H de Harry (BG.5 libro #1) Di...

By darlis_steff

59.4M 5M 6M

Sinopsis Kaethennis ha disfrutado de los placeres de la vida, mucho, casi se puede decir que demasiado. Un... More

H de Harry
Capítulo Uno
Capítulo Dos
Capítulo Tres
Capítulo Cuatro
Capítulo Cinco
Capítulo Seis
Capítulo Siete
Capítulo Ocho
Capítulo Nueve
Capítulo Diez
Capítulo Once
Capítulo Doce
Capítulo Trece
Capítulo Catorce
Capítulo Quince
Capítulo Dieciséis
Capítulo Diecisiete
Capítulo Dieciocho
Capítulo Diecinueve
Capítulo Veinte
Capítulo Veintiuno
Capítulo Veintidós
Capítulo Veintitrés
Capítulo Venticuatro
Capítulo Veinticinco
Capítulo Veintiséis
Capítulo Veintisiete
Capítulo Veintiocho
Capítulo Veintinueve
Capítulo Treinta
Capítulo Treinta y uno
Capítulo Treinta y Dos
Capítulo Treinta y Tres
Capítulo Treinta y Cuatro
Capítulo Treinta y Cinco
Capítulo Treinta y Seis
Capítulo Treinta y Siete
Capítulo Treinta y Ocho
Capítulo Treinta y Nueve
Capítulo Cuarenta
Capítulo Cuarenta y Uno
Capítulo Cuarenta y Dos
Capítulo Cuarenta y Tres
Capítulo Cuarenta y Cuatro
Capítulo Cuarenta y Cinco
Capítulo Cuarenta y Seis
Capítulo Cuarenta y Siete
Capítulo Cuarenta y Ocho
Capítulo Cuarenta y Nueve
Capítulo Cincuenta y Uno
Capítulo Cincuenta y Dos
Capítulo Cincuenta y Tres
Capítulo Cincuenta y Cuatro
Capítulo Cincuenta y Cinco
Capítulo Cincuenta y Seis
Capítulo Cincuenta y Siete
Capítulo Cincuenta y Ocho
Capítulo Cincuenta y Nueve
Capítulo Sesenta
Capítulo Sesenta y Uno
Capítulo Sesenta y Dos
Capítulo Sesenta y Tres
Capítulo Sesenta y Cuatro
Capítulo Sesenta y Cinco
Capítulo Sesenta y Seis
Capítulo Sesenta y Siete
Capítulo Sesenta Y Ocho
Capítulo Sesenta y Nueve
Capítulo Setenta
Capítulo Setenta y Uno (Penúltimo)
Capítulo Setenta y Dos
Epílogo
Extra: Cinco minutos de entrevista con BG.5
Extra: BG.5 acerca de Halle Kaede
Extra: Gira por América
Extra: Acerca de ELLAS
Extra: Un hasta luego
Extra: Tercer bebé Karry
Agradecimientos
Nota final
H de Harry cuenta con Editorial
H de Harry ya disponible en Librerías

Capítulo Cincuenta

566K 52.9K 44.7K
By darlis_steff


CAPÍTULO CINCUENTA

20 de noviembre, 2011.

Dos días desde el correo y no he recibido respuesta.

El silencio sólo se hace más fuerte, ninguna señal de Harry y no me atrevo a googlearlo una vez más, no pretendo hacerme daño ante noticias que quizás no quiero encontrar.

Miro a mi alrededor en el pequeño establecimiento de Starbucks mientras como de un delicioso Brownie y tomo una malteada de fresa, extrañaré tomar mi súper dulce café, a pesar de aun no haberme programado una cita con un medico sé que no puedo ingerir cafeína estando embarazada.

Ubico una mano bajo mi mentón mientras observo a todo aquel caminando por la calle, estoy en las mesas ubicadas afuera, es mi momento de almuerzo, sólo que no estoy almorzando, sólo estoy picoteando algo que mi cuerpo parece tolerar.

Hoy Liverpool amaneció bastante frío, sé que se trata de la época del año a la que nos acercamos y en cierta forma me gusta, el frío ayuda a serenarme y calmar un poco mis emociones. Aunque no ayuda a dejar de contar los días que llevo sin saber de Harry.

