E L L I E
El despertador sonó a las 06:00 de la madrugada. Y mi humor como siempre en las mañanas era pésimo.
Cepillé mis dientes y me metí en la ducha. Una vez fuera del baño me puse mi ropa, una blusa rosada, un Jean azul y unas botas negras y cortas.
Bajé a desayunar y caminé hacía la cocina donde encontré una nota de mis padres que decía que mi tía Vanessa había tenido a su bebé y que no podían llevarme a la escuela.
Fui caminando, ni muerta tomaba el autobús.
Tomé una manzana y me marché pero en el camino un auto se detuvo frente a mi y al segundo reconocí de quiénes se trataba. ¿Han visto ese grupo de idiotas que prácticamente está en toda maldita escuela y que solo se encargan de molestar a todo el mundo? Bueno ese era.
—¡Ahí va la asquerosa lesbiana! —gritó Julia, una morocha, muy bonita estéticamente pero con una personalidad patética.
—Mira, aquí la asquerosa claramente no soy yo. ¿Por qué no te vas a molestar a alguien más? Y otra cosa, soy bisexual.
Aclaré lo último porque estaba harta de que las personas invisibilizaran a la bisexualidad, harta.
—¡Julia, dejala en paz! —exclamó Aaron, el único rescatable de todo ese circo. Ella sólo puso los ojos en blanco.
—¡Es una broma, estúpido! El problema es de ella, no tuyo.
—Mira, no tengo todo el día. Te diré las cosas como son, me molestas porque estás asustada de salir del closet, y te encantaría ser como yo, libre.
Lo que dije era la verdad, no estaba inventando nada, yo sabía que Julia era lesbiana; una vez la vi besándose con otra chica y recuerdo que cuando me vio su rostro se puso blanco como un papel y desde ese momento comenzó a molestarme.
Su cara se transformó. Estuvo a punto de bajarse del auto pero Aaron y Will la detuvieron.
—¡Maldita mentirosa, jamás seré parte de tu clan de anormales, esto no quedará así, estúpida! —gritó y luego Zac, el chico que manejaba arrancó el auto.
Cerré los ojos y respire ondo, no entendía porqué las personas tenían que ser así. Es por eso que dediqué toda mi vida a luchar por los derechos de las minorías, la sociedad siempre fue injusta y nunca iba a cambiar pero por lo menos si podía hacer sentir a alguien mejor o mejorar la mentalidad de una persona, era suficiente.
Me paré firme y seguí caminando.
•••
A A R O N
—¿Por qué te importa tanto la vida de Ellie?
—¿Eres idiota o te haces? Es claro que no me importa.
—Y si no te importa ¿Por qué estás atrás de ella molestándola tanto? Sigues su vida como si fuera una serie de televisión, es más pareces su fanática.
—Aaron deja de decir estupideces, ¡ya bastante es que te dejemos estar con nosotros!
—¿Qué? ¿Eso que tiene que ver con que le hagas la vida imposible a la pobre chica? Te quedaste sin argumentos y hablas de cualquier cosa. Eres ridícula.
—Escúchame una cosa, Jones, no le vuelvas a hablar a mi novia así porqué me conocerás realmente enojado —Gruñó Zac.
—Déjalo pasar Aaron —me tranquilizó Will.
Era todo tan brutalmente incorrecto. Era incorrecto que todos hablaran mierda de Ellie sin ni siquiera saber algo sobre ella, era incorrecto que Will no moviera un dedo por la tonta excusa de crear una "máscara"y sobre todo era incorrecto que yo la "dejara pasar".
•••
A L E X
Salí de la ducha y me coloqué mi uniforme de porrista, até mi cabello en una cola de caballo y apliqué mi típico labial rojo.
Recorrí el pasillo hasta la cocina y ahí me esperaban mi madre, mi abuela y mi hermano.
—Hola família —saludé.
—Hola querida —sonrió mi abuela mientras miraba una receta de cocina por Internet.
—¿Por qué lees eso y nunca cocinas, abuela? —se quejó Kevin.
—¡Por la misma razón que tu mirás porno y nuca tienes sexo!
No pude evitar reírme a carcajadas, mi abuela sabía hacer callar a las personas y yo por suerte heredé ese don.
—¡Muy bien abuela, así se habla! —choqué los cinco con ella.
