Soledad *[En Edición]*

By Mysagy

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Tras la muerte de sus padres, Diana es mandada a un orfanato. Ella solo quiere que los dos años que le quedan... More

Prólogo *[Editado]*
Capitulo 1: La llegada. *[Editado]*
Capitulo 2: Mi primer contacto con el mundo real.*[Editado]*
Capitulo 3: Mi pesadilla social continúa. *[Editado]*
Capitulo 4: El comienzo. *[Editado]*
Capítulo 5: El cambio. *[Editado]*
Capítulo 6: ¿Qué pasa aquí? *[Editado]*
Capítulo 7: La verdad. *[Editado]*
Capitulo 8: Es el fin de mi soledad.
Capítulo 9: De malo a peor.
Capítulo 10: Explicaciones.
Capítulo 11: La elegida.
Capítulo 12: Pesadilla
Capítulo 13: Consecuencias.
Capítulo 14: ¿Qué pasa aquí?
Capítulo 15: ¿Puede haber algo más raro?
Capítulo 16: El baile.
Capítulo 17: Equivocación
Capítulo 18: Sensaciones.
Capítulo 19: Tengo una corazonada.
Capítulo 20: Sois unos críos.
Capítulo 21: Sentimientos contradictorios.
Capítulo 22: Henry
Capítulo 23: Los planes.
Capítulo 24: Transformación.
Capítulo 25: Deseos.
Capítulo 26: Ariana.
Capítulo 28: Uno tras otro.
Capítulo 29: No hay duda, soy la elegida.
Capítulo 30: Solo dime, ¿por qué?
AGRADECIMENTOS.

Capítulo 27: Mátame a mí.

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By Mysagy

Ariana me llevó arrastrando por las escaleras. Yo ya empezaba a notar a la chica dentro de mí haciéndose cada vez más fuerte y eso era algo bueno, ya quedaba poco.

Pero a la paciencia de Ariana también le quedaba poco, la ví ponerse el glamour el doble de rápido de lo que había visto con Jeremy, salimos al patio y pude intuir hacia donde nos dirigíamos.

Hacía frío, mucho frío, pero esa no era la causa de que mi cuerpo se tensara y mis pelos de la nuca se me pusieran de punta. Era el gimnasio o lo que había alrededor del gimnasio, mejor dicho. Monstruos de todo tipo bordeaban todo el edificio, algunos estaban escalando por las paredes para refugiarse en el techo, otro entraban al interior del gimnasio por las ventanas o por la puerta. Y Ariana se dirigía ahí.

Eran el doble de asquerosos de cómo los había visto anteriormente por dos motivos, uno porque había más de cien subterráneos y dos porque mis ojos eran capaces de verlos con más definición, a pesar de que era de noche.

Intenté salir de la presa de sus manos, me revolví y me tiré al suelo para frenarla. Pero era mucho más fuerte que yo y me levantó sin ningún problema.

- No intentes huir, ellos no te harán nada, seré yo quien te lo haga. – me amenazó.

Y, aunque parezca mentira, me relajé. Con ella, si esperaba lo suficiente para que la niña de  dentro de mí terminara de crecer y el proceso de conversión llegara a su fin, podría tener una oportunidad, pero con todos los bichos y monstruos que había en ese gimnasio, no me daría ni tiempo para respirar.

En cuanto llegamos a unos dos metros de la puerta, todos los subterráneos que había guardándola, se apartaron para dejarnos paso. Algunos se movían arrastrándose por el suelo, otros iban a cuatro patas y eran del estilo al felino que me ataco en el baile. Y luego estaban los más raros, era como gnomos, tenían aspecto de persona, con ojos, boca, nariz, brazos, piernas…pero por fuera, eran como el resto, con escamas y con la piel dura y ennegrecida.

- No hablan nuestro idioma, pero son lo más parecido a los humanos que hay entre los subterráneos. – me explicó Ariana cuando vio que me quedé mirándoles con mucha atención.

Fue tirando de mí bruscamente hasta que entramos en el edificio. Ariana encendió las luces y tuve que ahogar un grito. Dentro había muchos más…

- ¿Todos están bajo tu control? – dije realmente asombrada y también para perder tiempo.

- No, solo los líderes de cada manada. El resto los siguen como perritos.

Tenía que seguir pensando en cómo entretenerla, pero era difícil. El miedo y la trasformación estaban pudiendo conmigo. El olfato era algo que también estaba cambiando. Aparte del típico olor a cloro de las piscinas climatizadas, olía a moho y a putrefacción, me daban arcadas en el estomago cada vez que cogía aire por la nariz.

Aunque lo único positivo, es que empezaba a notar la furia de mi nuevo yo interior, eso hacía que el miedo se estuviera convirtiendo en odio. La odiaba por todo lo que me había hecho pasar.

Me tiró al suelo, justo alado de una columna que sujetaba el techo y me ató a ella con unas cuerdas.

