Profesora: Escojan una pareja, haremos un ejercicio de conversación... ¿Luciana?
Luciana: Escojo a Sheyla.
Sheyla: ¿Yo qué?
Profesora: Sheyla siéntate frente a Luciana.
Sheyla: ¿Es enserio?
Profesora: Nunca bromeo.
Sheyla: Como sea.
Me senté frente a Luciana, ella me miraba con envidia.
Profesora: Ahora, van a elegir un tema y habla sobre él, mantendrán una conversación de dos minutos.
Sheyla: ¿Cualquier tema?
Profesora: No puede ser de sexo, política ni religión.
Luciana: ¿Puede ser de una persona?
Profesora: Si, Luciana. Si puede ser de una persona.
Sheyla: Si dices Patricio serás patética.
Luciana: ¿Por qué? ¿Te da miedo lo que pueda decir?
Sheyla: Maestra necesitaremos un pañuelo para Luciana, ya está comenzando a babearse.
Preofesora: ¿Por qué?
Luciana: No es cierto, profesora.
Profesora: Bueno, Sheyla y Luciana...son las primeras. Pasen al frente y comiencen su diálogo.
Sheyla: No se me vayan a caer del asiento niñas, y si ven baba cayendo por la boca de Luciana cubran sus caras.
Todas rieron, incluso la profesora. Esto iba a estar muy bueno, Luciana no me conocía, ella pensaba que iba a poder defenderse por haber sido la novia de Patricio. Tenía un plan, no iba a hablar de Pato, quería que ella se mirara desesperada, así que mientras ella trataba de acabarme hablando de él yo le daría a su cochino ego, así ella sería la ardida mientras que a mí solo me resbalaría todo.
Luciana: Patricio fue mi novio.
Sheyla: ¿Eso te repites al espejo cada mañana? - todas rieron.
Luciana: Lo he besado muchas veces.
Sheyla: No deberías babear, por ahí se te puede salir alguna gota de la de él - parecía comedia, todas reían cada vez que yo decía algo.
Luciana: Volverá conmigo cuando salga de aquí.
Sheyla: Ahhh, mientras tanto le das usos inadecuados a las verduras - sí, más risas.
Luciana: ¡Profesora! Dijo que nada de sexo.
Sheyla: Luciana pero que mente tienes, ¿qué tienen que ver las verduras con el sexo? Ella fue la que acaba de decir la palabra.
Profesora: En eso tiene razón Sheyla, Luciana tú fuiste la que desviaste la conversación.
Luciana: Ama que acaricien su cabello.
Sheyla: A eso se debe la colección de caspa que tienes bajo la cama - más y más risas.
Luciana: ¿Te gusta Pats?
Luciana: No más que yo a él - todas abrieron sus bocas.
Luciana: ¿Cómo estás tan segura? ¿Pasó algo entre tú y él en Las Vegas?
Ya se había dado cuenta de lo que trataba de hacer, así que buscaba la manera de obligarme a parecer yo la desesperada. Pobrecita... Su cabeza no sabe ni producir color en el cabello.
Sheyla: Sólo sé que es mejor que las verduras...digo, para que te des una idea - alcé una de mis cejas.
Luciana: Me rehusó a seguir hablando con ella.
Sonreí malévola.
Profesora: No puedes, son dos minutos llevas uno y medio - Luciana se volteó y me miró molesta, yo le sonreí.
Luciana: Si te le acercas a Pats te arrepentirás de haberte portado mal y que te mandaran a este internado, tenlo por seguro.
Sheyla: ¿Eso es una espinilla? - me acerqué a su frente con cara de asco.
Luciana: ¡Es una estúpida! ¡Ni siquiera toma esto enserio! ¡Me largo de aquí!
Profesora: Si te vas tendré que castigarte.
Luciana se quejó y me miró.
Luciana: ¿Por qué te mandaron a este internado?
Sheyla: ¿No era Patricio el tema?
Luciana: ¿Sabías que tiene un lunar en su...
Sheyla: ¿Debajo de su pecho? Si, cuando se quitó la camisa en la limo para que yo me la pusiera...bajo el pecho derecho - mojé mi labio superior con mi lengua.
Luciana me dio una bofetada.
Profesora: ¡Luciana!
Luciana: Ella me provocó.
Sheyla: Sólo contestaba a tu pregunta - me hice la víctima. Moría de ganas de partirla, no me importaba el castigo, pero si me castigaban no tendría esta noche libre...y ya tenía planes para hoy.
