—Tienes un cliente —Maureen me dijo asomándose por mi puerta.
La miré por el espejo mientras me cepillaba el cabello.
—Ahora voy —me sonrió de lado y se fue.
Me miré en el espejo y no me reconocía; labios rojos como la sangre, demasiado maquillaje, una pequeña bata y debajo lencería, cabello despeinado y alborotado.
Cerré mis ojos y traté de recordar que esta no soy yo; es una pequeña pantalla.
Me levanté de la silla y suspiré antes de salir de la pequeña habitación que mi jefe llamaba "camerino".
Escuchaba la música a lo lejos, hasta que caminé los pasillos que quedaban para entrar a lo que sería el club y la música inundó mis oídos a tope.
Las camareras se paseaban de un lado al otro en lencería. Vi en el escenario a más chicas bailando e insinuándose a los hombres que las miraban bailar.
Caminé mirando a todos lados, mientras sentía la mirada de algunos hombres que estaban siendo atendidos por mis compañeras.
—Oye, cariño, ese galán pidió tus servicios —una de las camareras qué pasó a mi lado me comentó mientras señalaba a un chico en la barra.
Al ver quién me mostró, cerré mis ojos con fuerza.
No lo puedo creer.
Caminé hasta él y le toqué el hombro.
Se volteó y me miró de pies a cabeza.
—Hola... —dijo apenas con una sonrisa.
¿Por qué tiene que ser tan amable siempre?
—Ven, vamos a un lugar privado —lo tomé del brazo y lo llevé al área VIP, dónde había cubículos separados.
Al entrar, lo empuje dentro, cerré con llave y volteé a verlo.
—¿Por qué me miras así? —me dice fingiendo que nada sucedía.
—Shawn, ¿qué diablos haces aquí? Ya te lo he dicho, yo... —me interrumpió.
—No quieres que venga a verte, ya lo sé —dijo palabra por palabra.—No puedo no verte, ¿acaso no lo entiendes?
—Alguien va a descubrirte, Shawn, tu carrera se va a ir por el drenaje cuando sepan que vienes los fines de semana a un club de strippers... ¡Mi jefe ya te conoce, y cree que enserio eres un cliente! En algún momento comenzará a preguntar... —él se aproximó a mí y me tomó de la cintura.
—Es que, ¿acaso no entiendes que es una tortura para mi saber que hay otros hombres deseándote?
—Es mi trabajo —tragué en seco al decirlo.—Tengo que hacerlo, aunque no me guste.
—"La paga es buena", "tengo que hacerlo", "no es bueno que estés aquí"... No dirías nada de eso si vinieras conmigo y nos escapamos.
Negué con la cabeza.
—No puedo... Lo sabes, por favor ya no me hagas esto... —me obligó a mirarlo.
—Yo no te hago nada, tu te lo estás haciendo sola. Quiero que vengas conmigo, que tengamos una vida juntos y olvides todo lo horrible que te ha sucedido.
Mordí mi labio mirándolo a los ojos.
¿Por qué diablos es tan hermoso? ¿Por qué tiene que ser tan bueno con una zorra cómo yo?
—La gente va a saber de mi pasado, va a ser peor para ti que para mi —le dije y acarició mi mejilla.
—No me importa —negó.—Quiero que estés bien, que seas feliz...
—Soy feliz estando contigo, pero no quiero que vengas aquí y te expongas. Mientras nadie lo sepa, solamente nosotros... Mientras estemos juntos. No hay nada de lo que suceda aquí que me haga cambiar lo que siento por ti –susurré y me aproximé a su boca.
Le di un beso lentamente. Él me apresionó contra su cuerpo y moví mi cabeza hacia un costado.
—En realidad me encanta cómo te ves, aunque odie que todos te vean así... Pero soy el único que te puede ver sin la ropa interior —me reí sobre su boca mientras él bajaba un poco sus manos.
—Eres todo un descarado, señor Mendes... —susurré.
—Deberías permitirme sobrepasarme, después de todo soy tu novio y pa... —se quedó en silencio antes se continuar hablando.
Me separé y di un paso atrás.
—¿Qué ibas a decir? —fruncí el ceño y se tiró sobre el sofá que estaba en el fondo del cubículos con sus manos en su cara.—¡Shawn!
Lo miré pensando en silencio.
—Olvídalo —negué.
—Ibas a decir que pagas... ¿Acaso tú estás pagando? ¿Pagas siempre que vienes? —me aproximé a él y suspiró.
—No es la gran cosa...
