Luego de aquella taza de café habían pasado tres meses. El verano se fue como una brisa y ya el otoño estiraba sus raíces. El frio cada día aumentaba, y así mismo mi uso de cuellos de tortuga iba en aumento. Las hojas de los árboles se tornan naranjas y rojas en el otoño, además de que se caen. Y eso observaba desde mi ventana ya que no tenía nada más que hacer.
La notificación de KakaoTalk resonó por la habitación con una luz tenue. Jungkook me había mandado un mensaje, como lo usual a esta hora. Solíamos hablar en el anochecer especialmente los sábados, cuando ambos teníamos tiempo. Al tener más interacción con él (al menos por mensajes) nos volvimos muy cercanos. Él estaba necesitado de atención y yo de alguien que en verdad me escuchara, así que era una relación recíproca.
De quien si no volví a oír en estos meses fue de Yoongi. Me quite el pensamiento de la cabeza al querer preguntarle a Kook, ya que no me parecía correcto meter a aquella persona en una de nuestras conversaciones como de improvisto. Sin embargo, la curiosidad carcomía hasta a mis entrañas.
El sonido del timbre de la casa se hizo oír. Baje con el teléfono en la mano luego de haberle enviado a Jungkook algunos emojis con caritas llorando de la risa. Con vasta flojera, puse mis menudas manos en el picaporte y lo jale, dejando encontrarme con Jimin mirando hacia el tapete de la entrada.
Con Jimin nuestra relación era más de confidentes. Le gustaba que lo acompañara los domingos en su trabajo, y luego de salir de su academia venia algunos días de la semana a ver películas conmigo cuando yo le avisaba que no me encontraba ocupada. Sin embargo su aparición me sorprendió, ya que no lo esperaba.
—Te vas a morir del frio allí fuera. Entra—me aparte un poco de la entrada dándole espacio suficiente para que pasara hacia la sala.
El me sonrió un poco y camino rápidamente hacia el sofá, sentándose suavemente; mientras yo me encargaba de cerrar la puerta. Al terminar mi tarea, me voltee hacia su persona y comencé a caminar hasta tirarme violentamente en aquel inmenso y suave asiento.
—No estaba muy frio fuera Sook. De igual manera gracias, espero no estarte molestando—moví mi mano de arriba hacia abajo haciendo un signo como de manera de que no me importaba.
Me asegure de no quitarle la vista de encima mientras quitaba su chaqueta de encima y la colocaba a un lado de su cuerpo, junto a una pila de cojines bordados. Ciertamente Jimin tenía esa aura vigorosa, además de tener un cuerpo trabajado y aspecto despreocupado. Mas yo lo conozco, y con certeza puedo decir que es un ser muy tierno, y le confiaba muchas más cosas que a nadie.
—Te traeré té de frutos rojos, está buenísimo— me moví prácticamente arrastrándome hacia la cocina. Aunque mi plan era ir yo sola, Jimin decidió seguirme.
Tome una taza blanca lisa, y con la tetera en la otra mano la llene. Le tendí la mano para que tomara el líquido y se calentara un poco.
—Gracias...— sorbió fuertemente el té—Necesito preguntarte algo Hee-Sook, por eso vine— su mirada se tornó un poco más seria.
—Adelante.
—Más bien, es un favor. Necesito tu cara—me quede un poco petrificada.
—Lamento no poder ayudarte, pero nací con esta cara y no te la puedo prestar. Y aunque pudiera no te la daría porque ya sabes; la necesito para ver, y respirar, comer— Jimin se rio un poco, achinando los ojos como de costumbre. Yo seguía algo confundida.
—No es eso, tonta. Nunca te conté esto así que no debes saber, además de estudiar baile, también esculpo. Tengo un proyecto y necesito esculpir una cara, y me parece que la más apropiada es la tuya— que alago. Aun así, desconfié un durante un momento.
Seguro que él es malísimo esculpiendo. Tiene unas manos diminutas y a va hacer que mi cara se vea como todo menos bonita. Aunque pensándolo bien, me pasaría un buen rato si quedara mal. Una nueva experiencia.
—Bien, voy a hacer eso sin preguntar siquiera. Será divertido—una pequeña sonrisa se extendió por mis labios.
Jimin relajo los músculos de su cara y me miro con esos ojitos de perrito feliz.
—Me salvaste de una grande, te lo agradezco— rodé mis pupilas. No hacía falta que se pusiera tan contento. De seguro que tiene una montaña de chicas que se prestarían para ser su modelo. No entiendo porque desea esculpir mi rostro feo.
Camine hacia la sala, con Jimin siguiéndome (otra vez, repito, es como un perrito). Sin embargo, esta vez me encamine hacia las escaleras. Subí hasta el segundo piso, y al voltear la vista me hizo gracia ver que él se quedó abajo. Supongo que le dio timidez subir, después de todo íbamos a mi cuarto.
Pero yo no lo veo como algo malo. Éramos solo amigos y así nos quedaríamos, abajo hacia frio y yo quería estar en la comodidad de mi cama calientita. Él se podía quedar en el piso con una almohada y una manta mientras veíamos películas y bromeábamos.
—Sube, ex zanahorio. Lo que sea que estás pensando no pasara, sucio— hable bromeando.
