Bon
–Es ridículo, ¿no lo crees? –No estaba escuchando lo que Toddy me decía, mi mente me mostraba una hermosa imagen de Bonnie sonriendo– ¿Estás escuchando? ¿Bon? ¡BON!
–Lo siento, estoy un poco distraído.
–Sí, lo noté y no pienses que me alegra.
–Ya me disculpé, ¿qué más quieres de mí? –Le pregunté irritado. No me gustaba pasar tiempo con ella.
–¿Podrías darme un beso?
–¿Qué cosa?
–Nunca me has dado un beso desde que empezamos a salir.
–Más bien dicho, desde que mi padre me obligó a salir contigo...
–¿Qué dices?
–Nada... Simplemente, no encontré un buen momento, eso es todo –No me gusta mentirle, no me gusta esta situación.
–¿Y cuándo es un buen momento?
–Tiene que ser espontáneo, en sí no hay un momento específico.
–Sólo tienes que besarme, no lo hagas tan difícil –Dijo Toddy antes de comenzar a inclinarse hacia mí. No, no era difícil... Pero no quería hacerlo. Siempre que pienso en un beso me imagino besando a Bonnie y ahora que ya lo había hecho (dos veces), me era aún más imposible dejar de pensar en eso. Me encanta ese chico.
Y como si lo hubiese invocado, Bonnie apareció.
–Lamento interrumpir, pero necesito la ayuda de Bon –Dijo Bonnie mirando a Toddy y después a mí. Toddy no se veía feliz–. Es un asunto en nuestra cabaña.
–Claro –Me levanto de donde estaba sentado y me acerco a él–. Nos vemos después, Toddy.
Tomé a Bonnie del brazo y empecé a correr camino a la cabaña.
–Espera Bon, vas muy rápido... No puedo seguirte el paso –Me detuve al escucharlo. Estaba respirando forzadamente, me sentía muy mal por haberse salir corriendo de esa manera.
–Lo siento...
–No te preocupes, aunque me debes una por salvarte de ese beso.
–Un minuto... Entonces, ¿no necesitabas mi ayuda en la cabaña?
–No, me inventé esa historia.
–Gracias, no sé cómo pagártelo.
–¿Por qué no intentas hablar con tu padre? Nada me haría más feliz que verte feliz y estado con tu prometida no lo vas a conseguir.
–Te prometo hablar con él cuando volvamos, necesitaré pensar en que le diré... Pero aún así tengo que intentarlo. ¿Hay algo que quieres mientras tanto?
–Sí, claro porque no.
–¿Y qué es lo que... ? –Mis palabras se vieron interrumpidas, Bonnie me rodeó con sus brazos y luego yo le correspondí. Esto era muy lindo, demasiado como para ser verdad. No puede evitar mi siguiente movimiento, tomé sus mejillas con ambas manos y me fui acercando poco a poco hasta tocar sus labios.
Realmente iba a hablar con mi padre, no voy a estar con Toddy ni un segundo más. Bonnie me hace feliz. Bonnie es mi verdadera felicidad.