Bruja Escarlata ➳ Stiles Stil...

By BlossomGolden

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Beacon Hills, está en problemas de nuevo y no lograran salir de ese lio sin la ayuda de una bruja y para suer... More

Entrance promo.
Reparto.
I: Prologo.
II: Una bruja en Beacon Hills.
III: Cuajada andante.
IV: Episodio psíquico.
V: Fanatismo por las aves.
VI: Las conexiones.
VII: Finstock, te haras un tatuaje.
VIII: Una noche no mas.
IX: El rescate, ¿o no?
X: ¡Tiene sangre!
XI: Como odio Beacon Hills.
XII: Van cuatro.
XIII: Ralph, el demoledor.
XIV: Por hombres como él es que hay tanta ex bruja desempleada.
XV: Una noche en el motel.
XVI: Tú eres la esperanza.
XVII: Despierta.
Hagamosle preguntas a la autora.
XVIII: ¿Caos y destrucción?
XIX: La julia esa.
XX: Sacrificio.
XXI: Lo siento.
XXII: Bruja escarlata.
XXIII: Si existen.
XXIV: ¿Amigo especial?
XXV: Nogitsune I.
XXVII: Transgresión.
XXVIII: La reina ha regresado, perras.
XXIX: Cariño, mala hierba nunca muere.
XXX: Mucha intrusa.
XXXI: Moscas.
XXXII: Mieczyslaw Stilinski.
XXXIII: Elle.
XXXIV: La primera alma.
XXXV: Cuando...
XXXVI: Carta.
XXXVII: Eso fue lo que sentí.
Epilogo.

XXVI: Nogitsune II.

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By BlossomGolden



Practicar la violencia contra otros estaba en mi ultimo recurso pero debido a que un ente maligno había poseído al chico que me hacia debatirme mi existencia como bruja, la practicaría y aunque tendría cargo de conciencia mas tarde... a la mierda las leyes de comportamiento y moral.

El orinal de acero impacto en el rostro del chico que estaba antes con Stiles. Lo deje caer al suelo para luego limpiar mi mano con mi ropa, había sido asqueroso pero lo bueno es que no había sido usado, o eso me habían dicho.

El chico se sobo la parte afectada de su rostro mientras permanecia en el suelo mirándome con indignación.

- Perra loca –exclamo levantándose lentamente.

Pude indentificar un enrojecimiento en su rostro y el cargo de conciencia hizo presencia. Enserio era una perra loca, de eso no había duda.

Se abalanzo sobre mi mientras fingía golpearme gritando cosas a las cuales no le preste atención. Si, se me había ido la mano con el orinal y creo que su comentario no era falso. Le debía una disculpa.

Los demás se agruparon para ver la "pelea" mientras soltaban unas risas que claramente me parecían de terror. Me protegí de sus golpes, esperando que los enfermeros y el blanco, en este caso, Brunski, hicieran su aparición. Ya me lo había dicho muchas veces, era un grano en su trasero pero que más se le daba, él había escogido como profesión cuidar de dementes no era mi culpa que me hubieran traído aquí.

Hicieron su aparición, separaron primero el grupo de aficionados que aclamaba por sangre y luego nos separaron. Cada uno hizo su parte, él era el chivo expiatorio, lo utilizaba como distractor mientras me salía con las mías, como usualmente sucedía pero sin menos violencia.

Me levanto a tras pie, fingiendo dolor ante la situación mientras veo como Stiles se acerca, le paso las llaves que le había sacado a Brunski y las coge de una para luego tomar su pose de chico protector conmigo.

¿Enserio después de que me han "partido la madre"?

- Haz lo tuyo... –ordeno. 

Le susurro eso en el oído y luego me separo para que no sospechen. Alcanzo a ver como se estremece ante mi acto y una sonrisa traviesa se forma en mi rostro.


Después de entrar al sótano nos dispusimos a revisar entre las cajas y demás, buscando algún indicio de algo que nos diera respuesta a porque Stiles "cree" que ya estuvo aquí pero solo encontramos informes de las cosas que hacían antes aquí.

Teníamos el suelo tapizado de solo papeles pero nuestro objetivo aun no se había cumplido.

