A la primera oportunidad que tuve llevé a mi amigo lejos de las demás personas. Esperaba encontrarnos fuera de su rango de audición, pero en caso de no ser así, no me importaba. Mis pensamientos me estaban inquietando más que cualquier otra cosa. Estábamos en la línea en la que el bosque comenzaba y las personas más cercanas eran niños que se perseguían y empujaban en el pasto.
-- Hay que regresar -- Indiqué. No sabía que respuesta esperar de Alex. Intentar averiguar cosas internas de una manada puede ser considerado espionaje y una buena razón para haber guerra. En caso de encontrar allí a mi hermano, la balanza se inclinaría a nuestro favor. Si nuestro pensamiento estuviera equivocado, estaríamos jodidos. Él era el alpha. Y sabía que lo acababa de poner en una situación muy difícil: Arriesgar la seguridad de una manada entera por una sospecha sin fundamento por un chico desaparecido.
-- Tienes razón.
Yo sonreí, aliviada. Si él se hubiera negado yo no hubiera sido capaz de culparlo. Sobre sus hombros existía una gran presión.
-- Antes tenemos que enviar información sobre su desaparición para ver si lo devolverían -- Indiqué -- Tal vez un correo electrónico.
-- Claro, y llamaré ahora a mi tía para pedirle su dirección de hotmail -- Suspiré con fuera. Sí, no sería una buena forma de llegar a ellos -- Tal vez sería mejor preguntarle a Leo si puede ayudarnos.
-- Creí que era imparcial.
-- De vez en cuando hace pesar su influencia con los demás alphas por algún interés propio -- Él sonrió sin humor -- Es poco común, pero podríamos intentarlo.
Asentí.
-- En estos momentos no tengo el humor para encerrarme en una oficina con nadie a negociar, ¿Podrías ir solo tú a hablar esto? -- Sentía la necesidad de tiempo para poder aclarar mi mente -- Yo iré en un rato más, si es que no terminan pronto.
-- Vale -- Alexander se levantó y dejó un beso en mi frente antes de comenzar a caminar de regreso a la casa en donde Leo se encontraría -- Nos vemos luego.
Paseé durante al menos unas horas alrededor de la línea del bosque temerosa a internarme demasiado. El tiempo a solas no me sirvió de mucha ayuda para aclarar mi mente. Cuando el viento comenzó a volverse muy frío y mi sudadera no fue suficiente para protegerme de él decidí ir dentro de la casa. No esperaba que Alex estuviera todavía reunido con Leo, pero al buscarlo en las salas comunes no lo vi por ningún lado. Y cuando decidí revisar en la oficina de este tampoco se encontraba allí, pero Leo sí. Quise cerrar la puerta y correr lejos como si nada hubiera pasado pero no pude. Cuando sus ojos se encontraron con los míos me vi obligada a entrar.
-- ¿Alex ha pasado por aquí? -- Pregunté, fingiendo seguridad.
-- En estos momentos me está haciendo un pequeño favor -- Leo se encogió de hombros -- Alguien se ha metido al sistema de mi computadora y revisado mis archivos hace algunos días. He escuchado que tu novio es bueno con las computadoras y tal pudiera decirme el nombre.
En la universidad Alex había estudiado sobre computación e informática a pesar de no ser exactamente un ámbito en el que su carrera se desarrollara. Lo hacía por diversión. Por jugar una broma a un amigo o conseguir información sobre el siguiente examen del computador de un profesor. Nada muy serio. Definitivamente ninguno de los alguna vez pensamos que él pudiera terminar haciendo algo real con esos conocimientos.
-- Siento lo de tu hermano -- Agregó, después del silencio que se hizo en la habitación. Leo se sentó sobre el escritorio ahora ordenado -- Debo admitir que es bastante sospechosa la situación de la otra manada, pero no podemos acusarlos de algo sin tener una prueba.
-- ¿Y sabes como conseguir una?
-- Afortunadamente, creo saberlo -- El muchacho sonrió -- Verás, Karma. Hay algunas manadas como esta que los datos importantes son puesto en un computador con acceso restringido. Cada día hago un informe sobre las cosas que han sucedido, de esta forma evito tantos problemas con papeles. Sé que esa manada hace exactamente lo mismo que la nuestra. La única forma de conseguir un poco de información sin pisar su territorio es entrar a su red.
-- No veo como Alex piensa hacer eso. No creo que sea tan bueno.
-- No lo es -- Admitió Leo -- Se necesita mucha destreza para no dejar pistas. Pero la persona que entró a mi sistema es muy cuidadoso con su trabajo. Alex lleva horas intentando encontrar alguna falla en su trabajo. Si la encuentra podremos traerla aquí los dos podríamos ganar. Necesito saber las intenciones de esta persona para hackearme, y en caso de no ser graves, le pediré que haga lo mismo con el otro sistema para ustedes y tal vez un trabajo más para mí.
-- ¿Cómo planeas traer a esa persona aquí?
-- Si se trata de un lobo con manada, será muy sencillo. Haré que su alpha lo traiga hasta aquí para evitar un enfrentamiento directo. Si es un pícaro creo que podremos darle caza. Si es un humano, inventaremos algún truco para traerlo a este territorio sin levantar sospechas.
-- Pareces tener experiencia en este tema.
-- Llevo algún tiempo al mando de una manada. El poder hace crecer la necesidad de desarrollar métodos. He encontrado algunos que me funcionan bastante bien.
