Plenitud {Camren}

By Lauren5Hpasiva

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Cuando comienzan a desarrollar sentimientos por la otra les va a tocar pasar por momentos buenos como malos... More

Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 15
Capítulo 16
Capítulo 17
Capítulo 18
Capítulo 19
Capítulo 20
Capítulo 21
Capítulo 23
Capítulo 24
Capítulo 25
Capítulo 26
Capítulo 27
Capítulo 28
Capítulo 29
Capítulo 30
Capítulo 31
Capítulo 32
Capítulo 33
Capítulo 34
Capítulo 35
Capítulo 36
Capítulo 37
Capítulo 38
Capítulo 39
Capítulo 40
,
HOLAAAAJZNAJNZNZ
PERDÓN.
¿Plenitud?

Capítulo 22

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By Lauren5Hpasiva

Lauren dejó su teléfono sobre un mueble, casi lo había tirado allí mientras lloraba.

Si fuera por ella se quedaría ahí sola, en medio de la nada, alejada de todos donde nadie podía molestarla, nadie podía decirle qué hacer ni siquiera debía preocuparse por otra cosa que no sea ella.

Estaba tan cansada de su vida. ¿Era posible que todo le pasara a ella? ¿Era justo? Porque no creía merecer tanto. Solo tenía dieciocho años y no recordaba cuando había sido la última vez que se sintió feliz, que se sintió plena, sin preocupaciones, sin ni un poco de tristeza, sin nada en su mente que le hiciera daño. No lo recordaba y era injusto. Era injusto que no tuviera recuerdos felices siendo tan joven, siendo una chica que quería estar bien y no podía. No lograba estar en paz.

Eran las ocho y media de la noche y Alfredo ni siquiera la había llamado. Eso significaba una cosa, ¿no? Quizás Camila estaba yendo hasta ella. O no. 

Soltó un sollozo cuando escuchó el ruido del motor de un auto y se limpió las lágrimas mientras iba rápidamente hasta la puerta.

Camila se bajó del auto mientras observaba a su alrededor, estaba oscuro y se estremeció cuando un trueno sonó fuertemente.

—Solo entra, no pasa nada.—Le dijo Alfredo riéndose.

—Cuídate, Mila. Te quiero.—Camila le sonrió a su mejor amiga y soltando un suspiro se aproximó a la casa.

No entendía que hacía Lauren en un lugar como ese, en medio de la nada, justo cuando estaba a punto de comenzar una tormenta horrible.
El auto de Alfredo se alejó de a poco y cuando iba a golpear la puerta, esta se abrió.
Su corazón latía rápidamente cuando vio a Lauren con una camisa grande y el pelo un poco revuelto, las mejillas húmedas por las lágrimas y los ojos rojos por haber estado llorado. Sí, seguía llorando.

Lauren dio un paso hacia atrás para dejar que Camila entrase a la pequeña casa y apenas estuvo dentro, cerró la puerta empujándola y sin más se lanzó a los brazos de Camila. La oji verde la tomó de la cintura con fuerza, quizás con más de la que debía, pero no podía evitarlo porque la había extrañado, la había necesitado y estaba ahí, entre sus brazos, llorando. Llorando porque estaba tan agotada en todo sentido y lo único que necesitaba estaba ahí con ella.

Camila se había quitado la mochila de sus hombros para abrazarse a Lauren con la misma fuerza. Escuchaba como Lauren ahogaba su llanto contra su hombro y cómo su cuerpo temblaba levemente.

No sabía cuánto tiempo había pasado mientras estaban abrazándose, lo único que se escuchaban eran los sollozos de Lauren. Camila se limpió sus lágrimas como pudo y se alejó un poco para ver a Lauren, llevó sus manos a las mejillas de la oji verde y le quitó algunas lágrimas que aún caían, lo hizo con cuidado y luego se fijó en sus ojos que la veían fijamente. Estaban oscuros, apagados y lo único que demostraban era tristeza, dolor, lo cansada que estaba y además brillaban por las lágrimas.  

Lauren cerró los ojos unos segundos ante el contacto de la morena. En ningún momento la había soltado y la mantenía cerca de su cuerpo mientras la observaba.
Estaba preciosa como siempre, pensó Lauren. Tenía el pelo recogido en una coleta, una remera de mangas cortas y jeans. Lauren la volvió a juntar contra su cuerpo y se mordió el labio cerrando los ojos otra vez mientras Camila le acariciaba las mejillas.