Veinte días.

A esta altura, en la que mi mensaje dejado con Dexter, mis llamadas telefónicas y mi email no reciben respuesta, acepto que ha acabado.

Se ha acabado y bueno, en mi vientre esta su "acabado" porque no estoy teniendo ni siquiera la oportunidad de hacerle saber.

Podría ir a Londres, sí, pero entonces hace unos días cuando lo busqué en google y supe de su encuentro con Jenny, se supone él estaba en las afueras de Londres. Muy bien ahora podría estar en quién sabe dónde y yo sólo tendría un viaje perdido más una depresión más fuerte.

El que Bridget no esté disponible y Katherine este ocupada movilizándose con los requisitos para la universidad sólo me hace darme cuenta que me he aislado del mundo.

Desde que quedé embarazada a los diecinueve años me alejé de todo, no dejé ningún amigo, limité mi circulo de personas y entonces me aferré a no dejar entrar a nadie, ahora que necesito abrazos y a alguien que me escuche entonces me encuentro con nada, porque las personas que me aman ahora están ocupadas poniéndole riendas a sus vidas.

Una pareja de adolescente pasea tomados de la mano y no puedo evitar sonreír, siento como si mis dedos picaran por escribir su historia, quizás sea el momento de aventurarme a escribir alguna novela romántica, quizás lo haga luego de recuperarme del desastroso intento de tener mi propia historia romántica.

Bebo el resto de mi malteada mientras observo mi reloj, sí, es hora de volver al trabajo.

Después de mucho tiempo sin hacerlo, estoy teniendo una agradable conversación con James en mi oficina, es agradable, me está haciendo reír, algo que no he hecho en los últimos días.

Estar embarazada y triste apesta, más aun cuando tienes a un niño pequeño que se ve afligido por tu estado de ánimo. Por ello he decidido que hoy llevaré a pasear a Dan, quizás eso nos suba los ánimos a ambos.

—Me alegra estar haciéndote reír —dice James con una de sus bonitas sonrisas—. Últimamente he notado que estás más apagada.

—He tenido ciertos problemas. Ya sabes, estoy en la parte baja de la montaña rusa, en algún momento esta volverá a subir.

—Siempre hablando como una escritora, creo que se extrañará mucho tenerte por aquí cuando te vayas a Londres.

No puedo evitar reír de su declaración mientras reviso la respuesta de la escritora del manuscrito que tanto me ha costado corregir.

—Seamos honestos, sólo me extrañarán quizás cinco personas, el resto hará fiesta, todos sabemos que por alguna razón nunca fui muy querida por los empleados mayores que yo. Sólo los jóvenes, exceptuando a Fate, realmente me tienen aprecio.

—Sólo son celos Kaethennis, tienes un don impresionante para este mundo de la escritura. Eres buena en tu trabajo y siendo tan joven, es imposible que todos ellos no te vieran como una amenaza, más cuando Amelia siempre ponía sobre ti grandes proyectos.

—Gracias por siempre ser bueno conmigo James, aun cuando no siempre fui la más agradable.

—Tonterías, siempre has sido una persona agradable conmigo.

Le sonrío con sinceridad, James es de las pocas personas que desde el principio fue amable conmigo, aun cuando esperaba más de mí de lo que yo estuve dispuesta a darle. Como si leyera mis pensamientos, él sonríe apenado.

—A veces me pregunto si no insistí lo suficiente para que aceptaras salir conmigo.

Instintivamente estiro mi mano hasta alcanzar la suya, lo último que necesito es hacerlo sentir miserable, él nunca fue el problema, el problema siempre fueron las barreras que me impuse, unas barreras que sólo un hombre logró traspasar.

—Tú nunca fuiste el problema, eres un excelente hombre con muy buenas intenciones, además de ser increíblemente atractivo —él ríe—. Pero yo nunca me sentí segura acerca de las relaciones, y ese siempre fue el problema.

—Pero fue diferente con el chico de BG.5

—Lo fue.

—¿Qué pasa con él?

—Nada, pasa que, como acabo de decirte, soy la mejor huyendo de las relaciones. Una mala costumbre que tristemente no he podido combatir.

James me da una sonrisa comprensiva mientras aprieta mi mano, el hecho de que estoy cansada de llorar desde hace veinte días ayuda a que no llore en este momento.