Kevin nos miró molesto y puso los ojos en blanco.
—¿Para cuándo el desayuno, ma? —preguntó Kev otra vez, era un chico muy preguntón.
—¡Para cuando dejes de ser virgen, oh, espera eso nunca pasará! —exclamó.
Volví a reír.
—Coman algo por ahí, no fui a la tienda.
—¡Te burlas de mí y ni si quiera nos preparas el desayuno, que buena madre! —bromeó Kev.
—Oye niño, estás bastante grandecito como para que tu mamá tenga que estar pendiente de tu alimentación—habló mi abuela.
—¡Tu abuela tiene razón, ahora vayan a la escuela o llegarán tarde, los amo!
Salimos de casa, nos subimos a la camioneta de mi madre y yo arranqué el vehículo.
•••
L U K E
—¡Te extrañamos Bree! Alex no deja de preguntarme por ti, mamá sigue cocinando para tres y yo extraño tener a alguien para molestar —hablé con mi hermana por teléfono.
—Aww, yo también los extraño, hablaré con mamá después de colgar contigo y está noche haré videollamada con Alex, me tiene que poner al día —habló mi hermana.— ¿Que hay de ti hermanito? ¿Cómo te está yendo? ¿Alguan chica?
—Yo estoy bien, como siempre, no tengo tus calificaciones pero tampoco me va tan mal —admití.— Y no, no hay ninguna chica pero el mes pasado entró una nueva que me cae de maravilla, es simpatiquísima, si vienes de visita te la presentaré, en poco tiempo se volvió alguien bastante confiable.
—¡Claro! está muy bien, si necesitas consejos, aquí está tu hermana o si no, pídele ayuda a Alex, esa mujer es la mejor consejera que conozco —recordó.— Oye Luke, debo colgar, nos vemos luego ¡Te quiero!
—¡Adiós Bree, suerte!
Colgué la llamada y entré a la escuela, subí las escaleras, busqué mi casillero y tomé mis libros.
Sonó el timbre para entrar a clases, física ¡hermosa asignatura! Nótese mi sarcasmo.
—Bienvenidos alumnos —nos saludó la profesora Peterson o como yo la llamaba, "vieja asquerosa".—Hoy les daré unas fotocopias que a final de clase tendrán que entregar y será calificada, lo van a hacer con un compañero.
—¿Lo podemos elegir? —preguntó un flacucho llamado Matt.
—¡Por supuesto... —contestó y todos suspiraron alegres pero luego agregó,— Que no!
¡Ahora ven el porqué la llamaba vieja asquerosa!
—Yo haré las parejas. Blue, tu estarás con Crowley
Will parecía querer arrojarse por la ventana mientras que a la rubia le dio igual y se sentó a su lado.
—Thomas, cariño, irás con la señorita Collins
Vi como la cara de Thomas se iluminó al oir eso.
—Camille trabajaras con Rodríguez.
Ambas chicas sonrieron.
—Charlie tu iras con June.
¡Por supuesto que yo quería estar con ella!
—Y Wells tu estarás con Robertson.
Nate no me caía mal pero no esperaba trabajar con él, esa vieja estaba en mi contra y como vio lo bien que me llevaba con June no me dejaba hacer el proyecto con ella.
•••
W I L L
Amanda no dejaba de hablar y eso me estaba irritando, creo que no había entendido el significado de los muchos "no me interesa" que le brindé.
—¡Blue, eres bonita y todo lo que quieras pero Ca-lla-te, me van a sangrar los oídos de tanto escucharte!
—¡Que grosero eres! —me regañó.— ¡Ya hemos terminado el trabajo, podemos hablar!
—¡Pero yo no quiero hablar contigo!
—¡Si quieres, estoy segura de que si!
—¡Que no!
—¡Que si!
—¡Que no!
—¡Que si!
—¡Que si! —intenté persuadirla con psicología a la inversa.
—Okay, seguiré hablando.
Fue un día muy largo.
•••
T H O M A S
Emma Collins era la chica de mis sueños, me gustaba desde hace años, era tan sonriente, hermosa y siempre era tan buena conmigo.
—Hola Emma.
—Hola Thomy —me saludó con una sonrisa.—¿Empezamos el trabajo?
—¡Claro!
Las preguntas eran fáciles, si habría sido por mi ya lo hubiera acabado hace rato pero no quería dejar de hablar con ella.