—Hola, Lauren.

—Hola, Camila.

Ambas se vieron a los ojos e inconscientemente soltaron una risita. Camila quería besarla, quería abrazarla fuerte otra vez y llenarla de besos, quería volver a sentirla, quería volver a experimentar esa sensación de tranquilidad que recorría su cuerpo cuando estaba con Lauren. Pero simplemente presionó sus labios en la mejilla de Lauren y se quedó así por algunos segundos en los que la oji verde no hizo más que disfrutar mientras la abrazaba.

—Lauren...—Empezó Camila.—¿Qué haces aquí? ¿Por qué desapareciste así? Tu padre está buscándote. Ally también y estaba preocupada.—Dio un paso hacia atrás deshaciendo el abrazo y cualquier contacto que había entre ambas.—¿Dónde estuviste todo este tiempo? Te estuve llamado.

Lauren bajó la mirada y suspiró. Caminó hasta un sillón doble y se sentó allí mirando a Camila para que también fuera con ella. La morena lo hizo, se sentó junto a Lauren con una pierna debajo de ella y dejó que le tomara la mano y jugara con ella sobre su regazo mientras buscaba las palabras correctas.

—Yo… Yo quería darte espacio. Quería que tuvieras espacio y quería darte tiempo. Yo iba a ir por ti luego.—Bajó la mirada.—Estaba intentando cambiar, ser mejor, hacer las cosas bien porque ya sé que soy una mierda.—Comenzó llorar otra vez.—Ya lo sé, pero quiero y voy a cambiar, te lo prometo.—Camila le acarició la mano suavemente.

—¿Por qué me trataste así en la casa de Alfredo? ¿Por qué me gritaste en su fiesta?—Camila preguntó suavemente mientras miraba a Lauren que seguía viendo sus manos.

—Estaba celosa. Tenía miedo porque tú me dejaste de lado por esa, me ignorabas, sabes que en el colegio siempre estoy sola y antes de que ella aparezca tú te ocupabas de mí, me llevabas contigo y ya no lo hacías. Yo estaba sola, Camila y ella estaba encima de ti, buscaba tu atención y tú se la dabas. Estaba harta de verlas juntas. ¿Lo hacías a propósito?—Preguntó viéndola a los ojos. Camila la vio llorando.

—¿Cómo crees que haría eso? Soy siempre y la primera en hacerte sonreír porque odio verde triste, porque no me gusta cuando te sientes como te sentiste. Siempre soy la que está cuidado y mimando, ¿de verdad crees que haría eso? Simplemente no sé… pasaba. No me daba cuenta. Lo siento. No quería que te sintieras así.

—Le dijiste que era perfecta para ti.—Camila rodó los ojos bufando. Lauren la miró seria.

—Estaba bromeando. Siempre nos molestamos así, Lauren. Ella sabe que estoy enamorada de ti.

Lauren se quedó viendo hacia abajo y Camila se mordió el labio. Debió pensar en que Lauren tenía miedo de eso, de que la dejara por alguien más, seguro lo había pensado y eso la mataba. Recordó las palabras de su madre y entonces le acarició la mano para tener su atención.

—¿Me crees? Estoy enamorada de ti. No voy a dejarte. Bueno… sé que nos alejamos otra vez, pero, Lauren, te desapareciste. No me dejaste hablar conti…

—¡Te llamé y te envié muchos mensajes!—Levantó la voz.—Lo hice, Camila.—Habló con la voz quebrada.

—Sí, pero me trataste como si fuera alguien a quien usas para tener relaciones cuando tienes ganas.

—Sabes que no quise decir eso.—Camila negó.

—¿La mala soy yo? Entonces la que tiene la culpa de todo soy yo, ¿no?—Lauren suspiró dejando caer más lágrimas.—No soy yo quien se cierra de todo, la que no dice lo que siente, no soy yo quien escapa y desaparece para no hacerle frente a las cosas. No soy yo la que no se deja ayudar.—Lauren frunció las cejas un poco y miró a Camila.—No me mires así, ¿Tengo razón o no?

Lauren volvió a quedarse en silencio.

—Perdóname.—Murmuró.

—Primero respóndeme.

—Sí, sí tienes razón. Pero lo voy a hacer mejor esta vez. Te dije que voy a cambiar, lo estoy intentado.—Lauren se limpió las lágrimas.—Créeme. Por favor, Camila.