Cuando actualizo mi correo me doy cuenta que tengo lo que parece un alerta en mi bandeja de entrada, la alerta es del correo de Harry en donde se me hace saber que el correo al que solía escribir y al que reenvié el mensaje el día de hoy una vez más, ha dejado de existir.

Sí, esa es una clara indirecta de cómo Harry me ha sacado de todo su sistema.

***

Paso por Dan a la guardería más temprano de lo habitual, él con entusiasmo abraza mi pierna mientras me pide que lo alce, camino hacia mi auto haciendo preguntas sobre su día y me encanta escuchar su voz de bebé intentar darme respuestas.

Una vez estamos en el auto, me dirijo hacia el centro comercial, bueno, uno de los tantos que hay en la ciudad.

Cuando aparco en el estacionamiento, con entusiasmo, Dan da un gritito, emocionado ante la idea de nosotros dos obteniendo diversión en un centro comercial y no en el apartamento.

Apagando el motor, bajando del auto y bajando a Dan, coloco el seguro y, tomando la pequeña mano de mi hijo entre la mía, me adentro al centro comercial.

Dan observa todo maravillado, a pesar de que no le gusta compartir espacio con muchas personas, está bien con la idea de caminar en un centro comercial junto a otros.

Me deleito con la emoción de Dan cada vez que me hace detenerme frente a un local. En algún momento me hace detenerme frente a una tienda de animales en donde ve con maravilla a los cachorros desde el ventanal de vidrio.

—¡Mila nani!

Observo como un cachorrito marrón muy pequeño intenta lamer la mano de Dan a través del vidrio, y, siendo el niño tierno que mi hijo es, comienza a imitar los sonidos del cachorro, por lo que Dan acaba ladrando de una manera muy graciosa que acaba por hacerme reír.

Saco mi celular y no puedo evitar grabar un vídeo de Dan ladrando frente al ventanal, haciendo que el cachorro se alborote y ladre más fuerte. Mi niño ríe con alegría mientras continua ladrando, llamando la atención de varias personas que lo miran como si quisieran robar a ese bebé tan adorable.

Guardo el vídeo y procedo a enviárselo a mis padres, hermanos y Bridget, si el abuelo Luca tuviera celular también se lo enviaría para joderlo.

—Vamos, cielo —digo, tomando su mano, él la aprieta y me sonríe con mi sonrisa favorita de pequeños dientes y ojos achicados.

La siguiente parada es una juguetería, cuento con la suerte de que Dan no es berrinchudo, si él quiero algo lo pide y si digo que no intenta convencerme a través de "te amos", pero no se bate ni llora de manera escandalosa, puedo tolerar sus chantajes de cariño por un juguete, pero no toleraría llantos y berrinches.

Sin embargo él parece estar aburrido de ver los juguetes, sé que se está impacientando ante el hecho de que quiere volver a ladrar con el cachorro.

No puedo evitar tomar unos pequeños ositos que se me antoja regalárselos a Adam. Sigo caminando con Dan a mi lado, quien decide tomar una figura de acción de Thor y me la extiende, la tomo con una sonrisa, él me sonríe.

—Bien, llevaremos a Thor con nosotros.

Estoy a instantes de ir a caja cuando noto en una esquina una hermosa batería. No como una batería real, sino una infantil preciosa que se asemeja a una real.

Es de color roja y en algunas partes es transparente, no puedo evitar acercarme mientras la evaluó. Es perfecta para Dan, incluso podría servirle hasta los seis o siete años.

Estoy embelesada viéndola, Dan sigue mi ejemplo y la observa desde todos los ángulos, incluso se agacha y achica sus ojos como si la evaluara. Él no tiene idea de lo que es, pero claramente despierta su curiosidad y llama su atención, después de todo, es un niño curioso.

Me acerco y me doy cuenta que el precio es costoso, pero ella simplemente tiene nuestra atención, Dan sigue agachado observándola fijamente.

—Bebé, ven, vamos a pagar por esto —lo llamo, captando su atención.

Mientras estoy en la caja para cancelar, noto que aun Dan persigue con su mirada la batería. Le extiendo a la vendedora los osos y el Thor. Cuando ella está diciéndome el total, muerdo mi labio, y, antes de poder arrepentirme, hablo.