- Si has dicho que me matarías tú, ¿para qué son todos estos subterráneos? – la dije para seguir ganando tiempo.

- Son para tus amiguitos. – contesto ella con su voz malvada.

- Y ¿qué pasara con el resto del colegio? Tú tienes amigos ahí, igual que yo.

- Ellos son mis juguetes, nada de lo que han dicho ha salido de ellos. Y por supuesto, nadie echará de menos a unos cuantos niños huérfanos.

Eso me enfureció aun más, pero me había atado demasiado fuerte como para que pudiera moverme, las cuerdas se me clavaban en las costillas y me impedían respirar con normalidad.

- ¿POR QUÉ NO ACABAS CON ESTO DE UNA VEZ? – la chillé con rabia.

No quería que me matara, pero no conseguía entender porque no lo había hecho ya, porque esperar o porque atarme a una columna.

- Es parte del plan, quiero que Laurent te vea morir.

El odio corría por mis venas, no era capaz de moverme ni de atacarla y para colmo, pretendía que me quedara aquí hasta que Laurent llegase y me viese morir. También llegarían con él Jeremy y Gloria, también ellos me vería morir.

- Así nunca será tuyo.

- Ya no le quiero, ahora quiero que sufra por todo lo que me ha hecho.

- Si, pobrecita, está rabiosa porque Laurent no la quiere. – dije irónicamente y con una sonrisa en la cara.

Se acercó a mi tan rápido que no la vi hasta que la tuve a centímetros de mi cara.

- No creo que estés en situación de ser graciosa. – me dijo y a continuación me dio un puñetazo en la tripa.

Me dolió como nunca me había dolido nada. Pero lo peor fue el gruñido que salió de dentro de mí, la chica de dentro casi había llegado a su máximo crecimiento y yo lo notaba como una energía extra.

Tenía que relajarme y permitir que el proceso terminara para luego enfrentarme a Ariana, tenía que seguir entreteniéndola. Espere varios minutos, intentaba relajarme del todo y darla tiempo para que se relajara también.

- Antes has dicho que te costaba controlarme, pero lo conseguiste, al menos una vez. – dije recordando la vez que me obligo a contar la verdad.

- Sí, pero me costó mucho. Tu mente es diferente al resto porque siempre tiene unos muros que me impiden entrar, ese día bajaste la guardia y conseguí un hueco. Pero aunque dominaba lo que decías, no dominaba lo que pensabas, por eso fuiste capaz de huir.

- Y si yo tengo un muro en la mente, ¿por qué Gloria si es capaz de darme su felicidad? – la dije con una duda real.

- Pensé mucho en eso, yo también. La única conclusión a la que llegué, es que tú se lo permitías, ella te daba lo que necesitabas, felicidad.

¿Se lo permitía? ¿inconscientemente? Por eso no consiguió darme felicidad cuando tuve aquella pesadilla del accidente de mis padres.

- Mmm…parece que tus chicos están llegando. – dijo mientras miraba a la puerta.

- NOOOO…MARCHAOS… MARCHAOS…IROS DE AQUÍ… - empecé a gritar.

Ariana se volvió a acercar demasiado rápido y me dio otro puñetazo, esta vez en la cara. Me dejó casi sin sentido. Era capaz de ver pero los oídos me pitaban y la cabeza me daba vueltas.

Ariana se había colocado de cara a la puerta, pero al otro lado de la piscina, para que no pudieran llegar tan rápido a ella.

Los subterráneos les cedieron el paso al interior del gimnasio, pero en cuanto entraron, la puerta se cerró de golpe y una muralla de bichos se pusieron a su alrededor.

- Iros. – volví a decir, pero esta vez en susurros ya que no era capaz de decirlo más alto.

- Diana. – dijo Jeremy con un lamento en la voz.

Le miré con suplica en los ojos y él me devolvía la mirada con miedo en los ojos. Pero cuando posó su mirada en Ariana, sus ojos se convirtieron en puro odio, e igual hicieron los ojos de Laurent y de Gloria.

- Te mataré. – le amenazó Laurent. – Te juro que lo haré.

Ariana puso una rápida cara de dolor, pero en seguida la compuso y los miró a los tres con odio y rencor.

- Intentarlo. – les provocó.

Laurent se echó varios metros hacia atrás para coger carrerilla y saltó hacía ella. Pero cuando iba por el aire, Ariana obligó a un subterráneo, de los que estaban en el techo, a que la defendiera y este le interceptó a mitad de su salto y cayeron ambos al agua.

Intenté soltarme, patalear y resbalar por la cuerda para salir por debajo, pero lo único que conseguí fue hacerme unas quemaduras con las cuerdas.

Mientras tanto, Laurent forcejeaba con el subterráneo dentro del agua. Parecía ir ganando, pero acabé confirmándolo cuando este le clavó un cuchillo en toda la garganta que hizo que el agua azul de la piscina se convirtiera de color roja.

