¡Hola! ¿Qué tal estáis? Espero que muy bien. Acabo de ver las estadísticas de la historia y... ¡Wow! Casi 300 visitas. Muchas gracias a todos por leerme, me hace mucha ilusión, y todavía más que os esté gustando. Este capítulo es un especial, porque vi que había fics del fandom como si fuesen escuelas y me resultó llamativo y quise hacer algo así. Pero me dio toda la pereza de hacer una historia larga, así que os vengo con un capi especial. Espero que lo disfrutéis. Avisadme si hay algún tipo de error o falta ortográfica. ¡Y comentad!
(Nombre) reprimió un bostezo al mismo tiempo que en las esquinas de sus ojos (color) aparecían lagrimillas, estaba sentada en una de las últimas filas del aula. Este era su último año en el instituto, al siguiente tendría que acudir a la universidad. Pasó un vistazo perezoso a la clase y se encontró con un gran número de cabezas. Una de las que le llamó la atención se trataba de la de Zoro, una cabellera de color verde césped reposaba sobre la mesa. Estaba segura que ya se había dormido, alzó un poco la mirada y pudo ver como Rayleigh le lanzaba una mirada furtiva seguida de una tiza que impactó contra la frente del chico que practicaba el bushido.
Zoro levantó su cabeza y boceó como un pez, con una mano se secó la saliva que tenía en la comisura de sus labios y con la otra se palpó donde la tiza había impactado para después caer sobre la mesa de nuevo dormido. El profesor dejó caer sus hombros, se acercó al muchacho, le hizo una seña a la persona que tenía detrás, una joven pelirroja de ojos marrones. Con su pie suavemente inclinó la silla hacia atrás y dejó que el peso del espadachín hiciese el resto, la silla se reclinó con un chirrido hacia atrás con fuerza, y el estudiante de un salto en el sitio al notar que perdía el equilibrio. Nami tomó entre sus manos el respaldo riéndose abiertamente.
—Si el señor Roronoa despierta por fin, continuaremos la clase—dijo el profesor con una sonrisa para darse la vuelta y continuar citando los dogmas principales de Nietzsche.
—Maldita sea—masculló el chico colocándose en su asiento tras el susto.
Tras el segundo pitido de la alarma que indicaba el fin de la clase (Nombre) salió de su aula con una sonrisa tomando su mochila con su mano dominante y echándosela al hombro, tan solo le quedaba una hora de clase y el día siguiente comenzaría el fin de semana. Se encaminó hacia el final del pasillo sorteando a los estudiantes de años posteriores al suyo, y se apoyó en la pared esperando que la puerta de la clase C se abriese. Estaba tarareando la segunda estrofa de una canción entre dientes cuando la puerta se abrió, levantó un párpado para ver de quién se trataba y se encontró con unos ojos de rapaz. Ella dio un respingo y se quedó mirando al profesor de Literatura Universal sintiendo que por su nuca corría un sudor frío.
—Bu... Buenos días, profesor Mihawk—tartamudeó (Nombre) bajo la mirada dorada del hombre.
—Buen día, Señorita (Apellido). ¿Podría decirle de mi parte a (apellido de m/a) que escuche en mis clases y no esté jugando a las cartas?
—Se lo diré—afirmó (Nombre) frunciendo el ceño.
—Y también, recuérdale que si le gustan los juegos de estrategia se apunte al Club de Ajedrez y que deje de perder el tiempo en mi clase desplumando al resto de alumnos.
—Se lo comunicaré— susurró (Nombre) temiendo por la integridad de (m/a).
El profesor se marchó y (Nombre) se coló en la clase, escaneó con su mirada el aula de paredes blancas llenas de cal hasta que halló a (Nombre) al final de esta contando dinero con una sonrisa.
—Deberías tener más cuidado, Mihawk se ha dado cuenta que no atendiste en su clase—resopló (Nombre) sentándose al lado de (Nombre).
—Y tú deberías estar yendo hacia el gimnasio—respondió (m/a) levantando la mirada para posarla en (Nombre) con las cejas alzadas mientras movía entre sus dedos una moneda.
—Únete al Club de Ajedrez y Mihawk no te suspenderá—(Nombre) sonrió levantándose del asiento.
—Y tú deja de babe...—comenzó a decir (m/a) pero fue interrumpido/a por (Nombre).
—¡Adiós (m/a)!—gritó (Nombre) saliendo del aula.
(Nombre) entró en el vestuario de mujeres con la respiración agitada, acababa de correr desde el segundo piso del extremo del terreno hasta el contrario. Observó que apenas quedaba gente en los vestuarios femeninos, diablos, esperaba que no hubiesen comenzado ya con las pruebas. Rápidamente se cambió de ropa por un bañador entero de color azul oscuro, al salir se encontró con Nami quien estaba buscando algo en su mochila.