—También quiero llevar la batería.

—¿Efectivo o tarjeta?

—Tarjeta —respondo, Dan me sonríe, de alguna forma él sabe lo que acabo de comprar.

Después de volver al auto para guardar los juguetes y la caja en donde está la batería, que resulta yo debo armar, volvemos a entrar, sólo que esta vez lo llevo a la feria de comida en donde me encargo de comprar un helado para los dos.

Dejo que Dan elija todo en el helado tendrá, es por ello que acabamos con un helado de chocolate y choco crema con sirope de chocolate, chispas de chocolate y pelotitas de chocolate. Es el sueño de chocolate hecho realidad de Harry Daniel.

Nos ubicó en una mesa y con amor comienzo a darle del helado, no porque él no sepa comer solo, sino porque me apetece consentirlo.

—Bueno, esto podría ser bastante chocolate, pero estoy lo suficiente despierta como para soportar tu grado de hiperactividad.

Dan se encoge de hombros y abre sus sonrojados labios para que comience a darle su tan apreciado helado, él muy listo se sienta en el borde de la mesa con mi ayuda, de manera que esta frente a mi mientras me ve darle de comer.

—Pero no te pongas tan hiperactivo, ¿de acuerdo?

—¿De acuerdo? —repite Dan imitándome, no puedo evitar reír mientras tomo un bocado de helado y él ríe.

—Te amo niño hermoso.

Ti amu.

Y para acompañar su declaración, pestañea continuamente mientras sin darse cuenta su mano acaba en el helado y luego la pasa por su rostro.

—¡Harry Daniel!

—Lo shiento.

No puedo evitar reír mientras con una servilleta limpio su rostro, pero es una pérdida de tiempo, puesto que él toma la cucharilla del helado y la guía a su boca, ensuciándose la camisa de cuadros rojos que tan bonita le queda.

—Ahora te has ensuciado, cariño. —En respuesta él se encoje de hombros, haciéndome saber que no le importa.

Niego con mi cabeza y sólo continúo viéndolo comer, es divertido ver la manera en la que murmura con deleite ante cada bocado y se ensucia más.

Para cuando lleva poco menos de la mitad del helado, se cansa y suspira mientras me extiende la cucharilla, ahora el muy listo me hará comerme todo lo que él ya no puede retener en su pequeño estómago.

Lo he dicho antes, tengo un niño inteligente.

***

21 de noviembre, 2011.

Mamá teclea continuamente en su ordenador, ella odia las laptops pero ama su ordenador que es tan viejo como un dinosaurio. Quizás tenga hasta la edad de Keith, veintiséis años.

Yo sólo juego con mi té, un té que ella preparó cuando de manera distraída le comenté como mi estómago ha estado revuelto durante los últimos días, pero no le dije por qué o en todo caso, por quién.

Juego con la pequeña cucharilla con la que mezcló el té, en una hora pasaré por Dan a la guardería, creo que mi madre es la más sincera amiga que en este momento puede arrojar un poco de luz a toda la situación que actualmente vivo.

—¿Así que Katherine no quiere aceptar la propuesta de Keith de quedarse en su apartamento en Londres?

—Tu hermana es tan testaruda como lo son tú y Keith, ella quiere quedarse en una residencia, como lo hiciste tú, como lo hizo Keith. —Dice frunciendo el ceño mientras deja de teclear, no puedo evitar reír.

—Debes entender que vivir en una residencia otorga cierta independencia que todos buscamos con la universidad, ella es una chica lista, mamá.

—Lo sé, he pasado por esta etapa dos veces, aunque la tuya fue la más absurda. Estudiabas en Liverpool, pero te fuiste a una residencia y no había nadie que te sacara esa idea de la cabeza.

—Quería cuidar de mi misma, claro que no lo hice muy bien pero...

—Bobadas, lo hiciste estupendo, el que salieras embarazada no quiere decir que no supiste manejar la vida universitaria, fuiste una chica ejemplar.

—Lo dices porque eres mi madre y me amas.

—No dije que te amara.

—¡Mamá! —me quejo, haciéndola reír mientras con su silla que posee ruedas se desplaza hasta el sofá donde estoy sentada.