—Confío en ti.—Habló en voz baja apartando el pelo de Lauren de su rostro.—Solo… Solo quiero que me dejes estar, Lauren. Quiero que hables conmigo, no quiero que otra vez hagas esto… No es lindo ni quiero volver a sentir lo que sentí cuando me dijiste esas cosas. Me gritaste que no me importas cuando desde un principio te demostré que sí, me quedé aquí contigo siempre, soporté muchas cosas y te sigo queriendo.—Dijo dejando caer algunas lágrimas.—Ni siquiera lo pienses porque no es así, me importas mucho. No sé que me hiciste, pero no puedo dejarte, no quiero y te necesito. ¿Me escuchas? Te necesito, Lauren.

—Yo también te necesito.—Lloró Lauren.—Voy a cambiar de verdad. Ya no quiero ser esto.—Camila sintió que se le partía el alma en mil pedazos al escuchar eso.—Quiero estar bien, quiero… quiero estar contigo y quiero ser lo que te mereces. Voy a ser mejor para ti, voy a darte todo, voy a cuidarte, voy a hacer cosas cursis por ti, voy a darte flores, vamos a tener citas y todas esas mierdas.—Camila se rió.

—Estás empezando demasiado bien, ¿no crees?—Se volvió a reír entre lágrimas.—Me encanta que quieras hacer todas esas mierdas por mí—dijo un poco divertida.—Pero lo único que quiero es que no te alejes de mí, no quiero que vuelvas a irte, ni te guardes nada. Por favor, Lauren. Habla conmigo. Estoy aquí para ti, siempre voy a estar.

—Te lo prometo.—Asintió levantando una mano para limpiar las mejillas de Camila.—Te prometo que voy a ser mejor, esta vez va en serio, vas a ver que de verdad estoy cambiando. Voy a ser lo que te mereces, voy a hablar contigo siempre, voy a ser otra.—Camila giró su rostro para besarle la mano que estaba sobre su mejilla.—Gracias por aparecer en mi vida y no dejarme aún así cuando me lo merecía.

—Te prometí que no iba a irme. Y no pienso hacerlo. No importa lo que haya pasado antes, no me importa nada.—Negó.—Ahora…. Ahora sé que podemos empezar otra vez, que va en serio porque confío en ti.—Lauren asintió.—Te quiero.—Le dijo tomándole ambas mejillas con las manos.—Te quiero y no lo olvides nunca. Nadie me importa más que tú, Lauren. Y no estás sola, nunca vas a estarlo porque voy a estar contigo. No quiero que vuelvas a sentir miedo o  desconfiar de mí porque pueden haber miles de personas y voy a seguir eligiéndote a ti.

—¿Por qué?—El corazón de Camila se hinchó de amor por Lauren. Era tan linda cuando estaba así, tímida, cuando se mostraba frágil frente a ella porque sabía que no iba a dejarla. Lauren la tenía ahora y siempre y en el fondo lo sabía.

—Porque sobre todas las cosas eres la única persona que me hizo sentir, porque te quiero así de mal humorada, de loca, gruñona, te quiero así aunque seas odiosa con todos y seas tan seria. Te quiero y te volvería a elegir mil veces más porque estoy enamorada de ti, Lauren. De verdad. Estoy enamorada y no me importa nada.—Camila suspiró pasándole una mano por el pelo a Lauren.—Y no me importa nada más que hacerte feliz, darte todo lo que te mereces, quiero ser tuya y que seas mía. Esto no es broma, lo que siento no es un juego. Estoy segura de esto. ¿Tú lo estás? ¿Estás segura de que tengo que ser yo?

—Sí.—Lauren asintió sin dudarlo un segundo.—Estoy segura. Quiero esto por ti y por mí.—Camila asintió mordiéndose el labio.—¿Me prometes que no me vas a dejar nunca más? Por más que te lo pida a gritos, por más que me enoje, no lo hagas, Camila, porque te necesito. Cuando no estás… no soy yo y hago cosas… cosas malas.—Bajó la mirada.—Pienso en ti y me pongo triste porque no estás, porque lo arruiné y no te tengo, entonces hago cosas para olvidarme de eso, de ti, pero no puedo.

—Te lo prometo.—La morena pasó su pulgar por debajo del ojo de Lauren donde había una lágrima a punto de deslizarse por su mejilla.—Perdóname por no entenderte lo suficiente.