—¿Has perdido las llaves, Nami?—preguntó (Nombre) acercándose a la pelirroja mientras se hacía una trenza para que el cabello no le molestase a la hora de nadar.
—¿Tienes un coletero de sobra? No encuentro el mío y el resto de las chicas no tienen uno de sobra.
(Nombre) asintió y rebuscó en el bolsillo delantero de su mochila, de este sacó una goma gruesa de color (color favorito) y se lo tendió a la amante de las mandarinas. (Nombre) se fijó que la chica llevaba un bikini de dos piezas blanco y verde con un patrón de círculos. ¿Realmente podía nadar con ese bañador sin que nada se le moviese?
—¿Te gusta mi bikini? Es nuevo—sonrió Nami mientras se hacía una coleta.
—Es bonito, pero yo soy incapaz de nadar con algo así sin que la parte de arriba se mueva.
—He conseguido dominarlo durante años—contestó Nami haciendo el gesto de victoria.
(Nombre) tomó sus manos con ojos brillantes.
—Enséñame, maestra—rogó (Nombre).
Nami se rio e hizo un gesto para que la siguiese, salieron del vestuario donde se encontraba la piscina, un césped húmedo y frío rodeaba a la piscina, esta estaba bordeada por unas baldosas rojas y rugosas que si uno resbalaba se desollaba vivo. (Nombre) y Nami saludaron a Vivi, quien estaba en el borde de la piscina a punto de tirarse de cabeza para hacer la prueba de velocidad.
El primer trimestre trataba sobre natación, este era el deporte que se daba únicamente en el tercer año por un único profesor de los dos de educación física, al igual que Akainu, era implacable. (Nombre) se asomó para ver como Vivi nadaba, se movía como un delfín el agua, sobre todo contando con su cabello azul.
—¡(Apellido) (Nombre)!—oyó gritar (Nombre).
Ella se acercó a la piscina con la cabeza agachada muerta de vergüenza pasando por delante de todos los compañeros, Luffy le dio una palmada en la espalda (con más fuerza de lo necesario) para animarla, pero recibió un capón por parte de Nami. (Nombre) le sonrió a la pelirroja, se acercó al borde de la piscina y desvió su mirada del agua a los ojos castaños del profesor Smoker.
—¿Algún estilo en concreto?—preguntó (Nombre) sin realmente saber qué hacer.
—El que quieras, libre—preguntó sorprendido el profesor ya que era el primer alumno que le preguntaba aquello—. Cuando suene el silbato te lanzas y te cronometro.
(Nombre) asintió y flexionó ligeramente las rodillas para lanzarse en cuanto oyese el silbato, frunció el ceño, apretando los puños. En cuando oyó el pitido se lanzó al agua, le dio un escalofrío debido al contraste de temperatura y en cuanto se hundió comenzó a mover sus piernas. Primero a crawl, después de espaldas para aprovechar la vuelta. Sacó su cabeza para tomar aire y vio la marca que indicaba que se diese la vuelta si no quería estampar su cabeza contra la pared de la piscina. Se hundió el agua haciendo una voltereta y se impulsó con las plantas de sus pies contra la pared para tomar velocidad mientras viraba para ponerse de espaldas. Sus pulmones ardían debido al esfuerzo, tan solo veía las nubes en el cielo azul y escuchaba el chapoteo de sus miembros contra el agua.
Tenía que quedar nada para ver por el rabillo del ojo la marca, giró un poco su cabeza para cerciorarse cuando se encontró con la mirada del Cazador Blanco. O al menos ese era el mote que le habían puesto sus alumnos debido a su actitud dura y su cabello blanco. (Nombre) cerró la boca sintiendo como sus mejillas se coloreaban, seguidas por un duro golpe en la cabeza.
(Nombre) gimió palpándose el golpe con las manos y parando su recorrido.
—Que tonta—masculló entre dientes.
—Ya puedes salir, (Apellido). Has hecho la mejor marca hasta ahora, pero estaría mejor si la próxima vez no te golpeas antes de terminar—añadió el Cazador Blanco frunciendo el ceño.
(Nombre) asintió y salió de la piscina, mientras tomaba su toalla y se la echaba por los hombros y se unía a Nami, Robin y Vivi quienes estaban observando a Luffy quien era el siguiente que tenía que realizar la prueba.
Smoker pitó pero Luffy no se movió del sitio, el profesor volvió a pitar y al ver como el chico no se metía al agua se levantó de su asiento con una vena hinchada en su frente.
—¿Qué estás haciendo Monkey?—gruñó.
Robin alzó una mano para llamar la atención del profesor, y este la miró con el ceño fruncido.
—¿Qué sucede Nico?
—Tanto Luffy como Kidd y Law no saben nadar.
Smoker la miró como si le estuviese tomando el pelo, pero al ver que Robin hablaba totalmente en serio miró a los tres chicos de hito en hito, para pasar una mano por su rostro con exasperación.