No dejaba de pensar en el cinco al revés que se encontraba en la pared detrás de nosotros, era como si algo con sus uñas lo hubiera hecho alli. Era inquietante y escalofriante a la vez.

Me esforzaba, realmente lo hacía pero aun ni siquiera una chispa de magia había en mi cuerpo y de los episodios psíquicos ni que decir, no lo controlaba y creo que ese era un problema muy grande. No me refiero en términos de las pesadillas, el dolor psicológico ni nada de eso, sino que si las controlara, realmente sabría cual era el propósito de estar allí en ese lugar.

Mi mente era una hoja en blanco.

Aunque incluso me daba mala espina hasta el lugar, muy en el fondo presentía que no debíamos estar allí, que debíamos salir corriendo pero era demasiado terca y conociendo a Stiles, saldríamos de allí en cuanto algo realmente peligroso nos espantara o alguien terminara muerto.

Cualquiera de las dos es posible.

Me estremecí por completo recordando el rostro que el Nogitsune original poseía. Aun estando despierta me intimidaba y temía demasiado que estando así, lo que le pasara a cualquiera de dos seria real, completamente real.

Además de que cuando estuve en el coma mágico, había visto lo que paso hoy en la regadera con Stiles; solo una parte. Y también había visto esa parte del Stiles malvado intimidándome muchas veces, ese que provocaba un miedo indescriptible y me volvia vulnerable. Había visto un Stiles que ahora mismo, deseaba poder acabar con él, ese del aura maligna y peligrosa.

¿Recuerdan?


Si, ese que lo único que le preocupaba era provocar caos y destrucción. La peor parte es que se alimentaba de mi miedo y temor a todo, yo lo alimentaba con mi temor.

Mire en secreto al inteligente y sarcástico chico junto a mí, su palidez me preocupaba cada vez más, sentía que debía hacer algo por él pero no sabía qué demonios hacer. Creo que ahora habíamos intercambiado papeles, él era el vulnerable, el doncello en peligro mientras yo era el caballero de armadura, el protector, el fuerte.

Él no sabía los límites de lo que podía pasar, temía por nosotros, lo sabía. Podía ver el miedo en sus ojos, según me había dicho había hecho cosas de las que no sentía orgulloso estando bajo el control del nogitsune pero que había disfrutado.

Me descubrió mirándolo y sonrió de lado. Su mano paso por mi mejilla acariciándola y lo deje hacerlo, después de todo no sabíamos lo que pasaría mañana. Debíamos aprovechar lo que pasara en unos segundos sin arrepentirnos después. Le devolví la sonrisa sintiendo un nudo en la boca del estomago.

Hay tantas cosas que quisiera decirte, cuajada.

Entonces fue él, el que decidió romper el silencio.

- No hay nada aquí... –soltamos un suspiro al unísono.- ¿Podrías revisar las líneas en mi espalda?

Le levanto la camisa y toque su erguida espalda, allí las líneas desaparecían de su blanca espalda.

- Si, están desapareciendo –respondí subiendo más su camisa.

Solo para molestarlo pase mi frio dedo por su espalda y él se alejó ante mi tacto.

- ¡Kharma! –exclamo estremeciéndose.

Me reí de su fea mueca.- Tenía que hacerlo... –acomode un mechón de pelo detrás de mí oreja.- desde que estoy aquí, tengo las manos frías –murmure juntando mis manos.

- Ven aquí...

Me atrajo a él juntando nuestras manos. Nuestras miradas se juntaron y algo cambio en esa mirada color avellana, sin previo aviso me tomo desprevenida y me beso, seguimos así hasta que lentamente me fue recostando en el viejo sillón en el que estamos sentados. Acaricio mis piernas desnudas, por lo que llevaba un short y un cosquilleo me paso por el cuerpo, suelto una risita y el beso se intensifica. Decido pasar las manos por su torso acariciándolo y cuando llego al dobladillo de la camisa, la jalo hacia arriba quitándole la camisa.

Su desnudo torso queda a la vista y entre quejidos hago que cambiemos de posición. Deposito besos por su pecho y luego hago un camino hasta su oreja.

¡No puedo creer que estemos besándonos tan candentemente en un lugar como este!

Es tan romántico.

Él se sienta conmigo sobre él y me vuelve a besar. Ahora es él quien deja un camino de besos que van desde mi boca hasta mi clavícula. Un gemido sale de mis labios y él es consciente de lo que provoca en mi, asi como yo también soy consciente de lo que provoco en él.

Al diablo nogitsune.

Al diablo Eichen house.

Al diablo Brunski.

Al diablo el enamoramiento de Stiles con Lydia.

Y al diablo el mantra de brujas.

No me aprovecharía de la situación pero una chica también tiene necesidades y no hay que juzgarla por disfrutar de algo de acción sin compromiso.

Me saco la camisa sobre la cabeza dejando a la vista mis pechos y no sentí pudor alguno, era mi cuerpo y me sentía bien con él.

- ¿Vamos a hacer esto aquí? –pregunto suponiendo el siguiente movimiento, lucia confundido y caí en cuenta de que Stiles, aun era virgen.

Una sonrisa malvada apareció en mi rostro.

- No es lo más romántico pero...

Mi dedo índice jalo el elástico de su pantalón y luego lo volví a besar en señal de aprobación.


Él beso mi mejilla y apretó nuestras manos entrelazadas. Me sentía extraña, esto no solía pasar luego de gozar de algo de acción en secreto, de hecho luego del sexo volvía a mi rutina normal y el sujeto igual. Esto era como técnicamente mi primera vez de quedarme con el chico con el que había tenido sexo.

Al diablo el hecho de que he tenido sexo con un virgen.

Sonó peor de lo que lo imagine.

Me siento exhausta y con algo de sueño, no he dormido muy bien que digamos en los últimos días. Me acomodo mejor para recostar la cabeza y cierro los ojos un momento.

No, no hay pesadillas ni ese feo nogitsune que me intimida.

Pero aun así, la imagen de ese cinco al revés sigue estando presente. Me remuevo ansiosa en mi pequeño espacio en el sillón para luego soltar un bufido dándome por vencida, haciéndole caso a mi curiosidad.

- Espera un momento...

Me levante del sillón a trompicones, ya estable me dirige a aquel cinco al revés con Stiles detrás mío. Me agache a la altura de aquella obra de arte, para detallarla mejor. Golpee con los nudillos un par de veces lo que se suponía que era la pared, acertando a mi punto, no era una pared normal porque se escuchaba un eco.

- ¿Escuchaste eso? –le pregunte a Stiles para cerciorarme de que no estuviera loca.

O bueno más.

Stiles agarra una varilla gruesa y sin nada que decir, le doy espacio y él golpea el muro varias veces. Este se rompió soltando un polvo por el que tuve que taparme la nariz para no comenzar a estornudar como perro.

Nos acercamos al hueco en la pared y miramos el cuerpo que hay ahí. Me quede sorprendida al ver al nogitsune técnicamente muerto, tenía la cabeza vendada y esa usual chaqueta café militar que siempre llevaba pero estaba inerte y lleno de polvo. No hacía nada, no me causaba miedo con su carrasposa voz, con alguno de sus acertijos estúpidos o diciendo: déjame entrar.

- Oh no...

Stiles me interrumpe.- Es él.

- El nogitsune.

Como la curiosidad era más grande que yo, me acerque más al hueco en la pared y metí la mano husmeando. Revise debajo de los pedazos de "pared", créanme que estaba haciéndolo sin temblar y mientras veía que podía haber hay para sacar o algo. Revise en su bolsillo y saque una fotografía antigua, era un militar y una mujer asiática.

- ¿Los conoces? –le pregunte al pasarle la fotografía a Stiles y ver como fruncía el ceño.

- Si... a uno de ellos –se levanta alejándose de mi lado, mientras tanto seguí revisando que podía encontrar más, dándole la espalda.- debo darle esto a Scott...

Un quejido de dolor más el sonido de electricidad me hizo ponerme alerta y levantarme rápidamente. Stiles cayó al suelo sin moverse mientras que yo miraba asustada al chico con él que andaba antes.

- Tu robaste las llaves de Brunski... –lo mire asustada arrinconándome más contra la pared.- yo robe su arma paralizadora.

Sin previo aviso me ataca a mí con el arma y lentamente comienzo a resbalarme por la pared, sintiéndome inestable, no podia moverme mucho.