—Por supuesto que te amo, y porque te amo me gustaría saber qué te tiene así de apagada. Quiero que mi niña cabello de muñeca vuelva a tener ese hermoso brillo del que presumía.

No puedo evitar suspirar; suspirar y respirar hondo se ha convertido en lo que más hago últimamente. Muerdo mi labio y miro a mi mamá algo avergonzada.

Es como si viajara en el tiempo, como si volviera a febrero del 2008 cuando le confesé a mi madre que estaba en estado, los sentimientos son los mismos, tengo miedo de decepcionarla.

Sin darme cuenta unas cuantas lágrimas comienza a escapar de mis ojos, hace tanto tiempo que no me volvía la llorona que he sido en los últimos veintiún días, es vergonzoso.

—¿Qué es lo que pasa, cariño?

—Es Harry, tuvimos este problema... Bueno, en realidad, yo fui el problema.

—¿Quieres hablar de ello?

Asiento con la cabeza mientras limpio con mis dedos mi rostro.

—El chico del que me embaracé tiene un tiempo estando a mi alrededor, molestando —por la manera en la que frunce el ceño sé que ella quiere saber por qué no le había dicho nada de ese asunto, pero se contiene—. Él simplemente molesta, no quiere conocer a Dan, de alguna forma quiere volver a lo que teníamos...

—¿Y qué es lo que tenían Kaethennis? —miro a mamá con cara de circunstancias—. Necesito que me lo digas ahora que finalmente estás hablando del individuo, nunca quisiste darnos explicaciones sobre él.

—Es porque estaba avergonzada, aun lo estoy por todo lo que "hubo" entre nosotros.

—No voy a juzgarte cariño.

—Yo-yo tenía sexo casual con él —lo increíble sucede, sorprendentemente me estoy sonrojando—. No teníamos una relación, estuvimos de esa manera durante dos años...

—¿Pero no era una relación?

—Sé que suena tonto, pero no, no la teníamos. Aun cuando éramos exclusivos, al menos yo lo era, sólo intimaba con él.

Doy un pequeño sorbo a mi té sólo para no sentirme tan avergonzada bajo la mirada de Kancy, mi madre.

—No hubo sentimientos, le tenía aprecio, porque en cierta forma éramos cercanos, o bueno, algo así. Pero cuando quedé en estado, es como si él dejara de ser el chico divertido y cool para convertirse en un asno que me trató como una mujer callejera —estoy tentada a decir "puta", pero mi madre no tolera ese tipo de vocabularios— y a mi bebé como basura. Entendí que no contaría con su ayuda y cuando se trasladó de universidad pensé que nunca más me toparía con él.

—¿Pero?

Limpio de mi rostro las nuevas lágrimas mientras una vez más sorbo mi nariz.

—Pero en mi primer viaje a Londres por la biografía, por casualidades de la vida, me topé con él. Y desde entonces él ha estado persiguiéndome, pensé en un principio que quería conocer a Dan, pero dejó muy en claro que sólo busca retomar lo que evidentemente yo dejé atrás junto a la irresponsable y salvaje adolescente.

»Hace casi ya un mes, él apareció en mi apartamento, no fue nada amable conmigo, dijo cosas ofensivas que Harry no toleró y bueno, Harry acabó por darle bastantes golpes para defendernos a mi bebé y a mí.

—Oh, cariño.

—Sí, aun cuando solo quería que se detuviera y temía que dejara inconsciente a Jake, una parte de mí se sintió increíble ante el hecho de él protegiéndonos, no temiendo que Jake pudiera demandarlo.

—¿Entonces?

—Entonces es evidente que yo me asustaría mamá, cuando Harry intento acercarse a mí desde entonces sólo fui fría y muy evasiva con él. No pretendía ser su problema, que mi pasado lo perjudicara, necesitaba mi espacio para pensar, sólo que no supe expresarme bien y él acabó por entender que lo quería fuera de mi vida. Y dejé que lo pensara, dejé que saliera de mi apartamento con esa idea, no hice nada para evitarlo porque estaba asustada.

No puedo evitar comenzar a sollozar mientras bebo de mi té, mi mamá no puede evitar reír y me temo que es porque me veo ridícula llorando mientras bebo té.

