CHICA MALA - Adaptada ROJASRO...

By Sheylalover

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Ella es la oveja negra de su familia, no acata las reglas, ella vive su vida a su manera... En compañía de su... More

Prólogo
Capítulo Uno: ¿Será un guardaespaldas?
Capítulo Dos : Patricio Parodi
Capítulo Tres: ¡YO LO MATO!
Capítulo Cuatro: Lo Predecible e Impredecible
Capítulo Cinco: No estés tan segura
Capítulo Seis: ¡¡Que me tienes excitado, maldita sea!!
Capítulo Siete: Ahí no se dan los besos
Capítulo Ocho: ¿Celos?
Capítulo Nueve: ¡¡Qué es esto!!
Capítulo Once: Ni que fueras el papi de papis
Capítulo Doce: CandyLu
Capítulo Trece: Rompiendo las reglas
Capítulo Catorce: Preparativos
Capítulo Quince: La fiesta
Capítulo Dieciséis: El castigo
Capítulo Diecisiete: ¿Qué le pasa?
Capítulo Dieciocho: Eres una chica muy mala
Capítulo Diecinueve: Una pequeña broma
Holaa
Nota

Capítulo Diez: El internado

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By Sheylalover

Patricio se levantó inmediatamente muy nervioso.

Patricio: ¡Señor, no es lo que piensa! ¡Ella se me lanzó encima y...

Víctor: Patricio, nos explicaste el incidente en la limusina y te creímos...pero ¡esto!

Patricio: ¡Se lo juro! ¡Yo tomo enserio mi trabajo!

Víctor: -¡Sheyla! ¿Es cierto lo que dice Patricio?

Sheyla: Papi yo me quité la ropa para bañarme y justo cuando iba a entrar al baño, él se me lanzó encima y yo grité.

Patricio: ¡Eso no es verdad! ¡Tú te me lanzaste a mí! - se defendió.

Víctor: Patricio, no quiero que esto esté pasando en el internado todos los días.

Patricio: No será así, usted sabe cómo es su hija y como soy yo. Conoce la fama de cada uno, por favor.


Mi padre me miró dudoso y miró a Pato.


Víctor: Shey ¿Te gusta Patricio?

Sheyla: ¡¿Qué?!

Víctor: Ven - salió de la habitación, yo lo seguí.

Sheyla: ¿Qué pasa?

Víctor: No me engañes, princesa.

Sheyla: ¡¡Papá!! ¡No me gusta! ¡Lo odio!

Víctor: ¿Y por qué tanta pasión con ése ''odio''?

Sheyla: ¿Cuál pasión?

Víctor: Hagamos un trato.

Sheyla: Amo tus tratos, siempre gano algo caro - sonreí.

Víctor: Ve al internado voluntariamente...

Sheyla: Ok, nada vale eso... - me volteé.

Víctor: ¿Ni vivir sola con Angie en cualquier país que quieras?

Sheyla: ¡¡¿Es enserio?!! - me emocioné.

Víctor: Si - me tomó de las manos - Tú vas a ése internado y te estás ahí durante seis meses y cuando salgas te financio cada centavo que necesites para vivir sola.

Sheyla: ¿Qué tal si no acepto?

Víctor: ¿Te quieres quedar aquí sola mientras Angie está en el internado?

Sheyla: Ok, está bien...iré.

Víctor: Admite que vas porque no quieres dejar de ver a Patricio - me hincó las costillas.

Sheyla: ¡¡Papá!! - me volteé y entré de nuevo a la habitación, y sí, seguía semidesnuda. Pato estaba sentado en la cama, me miró cuando entré, hice un gesto con mi mano fingiendo un látigo y sonreí, él sólo rodó sus ojos. Me di un baño y me envolví en la toalla, al salir me vestí.


Patricio: Wowow, Tranquila que no vamos a un casino de tu ciudad adorada.

Sheyla: Cierra esa linda boquita o te clavaré un tacón en el ojo.

Patricio: ¡Que tierna!


Tomó mis maletas y salimos en la limusina, hasta que llegamos al aeropuerto privado de la familia, subimos a una avioneta.

Entramos y me acomodé dentro. Noté que sólo viajábamos Patricio y yo, esto iba a estar bueno.


Sheyla: ¿Y la seguridad?

Patricio: No creo que te lances del avión, pero por si acaso nos deshicimos de los paracaídas.

Sheyla: No importa si Londres me da la bienvenida con una balacera sino que me suicide en un avión

Patricio: Eres más peligrosa que un ataque terrorista.

Sheyla: Gracias.

