Kharma miraba a través de la ventanilla del autobús pensando en cómo sería su vida si fuera normal, si por lo menos tuviera amigos normales y todo normal, como una típica adolescente...
Un momento ¿Por qué estoy hablando en tercera persona?
La abuela palmeo mi hombro dándome a entender que ya habíamos vuelto a Beacon Hills, lugar de aterradores asesinatos, de cosas sobrenaturales y asesinos ha suelto, si leí los antecedentes de Beacon Hills.
Me restregué los ojos despertando del sueño más loco que jamás me hubiera imaginado tener. Habían demonios de mil años, asesinos mágicos, hombres lobo, un mujer que gritaba hasta casi reventar los tímpanos, cazadores, parecía toda una película de inframundo. Hasta yo era algo extraño, tenía poderes mágicos.
Harry Potter y los sueños de Kharma Waldorf. Se vendería como pan caliente, hablare con J.K Rowling.
Incluso había un chico pálido con el cual tenía un amorío adolescente. Fue lo más extraño, tenían poderes, era una paranoica y le quitaba el corazón a alguien, de hecho creo que ahora si deberían meterme en un manicomio.
Agarre mi mochila de viaje y espere a que todos bajaran. Había tenido un largo viaje para llegar a Beacon Hills y me sentía demasiado cansada pero por una parte me sentía fascinada por mi sueño.
Baje del bus sobándome la cabeza cuando lo vi, parado junto a una señora gordita, sonriendo como él solo sabe hacerlo.
En realidad, no había sido un sueño. Estaba en la vida real, donde había vivido muchas cosas.
Después de la muerte de Allison, mi abuela y Aiden, mis padres habían decido que era mejor que tomara un respiro, cosa a la cual no me negué porque estuve dos semanas con papá en New York, allí estuvo dándome lecciones de defensa personal.
Beacon Hills ahora guardaba parte de mi historia. Un 60% era buena, porque conocí a personas de las cuales ahora no quiero separarme, conocí personas muy buenas, supe que era sentirse querido por alguien y porque viví aquí la más grande aventura.
Vine buscando cobre y encontré oro.
El 40% restante había decidido dejarlo en un pequeño cofre, allí, guardaría todo aquello que me había hecho, las pesadillas, las alucinaciones, el darach, el Nogitsune y las muerte de mi abuela y Allison. Aiden, por una parte me había dolido su muerte y sabía que había muerto haciendo por primera vez en su vida, algo bien.
Beacon Hills estaba plagado de tres cosas, cosas que creo que nunca desaparecerán.
1. Aterradores asesinatos: de los que en un tiempo había sido inculpada.
2. Cosas sobrenaturales: de las había sido participe como ente sobrenatural.
3. Asesinos a suelto: donde a uno lo había asesinado.
Si, de hecho yo había sido parte de una parte de la historia de Beacon Hills, faro de lo sobrenatural. Hogar de criaturas sobrenaturales, un alfa verdadero, una Banshee, una bruja, hombres lobo, cazadores, un kitsune, druidas y sobre todo un humano, uno que logro ablandar mi corazón.
- Kharma... -al escuchar su voz de nuevo después de mucho tiempo sentí una sensación de alegría.
Corrí en su dirección, cuando estuve junto a él me tire y él me atrapo en el aire.
- Pensé que no volverías, K –murmuro sobre mi hombro.
Me dejo en el suelo y tomo mi mochila.
- ¿Cómo estuvo ese viaje con el mundo? ¿Me trajiste algo? mas te vale –rodé los ojos y vi divertida a Nathan.
- Si te traje algo... ropa sucia –me reí de su expresión de decepción y me paso mi mochila para empezar a dar grandes zancadas.
- ¡Nathan!
- ¿Qué esta pasando?
Mi corazón latía con ferocidad dentro de mi pecho, tenía miedo de las palabras que fueran a salir de la boca de mi hermano porque no tenia buena cara, su expresión daba mucho que decir y su torso estaba lleno de sangre.
- ¡¿Qué está pasando?
- Kharma...
No hizo falta que hablara porque cuando agarre con fuerza su brazo y me conecte a él, pude ver todo lo que había pasado.
Seth trato de que zafarse, pero ya era tarde, lo había visto todo. Vi a mi hermano herido en el suelo mientras se arrastraba tratando de llegar donde estaba papá, cuando de repente fue impulsado lejos de este por un ente extraño que no pude ver con claridad y, por último, en medio de todo el caos, no volvió a ver a papá.
Solté su brazo. Lo vi con terror porque no había rastro de papá por ningún lado.
- Kharma, por favor, déjame-
- ¡Cállate! ¿Dónde está papá?
