La Reina Perdida [SC #1]

By larablackbones

1.6K 97 9

Hola, soy Odette Thunderbolt, y esta es mi historia. La historia de la chica que veía cosas que los demás no... More

Prólogo
Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 15
Capítulo 16
Capítulo 17
Capítulo 18
Capítulo 19
Capítulo 20
Capítulo 21
Capítulo 22
Capítulo 23
Capítulo 24
Capítulo 25

Capítulo 12

53 4 0
By larablackbones

La bonita racha de noches no en vela cesó una semana después de haber llegado. Nosotros pasábamos la mayoría del tiempo en la habitación, lo que, por si no te habías dado cuenta, querido lector, nos hacía parecer asociales. El sonido de la rama de un árbol me despertó. No sabía qué hora era ni tenía la más mínima intención de saberlo, porque quería caer en el sueño de nuevo. Al no poder hacerlo, me senté sobre mi cama y crucé las piernas como un indio mientras me frotaba la cara con las manos, intentando calmar toda la sarta de sentimientos oscuros que apuñalaban mi corazón, y que llevaban atormentándome desde lo sucedido en palacio.

-Od - oí que me llamaba una familiar voz aguda desde la cama más cercana a la mía.

Kiran dormía en la misma litera que yo, bajo mi cama, mientras que Benjamin dormía bajo la cama de Edrik. Nosotros lo habíamos organizado así para poder supervisar a los pequeños y estar junto a lo más parecido a una familia que teníamos allí.

-¿Tú tampoco puedes dormir, muchachito? - le susurré a Kiran, lo suficientemente alto para que solo él me oyese, y mi voz no despertase a los demás.

Él negó con la cabeza.

-¿Te gustaría venir a dar un paseito nocturno conmigo? - le pregunté.

El sueño se había esfumado en menos de una milésima de segundo. Él asintió con la cabeza mientras yo me bajaba de mi cama. Le cogí en brazos y ambos fuimos fuera. Era una noche calmada, con el cielo despejado y todas las estrellas visibles. La enorme luna llena lo iluminaba todo. Era perfecto. Kiran no tardó mucho en adormecerse, por lo que le llevé de vuelta a la cabaña y le tapé con las sábanas. Pero yo no había tenido tanta suerte como Kiran. Salí de nuevo por la puerta y comencé a observarlo todo. No sé cómo ni cuánto tardé en cambiar a mi forma cambiatónica. La verdad es que todo parecía mucho menos importante cuando cambiaba. Todo era mucho más visible, mucho más audible... Incluso pude ver al muchacho que me observaba desde no mucho más de cuatro metros de distancia. Su pelo negro revuelto resaltaba sus ojos, cuyo color era acua. Él se acercó a mí.

-¿Quién eres? - me preguntó.

Si aquel muchacho, unos dos años mayor que yo, no sabía quién era (cosa que dudaba), era porque probablemente no había pasado por el campamento en bastante tiempo. Yo a él tampoco le había visto antes, por lo que supuse que mis pensamientos eran correctos.

-¿Quién crees tú que soy? - devolví.

El muchacho sonrió tímidamente.

-No te había visto por aquí antes... Vine ayer de un viaje, ¿sabes? Y no recuerdo a nadie como tú. Tengo memoria fotográfica superdesarrollada así que te puedo asegurar que si te hubiese visto antes lo recordaría - dijo tranquilamente.

Entonces fue mi turno de mirarle tímidamente y poder apreciar que decía la verdad. Medité si informarle sobre mi identidad o no y tuve un pequeño debate interior, pero no escuché ni al ángel de mi hombro izquierdo ni al pequeño demonio de hombro derecho.

-Supongo que ya conocerás mi nombre... Soy Oddete.

Él me miró, entre ensimismado e impactado. Supe en el mismo instante en el que fijó su mirada en mis ojos que ahora sí sabía quién era, qué era y qué había hecho. Aquel instante me pareció triste. Probablemente podríamos haber sido amigos, pensé. Pero él actuó diferente a cómo yo había planeado, lo que cambió mis deducciones.

-Encantado, señorita – dijo mientras extendía la mano para estrechármela y una sonrisa se posaba en sus labios.

Fue mi turno de mirarle entre ensimismada e impactada. Probablemente actuaba por pena, pero a mi aquello en aquel instante me resultaba indiferente, porque al menos había sido agradable conmigo.

-Encantada – dije finalmente sonriente -, pero yo no se quien eres.

-Niccolo – respondió tranquilamente.

Niccolo, pensé.

-Tienes el mismo nombre que mi hermano, ¿sabes? Solo que el tuyo está en otro idioma.

Él rió. Tenía la risa más bonita que había escuchado nunca. Momentos como aquellos son los que recordaría para siempre.

-Supongo que no puedes dormir – dijo.