Patricio: ¿Ya habías viajado en esto?

Sheyla: ¡No! ¡Odio volar en esas cosas diminutas!

Patricio: No me dormiré, no vaya a ser que asesines al piloto y pilotees al avión a una isla desierta.

Sheyla: No vuelo aviones... - me levanté.

Patricio: ¿Dónde vas?

Sheyla: Pato ¿Eres cuero? - me agaché a la par de su asiento.

Patricio: ¿Perdón? - Dí una carcajada.

Sheyla: Esto será divertido.

Patricio: Siéntate.

Sheyla: ¿Cuántas horas son de vuelo?

Patricio: Ocho ¿Por qué?

Sheyla: ¡Ocho horas aquí! Debemos buscar algo que hacer.

Patricio: ¿Qué quieres hacer?

Sheyla: ¿Empacaste mi caja de objetos personales?

Patricio: Tu madre hizo las maletas.

Sheyla: Bien - fui a traer la maleta y de él saqué un juego de cartas.

Patricio: ¡No me digas!

Sheyla: Póker...pero a mi estilo.

Patricio: ¿Apostando virginidades? No, gracias.

Sheyla: ¡No seas tonto! Ven, siéntate.

Se levantó y nos sentamos en el piso.

Sheyla: Apostemos confesiones.

Patricio: Está bien. Reparte.

Repartí las cartas, yo era un as del póker, era uno de mis hobbies.

Como imaginé gané la primera ronda.

Sheyla: Ok, dime ¿Qué confesión tienes para mamá?

Patricio: Me gustan los colores de brasier que usas - rio.

Sheyla: ¿A quién no?

Volví a repartir, jugamos y gané.

Patricio: De pequeño dormía entre las chicas del internado.

Sheyla: -¡Wow! ¿Qué edad tenías?

Patricio: Como cinco o seis.

Sheyla: ¿Por qué es sólo de chicas?

Patricio: Hay uno de chicos al lado de el de chicas, pero nunca los dejan juntarse, hay mucha seguridad de camino de uno al otro. Las chicas no se han atrevido a cruzarse, aunque sí algunos chicos pero no lo logran.

Sheyla: Ósea que están bien cerca.

Patricio: ¿Puedes volver a repartir?

Volví a repartir y de nuevo gané.

Patricio: Me encantas.

Sheyla: ¿Enserio?

Patricio: Demasiado - se levantó y me besó apasionadamente.

Patricio: -¡Sheyla! ¡Shey! ¿Te perdiste?

Sheyla: ¡Ah! ¿Qué?

Patricio: Te dije que repartieras - sonrió, ¡Maldición! Fue una ilusión de mi mente.

Sheyla: Claro - terminé de repartir y ahora él me ganó, la verdad estaba muy distraída.

Patricio: ¿Y bien?

Sheyla: Ponte cómodo, he tenido una adolescencia muy desenfrenada. ¿Quieres última vez del night club o la del casino Aladdin? ¡Ah no de ese no me acuerdo absolutamente nada, llegué a casa sin conocimiento!

Patricio: No es cierto, se nota en tus ojos.

Sheyla: Una vez Angie y yo seducimos a un chico, le prometimos un trío, le quitamos la ropa lo amarramos a un poste de strippers y le lanzábamos bebidas frías al cuerpo - yo moría de la risa.

Seguimos jugando y las confesiones seguían hasta que me sentí cansada, apenas habían pasado cuatro horas.

Patricio: Llevamos la mitad del camino - se levantó y se sentó.

Sheyla: Tengo sueño - me senté en sus piernas y me arrecosté en su pecho, oía el latido de su corazón.

Patricio me arrulló con sus brazos, fue la sensación más cómoda del mundo.

Quedé completamente dormida, imposible no hacerlo en esos brazos.

Sentí que él también se había dormido, me relajaba el compás de su respiración.

Cuando desperté ya no estaba en los brazos de Pato, sino en una camilla en el jet, abrigada y tapada por una cobija. Aún íbamos en el aire.

Patricio: Hola, bella durmiente.

Sheyla: Me siento más identificada con la tipa de Hércules - me senté en la camilla.

Patricio: ¿Tipa?

Sheyla: Si, esa que era un poco mala ¿Hay alguna princesa más mala?

Paricio: ¿Por qué quieres ser llamada mala?

Sheyla: Patricio tú eres un guardia de un prostíbulo en restauración, yo voy ahí ¿Crees que soy buena? Además yo soy mala, nací mala y ¿sabes qué? lo disfruto... las malas somos mucho mas glamurosas - dije movimiento mi cabello.