Sí que paralizaba, hasta me dejo con un tic nervioso en el labio inferior.

- También robe este paralizante –dijo sacando una jeringa.

Lo vi acercarse amenazadoramente con esa jeringa y sin nada que poder hacer o decir, me lo aplico.

Así que sin más, perdí la conciencia rápidamente.


Imágenes relámpago de lo que había pasado en los últimos meses hicieron presencia en mi cabeza, las risas, las peleas, las conversaciones, todo estaba allí. De repente deje de escuchar ruido y me encontraba en la orilla del mar, viendo las olas impactar en la arena y sintiendo la brisa recorrer.

¿Dónde estoy?

- Despierta –una voz muy conocida para mi me obligo a quitar la mirada del mar.

- ¿Abuela? –la mire confundida.

- Kharma, las cosas empeoraron, necesito que despiertes.

Gritos de dolor me pusieron alerta, ya no sentía la brisa correr, ni escuchaba el sonido que el agua del mar provocaba, ya no había paz.

- ¡NO LE HAGAS NADA! ¡DEJALA IR! –una distorsionada voz se introdujo en mis odios, causando que empezara a despertar de mi profundo sueño.

Cuando abrí los ojos, sentí que la cabeza me daba vueltas. Escuche ruidos a lo lejos pero aun así no lograba reconocer bien que era lo que pasa a mi alrededor, coloque los pies sobre el suelo y a tras pie me levante. Camine sin energías hacia Stiles que estaba en una silla tipo dentista amarrado totalmente.

Fruncí el ceño acostumbrando mejor la vista mejor y lo vi llorando a mares, sus mejillas están empapadas de lágrimas.

Me sentí inservible viéndolo así, así tan vulnerable, me destrozo el corazón completamente porque él parecía estar en una burbuja personal, mientras murmuraba cosas indescifrables para mí.

¡Piensa, Kharma! ¿Qué puedes hacer?

Aun mirando nublado, me acerque más a él colocando las manos a ambos lados de su cabeza para entrar en ella, porque si algo lo está atormentando tenía que acabar de raíz con eso pero antes de que pudiera hacer algo, escuche la voz de alguien que no espere escuchar en ese lugar tan escalofriante.

Mi padre.

- No lo hagas... –mi miraba viajo por todo el lugar hasta que lo vi en un rincón oscuro, demasiado tétrico a decir verdad.

Me puse alerta rápidamente, desconfiando de su presencia allí.


Era mi padre pero era el responsable de que estuviera allí como una verdadera demente. Mire a Stiles de soslayo fijándome que había dejado de llorar y que su cabeza reposaba sobre el espaldar de la silla, como si estuviera tomando un sueño.

¿Qué demonios está pasando?

- ¿Por qué? –pregunte confundida de verlo. Se miraba mal, tenía unas ojeras bajo los ojos muy evidentes.

Cuando lo vi dar pasos lentos hacia mí, decidí ponerme frente a Stiles en modo de defensa, él estaba débil y no podía permitir que le pasara algo. Porque aunque suene increíble, no podía confiar en mí mismo padre en ese momento.

- Te dijo que no hicieras algo –la carrasposa voz del Nogitsune hace presencia moviéndose detrás de mi padre.

Lo está manipulando. Asi tipo, títere y titiritero. Creo que había palidecido un par de tonos ante eso, porque mi padre me miro con una sonrisa macabra.

Stiles abre los ojos de repente asustado, respirando agitadamente. Trata de zafarse de las correas que lo mantienen en la silla mientras le pide a grito al Nogitsune que me deje ir.

Mi mirada viaja de Stiles a mi padre, sintiendo demasiado miedo de que al primero le fuera a pasar algo.- No le harás daño, papá.

Mi padre saco su arma de policía y le quito el seguro, mostrándose altivo. Pase saliva, más asustada que antes, estaba aterrorizada, suponiendo el final.

- Déjala ir, por favor... –pidió Stiles entre sollozos.

- ¿Qué te pasa, papá? Tú no eres así –dije tratando de ganar tiempo, distraerlo, alguna cosa que lo mantuviera lejos de nosotros.

- ¡Déjala ir, por favor! –volvió a pedir Stiles.

- ¡DEJAME ENTRAR! –la voz de mi padre se escuchó carrasposa y muy diferente a la de él.