—Como los tres sois los últimos, ya que habéis tirado a un compañero al agua—comenzó el profesor los tres chicos fueron a replicar pero los achantó con una mirada—. La clase termina, pero los tres os quedáis para que os enseñe a nadar. En un mundo como este estáis muertos si no sabéis nadar—concluyó el profesor.
Zoro y Sanji le desearon buena suerte a Luffy, después el rubio se fue babeando tras Nami y Robin. (Nombre) se despidió de Law con una sonrisa deseándole que fuese leve la clase extra, pero fue detenida por el profesor.
—(Apellido) tú también te quedarás.
—¿Eh?—balbuceó la chica sintiendo como se le caía los almas a los pies.
—¿Y eso por qué? ¡La chica sabe nadar!—gruñó Kidd.
—Por eso mismo, alfeñiques. Para que me ayude a enseñaros.
—¡Guay!—gritó Luffy dando saltos corriendo hacia la chica para abrazarla.
(Nombre) le dio palmaditas en la espalda al chico, mientras sentía la mirada de Law en ella sabiendo lo que este pensaba. «Espero que las clases extra te sean leves». (Nombre) se metió al agua de un salto a una zona donde el agua le llegaba por encima de la cintura y miró a sus tres compañeros quienes observaban la piscina como si se tratase de un perro rabioso.
—El agua puede ser problemática, pero cuando la dominas es un aliado—intentó calmarlos la chica con nerviosismo. No tenía ni idea como iba a enseñar a esos chicos que como mínimo le sacaban una cabeza.
Su mirada fue de Luffy, de este a Law y de Law a Kidd, y vuelta a empezar.
No tenía idea como enseñar al resto, ella había aprendido por sí misma, y después de aprender a nadar decidió practicar los cuatro estilos que se utilizaban en competiciones. Ella nunca había pensado en acudir a competiciones, de hecho, nadaba pocas veces al año, pero esas veces eran demasiado intensivas. Sintió como Luffy la miraba con interés y una gran sonrisa en los labios, (Nombre) alzó las cejas pregúntale qué sucedía.
—¿Cómo aprendiste a nadar?—preguntó el chico.
—...—(Nombre) desvió la mirada hacia los vestidores intentando no responder.
—¿Fue algo humillante?—rio Kidd entre dientes.
—Fue algo horrible—zanjó (Nombre) con el ceño fruncido sosteniendo la mirada a los ojos dorados del pelirrojo, después tiró de una las esquinas de sus labios—. Os lo contaré. Mi padre es un militar retirado, ahora es pescador. Y la primera vez que fuimos a un lago a pescar, una segunda semana de febrero, me lanzó al agua sin saber nadar. Cogió su lancha y llegó hasta el muelle.
—Eso es peligroso—apuntó Law con gesto grave.
—Así aprendí a nadar. Eso no es todo, el año siguiente nos llevamos a (m/a) con nosotros, hizo lo mismo con el/ella. Tuve que rescatarle/a del lago. Todos los años vamos.
—Yo la segunda vez me hubiese negado a ir—comentó el profesor trayendo material a la piscina.
—Por esa misma razón también soy buena huyendo—(Nombre) sonrió levantando su pulgar.
—No estés orgullosa de eso, tonta—regañó Smoker—. Si me ayudas te pondré matrícula de honor en la evaluación.
(Nombre) asintió y le tendió la mano a Luffy. El chico saltó al agua con una sonrisa. Estuvieron alrededor de una hora intentando que flotasen, la primera vez los tres, sin excepción, se hundieron como si fuesen una bola de cañón en el mar. Las siguientes veces fueron sostenidos y engañados para que consiguiesen flotar en el agua. Como mucho consiguieron que se mantuviesen a flote durante un par de minutos, después se hundían como si una fuerza misteriosa les tomase de los tobillos y tirase de ellos sin dejarles escapatoria. (Nombre) tuvo que rescatar varias veces a Law de ahogarse, y otras tantas a Luffy. Lo peor de todo es que una vez intentó rescatar a Kidd y ella terminó siendo arrastrada también. El Cazador Blanco tuvo que ir a por ambos. (Nombre) supuso que terminaría con unas agujetas infernales, suerte que tan solo tendría clases extras los viernes durante una hora.
Cuando comenzaba atardecer salieron de la piscina, (Nombre) miró las yemas de sus dedos con lástima, parecía uvas pasas, dio un largo suspiro mientras se deshacía la trenza. Una toalla cayó sobre su cabeza, ella alzó la mirada y se encontró con una castaña.
—Buen trabajo, espero que con tu ayuda esos tres consigan aprender a nadar—se quejó le profesor rascándose la nuca.
(Nombre) asintió con una sonrisa.
—¡(Nombre)! ¡Nos vemos el lunes!—gritó Luffy a lo lejos siendo arrastrado por Law y Kidd.
—Hasta el lunes—sedespidió (Nombre) con una sonrisa.