Patricio: ¿Te valoras tan poco?

Sheyla: ¡Para nada! Ustedes son los que me llevan ahí no yo.

Patricio: Estamos a punto de aterrizar, ve a sentarte y abróchate el cinturón.

Nos levantamos y nos sentamos, aterrizamos y a los minutos se abrió la puerta, varias personas entraron y sacaron todas las maletas.

Patricio y yo nos levantamos, bajamos por una escalera y vi una enorme construcción.

Sheyla: ¡Oh, por Dios! ¡¡Estoy en Hogwarts!!

Patricio: Muy graciosa.

Caminamos escoltados hasta la entrada. Pato sacó un manojo de llaves inmensas y tomó una de ellas y abrió la enorme puerta.

Sheyla: ¡Bulbasaur yo te elijo!

Patricio: Eso es pokémon, inteligente.

Sheyla: Tienes razón, me refería a Voldemort.

Patricio: Estás más que loca....señores lleven las maletas de la señorita a su habitación y las mías a mi habitación.

Sheyla: Oye, picarón ¿Te cruzas a las camas de las chicas en las noches? - hinqué sus costillas.

Patricio: Jamás...mi habitación está algo aislada de las suyas...más por ustedes que por mí.

Sheyla: Oye ¿Qué clase de reformatorio es este? Demasiado elegante para ser un prost...

Paricio: Shey lo digo por tu bien, yo soy el guardia y conozco las cochinadas que dicen las chicas pero mi madre es muy estricta, todas se portan como angelitos en su presencia, deberías hacer lo mismo.

Sheyla: Claro, seré una santa - dije sarcástica.

Patricio: Mira, esta no es una cárcel ni el ejército. Es donde los millonarios gastan millones para enderezar a sus niñas malcriadas.

Sheyla: ¿Ósea que todas aquí se dejan manipular? ¡Esto estará bueno!

Oímos unos tacos que se hacían más fuertes cada vez...llegó una mujer.

XxX: Buenas noches - saludó.

Patricio: Buenas noches, madre.

Sheyla: Hola.

XxX: -Bienvenida, señorita Rojas Soy Cathy Parodi, la directora de este internado.

Sheyla ¡Suegrota! ¡Dónde está Dumbledore!

Cathy: ¿Perdón?

Patricio: Discúlpala, madre. Ya leíste su expediente, esta chica estará difícil.

Cathy: Todas están cenando. Llévala a que se instale a su recámara y que se presente en mi oficina.

Patricio: Si, madre.

La directora se fue.

Sheyla: Con las piernas firmes, Pato ¡Qué no te tiemblen!

Patricio: ¡¡Oye, Qué te pasa!! ¡No sólo es la directora, también es mi madre!

Sheyla: No grites que haces eco - bromeé.

Pato estaba realmente molesto, caminó hacia la izquierda y subimos por las escaleras hasta llegar a la habitación.

Sheyla: ¿Habitación compartida? ¡Debes estar bromeando!

Patricio: Inculca tolerancia y socialismo - dijo serio - No es necesario que desempaques, sólo ven.

Salimos de la habitación y fuimos a una oficina ahí estaba la madre de Patricio en un escritorio.

Cathy: Retírate - Pato se fue - Dime Sheyla ¿Qué piensas de ti misma?

Sheyla: ¿En qué aspecto?

Cathy: ¿Cuándo piensas en ti misma, qué es lo que se viene a tu mente?

Sheyla: Diversión - sonreí. Tenía que hallar la manera de hastiarla.

Cathy: ¿Cómo te ves en diez años?

Sheyla: En una cantina limpiando vómito de tipos ebrios.

Cathy: ¿No estás tomando esto enserio, cierto?

Sheyla: Estoy cansada, fueron ocho horas de sexo candente con Patrcio.

Cathy: ¡Basta! ¡No te permito que irrespetes de esa manera mi presencia! - se levantó. Esto será sencillo, pensé.

Sheyla: ¿Sabe cuánto le mide?

Cathy: Sé lo que haces, Sheyla, No funcionará.

Sheyla: ¿Entonces ya puedo irme?

Cathy: Debo presentarte ante las demás internas.

Sheyla: Las rebeldes - dije sarcástica.

Salimos de la oficina y llegamos a un lugar cuando entramos sonó un pitido, todas callaron y miraron atentamente hacia nosotras. Patricio se puso a la par mía. Todas las presentes me miraban con cara de susto y me comían de pies a cabeza.

Cathy: Buenas noches, internas.

Todas: Buenas noches, directora Parodi

Minerva, pensé y rodé los ojos.