Gloria intentó correr hacia mí, pero Ariana mandó a dos con pinta de felinos a impedirla el paso. Ella les envió su fuerza y los dejó algo noqueados, pero Ariana enseguida mandó más.

Jeremy entró para ayudarla, pero eran demasiados. Gloria ya le había echado su poder a una docena y Jeremy se había encargado de matarlos, pero las fuerzas de esta se estaban debilitando y cada vez le costaba más dejarlos sin sentido. Al final, acabaron los dos luchando cuerpo a cuerpo con cada subterráneo que se les ponía delante.

Y justo eso estaba haciendo Laurent unos metros más atrás. Se enfrentaba a un gnomo y a una especie de serpiente gigante. Mientras intentaba deshacerse del gnomo, la serpiente se levantaba, como si fuese una cobra, e intentaba atacarle con los dientes. Laurent era muy rápido y lo esquivaba todo por milímetros. Pero era cuestión de tiempo…

Tenía que hacer algo, ¿pero qué? No conseguía desatarme y ellos iban a morir por mí. Pero no tenían porque, Ariana solo quería que me vieran morir, no quería matarlos, o al menos, no lo había mencionado.

- BASTA – chille desesperada. – Me quieres a mí. Mátame y déjales en paz.

No podía seguir viendo a las personas que más quería sufrir por mí y mucho menos, morir por mí. Moriría mil veces antes que ver como alguno de ellos moría.

- Cierto. – dijo esta mientras se acercaba a mí muy lentamente. – Solo quiero que te vean morir, lo de luchar es idea suya.

- Por favor, dejadlo. – les ordene pero ellos no parecieron oírme. - ¡PARAR!

Ahora sí me habían oído, tanto los protectores como los subterráneos se detuvieron, Ariana no mandó a nadie más a por ellos y mis protectores dejaron de matar.

- Solo me quiere a mí. No tenéis que morir por esto, habrá más luchas que podréis ganar. – les dije de todo corazón.

Los tres negaron con la cabeza, no iba a ser fácil convencerles de que me dejaran marchar y mucho menos de que no vengaran mi muerte.

Ariana se iba riendo mientras se acercaba a mí. Cuando ya estaba solo a dos metros de distancia me dijo:

- Lo siento, no es nada personal contigo, pero eres la elegida y tienes que morir. – tras decir eso sacó un cuchillo y me cortó las cuerdas.

Yo caí de rodillas al suelo, por fin podía respirar con normalidad aunque no me quedara mucho para hacerlo.

- No te atrevas a tocarla, zorra. – la dijo Gloria con toda su rabia.

Era sorpréndete la cantidad de rabia que podía haber en algo tan dulce. A Ariana también le sorprendió, pero no se molestó en contestarla.

- ¿Unas últimas palabras que quieras decir antes de morir? – me dijo Ariana que ya tenía el cuchillo en la mano para rebanarme el cuello. – Te prometo que será rápido.

Jeremy perdió los estribos y se lanzó hacía donde yo me encontraba. Unos cinco subterráneos se le echaron encima nada más empezar el movimiento y le mandaron varios metros hacia atrás.

Esté se revolvió con todos y consiguió quitarse a tres de encima, pero dos gnomos le sujetaron de los brazos con extremada fuerza, mientras otro, que había salido de detrás Jeremy, se colocaba en su pecho con un cuchillo en la mano.

Y de repente, algo me golpeo por dentro. Era el final del proceso, la chica ya se había colocado y la sensación que me invadió fue indescriptible. Sentía el poder dentro de mí, sentía que era ilimitado, que podía hacer cualquier cosa con él.

Volví a mirar a Jeremy y miré al gnomo que tenía el cuchillo, le odiaba casi tanto como odiaba a Ariana.

- Clávatelo. – dije bien alto para que pudiese oírme mientras le mandaba, lo que solo puedo interpretar, una fuerza telepática.

El gnomo me miró muy sorprendido, se notaba que estaba haciendo fuerza con el brazo para no clavarse el cuchillo que sujetaba. Su mano temblaba y se iba acercando cada vez más a su corazón.

- QUE TE LO CLAVES – le chille.

Y este, sin más miramientos, se clavó el cuchillo y murió.

Jeremy se revolvió y consiguió quitarse a los dos gnomos que le sujetaban.

- Pero ¿Qué… - dijo Ariana

- Quieres saber mis últimas palabras. – la dije mientras me levantaba del suelo con una nueva fuerza interior y exterior. – Has cometido un error, Ariana. Yo, ya no soy humana.

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Sé que después de dejaros así hoy, a la que vaís a matar es a mí, pero no me da tiempo ha escribir más de un capítulo por día. Intentar comprenderlo, please....

Besos y comentad...

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Está es una historia alterna de nnt en la que Galand es el prota y está mamadisimo,también próximamente se centrará en su relación con Melascula