—No, está bien, yo soy una idiota.—Camila negó.

—Un poquito.—Camila se acercó más a ella.—¿No tienes algo que decirme?—Lauren frunció las cejas un poco y miró a Camila negando lentamente.—¿No? ¿Por qué terminaste acá?

Lauren abrió los ojos grandes y bajó la mirada rápidamente.

—Discutí con mi padre y vine aquí.

—¿Por qué discutiste con él?

—Porque… Es un imbécil.

—Lauren, me estás mintiendo. ¿Así quieres empezar?—La oji verde la miró entristecida.

—Perdón. No quería decepcionante más.—Camila le acarició la mano con su pulgar animándola a hablar.—Yo… yo estaba con los chicos, con los que hicimos el galpón donde hacemos fiestas. Ellos tenían un poco de cocaína y marihuana y la policía nos detuvo, nos revisó y nos llevaron a todos.—Contó en voz baja.—Me dejaron salir porque yo no tenía nada.

—¿Segura?

—Sí, es de verdad, no tenía nada porque ya no quería andar en eso.—Camila asintió. Le creyó. Lauren lo estaba intentando de verdad.—Entonces cuando le dije mi apellido al oficial y le di mi documento me miró raro y luego se fue. Supongo que conocía a mi… a Michael y lo llamó. Él fue a buscarme y me llevó a su casa, me dijo cosas y terminamos gritando.—Lauren apretó la mandíbula recordando todo. Cerró los ojos suspirando en un intento de calmarse. No quería enojarse. No ahora.—Me dijo cosas horribles y yo también. Me quería ir, Camila. No quería estar ahí, ni en ningún lado, no quería ver a nadie. Me sentía muy mal… necesitaba estar sola.

—Está bien.—Camila enlazó su mano con la de Lauren.—Él sabe que estás bien, ¿no?—Lauren asintió.—Muy bien, mejor, así puedes estar más tranquila sin que te esté buscando con la policía.

—Sí, no quería que llegue a eso, pero estaba tan… cansada. No tienes idea de lo mucho que necesito estar en paz. Ahora que estás aquí es diferente. Pero me sentía perdida, Camila. ¿sabes lo horrible que es no tener idea de qué hacer para estar bien? ¿Tienes idea de lo horrible que es estar sola y triste?—De la nada sollozó otra vez.—Me dolía acá todo el tiempo—Se tocó el pecho.—Y te quería a ti, no quería nada más, pero estaba sola y si no fuera por Alfredo… no sé. No sé que hubiese hecho.

—No vas a sentirte así nunca más.—Camila le limpió las lágrimas e intentó no soltar las suyas.—Confía en mí.

Nuevamente se escuchó un fuerte trueno y como la lluvia que había empezado hace un rato se hacía más continua y fuerte. Camila miró a su alrededor un segundo y después de volvió a Lauren que seguía mirándola.

—Esto es seguro, ¿no?

—Sí, no te preocupes.—Le dijo acercándose más a Camila.—Gracias por ser tan perfecta para mí.—Empezó mientras pasaba sus brazos por la cintura de Camila y la llevaba hasta ella, sobre su regazo. Camila se dejó llevar y sin decir nada juntó su cuerpo con el de Lauren mientras ésta se acomodaba mejor sobre el sillón con Camila a horcajadas sobre sus piernas.—No tienes idea de la falta que me hiciste.—Juntó su frente con la de la morena mientras subía sus manos a los costados de Camila.—No soy nada sin ti.—Confesó sin miedo.

Quería besarla. Quería besarla apenas la vio cruzar la puerta, después de haberla abrazado, pero no lo hizo porque quería aclarar todo antes, necesitaba estar segura de que Camila también  quería esto. Pero ahora que lo confirmaba, ahora que ambas se habían prometido muchas cosas y sobre todo que iban a seguir juntar sin importar lo que haya pasado, podría besarla. Y lo hizo tan lento, tan suave y profundo que ambas no pudieron evitar apretarse más contra la otra.

Camila le sujetaba el rostro con ambas manos para que no se alejara, para que permanecería allí, junto a ella. Lauren había cerrado sus brazos alrededor de la delgada cintura de Camila, en ese momento se sintió tranquila al tenerla entre sus brazos, al darse cuenta de que su chica que estaba ahí, con ella.

