Capítulo Veintiocho

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CAPÍTULO VEINTIOCHO


Finalmente llegamos al apartamento de Harry, y por "llegamos" me refiero a Harry y a mí, sólo nosotros dos.

Después de seguir en mi auto la hermosa camioneta negra de Harry finalmente estamos deslizándonos por el pasillo, tomados de la mano hacia su apartamento. Me siento como una adolescente a minutos de perder su virginidad, estoy tan nerviosa y ansiosa que estoy temiendo vomitar.

—Uh, creo que los chicos sabían que venía a tu apartamento contigo —digo observando como su llave se adentra en el cilindro de la cerradura.

—Ellos todo lo asocian con pensamientos perversos, así no estuvieras viniendo ellos creerían que vendrías aquí —me indica rodando sus ojos al tiempo que se hace a un lado para dejarme entrar a su espectacular apartamento.

—Entonces ustedes, BG.5, son unos perversos de mente sucia.

Escucho a Harry reír detrás de mí mientras con una sonrisa observo su apartamento con el cual, después de una visita, ya me siento bastante familiarizada.

—De verdad que me gusta muchísimo tu apartamento —digo mientras quito mi suéter de lana siendo consciente de la calefacción que desintegra poco a poco el frío.

—Puedes venir siempre que quieras, nena.

—¿Esa es tu línea? —pregunto riendo mientras me cruzo de brazos.

—Solo quería saber que tan estúpida sonaba esa frase en la vida real, Dexter y yo la escuchamos en una película y coincidimos que era una estupidez de frase.

—Sí que la es, no vuelvas a intentarla, te quita lo atractivo.

—Y desde luego yo no quiero perder mi atractivo —sonríe y pasa una mano por su cabello mientras hace dicha declaración.

Mi mirada se pierde irremediablemente en la pequeña franja de piel que se revela al subir su brazo para que su mano peine su cabello, esa simple línea de piel hace estragos con mi cordura.

Harry capta mi mirada y enarca una de sus cejas al tiempo que esboza una baja bragas, picara y ladeada sonrisa, golpea con su dedo índice su nariz y me estudia con fijeza.

—Me siento como se supone que se sienten las chicas cuando los obreros lanzan palabras al azar al verlas en mini faldas —espeta y yo jadeo horrorizada.

—¡No me compares con uno de esos pervertidos obreros!

Harry ríe fuertemente y yo me mantengo ofendida y avergonzada de su declaración, debo trabajar quizás un poco más en ser más sutil a la hora de desear con tanta fuerza y anhelo el cuerpo de Harry.

En unos cuantos pasos Harry está frente a mí y toma mi barbilla entre los largos dedos de su mano derecha, me estudia con fijeza de una manera en la que me hace muy consciente de su atención. Besa mi nariz y sopla suavemente sobre mis labios húmedos debido a la lamida que he dado segundos antes a éstos.

—Tú no tienes nada de un obrero —me asegura, besa la comisura izquierda de mi boca—. Eres especial —besa la comisura derecha—. Única —besa mi nariz—. Inigualable —ve durante largos segundos mi boca, pasa su lengua sobre mi labio inferior y luego me da esa pequeña sonrisa traviesa mientras se inclina a instantes de besarme—. Y finalmente —dice acercando mucho más sus labios— mía.

Me besa.

Casi estallo de euforia para el momento en que sus labios se abren sobre los míos. Estoy muy consciente de todo, como, por ejemplo, la manera en la que su barba de días está raspando deliciosamente mi barbilla.

H de Harry (BG.5 libro #1) Disponible en Librerías.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora