Capítulo 1

194 5 0
                                    

Luz. Lo único que veía era luz. Una luz tan brillante que cegaría a cualquiera. Cuando me incorporé, vi a mis hermanos y a mis padres hablando en un tono serio (algo no muy común en ellos). No sonreían, simplemente se limitaban a conversar. Entonces, Nick, mi hermano mayor, se percató de que me había despertado, y con un codazo muy mal disimulado avisó a mi madre, que avisó a mi padre de la misma manera.

-¿Odette? ¿Estás despierta? - No mamá, duermo con los ojos abiertos -¿Estás bien? - me preguntó.

-Sí, sí. Estoy... - la cabeza me daba vueltas. Un montón de recuerdos extraños me vinieron a la mente - bien - dije por fin.

Mi padre, que, como siempre, estaba manteniendo la calma, me habló con su tono más dulce.

-Odette, cariño, te encontramos hace unas horas tirada en el campo.

-En... ¿En el campo? - exclamé - ¿Estáis seguros? - no daba crédito a lo que oía.

Aquello no tenía ningún sentido. No sabía dónde había estado, ni siquiera si había estado en alguna parte o en la nada, pero, de alguna manera, sabía que me estaban mintiendo, o como yo solía decir, ocultando parte de la verdad. Un truco demasiado viejo, teniendo en cuenta que no se le puede mentir a un mentiroso. Opté por fingir que me creía la pequeña mentira porque, por experiencia, siempre me había sido mejor simular que sabía menos que los demás.

-Sí, te encontré yo - dijo Lukas, el mediano -. Estás tan empeñada en irte a pasear cuando no hay nadie en casa que cuando te pasa algo no nos damos cuenta. Además, cuando Nick llegó a casa se la encontró totalmente desordenada.

Eso tenía sentido, aunque yo no sabía por qué. Era un presentimiento, de esos que siempre me habían ayudado en toda clase de situaciones.

-No te habrás echado uno de esos novios raros, ¿no? - saltó Jules, el más pequeño de mis hermanos.

Siempre que me pasaba algo raro me hacían la misma pregunta. Además, yo odiaba (y sigo odiando) aquella clase de interrogatorios en los que no podías si quiera pensar por la cantidad de preguntas que disparaban hacía tí.

-¡¿Qué?!

-¿¡Cómo que qué!? - Mi madre siempre lo exageraba todo al máximo. Hacía, por así decirlo, montañas de granos de arena - ¡Te hemos encontrado tirada! ¡TIRADA!

-Mamá, relájate - exasperé.

-Cariño, lo que tu madre quiere decir es que es más grave de los que tú crees - intervino mi padre -. No es normal encontrar a alguien en tu estado. ¿Recuerdas algo?

De repente, una sarta de imágenes sin sentido pasaron por mi cabeza. Mujeres en un estado horrible, un coche, un hospital.... Pero tan rápido como vinieron se fueron, dejándome en el mismo estado en el que estaba antes.

-N-no.

-Hay que llamar a una ambulancia. Tenemos que llevarla al hospi...

Comencé a negar con la cabeza. No, no,no...

-¡NO! - interrumpí. Tenía un mal presentimiento, y una extraña sensación que me decía que el hospital no era lo que yo necesitaba.

-¿No? - dijeron al unísono mis hermanos

-No. No quiero ir a ningún sitio. Estoy bien - me levanté para demostrarles lo que decía. Al hacerlo se me nubló la vista, sin embargo conseguí disimularlo. No necesitaba un médico, necesitaba conocer la verdad.

***

Los tres días siguientes pasaron velozmente, y hasta llegué a pensar que aquel extraño episodio ocurrido días antes había sido un pequeño accidente como cualquier otro.
Siempre fui una buena actriz, o al menos eso me decían. Sabía disimular bien mis emociones, mentir y ocultar cosas que no quería que saliesen a la luz. En aquel corto periodo de tiempo fue diferente. Perdía la compostura muy a menudo. Mis padres no estaban ciegos y, por desgracia, me conocían y sabían que algo no iba bien. Además, a mí nunca me gustó dar explicaciones, siempre esquivaba sus preguntas o ignoraba sus comentarios a cerca de mi estado de ánimo. Al cuarto día, mis padres, ya enfadados, me empezaron a hacer esa clase de interrogatorios que yo tanto odiaba. Hasta que una parte de una extraña fuerza que corría por mis venas consiguió lo que quería: ser liberada de una vez por todas.

La Reina Perdida [SC #1]Onde as histórias ganham vida. Descobre agora