—¡Mira que rápido avanzamos, ya llegamos a la última!
—Ha sido fácil con tu ayuda, eres muy lista.
—¡Claro que no, tu eres el inteligente! —sonrió.— Yo olvidé como hacer cuentas de división con dos cifras, soy un desastre para la escuela.
¡Su risa era tan bonita!
—¿Yqué opinas del campamento? —cambió de tema.
—Ehh... no lo sé, espero ir, me ayudaría a conseguir una beca —confesé.
—¿A que universidad quieres ir?
—¡Harvard, es un sueño! —sonreí.— ¿Y tu, qué opinas del campamento?
—Es difícil, sé que tengo posibilidades de ir pero hay muchos chicos que también las tienen, será cuestión del destino.
—¿Y la Universidad?
—Me gustaría ir a Brown.
—¡Es buena, seguro entrarás! —sonreí y como tonto que soy me sonrojé.
Siempre me sonrojaba. Y ella siempre sonreía por eso.
N A T E
Luego de la clase de física, me dirigí al salón de coro, la mayoría de los recreos los pasaba ahí o en el auditorio bailando.
"When the rain
is blowing in your face
and the whole world
is in your case
I could offer you
a warm embrace
to make you feel my love"
Comencé a cantar y a tocar el piano pero paré cuando vi a una chica en el umbral de la puerta.
—Lo siento, no quise interrumpir es sólo que...¡tu voz es increible!
—Gracias —sonreí.— Soy Nate.
—Camille.
—¿Qué te trajo hasta aquí Camille?
—Tuve una pelea con la capitana de las animadoras, mis amigos no me defendieron y hasta hace un rato estaba maldiciendo por los pasillos y fue entonces cuando comenzaste a cantar.
—¡Intenso! —bromeé.
Ella sonrió, tenía una sonrisa muy linda, pero a su vez, parecía falsa o muy ensayada, como si le sonriera a cualquiera.
—Y dime Camille ¿Cantas?
—No, no tengo talento para la música, lo mío es la geometría y álgebra, pero... amo cocinar, se que no tiene nada que ver con el canto y esas cosas pero cocinar es mi hobbie, estoy en el club de cocina, puedes darte una vuelta, algún día, si es que quieres.
—Pues claro pero la verdad es que no soy un buen cocinero, la última vez que intenté preparar algo incendié mi cocina ¡y mi mamá casi me mata!
¿Estaba bien hablar de madres con una chica?
Nos reímos los dos y cuando paramos quedó un gran silencio incómodo que luego ella decidió romper.
—Oye, debo entrar a clases, mi novio me espera, siento haberte interrumpido, fue un gusto conocerte Nate, sigue cantando.
La palabra novio me desánimo un poco pero al fin y al cabo, recién la conocía, podía ser una loca psicótica y yo aquí fantaseando. Sin embargo le dediqué una sonrisa, no quería darle una mala impresión mía, aunque fue un poco falso de mi parte, odiaba las cosas falsas.
—¡Hasta luego, Mille, nos vemos!
•••
C A M I L L E
"Mille"
Mi nuevo apodo quedó haciendome ruido en la cabeza durante mucho tiempo.
Aunque mi primer pensamiento fue:
¡Camille, tienes novio y no conoces bien al chico, podría ser un asesino serial!
Igualmente se lo conté a Ellie, esas cosas no sucedían todos los días.
¥
—¿O sea que el tal Nate, es caballero, canta bien y es lindo?
—Exacto.
—¡Presentame a ese chico!
—Claro que no, 1: lo quiero sólo para mí, 2: Todavía no lo conozco demasiado.
—Te contradices mucho —dijo Ellie riéndose.—¿Sabías?
—Claro que si —suspiré.— Igualmente estoy con Charlie ahora.
—Hablando sobre ese tema ¿Puedo serte sincera sobre Charlie y tu?
—¿Mencionaras el hecho que no siento nada por el?
Ella asintió.
—No sé que hacer, es una muy buena persona y en cierto punto le tengo aprecio pero hay una conexión alguna.
—Creo que debes serle sincera ¿Qué es lo peor que podría suceder?
•••
C H A R L I E
Iba caminando por la biblioteca con una tonelada de libros en la mano hasta que tropecé, sentí un chillido, y todas mis enciclopedias cayeron sobre una chica.
