facilidad.

-Mira, princesita, aquí la única con una obsesión eres tú. -Y después añadió-y además no tienes por qué preocuparte porque yo me voy al Inframundo una temporada para ayudar a mi padre.

Valentina se había quedado sin palabras.

-Y si me lo permites, ya que veo que no tienes nada más que decir, me marcho ya.

La chica entornó los ojos.

-Espero que cuando vuelvas ya tengas en mente que no le importas nada a ninguno de los del campamento- dijo.

Era imposible que Nico se tomara en serio a esta chica. Tomó aire.

-Y yo espero que hayas aprendido que la que no tiene oportunidad con Will eres tú.

Nico no sabía de dónde había salido eso, pero sin esperar un segundo más dio dos pasos hacia atrás, sumergiéndose en una sombra que lo llevaría hasta el castillo de su padre y donde esperaba desesperadamente que se le pasara el sentimiento de no pertenecer.
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HEEEEEEEEY SEMIDIOSES AQUÍ PAULA.
YA LO SÉ, YA LO SÉ... LO SIENTO MUCHO ¿VALE?
Ay, la vida. He acabado taaan cansada tras terminar este curso, no os lo podéis ni imaginar.
Si no lo sabíais, tengo una cuenta en instagram con mi querida amiga Percy que se llama @semidiosesolimpicos. Y bueno, si tenéis alguna pregunta o algo, podeis dejarla en los comentarios y yo os contestaré.
A otra cosa mariosa... ¡Sorpresa! Va a haber un cambio de portada.
Siento que tengo demasiadas cosas que contar pero se me olvidan todas...
1. Ahora estoy en Grecia.
2.Feliz cumpleaños Leo.
3.Me marcho ahora mismo a la llamada "Cueva de Zeus" de la isla de Creta.
Y 4. ... SEGUIDME EN @SEMIDIOSESOLIMPICOS PARA PODER HABLAR CONMIGO Y ESAS COSAS HERMOSAS.
Pd: le dedico el capítulo a la prima de Percy y a Pecy (love you Clara no me mandes un tsunami a Grecia que ya he actualizado).
Pd2: tengo la sensación de que este capítulo no tiene ningún sentido pero bueno.
-Paula/Nico/hija de Hades ♡

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