Profesora: A la oficina de la directora Parodi.
Luciana se fue molesta, la clase continuó. Natalie, Melissa y Micheille estaban sorprendidas por lo que había hecho y me felicitaron.
Luego de eso tuvimos una clase de softball pero no estaba Luciana.
.
.
.
Pasó el almuerzo y algunas clases, actividades, cosas tontas...hasta que llegó la noche, la hora de la cena. Melissa, Micheille, Natalie y otras chicas estábamos sentadas en la mesa, desde en la mañana todas querían juntarse con nosotras.
Sheyla: ¿Qué harán mañana en la noche?
Natalie: Dormir.
Sheyla: ¿Qué? Pero si es sábado.
Micheille: Hacen una reunión social cada sábado de por medio, pero son muy aburridas, es mejor quedarse en la habitación platicando.
Sheyla: ¿Una fiesta? ¿Hay whisky?
Melissa: Para nada. No nos dejan tomar aquí, mucho menos bailar. Nada de eso.
Sheyla: Nosotras haremos una fiesta.
Natalie: ¿Qué?
Sheyla: Nosotras organizaremos una en el dormitorio, mientras todas están en esa ''reunión'' nosotras tendremos música, baile, tequila y...chicos - sonreí.
A todas les llamó la atención al escuchar la última palabra.
Micheille: Imposible. No tenemos reproductor de música, ni alcohol, no podemos salir a comprar nada, no tenemos dinero y los chicos están a kilómetros.
Sheyla: Michi...se nota que no has entendido quien es Sheyla Rojas ¿el problema es la música? - saqué el reproductor de mi zapato, todas me miraron y sus bocas cayeron, lo guardé de nuevo - ¿bebidas? sí se puede salir de acá, al menos yo lo haré y necesitaré a una más... ¿Dinero? - saqué mi tarjeta clandestina - ...y bueno los chicos, esos están a metros de nosotras, en el internado de al lado.
Natalie: Pero ¿Cómo haremos para que entren?
Sheyla: Eso déjamelo a mí sopleta ¿Quién está conmigo?
Todas asintieron y comenzaron a murmurar.
Natalie: ¿Crees poder hacerlo? Si nos descubren nos meteremos en un gran lío.
Sheyla: No tienes idea de todo lo que puedo hacer y no nos descubrirán.
Todas estaban emocionadas, sería como su primer fiesta en seis meses, yo apenas llevaba dos días ahí. A los minutos llegó Patricio y me saludó.
Patricio: Ven - me tomó de la mano y nos fuimos del comedor.
Sheyla: ¿Dónde vamos?
Patricio: A platicar.
Me guió por todo el internado hasta que llegamos a una terraza.
Sheyla: ¿Está permitido que yo esté aquí?
Patricio: ¿Desde cuándo te interesa hacer lo correcto?
Sheyla: Desde nunca, sólo pregunto.
Patricio: Sólo con supervisión, ósea yo.
Sheyla: Como digas - caminé por el balcón.
Patricio: Me di cuenta de lo que pasó hoy en la mañana en clase de etiqueta.
Sheyla: ¿Vas a reclamarme por haberle dicho cosas a CandyLu, digo Luciana?
Patricio: No me extraña de ti, pero sí que aún no hayas intentado escaparte.
Sheyla: Necesito tiempo para planearlo - reí. Poncho me alzó una ceja - estoy bromeando.
Patricio: ¿Entonces?
Sheyla: De nada me sirve salir, no tengo dinero ni conozco Londres, y no tengo a Angie.
Patricio: La extrañas ¿No?
Sheyla: Demasiado - me senté en el balcón.
Patricio: ¿Vas a tirarte?
Sheyla: Soy fiestera no suicida.
Patricio: Volviendo al tema...Luciana y yo...
Sheyla: ¿Luciana?
Patricio: Tuvimos algo en el pasado...
Sheyla: ¿Quieres contarme?
Patricio: ¿Quieres escucharme? - asentí, él sonrió - Ella siempre me trataba bien y me gustaba, pero mi madre se dio cuenta y me obligó a terminar con ella si quería seguir con mi trabajo.
Sheyla: ¿Te importa más tu trabajo?
Patricio: Es lo más importante para mí, nunca cambiaría esto por ninguna chica, ni siquiera por Luciana, le prometí que volveríamos cuando ella saliera.
Sheyla: En dos meses.
Patricio: Si y la verdad...no sé si esté listo en dos meses para estar con ella.