—Y no he podido contactar con él, decidió borrarme de su vida y me duele, duele mucho —digo, hipando de manera vergonzosa, mi madre rápidamente me estrecha en sus brazos mientras se sienta a mi lado—. Se siente como un feo nudo dentro de mí, lo extraño con locura, no puedo pensar en otra cosa que no sea saber que está bien, que no me odia...

—Cariño, no creo que te odie. Es bastante difícil odiar a mi Kae, más cuando ella se hace imposible de no amar.

No puedo evitar sonreír mientras me acurruco contra ella, hago exactamente lo que Dan hace conmigo, presiono mi frente contra su cuello.

—Pero ha rechazado todo los medios por los que he intentado contactarlo, inclusive borró su correo. Lo amo, lo amo con locura y ahora sólo lo perdí.

—Quizás hay un mal entendido...

—No mamá, pasa que hice algo que siempre se me ha dado muy bien, alejar a los chicos que se interesan realmente por mí, aquellos que me ven más que como una chica con buena apariencia física.

Permanecemos en silencio durante un largo rato mientras ella acaricia mi cabello, mi madre huele como a galletas y seguramente es porque siempre vive horneándolas.

Cuando creo que ya me he calmado lo suficiente, entonces cuento lo más importante.

—No solo estoy asustada de eso mamá.

—Lo sé, puedo intuir que te están pasando muchas cosas en estos momentos mi cielo, pero eres una mujer fuerte que sabe afrontar sus problemas y asumir sus errores.

—Me siento tan mal de hacerte esto otra vez —paso el dorso de mi mano por mi nariz—. Yo te prometo que fui precavida, tome medidas y no-no lo planeé.

Mamá asiente con la cabeza mientras limpia mi rostro y me da su atención con esos bonitos ojos avellanas con motitas verdes, los ojos que Katherine heredó, de cierta forma Katherine es la más parecida a mamá, tanto físicamente como en actitud.

—Yo-yo... Yo estoy embarazada, y lamento hacerte esto otra vez, de verdad lo siento.

Nuevamente comienzo a llorar avergonzada de estar rompiendo el corazón de mi madre, ella me abraza una vez más mientras me aferro a ella como si fuera mi salvavidas, y es porque en este momento lo es, no me estoy hundiendo gracias a ella.

—Tranquila mi cielo, respira —murmura contra mi cabello—. No tienes que lamentar nada por mí, ¿crees que no lo sabía Kaethennis Lee? Te conozco, yo te traje a este mundo, en la clínica cuando vi tu cuello pude saberlo. Además toda esa palidez. Sólo quería que tú me lo dijeras, y no te estoy juzgando mi amor, sé que no lo planeaste, pero también sé que estás preparada para ello.

Toma mi rostro entre sus manos y besa mi frente con dulzura mientras una vez más comienza a limpiar la humedad en mi rostro.

—Comprendo que estés asustada, pero no lo estés de mí. Eres uno de mis más grandes orgullos, cuando hablo de ti simplemente no puedo esconder todo este orgullo que tú representas. ¿No planeaste este embarazo? Bien, puedo entender que es totalmente una sorpresa, pero sé que hay una gran parte de ti que aún no despierta que está infinitamente feliz ante la idea de tener a otro pedacito de ti, más cuando esa criatura es parte del hombre del que te has enamorado profundamente.

»Alguien maravilloso y especial está creciendo dentro de ti y, aunque sé que los celos de mi pastelito estarán por los cielos, él amará la idea de un hermanito. Y bueno, yo estoy algo extasiada de tener otro nieto para consentir, aunque sólo tengo cuarenta y nueve años para ser ya abuela de tres niños. A los veintidós yo tuve a Keith, cariño, y no lo planeé, créeme, y en un principio tu padre estuvo tan asustado que temí que desapareciera, pero es un buen hombre que me amaba con la misma locura que yo lo amaba y que con esa misma locura amó la idea de un hijo. Y sé que esa clase de hombres es a la que pertenece Harry Jefferson, ahora lo ves como algo complicado. El retomar las cosas con él. Pero todo lleva su tiempo y cuando veas los resultados del esfuerzo, entonces te sentirás profundamente feliz y nadie podrá quitarte esa felicidad.