Era igual a la del Nogitsune.


- ¡Solo déjala ir!


Hubo un silencio tipo sepulcral y entre en pánico, el sonido del arma disparando retumbaba en mis oídos creando eco. Era verdad de lo que decían del lugar, todo tenía eco.

- ¡Déjala ir! –seguía pidiendo Stiles a gritos.

Mire a mi padre asustada por lo que acaba de hacer, mientras ponía una mano sobre la parte afectada, el abdomen. La sangre rápidamente comienzo a salir manchando el jersey que llevaba. La mandíbula me temblaba reteniendo las ganas inmensas de llorar, los ojos me ardían y no podía seguir viéndolo a los ojos, el mal que lo rodeaba era muy grande para sentir algo de compasión por su hija y remordimiento por dispararme.

Solté un quejido de dolor y cuando me dispuse a hablar, volvió a interrumpirme.- Papá, por favor.


Los insaciables gritos de Stiles no me dejaban procesar del todo bien lo que pasaba a mí alrededor. Me faltaba el aire, me fallaban las piernas y perdía demasiada sangre.

Sentí que me iba a caer, en el aire trate de encontrar algo de que sujetarme cuando sus brazos me agarran antes de que tocara el suelo. Las lágrimas se aglomeraron en mis ojos a punto de querer salir, subí la mirada para volver a ver su rostro sin emoción alguna, solo con un poco de cansancio, debía ser por mi culpa. En el fondo había algo aterrador en su mirada que no logre descifrar bien.

Y sin siquiera esperar el siguiente movimiento, me disparo una vez más a quemarropa.


En mi cabeza solo quería pedirle a Stiles que parara, que ya no había nada que hacer. Quería decirle lo imposible que era permanecer vivo a mí alrededor, que estuviera tranquilo.

Además del dolor físico, sentía un dolor emocional. Me sentía traicionada, de las más crueles y desgarradoras traiciones. Creo que no podía compararlo con la situación que había vivido Jesus con Judas pero podía asimilar algo de lo que pudo sentir él. Lo único que escuchaba era a Stiles gritándole que me dejara ir pero ya no era posible, de ese lugar posiblemente saldría en una bolsa.

Lentamente me deposito en el suelo, sentía como la sangre fluía fuera de mi sistema. Incluso un sabor metálico se apodero de mi boca y sé que de por si es sangre, mantenía apretada la parte afectada para no desangrarme tan rápidamente. Él me dio una última mirada depositando un beso en mi frente y tiro el arma a mi lado para salir despavorido.

Ahí se va el único hombre que jamás pensé que me rompería el corazón.

- Dulces sueños, Kharma.

La voz del nogitsune desaparece en el aire.

Sigo convulsionando en el suelo cuando veo a Stiles pasar junto a mí como si nada hubiera pasado. No recuerdo seguir escuchándolo suplicando por mi vida.  


¿Así pasaría?

Había imaginado mi muerte un poco más patética y menos trágica, pensé que morirá por mi culpa y no a manos de mi propio progenitor. Debe ser realmente lamentable mi situación, cualquiera que viera eso tal vez se cortaría las venas pero era la vida real, a nadie le importaba.

Había un silencio inquietante y sentía demasiado dolor como para levantarme e ir a pedir ayuda. Hasta que un ruido me obligo a volver a abrir los ojos.

- Stiles... –lo llame en un hilo de voz.

Se estaba soltando de las correas de la silla, eso significaba que estaba libre, podría salir de aquí vivo... Su mirada escalofriante hizo que algo se apagara dentro de mí más de lo que ya estaba. Ya no era él, le había dado el control total y ahora, lo había perdido. Lagrimas escurrieron de mis ojos y quise gritar pero no podía, sentía demasiado dolor como para gritar.

Paso por encima de mí como si yo no existiera y fuera insignificante. El aire comenzó a hacerse menos presente en mis pulmones, no sabía porque se debía eso pero ya no me importaba seguir cuestionándome, igual sabia que de por si moriría en ese lugar.

Estaba por ver la maldita luz al final del túnel de la que todos hablaban pero sabía algo, no me arrepentía en nada de lo que había hecho.










Fin.










Jaja, se lo creyeron.




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