—¡Claro que lo es! ¡No estoy prestándote mis servicios! ¿¡A veces te has ido sin siquiera dirigirnos la palabra e igual pagabas?! —resoplé.
—Quiero ayudarte —negué.
—No sé si sentirme ofendida porque pagues, o indignada. Shawn, ya no lo hagas —negué.
—No me molesta pagar, aunque sea para estar unos minutos contigo —mis ojos se llenaron de lágrimas.
—Shawn, conmigo no puedes formar una pareja cómo las otras, normal —dije mirándolo desde el otro lado del lugar.—No puedes esperar que pasemos una larga noche viendo películas juntos acurrucados, porque no soy capaz. No puedo hacer que me esperes.
—No te quiero esperar. Quiero estar contigo siempre, no... no me importa. Puedo continuar viniendo y... —lo interrumpí.
—No. No quiero que vengas otra vez, ni siquiera que pases por fuera del club. Quiero que te mantengas alejado de aquí —le dije pidiéndole por favor con la mirada.
Suspiró.
—Por favor, no me hagas volver a separarme de ti —me rogó y corrí a abrazarlo.
—No nos vamos a separar... –susurré.
[•••]
—¡Has vuelto! —Manny me estrechó en sus brazos.—Te hemos extrañado.
Sonreí mientras le devolvía el abrazo y Shawn me miraba feliz.
—Gracias al cielo, creímos que habían peleado —Karen me besó la mejilla y me dio un pequeño abrazo.
Al soltarme fui con Shawn, quién me tomó de la cintura.
—Claro que no, solo estuve muy ocupada con el trabajo —sonreí de lado.
Me dolía mentirles. Ellos creían que trabajaba en una empresa de marketing. Pero me daría muchísimas vergüenza que ellos se enteraran de lo que en realidad trabajo.
Aaliyah bajó las escaleras y me miró con una sonrisa.
—Has regresado, desaparecida —me reí.
—Me extrañaste, lo sé —le dije sonriendo.
Cuando comencé a ir a casa de Shawn, su hermana era quien peor me recibía, ya que estaba muy celosa de que Shawn tenga una novia.
Pero con el tiempo arreglamos todo y nos comenzamos a llevar muy bien.
—Hoy comemos barbacoa, ¿qué te parece? —me dijo Karen sonriendo.
—Delicioso —Shawn besó mi frente y se alejó junto a su papá para irse al patio trasero.
Con Karen y Aaliyah nos dirigimos a la cocina para comenzar a hacer las ensaladas.
Mientras estabamos charlando y cortando las verduras, Karen se quedó en silencio un rato y suspiró.
—Extraño que Shawn esté en casa —dijo de repente.
Aaliyah asintió, de acuerdo con su madre y las miré con una sonrisa triste.
—Él siempre regresará con ustedes —les afirmé.
Shawn ama a su familia, es algo de lo que estoy 100% segura. Y no hay motivo que lo haga alejarse de ellos sin razón.
—Estoy orgullosa de que haga lo que ama y lo lejos que ha llegado, pero a veces desearía que las cosas fueran diferentes....
—Diferentes, ¿en qué sentido? —fruncí el ceño cortando la lechuga.
—Pues... Definitivamente el que no tenga tanto tiempo fuera de casa por las giras —asentí.
—Estoy de acuerdo —dije sin mirarla.
—Pero, sin duda no me arrepentiré jamás de que te haya conocido... Es muy lindo que estén juntos desde pequeños —sonreí apliamente mientras tenía gacha la mirada.
Shawn y yo nos conocemos desde que ibamos a la secundaria. Luego, en la preparatoria comenzamos a salir.
Cuando se hizo famoso y comenzó a irse con Magcon era doloroso, ver que estaba tan lejos y que faltaba tanto tiempo para verlo... Pero me consolaba el hecho de que conocía a gente que lo amaba y admiraba.
Ahora, después de algunos años, sigo estando orgullosa de que haga a miles de personas felices.
Cuando estabamos poniendo la mesa afuera, lo vi a lo lejos.
Caminé hacia él y lo abracé por la cintura. Me sacaba una cabeza y media.
—Hola... —susurró mirándome con la cabeza gacha.
Le sonreí.
—Hola —me corrí para poder estar frente a él y me siguió con la mirada.
—¿Qué haces? —me dijo riendo apenas.
—Besarte y recordarte cuánto te amo —estiré mi cuello y pegué mis labios a los suyos.
Entreabrió su boca y poco y me sostuvo por la cintura. Sus labios son tan suaves, podría besarlo por horas.
Y Amaría Hacerlo por el resto de mi vida.