-- ¿Entonces nos vas a ayudar?
-- A conseguir ayuda para encontrar alguna prueba concreta, sí -- Leo le sonrió abiertamente -- Si encontramos algo, entonces podré ayudarles. Hace un rato estuve dando algunos consejos a tu amigo, como él es nuevo en esto.
-- ¿Qué consejos?
-- Deberías preguntarle a él cuando termine -- Hizo una pausa -- O averiguarlo siguiéndome el juego cuando entre a esta habitación.
-- ¿Ah?
Antes de que pudiera agregar algo más la puerta se abrió. Alex llegó llevando un portatil entre sus manos sin levantar la vista de este y escribiendo rápidamente. Dejó el aparato en el escritorio de Leo y no logré aguantar mi curiosidad por lo que yo también lo rodeé para ver la pantalla. Allí se encontraba una fotografía de una chica. Era mas joven que yo, unos 15 o 16 años, su cabello era oscuro y sus ojos eran de colores diferentes. Tenía heterocromia.
-- Ella fue quien entró al sistema de esta manada -- Indicó el chico -- Pero no estaba sola.
Apretó un botón y la imagen cambió. Estaba la misma chica con un acompañante, sonriéndose abiertamente una a la otra. La nueva intrusa era de cabello negro y ojos azules, con el rostro lleno de pecas.
-- Esta chica es la hija de Alpha Robert -- Leo dijo, frunciendo el ceño al examinarla de cerca -- No recuerdo su nombre, se le dio como desaparecida cuando tenía 10 años, cuando mató a su padre.
-- ¿Mató a su propio padre? Tenemos que encontrarla y entregarla a la justicia -- Alex dijo, yo me encontré completamente de acuerdo con él -- La otra muchacha fue quien hizo el trabajo, solo la necesitamos a ella.
-- ¿Nunca has escuchado la historia?Él era un tirano. Se apoderaba de manadas y asesinaba a todos los que parecían inútiles. Durante una invasión a un territorio que acababa de ser suyo su hija conspiró en su contra para distraerlo mientras alguien más le enterraba una espada -- Leo dijo -- La niña no es una asesina. Pero todos los amigos y familiares de su padre la quieren ver muerta.
-- Y por eso es que debe haber estado ocultándondose todo este tiempo.
-- Así es, ¿Cuál era su localización? -- Alexander le respondió. Leo levantó el teléfono y le dio algunas instrucciones a alguien para ir a buscarlas. Al parecer se encontraban a unas pocas horas de este lugar. Cuando ese asunto estuve cerrado la expresión de nuestro anfitrión cambió de golpe. Se giró hacia mí -- ¿Qué respondes a mi pregunta?
Me sentí confundida.
-- ¿Qué pregunta? -- Pregunté.
-- Sí, ¿Qué pregunta? -- Alexander interrumpió.
-- Sobre quedarte en mi manada un tiempo más. Hay muchos lugares hermosos que me gustaría mostrarte aquí. Podríamos ir a cenar, nadar...
-- Karma viene conmigo -- Interrumpió Alexander.
Recordé lo que Leo me había dicho. Si seguía el juego tal vez pudiera descubrir algo interesante o al menos divertirme a costa de mi mejor amigo. De cualquier forma no sonaba algo poco favorecedor para mí. Así que forcé una sonrisa en mi rostro a pesar de que me sentía realmente incómoda.
-- Podría quedarme unos días más. Leo y yo estábamos hablando de la diversidad de paisajes que hay en su manada.
-- No te quedes, Karma -- Rogó Alex. Inmediatamente comencé a sentirme mal por estar haciendo esto. Estuve a punto de decirle que se trataba de una broma pero la mirada de Leo me detuvo. Parecía estar ansioso y decidido, como si supiera exactamente como terminaría.
-- ¿Por qué no? -- Leo preguntó, fingiendo inocencia. Los ojos de Alex brillaron con una emoción desconocida.
-- Porque sin ella mi viaje se va a volver insoportable -- Él contestó,encogiéndose se hombros -- Es mi mejor amiga.
Los ojos de Leo parecían más seguros que antes.
-- Entonces pueden quedarse ambos. Karma me debe una cita. Dijo que tenía muchas ganas de comenzar a salir con alguien -- Continuó -- No creo que tengas algún problema con eso, realmente ustedes no están juntos, ¿O sí?
-- No, no lo estamos, pero...
-- ¿Pero? -- Leo continuó presionando.
Alex titubeó. De pronto parecía más inseguro que nunca. Me pregunté si debía interrumpir. No lo hice.
-- Por que ella tiene un compañero. Soy yo.
Bueno, aquí tienen lo que llevan esperando tanto tiempo xD no he actualizado porque he tenido una semana dura, como hoy decidí no ir a la escuela he podido permitirme pasar toda la mañana escribiendo para ustedes.
He tenido una semana bastante dura. El día que iba a escribir tuve un problema, me intoxiqué con cafeína (No tomen bebidas energéticas o les puede pasar lo mismo) Y realmente me sentía muy mal.
Les debo recomendar que comiencen a seguirme porque en esta historia subiré capítulos privados, estos en realidad no van a ser tan importantes en la historia pero si les ayudarían a aclarar a algunas dudas. Tengo pensado hacer uno con la discusión de Leo con Alex cuando Karma no se encontraba allí.
Bueno hermosuras, es todo por hoy
Los ama (Aunque nadie me ame)...
-Valerie