Hace unas semanas mientras recogíamos las cosas de la abuela descubrimos que había estado investigando sobre una La Orden, un grupo de druidas y brujas que capturaban a las brujas escarlatas para experimentar con ellas y usar todo el poder que nos fue conferido por la naturaleza para sus propios fines. Aún no habíamos averiguado que era lo que tramaban ni cual era su modus operandi, porque la abuela no había llegado a esa parte, por lo tanto, no sabíamos con detenimiento a que nos enfrentaríamos. Por eso había sido que nosotros habíamos tomado las riendas del asunto empezando a investigar para tratar de detenerlos, porque el futuro blanco seria yo, ya que era una de las pocas que quedaba sobre este mundo y lo abuela lo sabía.
- ¡Les dije que no podían ir sin mí!
- ¡No, nos íbamos a arriesgar a ponerte en peligro! -espeto.- no... no podíamos perderte a ti también.
Su voz estaba quebrada.
- Y yo no voy a permitir que se sigan poniendo en riesgo por mi culpa.
- K. yo siempre te voy a proteger...
- Pero ahora papá no está... -solloce y deje que las lágrimas que había retenido salieran.
Lo había presentido, les había advertido que no podían ir solos a ese lugar porque había un aura extraña allí pero no me quisieron hacer caso, alegando que eran lo suficientemente fuertes y que al parecer el lugar no había sido habitado por un largo tiempo. Además, desde que estábamos investigando lo de La Orden, me habían obligado a permanecer encerrada en la casa de campo de los abuelos a las afueras de Beacon, la cual estaba vigilada las 24 horas del día, había agentes armados en la entrada, un anillo de ceniza de montaña rodeando todo el terreno y había un hechizo de protección en la casa. Era casi una fortaleza.
Una fortaleza que no serviría de nada si los míos se ponían en peligro por mí.
- K. voy a encontrarlo -dijo tomando mis manos entre las suyas, sonaba confiado y sincero.
- No -me miro asustado, pero guardo silencio. - no iras solo, encontraremos a papá juntos te guste o no, porque nadie se atreverá a volver a poner en luto a la familia Waldorf, eso no lo permitiré.
- ¿Están las cosas listas en el rover, K? -pregunto Seth desde el garage.
Asentí dejando la última mochila en el maletero.
Cuando iba de vuelta al interior de la casa, me detuve en seco al sentir el aroma de Stiles cerca, me giré y él estaba acercándose a mí.
- ¿Qué haces aquí? ¿Quién te dejo pasar?
- Yo lo deje pasar, para ver si con él aquí cambias de parecer de esa idea tan loca que tienen -mi madre sale de la casa cruzada de brazos.
Bufe irritada porque es una conversación que ya habíamos tenido miles de veces antes.
- No es necesario, ya sabes cual es mi respuesta, no dejare que nadie mas muera por mi culpa.
- Kharma, no saben a que es lo que se van a enfrentar, porque simplemente no dejan eso como esta y esperan.
- No voy a esperar a que papá lo maten.
- Yo tampoco quiero eso pero -solloza.- no puedo perder a mis hijos también.
Seth se acerca a ella y la abraza diciéndole cosas para tranquilizarla, por mi parte vuelvo a mirar a Stiles que no parece entender mucho lo que pasa.
- ¿Qué es lo que está pasando?
- Trato evitar un peligro inminente. La Orden vendrá por mí, Stiles, no puedo permitir que más gente muera por mi culpa.
- ¿A qué te refieres? -pregunto consternado.
- K. debemos irnos, debemos llegar al desierto antes de que anochezca.
Mire a Stiles por ultima vez antes de caminar hacia el rover.
Lucia dolido y eso en cierta parte me afecto un poco, pero trate de disimular- Después de que había vuelto de New York habíamos hablado poco, podría decirse que las cosas no habían estado bien y al parecer seguirían así porque siempre trataba de evitarlo, de hecho, había evitado a todos. Me sentía culpable por todo lo que había pasado y no sentía correcto que hiciera como si nada hubiera ocurrido, que tratara de fingir que estaba bien cuando no lo era así, y hacer como si Allison, mi abuela y Aiden, no hubieran muerto, porque en parte sentía que podía haberlo evitado o haber hecho más por ellos.
- No te puedes sentir culpable toda la vida.
Detuve mi andar y lo miré abatida.
- No puedo cambiar lo que ya paso, pero puedo evitar lo que está por suceder.
Hola, ¿Cómo han estado? Como se pueden dar cuenta, el final cambio. Debido a algunos comentarios, decidí darle otro final. Además de que con este final, podre darle comienzo a la segunda parte porque no hallaba como continuarla, tenía un bloqueo de escritor entonces ya con esto, está bien y puede comenzar.
Gracias por estar pendientes de mi libro e inmensas gracias por su apoyo y votos.
Besos.