Cathy: Quiero presentarles Sheyla Guisela Rojas Rivadeneiranuestra nueva interna.Como ya saben trátenla con paciencia, respeto, tolerancia y compañerismo.

Xxx: ¿Podemos saludarla? - dijo después de levantar la mano.

Cathy: Ya luego tendrán tiempo de conocerla, estará aquí durante seis meses....Hijo, la dejo para que la ubiques, luego te vas a mi oficina.

Patricio: Si, madre.

La directora se fue. Pato al parecer aún seguía molesto conmigo por como trate a su madre, tenía algo de razón, a mí no me hubiera gustado que trataran así a mi madre, así que decidí pararla, pero sólo con ella, claro.

Patricio: Debes comer, el comedor se cierra en unos minutos y luego irán a dormir.

Sheyla: Pato ¿Qué hora es? Estoy desorientada.

Patricio: No es permitido decirles la hora a las internas, todo se rige por el timbre...sólo se puede decir cuánto dura cada cosa.

Sheyla: Porfa... - hice un puchero - sonrió, suspiré por dentro, no estaba tan molesto como pensé.

Sheyla: Nueve y veinte minutos - dijo con una mirada tierna.

Sheyla: ¿Estás enojado conmigo? - dije cabizbaja.

Patricio: Sólo no vuelvas a hacer eso - tomó mi barbilla y la alzó haciéndome ver sus profundos ojos miel.

Sheyla: Te prometo no volver a faltarle el respeto a tu madre - sonreí.

Patricio: Gracias - acarició mi mejilla.

xXx: ¡¡Hola!! - dimos un salto del susto. Era una chica que había aparecido de la nada, la misma que hizo la pregunta hace un momento.

Patricio: -Hola, Luciana

Luciana: Hola, Pats ¿Qué tal Las Vegas?

Patricio: ¿Cómo supiste que estaba en Las Vegas?

Luciana: Ya sabes que tú eres primicia en este internado.

Sheyla: ¿Disculpa? Estoy aquí.

Luciana: -Hola, Sheyla - Dijo con una sonrisa hipócrita.

Poncho: Ella es Luciana te hablé de ella.

Sheyla: No, no creo - Se notaba a kilómetros que la chica babeaba por él - No quiero comer ¿Me llevas a la habitación?

Luciana: No se puede ir a las habitaciones en horarios de comida - ¡Ja! ¡Ya lo veremos!

Sheyla: ¿Pato...? - hice un puchero.

Patricio: Si, mi niña...ya te llevo - me sonrió dulcemente. ¡En tu cara, inepta!

A la chica se le borró la sonrisa de hipocresía que tenía y se puso roja de la furia. Le alcé una ceja y sonreí victoriosa.

Patricio: Con permiso, Luciana

Pato y yo caminamos fuera del comedor y llegamos a las habitaciones.

Patricio: Bueno, ya que tu madre hizo las maletas debo revisarlas y quitarte algunas cosas.

Sheyla: ¿¿Qué??

Patricio: Nada de celulares, reproductores, cámaras, laptops, objetos cortopunzantes, látigos- rio.

Sheyla: No tengo a quien latigar aquí ¿o sí? - me acerqué a él.

Patricio: Y si mi madre se da cuenta de todo lo que hemos hecho en Las Vegas y de camino aquí me mata.

Sheyla: Uy, entonces no sólo yo soy una chica mala - me arrodillé en la cama.

Patricio: Revisaré tus maletas.

Sheyla: A mí no me engañas, quieres ver mis bragas.

Comenzó a escarbar mis maletas, sacó algunas cosas. Sabía que esto pasaría, por eso traía un teléfono y unos audífonos en mis botas.

Patricio: Ya tocaron el timbre, en cualquier momento vienen tus compañeras...Debo irme.

Sheyla: ¿No me darás mi besito de buenas noches?

Patricio se volteó y me sonrió. Me lanzó un beso al aire y me guiñó el ojo. No sé por qué pero me sonrojé.

Sheyla: Yo sé que quieres - le dije en un tono juguetón.

Se detuvo en la puerta y se devolvió corriendo hacia mí y me dio un beso en la mejilla.

Patricio: ¿Y tú no me darás uno?

Sonreí y me levanté, me puse de pies en la cama, Pato me quedaba ligeramente más bajo, rodeé su cuello con mis brazos y él alzó su mirada hacia mi rostro.

Sheyla: ¿Dónde lo quieres?

Patricio: Mi madre me matará.

Sheyla: Una vez al año no hace daño - le di un beso en la punta de su nariz. 



Cuando la puerta se abrió...

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