Cada palabra que ella dice se graba en mi mente mientras asiento con mi cabeza, una vez más ella besa mi frente y retira mi cabello de mi rostro.

—Te amo, mamá.

—Y yo te amo a ti, mi dulce niña cabello de muñeca —dice con una gran sonrisa, descubro que sus ojos están húmedos—. Ahora vayamos a buscar a mi pastelito, déjame conducir para que puedas relajarte un poco, cariño.

Le extiendo las llaves de mi auto mientras me pongo de pie, entonces ella me abraza y yo sonrío.

—Felicidades por el nuevo bebé que viene en camino.

—Gracias mamá, Brid y Katherine son las únicas en saberlo, me gustaría que fuera así por un tiempo, al menos antes de encontrar la manera de hacérselo saber a Harry.

—Lo entiendo cariño, ahora vayamos por mi pastelito.

***

Espero contra la puerta del auto a que los pequeños niños salgan hasta el jardín del frente para tener a Dan. Mayormente debo esperar de este modo cuando no lo busco antes de tiempo. Mamá está dentro del auto escuchando the Beatles mientras lamenta que los reyes de Liverpool ya no tengan la oportunidad de hacer música juntos, especialmente porque dos de nuestros adorados integrantes, amado por las dos, están muertos.

Finalmente un grupo grande de niños adorables sale al jardín delantero, busco con la mirada a Dan, quien siempre me encuentra, pero veo a padres recoger a sus niños mientras sigo buscando al mío.

Pasados un par de minutos, frunzo el ceño mientras continúo buscando a mi Harry Daniel, me inclino hacia la ventana para hablarle a mi madre.

—No veo a Dan, iré a ver por qué está tan atrasado, debe de estar jugando distraído.

Mamá me sonríe mientras me dirijo hacia la instalación de la guardería, cuando estoy lo suficientemente cerca me doy cuenta que las cuidadoras están a instantes de cerrar la puerta. De ninguna manera se quedaran con mi niño, el pastelito de mamá.

—Buenas, disculpe.

—Señorita Stuart —me saluda con una sonrisa la chica nueva del trabajo, quien al parecer ya memorizó mi apellido—. ¿Podemos ayudarla en algo?

La miro confundida, por supuesto que puede ayudarme en algo, como en darme a mi hijo, sé que es adorable e increíblemente hermoso pero no por eso va a quedárselo.

—Sí, llevo un tiempo aquí y entre todos los niños que despacharon no pude evitar notar que no estaba mi hijo.

Ella frunce el ceño con confusión mientras me observa muy fijamente.

—¿Harry Daniel?

—Efectivamente Harry Daniel —afirmo, la miro con desconfianza en el momento que veo su piel comenzar a palidecer—. ¿Y bien? ¿Me entregan a mi bebé?

Ella se aclara la garganta mientras pasa las manos por su pantalón holgado, intuyo que éstas están sudando.

—A su hijo pasaron a recogerlo hace un par de horas.

—¿Recogerlo? —pregunto, como si no entendiera lo que ella quiere decir— Suele recogerlo mi madre, mis hermanos o mi mejor amiga cuando no puedo, pero todos ellos están ocupados, incluso mi madre está en el auto esperando.

Ella comienza a sudar y entonces yo también lo hago mientras la escruto con mis ojos y siento mi corazón comenzar a bombear con rapidez.

—¿En dónde está mi hijo? —digo con los labios apretados, me parece que siseo.

—Él se fue con el representante que lo vino a buscar...

—Explíqueme exactamente cómo un niño de tres años se fue...

—Un hombre que afirmo tener autorización...

Por unos cortos segundos tengo la idea de que se trata de Harry, pero luego razono sabiendo que Harry jamás haría algo como eso sin antes consultarme.

—¿Qué hombre? —pregunto, comenzando a alterarme.

—Uno de cabellera castaña, muy educado...

—¿Mi hijo se fue así nada más con él?

—No, estuvo un poco renuente, pero lo asocié con el hecho de que acababa de despertar de una siesta.

No puedo evitar comenzar a reír de una manera histérica mientras mis ojos se humedecen y mis manos sudan, entonces sorprendiendo a la joven e inclusive a mí, la agarro de los bordes de su camisa con fuerza.

