Las cosas que pasaban por la mente de Yoongi dentro de esa misma mañana, estaban tan espesas y amargas como el café que Taehyung tenía en su taza, sentado frente a él en el comedor de su casa, esperando por el desayuno que su madre había insistido por preparar aún por sobre las quejas de ambos hombres, al final cedieron por la noche de desvelo que afrontaban.
— ¿Qué tal la pasaron? — la mujer habló desde la cocina, sin desconcentrarse de lo que hacía. Yoongi, dándole la espalda sentado en su lugar, recargó su cabeza contra su mano y formó una mueca lastimosa, dándole a entender a Taehyung que no deseaba precisamente contestar dicha pregunta, siquiera estar presente.
Así que, como buen amigo, decidió afrontar él la situación. Después de todo, hacía tan sólo una hora que él había salido del departamento de Jimin por la llamada de Yoongi, pidiendo que pasara por Jungkook y él. Era temprano, y tan sólo Yoongi y el menor subieron al coche, se sumergieron en un silencio que se permitió justificar con el cansancio, no insistió en nada porque no era un entrometido tan determinado. Llevó a Jungkook a su departamento y ya no supo nada más cuando llegaron a casa de Yoongi a descansar y reponerse. Por supuesto que tenían de qué hablar, pero aún no era el momento.
—La pasamos muy bien, todos reunidos por el regreso de Yoongi, fue una gran noche... — contestó con voz animada, y en realidad, aprovechando que la mujer no estaba mirándolo, para darle a Yoongi una mirada de intriga, y un seguro: "debes decirme lo que pasa" sin necesidad alguna de hablar.
— ¿Y Jungkook y Jimin? bueno, con eso de que ustedes dos pasaron la noche fuera, quería asegurarme de que ellos sí regresaron sanos y salvos a su departamento, era responsabilidad suya después de todo — habló la mujer, con un toque de represalia en sus palabras. Taehyung llevó la taza de café a sus labios y alzó ambas cejas sin apartar la mirada de Yoongi, quien rodó los ojos y dejó de lamentarse de su existencia por un momento allí sentado.
—Por supuesto que sí, mamá, ellos regresaron bien a casa... — habló esta vez Yoongi, ignorando con maestría la mirada inquisidora de su amigo. Su voz rasposa se dejó acariciar por el trago de jugo que se permitió tomar una vez que se libró de la conversación. Definitivamente no era debido que le hablara a su madre con la verdad en esa ocasión, él no podía simplemente decirle que había pasado la noche con Jungkook, después de todo, era él el adulto, no había forma de que sonara bien su confesión. Era esa la razón de su mortificación entonces.
Continuaron hablando al tomar su desayuno, en esa ocasión, la mujer los acompañó bajo una amena conversación, para la fortuna de Yoongi y su consciencia, ella no se miró muy enfocada a divagar demasiado en los detalles de la fiesta, Yoongi lo tomó todo superficialmente, destacando cualquier hecho que no involucrara a Jungkook.
Y aceptaba que quizá estaba postergando y minimizando el hecho de que Taehyung ansiaba el momento de quedarse a solas con él para exigirle una explicación. Él se la daría, por supuesto, pero es que uno no siempre esta preparado para escuchar sus errores, después de todo, él aún sentía todo lo que pasaba con Jungkook como un error; un error que lo hacía sentir estúpidamente feliz.
No estaba seguro de nada, sólo no podía negar el hecho, de que pronto cayó ante Jungkook. Y ya no podía hacer algo respecto a eso, era cierto, Jungkook le gustaba y no había forma en la que eso no lo hiciera sentir mal.
Era un niño para él, y lo seguiría siendo aún al pasar el tiempo, pero entonces Jungkook de repente decidía enfrentarlo y actuar como un hombre, y él se sentía sumamente confundido, abrumado y doblegado de una forma nueva que le resultaba atractivamente peligrosa.
Todo en su relación con Jungkook le sugería un sutil riesgo que lo llamaba a terminar entre sus brazos, y no se trataba de adrenalina o prohibición, tampoco de que Jungkook fuese menor para Yoongi o Yoongi mayor para Jungkook y mucho menos de una aventura, se trataba sólo de que Yoongi estaba dejándose embriagar por algo que le daba una confidencialidad tan íntima a lado de alguien por primera vez, estaba empezando a creer en un amor que no podía justificar. ¿Era siquiera que el amor necesitaba una justificación? él se sentía bien con Jungkook, él se sentía bien recibiendo sus anhelos, él se sentía bien dentro de esa equivocación.