—¿Qué rayos sucede contigo idiota, no vez por dónde vas? —gritó.
En ese momento supe que había golpeado a la "maravillosa" Alexandra Rumfallo, reina de reinas y todas esas tonterías que se le atribuían.
—¡Como lo siento, permíteme ayudarte!
Ella no me hizo caso y se levantó por su cuenta.
—¡Fíjate por donde vas la próxima vez! —exclamó seria.
—¡Lo siento...Otra vez! —Rodeé los ojos.
Suspiró y se me quedo mirando pensativa.
—¡Oye, yo te conozco!
—Compartimos varias clases, matemáticas, historia, literatura...
—No por eso, no les presto atención a mis compañeros, no me interesan. ¿Tu eres el novio de Camille Benson? ¿No es cierto?, la chica que me acosa por los pasillos discutiendome estupideces, la otra vez me dijo que era una zorra de cuarta —rió.—A esa chica le harían falta unas cuantas clases de feminismo moderno.
—Si... pues, lo siento, a veces exagera, vive enojada con el mundo, no creo que sea personal, pero descuida, no es mala persona, es complicada nada más.
—Si, ya me lo dejó en claro —bufó.— ¿Por qué sales con ella, pareces tan desinteresado?
—No lo sé, las personas siempre nos dijeron que hacíamos una linda pareja, supongo que por eso nos hicimos novios. Congeniamos bien la mayor parte del tiempo aparte.
—Es una broma ¿Verdad? —preguntó con una ceja alzada.— No puedes salir con alguien sólo porque las personas lo dicen, entiendo la presión, me pasa con Aaron, todos quieren que seamos novios pero el es como mi hermanito, jamás podría salir con él, no es correcto.
Nunca me hubiera imaginado que la porrista popular Alex Rumfallo me daría consejos de amor, pero en cierto punto tenía razón, ni Camille ni yo estábamos enamorados ¿Por qué continuar saliendo?
—Supongo que tienes razón en cierto punto.
—Siempre tengo razón —sonrió y se marchó.
¥
Fue loco pensar que una simple charla me hizo de alguna manera abrir la cabeza, Camille era estupenda, y de eso no había duda alguna pero era absurdo encadenarse a una persona con la cual no compartías amor.
—Así que, quedamos como amigos...
—Sí, es lo mejor, al fin y al cabo ambos sabíamos que no iba a funcionar.
Cam me miró y me dedicó una breve sonrisa.
—Ven, dame un abrazo, no es el fin del mundo, seguiremos siendo amigos.
La abracé y luego apareció Ellie y los tres nos dirigimos a la cafetería.
•••
J U N E
Dos meses después de haber comenzado la escuela, todo había resultado bastante bien, lo más importante es que había logrado hacer algunos amigos.
Recién había salido de mi clase y luego de pasar por la secretaria me dirigí a la cafetería.
—¡June, Aquí! —me llamó Luke que estaba sentado en una mesa de la cafetería junto a Ellie, Camille y Charlie.
Tomé mi almuerzo y me dirigí hacia su mesa.
—¿Cuándo dirán los nombres de los concursantes para el campamento? —preguntó Ellie cuando me acerqué.
—¡Mañana! prácticamente estoy rezando para que me elijan —exclamé.
—Has demostrado más talento en dos meses aquí que yo en toda mi vida, entrarás, estoy seguro —me sonrió Luke.
—Pues, tiene razón —dijo Charlie sin titubeos.
—Ojalá sea así —confesé.— ¿Ustedes quienes creen que vayan a ir?
—Aaron —mencionó Camille.— Estoy segurísima de que lo admitirán, es super popular, está en muchos clubes, está a punto de ser mariscal y además es muy talentoso.
—¿Alex? —preguntó dudoso Charlie ganándose una mirada con recelo de Camille.— piénsenlo, es muy atlética, todo lo que hace le sale bien y además podría hacer llorar a la competencia.
—Yo creo que tu, Ellie, podrías entrar —me sinceré mirandola.— A la direcotra le caes bien, además eres muy talentosa.
Ella sonrió y luego dijo:
—Gracias June, pienso lo mismo sobre ti.
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En multimedia, una canción que representa a la comunidad Lgbt+ y una dura crítica a la iglesia católica.
—Hasta el próximo capítulo—