-¡Starfire! Pssst ¡Starfire! ¿Sigues viva?-Preguntó Harley alegremente mientras abría la puerta del almacén. Starfire asintió débilmente.
-¡Genial! Tengo algunas cosas que preguntarte. Pero mientras lo hago, intentaré quitarte eso-Dijo señalando el collar de electricidad. En la mano tenía un destornillador y unas pinzas.
Se acercó a Starfire y examinó el collar. No tenía ni la menor idea de cómo iba a quitar eso. No había botones, broches o seguros. Estaba precisamente programado para no poder retirarse hasta que Robin o Jason ganaran la carrera (por supuesto, los compañeros del Señor G y él mismo se iban a asegurar de que semejante cosa no sucediera). Además, estaba tan ceñido que si intentaba cualquier cosa sólo le haría daño a Starfire. Harley se rindió al poco tiempo. No podía quitárselo por más que quisiera.
-Debe haber alguna forma de quitarte esa cosa-Insistió Harley.
-No la hay, amiga Harley. Sólo me queda esperar a que Robin llegue, si es que yo sigo viva para entonces, claro-Dijo Starfire rendida. Ella estaba segura de que no saldría con vida de ese lugar, independientemente de si Robin llegaba o no.
Harley se sentó junto a ella y la consoló mientras Starfire lloraba.
-Espero que mi amigo Tim haya llegado sano y salvo a su hogar. Si no lo hace...habrá sido mi culpa-Dijo Starfire mientras escondía la cabeza entre las manos.
-Eso no es tu culpa. Eso es culpa de quien te encerró aquí Starsy-Dijo Harley frunciendo el ceño. Starfire alzó una ceja, y Harley rió con nerviosismo-Ups, ya veo...
-Temo por la vida de Robin, amiga Harley. Temo que Jason le quite la vida como dijo el payaso en esa especie de carrera macabra que organizó, y si Robin resulta victorioso, eso significa que Jason murió. Creo que Robin no podría vivir con eso-Dijo Starfire, y comenzó a llorar nuevamente.
Harley le acarició el cabello ensangrentado y torció la boca. Siendo honestos, el señor G sí había cruzado la línea.
-Amiga Harley, mi muerte se acerca. Estoy segura. En mi planeta vi a numerosos guerreros con heridas similares a las mías, y ellos simplemente no lo lograban-Dijo Starfire llorando-Robin no llegará a tiempo, no lo suficientemente a tiempo como para que pueda verlo una vez más.
-Tranquila Starsy. Estoy segura de que Robin llegará a tiempo. Ya pasó su primera prueba, querida. Sólo espero que logre pasar la siguiente con vida-Dijo Harley mientras se mordía el labio, preocupada.
-¿A qué te refieres?
-Ehhh...a nada.
Pasaron unos minutos en silencio, hasta que Harley habló.
-¿Starfire? ¿Cómo crees que puedo ser una buena madre?-Preguntó Harley.
-Pues...siendo comprensiva, amorosa, tienes que ser esa persona que siempre va a estar a su lado. Mi madre era muy dulce, y le gustaba cepillarme el cabello mientras cantaba. Siempre fue muy amorosa conmigo y mis dos hermanos-Dijo Starfire mientras soñaba con su madre. Se preguntó si la vería pronto.
Harley estaba sumida en su propio mundo imaginario, donde ella y su pequeña hija eran felices juntas. Se imaginaba viendo a su hija crecer y jugar, acompañando a su hija en su graduación, su boda...pero no podía evitar ver al Señor G en cada una de esas fantasías. Sabía perfectamente bien que él no estaría feliz con la noticia de que tenía una hija, el Guasón no había nacido para ser padre. Harley también sabía que mientras siguiera con él, Lucy no podría conocerla, y tendría que mantenerse lejos de ella. Su amorcito o su hija...quién diría que esa decisión sería tan difícil de tomar.
Sabía por sus hermanos y sus padres (las mínimas veces que tenía contacto con ellos) que Lucy siempre preguntaba por ella. ¿Cómo explicarle a una niña tan pequeña que sus dos padres son criminales, y que por eso no los conoce? Harley esperaba que su familia le hablara cosas buenas de ella, sus logros (los buenos, robar millones de dólares en tiempo récord no era algo que le gustaría que Lucy aprendiera) pero sobretodo, de lo mucho que ella la amaba. Se preguntó cuál era la respuesta que su familia daba cuando la niña preguntara dónde estaban sus padres.
-Harley, hay algo más que tienes que hacer-Dijo Starfire de pronto, sacando a Harley de su maternidad de fantasía.
-¿Qué debo hacer? ¿Comprarle juguetes y vestidos?
-No...debes terminar tu tratamiento psiquiátrico-Dijo Starfire.
Justo la parte que Harley temía. Le faltarían años, puede que décadas, antes de terminar su tratamiento en Arkham, y sin duda alguna, ahora que se había fugado le añadirían más tiempo como castigo. No quería perderse toda la vida de su hija, pero su moribunda amiga tenía razón: no podía ser una buena madre si no estaba completamente cuerda. Suspiró, rendida.
-Quizá tengas razón, Starsy. Ven, veré qué puedo hacer para quitarte esa cosa-Dijo Harley.