-Supones bien – contesté.

-No me extraña. Si yo fuese tú, tampoco podría dormir – meditó –. Aunque no puedo dormir ni siendo yo mismo...

Se miró las manos y luego no miró nada en especial. Era un muchacho interesante. Y yo era una muchacha curiosa.

-Yo sé por qué no puedo dormir, pero, ¿por qué no puedes dormir tú? – pregunté resaltando la palabra 'tú'.

Me observó delicadamente. Probablemente discutiendo si debía confesarme aquello que le atormentaba o si debía actuar como si no hubiese oído la pregunta. Chico listo.

-Doy por hecho que lo que te cuente quedará entre nosotros – dijo calmado mientras se encogía de hombros –. Como te he dicho antes, vine ayer de un viaje. Fuimos a una zona a los alrededores de palacio para que Giovanni, un amigo con un oído impresionante, pudiese captar las conversaciones de una reunión.

-No me digas más – dije –. Planean un ataque.

Él asintió.

-Era de prever – musité –. Se lo dije a Trick, por cierto, pero pareció no hacerme mucho caso. Se lo dijimos a los que vivían aquí, y parecieron impresionados, pero no creo que vayan a hacer nada al respecto.

-Ahora lo harán. Parece que quieren hacer un ataque. Saben todas las localizaciones de todos los campamentos. Y eso nos asusta a todos. Porque no sabemos lo que planean con exactitud.

-Ya mataron a uno de los nuestros. Era amigo mío. Y los muy estúpidos planeaban matarme a mí también. Y al resto de mis amigos. La verdad es que no sé que ha sido de ellos. El rey tiene una sola habilidad, pero... me asusta. Consiguió confundirme. Y sigo confundida. Y no sé qué hacer. Porque me hizo creer que los había matado a todos. Pero ni siquiera sé si es verdad.

Seguí hablando de manera nerviosa. Con frases cortas, sin realmente saber lo que decía. Solo necesitaba desahogarme, y de alguna manera lo estaba consiguiendo. Confesándole a aquel desconocido tan agradable mis temores.

-... así que no sé qué hacer – terminé.

Él se llevó una mano a la cabeza y la otra la metió en uno de los bolsillos de su pantalón, pensativo. Demasiados pensamientos debían estar cruzando su cabeza, y parecía cansado.

-Mañana hablaremos. Tráete a los príncipes porque-

-¡Nicco! ¡Niccolo! ¡¿Dónde demonios se habrá metido?! – oí que decía una voz masculina.

-¡No sé! ¿Te crees que yo lo sé? ¡Ah! ¡No tengo la visión esa que tiene Felippo! – saltó una voz femenina.

Mi nuevo amigo me miró gracioso. A juzgar por su expresión facial, él conocía al chico y la chica que lo reclamaban.

-Mañana. Puedo ir yo a buscaros. – Asentí. – Espérame por la mañana, no muy temprano.

Y así terminó nuestra bonita conversación. Él se desvaneció en las sombras, yendo junto a sus amigos, y yo volví a intentar dormir.

***

-¿En serio, Nicco? ¿Y si no quieren venir? O peor, ¿y si les da por matarnos? – dijo, en un intento de susurro, la voz femenina de la noche anterior desde el otro lado de la puerta.

-¿Eres tonta? ¿Por qué iban a querer matarnos? – dijo Nicco.

-¡Eh! – Saltó la otra voz masculina – ¿A nadie se le ha ocurrido que estén despiertos y os estén oyendo? ¡Mamma mia! Tenéis discreción como apellido, chicos.

Yo estaba en la cama, todavía adormilada, hasta que oí como llamaban a la puerta. Vi como Edrik y los niños se frotaban la cara perezosamente. El príncipe más adulto fue a abrir la puerta, con algo parecido a un pijama puesto.

-Eh... Soy Niccolo... ¿está Odette? Tengo entendido que esta es su cabaña y...

-Sí – dijo Edrik mientras fijaba su mirada en mí y me pedía con los ojos una explicación.

Niccolo entró por la puerta.

-Perdonad por las molestias, vendré cuando estéis listos...

En ese instante, como de costumbre, paré el tiempo y me vestí, aseé, preparé... Y luego descongelé el tiempo. Vi las caras de confusión de todos los presentes al ver que, apenas una milésima de segundo antes estaba en la cama, y, por arte de magia, había acabado impecable en el suelo. Sin haberme dado cuenta de que seguía todo el mundo allí, me estiré y me froté los ojos. Cuando los abrí, sentí como si todos fuesen a comerme con la mirada.

-¿Qué...? – comencé a preguntar, pero me di cuenta de lo que les había impresionado.

-Bueno... – dijo Nicco intentando romper la tensión – Estos son Giovanni y Lavinia.