Camila fue quien se alejó del beso por unos segundos ya que le faltaba el aire, bajó sus manos a los botones de la camisa de Lauren y desprendió uno para luego levantar la mirada a esos ojos verdes que la volvían loca.

—¿De verdad quieres? No hace falta. Sé que antes pasaba todo el tiempo, pero ahora yo quer…—Camila la besó para que se callara mientras continuaba desabrochando los botones de la camisa de Lauren.

La oji verde apretó los muslos de Camila con fuerza antes de deslizarlos hacia arriba presionando a Camila contra ella cuando pasó sus manos sobre el trasero de la morena.
Cuando Camila terminó de desprender los botones abrió sus manos sobre el estómago de Lauren y las subió lentamente mientras se alejaba del beso. Sonrió cuando vio que la oji verde no tenía sujetador y no dejaba de mirarla  con deseo.

—Odio los sillones para esto.—Murmuró.

—Ya lo sé.—Se rió.—Tengo un colchón allá.—Señaló con la cabeza.—Todavía no terminamos de equipar el lugar.

Camila se levantó del regazo de Lauren y la tomó de la mano.—¿Cómo encontraron este lugar?—Preguntó yendo hasta el colchón.

—Un día andábamos con Alfredo y lo vimos, estaba desocupado así que lo limpiamos todo y el papá de él nos ayudó a traer un par de cosas.—Se encogió de hombros mientras se dejaba caer en el colchón.

—Es lindo.—Se acomodó sobre Lauren sentándose a horcajadas de su estómago.—Bastante romántico para el momento.—Lauren se rió mientras se sentaba abrazando a Camila para volver a besarla.—Pero no me gusta más que tú.

—Que afortunada soy.—Camila le quitó le camisa y Lauren desabrochó los botones del jean de Camila que se los sacó rápidamente después de sacarse las zapatillas. Lauren también se sacó sus pantalones y apenas los hizo a un lado tiró de Camila sobre ella.—¿Quieres que apague la luz?

—Quiero que te calles.—Camila la besó sintiendo la sonrisa de Lauren en el beso. La había extrañado tanto.

—Tienes más ropa que yo.—Dijo tirando de la remera de Camila hacia arriba.

Apenas Camila quedó solamente en ropa interior y Lauren con sus bragas, no aguantó más y bajó hasta sus pechos para besarlos. Lo hacía lento, lo hacía con cuidado sabiendo que eso a Lauren la volvía loca. Sentía sus manos por cada parte de su cuerpo, cómo se removía buscando el mayor contacto posible.
Lauren jadeaba con los labios entre abiertos gracias a lo que Camila estaba haciendo. La necesitaba tanto, la había extrañado tanto que ya sentía que iba a explotar y solamente se habían besado.

Aquella vez fue diferente, todo fue diferente, desde que Camila entró en aquella pequeña casa hasta que ambas terminaron desnudas, abrazadas y cansadas.
Camila le había hecho el amor lentamente, tanto que Lauren se había vuelto loca y terminó suplicando que la tocara. La morena no podía evitar sonreír al ver a Lauren entregada a ella de todas las maneras posibles. Había confirmado que Lauren también la había extrañado tanto como ella lo había hecho también. La oji verde era otra persona en ese momento y se sentía tan bien verla sonreír, sentir sus caricias en cada parte de su cuerpo, sentir sus besos y escuchar las palabras que a veces le decía al oído causando que se riera feliz. Había sido diferente porque todo había pasado sin importar el tiempo, lo que pasara afuera y luego. En ese momento solo eran Lauren y Camila haciendo el amor.

Camila respiraba irregularmente mientras tenía medio cuerpo sobre el de Lauren, su rostro en el cuello de esta que la abrazaba por la cintura con un brazo y con el otro se dedicaba a acariciar la espalda de la morena muy lentamente de arriba hacia abajo. Podía quedarse así para siempre con la chica que tanto bien le hacía, abrazándola, acariciándola y estando en silencio dejando que se escuche nada más que sus respiraciones un poco agitadas.

Camila había experimentado aquello de: “La persona es la correcta cuando los silencios que se generan entre los dos son cómodos y no quieres terminarlos nunca.” Con Lauren no hacía falta hablar muchas veces, con una mirada, con una sonrisa o una caricia se decían mucho y era algo que solía pasar seguido. Muchas veces Camila entendía que Lauren no se sentía cómoda con algo o que no le agradaba tal cosa con solo mirarla. Y era especial sobre todo, porque solo Camila entendía aquellas miradas y gestos. Era otro motivo para darse cuenta de cuánto conocía a Lauren y cuánto había aprendido de ella. Lo mejor de todo era que no tenía miedo, no le tenía miedo a sentir tanto. Y se sentía tan segura de lo que  hacía con Lauren. En realidad, la otra chica le daba seguridad. Y no lo sabía todavía, pero ella también le daba seguridad a la oji verde porque Lauren se sentía bien y protegida cuando estaba con Camila.