Sheyla: Dícelo.
Patricio: Justo cuando vienes tú, ella sacaría sus conclusiones, le contaría a mi madre y me alejaría de...
Sheyla: ¿De quién?
Patricio: Me quitaría el empleo.
Sheyla: ¿Y qué harás?
Patricio: Luciana se ha ganado a mi madre, siempre se traga todas sus maldades para caerle bien...hasta que vienes tú y la sacas de sus casillas - rió y se paró frente a mí, yo estaba sentada en el balcón, puso un brazo a cada lado de mí.
Sheyla: ¿Por qué me cuentas todo esto? Sabes que podría acabar con Luciana con la información que me des.
Patricio: Sé que te gusta llevarte todo el crédito por tus maldades, no necesitas de mí para acabarla - rio.
Sheyla: ¿Por qué no me detienes si sabes lo que haré?
Patricio: Porque lo harás de todas formas, y debes recibir el castigo que te den, de aquí nadie se escapa de los castigos.
Sheyla: ¿Hay cámaras?
Patricio: No hay necesidad.
Sheyla: ¿Guardias?
Patricio: No te diré dónde hay...ya me estás interrogando.
Sheyla: Miedoso - me bajé del balcón.
Patricio: Sé qué harás algo malo.
Sheyla: ¿Qué?
Patricio: Sheyla sea lo que sea que harás, no lo hagas.
Sheyla: No sé de qué hablas.
Patricio: En enserio, de aquí vas a salir diciéndome ''Si, señor''
Sheyla: Y tú saldrás pidiendo látigo.
Patricio: Sabía que no iba a existir el día que no dijeras algo así.
Sheyla: Nací para tentarte - mordí mi labio inferior.
Patricio: Y yo para abstenerme.
Fingí como que me iba a quitar la camisa, Patricio no me detuvo, sólo me miró. Di una carcajada.
Sheyla: ¡Pero que abstinencia!
Patricio: Sabía que no lo ibas a hacer - dijo nervioso.
Sheyla: Como digas - me volteé.
Patricio: Vámonos ya.
Sheyla: Espera - me acerqué a él. Rodeé su cuello con uno de mis brazos y me acerqué a su oído - ¿No sientes frío en las noches? – susurré - ¿No te hace falta mi calor sobre ti al dormir? - desabroché su pantalón sin que se diera cuenta y metí la mano dentro de ellos, sentí que su zona se alegraba poco a poco.
Patricio: No... - susurró.
Sheyla: ¿Y cómo explicas esto? - lo toqué descaradamente, él abrió sus ojos.
Patricio: Deja de hacer eso.
Sheyla: ¿Esto? - lo apreté.
Patricio: ¡Si eso!
Sheyla: Apártame.
Patricio: Sería muy descortés.
Sheyla: ¿Ósea que te gusta?
Patricio: No - dijo inmóvil.
Sheyla: ¿Ah no? - giré mi mano, él solo apretaba sus dientes.
Patricio me tomó de la cintura y sus manos iban bajando lentamente a mi trasero cuando escuchamos el timbre. Nos asustamos y nos apartamos bruscamente, abrochó sus pantalones y se fue.
Sheyla: Amo saber que te gusta cuando te provoco - dije a mi misma mientras sonreía.
Me fui de camino a mi habitación, vi que la habitación de Luciana estaba abierta y que ella estaba hablando con sus perros falderos, me asomé y escuché lo que decía.
Luciana: Maldita ¿Cómo se dio cuenta de lo de las verduras?
Mis ojos se abrieron enormes igual que mi boca y me la tapé evitando salir una carcajada, saqué el celular y lo asomé para grabar.
Alejandra: Lu, es obvio, no tenemos de otra. Aquí no dejan meter nada tenemos que hacerlo con verduras.
Moría de risa por dentro.
Luciana: ¡Pero no puede ser! ¡Maldita Sheyla Seguro se infiltró anoche y me vio con la zanahoria dentro!
Alejandra: Luciana ¿Por qué te metes zanahorias?
Luciana: Se siente rico.
No aguanté las ganas de reírme y salí corriendo hasta la habitación. Di una grande carcajada, las chicas se acercaron.
Melissa: ¿Qué pasa?
Sheyla: No lo van a creer, escuchen esto - puse la grabación, todas morían de la risa.
Micheille: ¡No puedo más! - dijo llorando de la risa.
Natalie: ¡Qué zorra!
Sheyla: Chicas tenemos a CandyLu en nuestras manos.