—Bien — la voz de Taehyung fue firme y clara dentro de la cocina, sus hombros tensos y su postura inquieta le avisaron a Yoongi la llegada de algo que no quería recibir. No sabía qué pasaba por la mente de su amigo, pero ya se sentía cansado de tan sólo imaginarlo —tu mamá se ha ido, habla fuerte y claro, Min Yoongi.
Yoongi agachó la mirada indispuesto, sin mucho más en qué concentrarse que no fuese en su amigo exigente. Era diferente sentir y pensar las cosas, a tener que expresarlas, y estaba preocupado acerca de cómo las cosas sonarían fuera de su cabeza, teniendo que decirlas a los demás, porque estaba casi seguro, de que los demás, no estarían de acuerdo con lo que pasaba.
—Pasé la noche con Jungkook... — murmuró, con voz lenta y calmada, como si el hecho en sí no hubiese sido difícil de predecir. Y claro que Taehyung sabía eso, por algo tenía un pequeño y nuevo conflicto ahora mismo.
—Lo sé, yo la pasé con Jimin, que buenos amigos somos ¿no? — las palabras de Taehyung salieron con un atisbo de ironía que Yoongi pudo reconocer al instante, pero en vez de tomarle atención a eso, se dejó sorprender por el hecho de lo que Taehyung decía.
— ¿Que tu qué? — exclamó levantando la mirada rápidamente, seguro de que había malentendido lo que escuchó, porque claro, Taehyung no pudo haber pasado la noche con Jimin, de la misma forma en la que él la paso con Jungkook.
—Por supuesto que no lo dejé solo, qué tipo de mierda sería si hubiese hecho eso... — se quejó un poco el castaño, moviéndose en su lugar de pie frente a Yoongi sentado en el comedor —escucha, yo no los conozco y tampoco al tipo de relación que llevas con Jungkook, pero no creo que alguien se merezca una infidelidad...
Yoongi se sintió confundido al escuchar lo que Taehyung decía, sobre todo al percatarse de la manera en la que el castaño fruncía suavemente sus cejas en tensión, para Yoongi era una señal clara de que en esa ocasión Taehyung no intentaba decir ningún tipo de broma.
—Taehyung, yo no sé de que estas hablando... — confesó el pelinegro, levantándose también de la silla, sólo para demostrar que tenía su completa atención puesta en el castaño. De repente empezaba a hablarle de su relación con Jungkook y de una infidelidad, tan despectivamente, que se sentía terriblemente abrumado, si era Taehyung quién le había dicho que Jungkook estaba enamorado de él y se miraba tan partícipe, justamente se sentía confundido.
—Ayer conocí a ese niño, a Jimin... — empezó a explicar, tomándose un ligero suspiro que le permitió relajar un poco su expresión, miró a Yoongi con seriedad —y bueno, ya sabes cómo soy... simplemente no me parece que él sea una mala persona, y mucho menos que se merezca que tu y Jungkook lo engañen. Yo no sabía que ellos tenían algo, es entonces que no puedo apoyar que tu y Jungkook, que ustedes, hagan las cosas así...
Las palabras de Taehyung salieron atropelladas, casi revueltas porque en su mente habían batallado para ordenarse en ideas. Pero es que había dicho justo lo que pensaba. Siempre había sido alguien condenadamente sincero, y no sabía sí eso era o muy bueno a veces o muy malo otras, pasaba que tenía una maldita mínima tolerancia a las mentiras o traiciones, a hechos injustos que fácilmente pueden solucionarse pero no se hace nada para ello, y en esas circunstancias, podía sentirse irritado aún cuando de nada estaba involucrado.
Lo que sabía, que Jimin estaba profundamente enamorado de Jungkook y sin embargo éste pasaba su noche con Yoongi, a cuestas de Jimin llorando como un niño abandonado. Definitivamente Taehyung podía sentirse ligeramente perturbado por la situación.