Lauren respiró hondo y soltó el aire muy lentamente. Se sentía feliz en ese momento donde tenía a Camila desnuda entre sus brazos después de haberle hecho el amor, con las luces apagadas y siendo alumbradas nada más con una lámpara cerca de ellas, la lluvia cayendo afuera, la temperatura había bajado y por lo tanto aquello generaba que ambas quisieran estar más cerca de la otra y lo mejor era que Lauren amaba las noches de lluvia, pero aquella fue diferente, fue especial porque estaba Camila.

—¿Tienes frío?—Le preguntó Lauren al sentir que a Camila se le erizaba la piel.

—Un poco.—Respiró en el cuello de Lauren sonriendo apenas al sentir su aroma.—Tengo una manta en mi mochila.—Murmuró levantándose un poco de encima de Lauren.

—Espera, tengo un acolchado aquí.—Camila se sentó a su lado y vio como tiraba el acolchado gris encima de ellas. Sin esperar un segundo volvió a acurrucarse sobre Lauren y la abrazó incluso más fuerte que antes.—¿Ahora estás mejor?

—Sí.—La oji verde le acarició la cabeza y a la vez masajeando un poco allí con sus dedos.

La morena suspiró acariciando el cuello de Lauren con la punta de su nariz, volvió a respirar su aroma y dejó que la abrazara firmemente de la cintura. Les encantaba estar así, a ambas.

—¿Camila?—La llamó en voz baja luego de un rato. Tenía una mano sobre la parte superior de la espalda de la morena y la otra en la cintura baja dando caricias con sus dedos. No podía quitar sus brazos de alrededor de Camila, no quería soltarla ni dejar de sentirla tan suya.

—¿Mmh?—Tenía los ojos cerrados disfrutando de cada caricia que estaba recibiendo. Era increíble lo bien que podía llegar a sentirse simplemente estando abrazada a Lauren.

—¿Cómo… cómo estas segura de… de que me… quieres?—Preguntó nerviosa.

Camila se acomodó mejor entre los brazos de Lauren sin perder la comodidad y pensó un momento.

—Porque te veo y no quiero nada más que cuidarte, comerte a besos y verte sonreír, y cuando sonríes siento que me muero de felicidad, siento cosquillas en el vientre cada vez. Porque no me importa nada más que verte bien y hacerte feliz. No sé si lo logro, pero siempre intento ser suficiente para ti, ser y hacer lo que quieras sin que me lo digas. Sé que te quiero porque cuando estás lejos de mí te extraño y me siento incompleta. Y aunque en solo meses siento todo esto, estoy segura de que no es ningún juego ni broma, estoy segura. Muy segura.

Lauren sentía las lágrimas quemando en sus ojos porque Camila era un ser hermoso, porque ella no la merecía, porque tenía miedo, porque estaba sintiendo muchas cosas y sin medir sus palabras soltó:

Te quiero.—le dijo en voz baja, hablando sobre la mejilla de Camila.

La morena dejó de respirar por unos segundos y  levantó la cabeza que estaba apoyada en el hombro de Lauren para ver esos ojos verdes brillosos. De repente todo el sueño que tenía antes se había esfumado. Estaba aguantándose para no llorar. Sin embargo, Camila que la veía fijamente, también sentía las lágrimas picando en sus ojos, pero sonrió. Sonrió porque estaba feliz de haber escuchado aquellas palabras.

Lauren la quería.

—¿De verdad?—Llevó una mano a la mejilla de la oji verde.

—No, era una broma que me pareció genial para el momento.—Dijo sonriendo mientras apretaba a Camila entre sus brazos.

La oji verde estaba tan nerviosa y contenta a la vez porque se lo había dicho. Le había dicho que la quería y no mentía. Quería de verdad a la chica que tenía entre sus brazos y la estaba besando lentamente demostrando afecto en cada caricia que sus labios le daban y cuando sonreía durante el beso.

—Yo también te quiero, bebé.

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