Todo se volvió silencio de nuevo y la tensión, que no se había desvanecido del todo, volvió con más fuerza. Giovanni era un muchacho observador, poco desarrollado de pelo y ojos castaños. Vestía con ropa ancha y tenía la cara y las manos manchadas de barro. Lavinia, en cambio, era una muchacha que vestía de manera impecable. Tenía una larga cabellera rubia y unos ojos azules oscuro también preciosos. Al igual que Giovanni, no estaba muy desarrollada y era de poca estatura. Parecían adolescentes comunes. Amigos que probablemente se conocían desde hacía mucho tiempo.

-Amm... Chicos – comencé, refiriéndome a mis amigos –, dadme las manos. Así no les haremos perder el tiempo.

Giovanni me miró extrañado.

-¿Qué tiene que ver que te den las manos con hacernos perder el tiempo? – preguntó como si nada en el mundo tuviese sentido.

-Ella para el tiempo, idiota – le espetó Lavinia.

Él tragó saliva. Me dirigí hacia mis amigos y paré el tiempo para dejarles 'tiempo' suficiente para cambiarse.

-¿Qué demonios te traes entre manos? – me preguntó Edrik mientras se ponía la ropa.

-Le conocí esta mañana. No podía dormir, fui a dar un paseo y me lo encontré. Me dijo que vendría porque quería hablar algo. Ya te contará él.

Descongelé el tiempo y, junto a nuestros desconocidos amigos, nos dirigimos a la pequeña oficina de Trick. Lavinia llamó de manera impaciente a la puerta y la voz ahora ajetreada, agobiada y estresada de Trick nos dejó entrar.


Trick no cesaba de mirarme asustado, probablemente recordando lo sucedido la última vez que nos vimos. No estuve prestando atención hasta que Nicco comenzó a exponer sus ideas.

-Deberíamos incluirlos en todas las misiones.

Los príncipes y yo le miramos atónitos. Aquello ni siquiera me lo había comentado a mí. Nosotros ya habíamos tenido suficiente y solo queríamos descansar. Aunque... aquello podía ayudarnos a desconectar y mantenernos ocupados.

-¿Qué? – Saltó Trick – ¿Bromeas?

-No es mala idea – dijo Giovanni.

-¡Claro que no lo es! – Continuó Nicco –. Pensad un poco. ¡Están bien entrenados y conocen los miembros y secretos de palacio como nadie! Podrían ayudarnos. ¡Progresaríamos con muchísima más rapidez!

-Pero... pero...

Todo se quedó en silencio. Casi podía leer las mentes de los presentes.

-Pero no confiáis en nosotros y teméis que nos volvamos en vuestra contra – terminé.

-¡Qué tontería! – Exclamó Nicco – ¡Si hubieseis tenido intención de matarnos ya lo habríais hecho!

Todo se volvió a quedar en silencio.

-Está bien – aceptó Trick –. Tendréis que recordar siempre que ahora sois de los nuestros. No tendréis ningún privilegio ni seréis mejores que los demás, ¿de acuerdo?

Edrik fue el primero en asentir seguido de los dos pequeños. Yo permanecí ahí, mirándole con desconfianza. Trick no emitía muy buenas vibraciones, o al menos eso me parecía. Finalmente asentí y me fui junto a mis amigos.

-Venid con nosotros – dijo Lavinia –. Os presentaremos a los demás miembros del equipo y os daremos los uniformes.

-Nos os preocupéis – intervino Giovanni –, sólo tenéis que llevarlos puestos en las misiones.

A las afueras del campamento, había un edificio grisáceo de mediano tamaño. Entramos por lo que parecía la puerta principal y los muchachos nos guiaron hasta una sala grande y ajetreada.

-¡EH! – gritó Lavinia a todo pulmón. Algo medijo que ella tenía, en aquel equipo, un puesto de alto rango, porque todos lospresentes dejaron de hablar y se giraron inmediatamente para poder prestarla atención. –. Tenemos gente nueva en el equipo.

Continue Reading

You'll Also Like

17.9K 856 12
ADVERTENCIA: Esta historia tiene contenido adulto (+18) si eres menor de edad te recomiendo discreción o en otros casos retirarte de esta historia. P...
146K 19.4K 68
Sinopsis Tras encender el gas para perecer junto a quienes codiciaban la fortuna de su familia, Lin Yi transmigró a otro mundo, ¡y estaba a punto de...
51.8K 7.6K 35
Ser un Millerfort puede ir acompañado de dinero y una buena genética, pero Ashley sabe desde pequeña que, además de eso, es una maldición. Olvidada p...
8.8K 1.2K 49
Su pelo negro como la noche, sus increíbles músculos ceñidos a esas sencillas camisetas y, sus ojos avellanas en los cuales me es inevitable no derre...