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Robin conducía su moto a toda la velocidad que le era posible. Su siguiente parada estaba en Jump City, justo en la Torre T.
Apenas se acercaba a su hogar, notó que el techo estaba rodeado por naves. Naves de Tamaran, pensó él. Alcanzó a ver a sus amigos arriba del techo junto con los demás Titanes, y parecían hablar con los ocupantes de los vehículos. Consideró severamente ver qué sucedía en el techo y enterarse de la razón por la cual el ejército de Tamaran estaba allí, pero se detuvo. Madame Rouge le esperaba en la entrada de su hogar. Como si le hubiera leído el pensamiento, Rouge levantó una pantalla similar a la que Gizmo le había mostrado. Si se iba, electrocutarían a Starfire de nuevo. Se resignó a avanzar.
-Bonjour, niño maravilla-Dijo Madame Rouge con malicia.
-Rouge-Saludó Robin con frialdad.
-Imagino que te preguntas cuál es tu nueva tarea, Robin-Dijo la mujer con una sonrisa. Señaló el interior del edificio y le indicó a Robin que la siguiera.
-Allons-y!-Dijo ella mientras entraba.
Robin tuvo que contenerse severamente para no activar ninguno de los sistemas de defensa de la torre para deshacerse de Madame Rouge. Se tenía que repetir constantemente que la vida de Starfire estaba en sus manos, y que no podía salirse del plan por más que quisiera hacerlo. Se repitió que por primera vez él no era el que controlaba la situación, que esta vez, él era sólo una ficha en el juego de alguien más.
En el vestíbulo de la Torre T estaba una de las bombas de las que Bruce les había hablado.
-Tienes dos minutos para desactivar esta pequeña bomba, mon amie. Si no lo logras, tu ciudad, tu casa, tus amigos y tú volarán en pedazos. Y es muy sencillo cómo lo harás: si te das cuenta, hay una pequeña computadora aquí-Señaló una pantalla en la bomba.
-¿Qué con eso?
-Lo que escribas en esta computadora, gracias a ese pequeño procesador que ves a tu lado, será mostrado en toda tu ciudad, niño. Todo mundo verá lo que hayas escrito.
-¿Y?-Preguntó Robin. Le urgía llegar al grano.
-Simplemente tienes que escribir tu nombre completo, el real, y entonces todo mundo sabrá la identidad de Robin. Sólo así habrás salvado la vida de esta ciudad y la tuya-Dijo Madame Rouge antes de salir de la torre.
Robin se acercó a examinar el objeto. Revisó el interior, lo botones, todo, buscando una manera de poder apagarla. Tenía que haber otra maldita manera de desactivarla. No podía dar su identidad. Eso delataría a Bruce, a Jason, a Tim...toda su familia. ¿Qué demonios iba a hacer?
-¡Maldición!-Gritó Robin.
La vida de sus amigos, su ciudad y la suya propia estaban en riesgo. Era perderla a ella o su identidad secreta y la de su familia. Si su identidad era revelada, no tomaría mucho para que la gente atara cabos y relacionara a Bruce con Batman, y a Tim y Jason como otros Robin. Los enemigos de Batman podrían tomar venganza en su contra. Pero Starfire se salvaría.
Finalmente, tras mucho meditarlo, tomó una decisión.
Se acercó a la máquina y rezó por haber tomado la decisión correcta. Acto seguido, escribió "Richard John Grayson", y presionó enter. El contador de la bomba se detuvo y todas sus luces se apagaron. La bomba se desmanteló sola. Intentando recordar alguna lección que Cyborg le dio sobre la velocidad a la que viaja la información, disparó al procesador antes de que su identidad fuera pública. Este estalló en pedazos y chispas volaron. Su nombre y su familia seguirían a salvo por ahora. Entonces se dio cuenta de lo que había hecho: había roto las reglas.
-¡No! ¡Maldición!-Exclamó mientras pensaba en lo imbécil que había sido.
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Harley Quinn salió de la bodega. Finalmente Starfire había quedado dormida de nuevo, aunque le costó trabajo que lo hiciera. Le había limpiado las heridas y le había dejado comida para cuando despertara.
Harley miró la computadora del señor G. Había un localizador en las pistolas de ambos chicos, por lo que podía ver su progreso en la carrera. Vio que ambos chicos habían liberado a los Titanes de su prueba inicial, y que ambos habían librado las explosiones en la Torre T y el Salón de la Justicia, sin embargo sus nombres reales no se habían revelado. Tras investigar un poco, descubrió que el procesador de Robin había sido destruido y que Jason Todd había destruido la bomba a golpes. Soltó un suspiro y se llevó las manos a las sienes. ¿Y ahora? Seguramente el Guasón iba a destruir a Starfire a golpes si descubría lo que habían hecho, y Harley Quinn no podía dejar que pasara. No lo iba a permitir.
Aprovechando lo que sabía de computación, se las arregló para hacer parecer que los nombres de los chicos ya habían sido revelados. Si el señor G revisaba la computadora, parecería que desactivaron las bombas y ya todo mundo los conocía por quienes eran en verdad, y nadie le haría daño a su pequeña Starfire.