Estaba ahora en una encrucijada, quería que Yoongi obtuviera lo que merecía y quería, por el simple hecho de que era su mejor amigo y lo quería ver feliz dentro de cualquier ámbito, pero de repente llegaba Jimin, a apretujarle el corazón con sus balbuceos y su falsa sonrisa brillante, y se sentía verdaderamente confundido. De la nada, había nacido en él un sentido de protección que no pudo disimular, de repente quería detener el sufrimiento de Jimin ante cualquier cosa, y eso era su mejor amigo jugando a ser novio de Jungkook.
— ¿Jungkook y Jimin?... — Yoongi sintió un remordimiento amargo en el pecho, era algo parecido a una desilusión y a cuando descubres una mentira, de la nada se le presentaron los hechos en un desorden total. Su mente trabajó rápidamente con las palabras de Taehyung, su mente trabajó rápidamente con los recuerdos de Jungkook y él juntos anoche, su mente trabajó rápidamente en bajarlo de la nube a la que se había subido en ese cielo tan tormentoso e infestado de relámpagos.
—Sí... Jimin está, él está enamorado de Jungkook, demasiado diría yo... — agregó con resignación, como si pudiese sentir bien lo que su amigo sentía en ese momento de confesión.
Estaba tan decidido a expresarse, Jimin le había dicho cosas tan íntimas esa misma mañana que lo había despertado con un café. Él no pudo hacerse el impenetrable, lo que Jimin le contó no fue algo que pudiese ignorar con simpleza.
"Estoy enamorado de Jungkook, pero he comprendido que no tengo derecho alguno para obligarlo a que pretenda estarlo de mi. Él quiere a Yoongi hyung, y yo no puedo interferir en ello. Por favor, le pido que no le cuente a Yoongi hyung nada de esto, no le hable acerca de todo lo que pasó, tampoco de todo lo que dije, lo pido sinceramente, lo que ha pasado aquí, tiene que quedarse aquí, entre usted, su taza de café y yo". Taehyung lo comprendió, pero no pudo jurarlo, no cuando todo eso se lo pidió llorando.
—Taehyung, yo no sabía... — era cierto, Yoongi no lo sabía, no conocía esa parte de la historia, en la que se había marchado por ocho años y había perdido contacto con quienes en un momento fueron los niños más dulces y genuinos que pudo haber conocido, se perdió la parte de la historia en la que todos crecían y cambiaban, se perdió de mucho y ahora se daba cuenta de ello.
Su estómago se revolvió, con amenazas de regresar su desayuno. Lo invadió una ola de diferentes emociones mezcladas, y por la dignidad que le quedaba, deseaba en ese momento no reconocer cada una de ellas para no sentirse tan tremendamente miserable.
—Pero Jungkook sí... — Taehyung interrumpió con una pausa, pensando en que sus palabras estarían ya de sobra, llegando por fin a la conclusión, él simplemente estaba actuando como un adulto debía hacerlo, estaba haciendo lo correcto, porque no podía sólo ignorar lo que pasaba —Yoongi, no estoy reclamándote nada, yo no quiero culpar a nadie... simplemente no me agradó ver a Jimin de esa forma, y aunque tu eres mi amigo y quiero verte feliz, no me gustaría que lo fueras a costa del sufrimiento de alguien más, no de esa forma...
Yoongi asintió, totalmente indispuesto a seguir escuchando algo más. Sentía que si alguna palabra más salía de los labios de Taehyung, él terminaría por odiarse a sí mismo profundamente. Y no sabía en qué consistía ese tipo de alteración cardiaca que le abrumaba el pecho, pero sabía que no tenía tratamiento alguno, y que no podría sanarla fácilmente.
Las cosas se sentían tan correctas tan sólo hace unas horas atrás, acurrucado entre los brazos cálidos de Jungkook, ¿por qué una pena punzante le acribillaba el pecho sin consideración? Si se hubiese quedado protegido bajo las sábanas con Jungkook ¿no estuviera pasando por ese amargo momento? Y ahora, ¿por qué todo lo que pensaba, involucraba a Jungkook?
Eso era en lo que se había metido, y tenía que afrontarlo, ¿cómo pudo convencerse de que algo como jugar a ser novio de un niño sería sencillo?