Luego de experimentar un pequeño sonrojo y replicarme que él no estaba pensando en nada, subió piso arriba y pasamos hacia mi habitación.
Pasamos varias horas, vimos una película de comedia y luego comimos dos barras de Kit kat de las grandes. Comenzamos a quedarnos dormidos, pero Jimin debía estar bastante cansado ya que cayó en un sueño profundo mucho más rápido que yo.
Me dio lastima dejarlo en el piso, así que con lo mayor de mi fuerza que pude reunir, lo lleve hacia la cama y luego de 10 minutos luchando para subirlo, logre mi cometido. Lo tape con mi frazada y acomode su cabeza en mi almohada. Me aseguraría de despertarlo en 2 horas al menos, para que fuera a su casa.
Sí, era tarde. Pero había decido desde hace ya varios meses que no dejaría que nadie más durmiera en mi casa la noche. Tenía que mantener mi sentido común.
—Oye, Hee-Sookie...—murmuro Jimin con una voz rasposita.
Tanto que sufrí para montarlo en la cama y ahora se despierta. Perfecto.
—Dime—trate de no sonar irritada, pero no lo pude evitar. El dolor el mi espalda no mentía.
— ¿Por qué siempre pareces sola?— me tomó algo desprevenida su pregunta.
Había muchas razones por las que estoy sola. Comenzando por la muerte de mis padres, luego yo quedándome con la tía que me desprecia. Al final mi vida se dio así, solitaria.
No puedo decir que hay una razón en sí. A pesar de esto, en mi cabeza siempre fui yo misma la culpable de mi soledad. No importaba lo que dijera el psicólogo, lo que dijera Seokjin. Todo fue culpa mía.
Buscaba calentarme en el fuego del amor y termine en la fría y calada soledad.
La habitación quedo en silencio. Me negaba a traer de vuelta aquellos recuerdos que mantuve en la caja de pandora dentro de mi corazón y mi cuerpo. Las cicatrices en mi espalda ardían cada vez que recordaba, cada vez que volvía. No quería.
Me da miedo quedar muda otra vez.
—Lo siento—su voz se oía apagada y arrepentida. Lo hice sentir mal seguramente, aunque el no hizo nada malo.
—No tienes que disculparte. Ya supere... más siento no poder saciar tu curiosidad.
Jimin agarro mi brazo y comenzó a trazar pequeños círculos en una pequeña zona con sus dedos suaves y que al mismo tiempo quemaban. Cosquilleaba.
—Sabes que puedes confiar en mí si quieres hablar— mostro un poco sus dientes blancos—Puedes confiar en Oppa, guardare tus secretos.
Querido Jimin, si supieras lo que hice. Si supieras aquella historia de antaño. ¿Serias mi amigo igual? Ahora que te tengo a ti, lo que me da más miedo es perderte. Jungkook también. Estaba sola y ahora que no, me niego a dejarlos ir. Por eso me lo guardo.
Pero él nunca iba a saber eso, ellos nunca lo iban a saber. Mi mamá decía que unos de mis mayores defectos y ventajas era el silencio, siempre estoy en callada. Y así será, hasta que un día... hasta que un día.
—Pues Oppa, deberías dejar de preguntar tanto y dormir más. Simplemente las cosas sobre mi misma se dieron así— me solté un poco de su agarre. Él se veía algo disgustado debido a mi acción.
Acerque una silla de mi pequeño escritorio de madera y me senté al lado de la cama mientras Jimin me veía con sus ojos oscuros y bonitos. Tome mi teléfono en una mano para distraerme un poco.
—Descansa. Pondré la alarma en 1 hora para que vayas a casa. Considera esto un gracias por haberme elegido para tu escultura, me siento alagada— dije en un tono ligeramente irónico, pero sé que él había captado que me encontraba algo feliz.
Cerró los parpados. Con un dedo desbloquee el teléfono celular. Tenía varios mensajes de Kook, así que abrí la mensajería para leerlos.
Jeon Jungkook
Noona
10:27 pm
Noonaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa
10:27 pm
Respóndeme
10:29 pm
¿Me estas engañando con alguien? Que mala.
10:32 pm
Oye, Yoongi quiere tu número.
10:33 pm
No sé si dárselo, me parece contraproducente.
10:35 pm
¿Qué tal si luego tú me dejas por él? 😭😭😭😭
10:40 pm
Me niego.
10:40 pm
Yo
Lo siento Kook, estaba aquí con Jimin 😝
10:51 pm
Dáselo, quería hablar con el de todas maneras.
10:51 pm
Tranquilo, tú tienes cara de rata así que eres único.
10:52 pm
—Oye Min...— susurre.
Me contesto con un "Hm" así, decidí seguir hablando ya segura de que el me escuchaba.
—Te daré un consejo— me reí bajo. — No juegues con fuego. Es dañino. Tengo experiencias del pasado.
Número desconocido
Hola, es Yoongi.
10:59 pm
*~
Jajaja
Sorry no actualizo desde mayo
ES QUE CUANDO A MI ME DAN BLOQUEOS ME DAN DE VERDAD Y HOY ME VINO LA INSPIRACIÓN
y lo mas probable es que no actualice hasta diciembre porque ya voy a comenzar clases
love ya