—¿Estás jodiéndome? —le grito—. ¿Me estás diciendo que mi hijo lloró ante el hecho de irse con un hombre que no trajo una jodida autorización y asumiste que se debía a que despertaba de una siesta?

—¡Kaethennis! —exclama mamá llegando hasta mí, mientras las otras trabajadoras salen de la guardería.

—¿Dónde diablos está mi hijo?

—Yo, como le dije...

—¡Jodida mierda! ¿Qué se supone que hiciste? ¡Le diste mi hijo a un desconocido!

Mi madre jadea mientras cubre con su mano su boca ante la sorpresa, ahora las lágrimas están cayendo por mi rostro mientras comienzo a asustarme de un modo en el que nunca lo he estado en mi vida.

—Pamela, ¿a quién le entregaste el niño? —pregunta la directora del lugar, quien sale ante mis gritos, no puedo evitar comenzar a caminar de un lado a otro.

—A un hombre de cabellera color miel, alto, atractivo y muy amable —mis ojos se abren mientras mis manos tiemblan, sí, reconozco esa descripción—. Él afirmo ser su padre.

Me parece que rujo mientras intento abalanzarme ante esa estúpida cuidadora.

—¡Voy a matarte hija de perra! ¿Cómo pudiste darle a mi hijo a semejante escoria?

—Kaethennis —mi madre me sujeta, creo que su voz está temblando—, cariño...

—¿Cómo pudiste? —le grito fuera de mí—. ¡Jodida mierda! ¡Quiero a mi hijo!

—¿No-no era su hijo?

—Desde luego que no, era el jodido Jake de mierda, le has dado mi hijo a esa basura.

No puedo evitar deslizarme hasta el suelo mientras comienzo a temblar. Alejan a la estúpida de mí porque muy bien podría matarla ahora en el que veo mi mundo hacerse rojo.

Mi bebé, ella le entregó a mi bebé.

Mi niño.

Mi hijo.

Doy un gritito mientras comienzo a llorar con fuerza y mi madre intenta decirme palabras, pero estoy fuera de mí mientras agarro con fuerza la grama bajo mis manos.

Voy a matarlo, voy a cortar cada parte de su cuerpo.

Oh Dios, mi bebé debe estar asustado, quizá tiene hambre o frío, el clima está muy frío.

Lloro de manera descontrolada mientras mi madre me abraza y llama a lo que parece ser papá y a la estación de policía.

Entonces no lo resisto, comienzo a expulsar todo de mi estómago, aun cuando no he comido casi nada el día de hoy, vomito con fuerza mientras lloro y por un momento creo que voy a ahogarme ante la sensación de no poder respirar. Pero mi madre palmea mi espalda, pidiéndome que por favor me mantenga cuerda, que mi bebé me necesita cuerda.

Lloro mientras veo hacia la cuidadora que entregó a mi hijo.

—Tú y Jake van a arrepentirse, por todos los cielos que lo harán.

Creo que la cuidadora jadea y teme, pero no me importa, debe hacerlo porque si a mi bebé le pasa cualquier cosa, entonces ella muy bien podría buscar donde esconderse y Jake... Mierda, él ni siquiera tendría a donde huir.

Gimo de manera dolorosa, mi niño.

Mi Harry Daniel.

Mi celular vibra, con manos temblorosas la tomo.



«Te dije que ibas a saber de mí. No me dejaste opción. Atente a las consecuencias de tus acciones»



Palidezco ante el mensaje que solamente tiene como firma: Jake.

Continue Reading

You'll Also Like

753 63 5
Historias Cortitas y Cariñosas sobre Nuestro Niño Pinguinito historia 1000% mías ☝️🤓
415K 4.3K 114
Aquí encontraras algunas sugerencias de historias que te harán pasar ratos espectaculares al leer. Animate y disfrutalas. Las historias publicadas la...
19.8K 1.5K 26
Aquí te mostraré algunas cosas normales para un/una chic@ friki, este libro está escrito para que pases el rato leyéndolo, no debes tomarlo tan lite...
334K 21.1K 29
Chiara y Violeta son compañeras de piso, y no se llevan bien. Discuten a menudo, y cuando no lo hacen, se ignoran. Cuando se adelanta la boda de su h...