Runaway [One Piece]

By Ari_pr

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(Nombre) es una ladrona que viaja por diferentes islas para robar a personas adineradas. En uno de sus hurtos... More

Cómo casi ser capturado por un Vice-almirante
Cómo ligar... Digo, cómo llegar hasta tu motel estando borracha como una cuba
Cómo engañar a dos pares de tontos
Cómo no comerte tu donut favorito
Cómo casi cagarla estrepitosamente
Especial San Valentín
Cómo huir de los dioses antiguos
Cómo ligar con tu médico de cabecera
Cómo hacer que casi te de un infarto
Cómo pelear de una forma ridícula
Cómo comportarse en un rotenburo
[UA] Cómo hacer un universo alterno
Cómo sobrevivir a una fiebre mortal
Especial Día Blanco
Cómo quitarle un caramelo a un niño
Cómo perderse en el desierto
Cómo colarse en un barco de la marina
Cómo robar en Loguetown
Cómo comenzó toda esta mierda
Cómo continuó esta mierda
Cómo aprender a bailar
Cómo siguió esta mierda
Cómo colarse en una fiesta
Cómo hacer que los planes se vayan al traste
Cómo escapar por patas
Cómo al final todo esto no fue tan malo
Capítulo Especial
Nuevo fanfic de One Piece

Cómo carenar tu barco y descojonarte del Cazador Blanco

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By Ari_pr

¡Hola! Siento no haber actualizado ayer, estuve todo el día fuera de casa. Pero hoy os traigo nuevo capítulo. Como siempre espero que os guste el capítulo y comentad lo que os ha parecido. Por cierto he creado otra historia donde me podéis hacer pedidos tanto de one-shots, escenarios o imagines de los personajes que queráis. Por aquí os dejo el link: https://www.wattpad.com/373643502-one-piece-imagines-%C2%A1bienvenido 


Maldijo entre dientes mientras andaba como un pato mareado, ¿la razón? Pues que acababan de carenar el balandro porque el pobre estaba bastante hecho polvo, y habían utilizado una brea de lo más espesa para marcharse en cuanto antes de esa isla. Tenía las manos manchadas de un pringue negro con espesos grumos y este comenzaba a secarse volviendo tirante su piel. Andaba de aquella manera tan hilarante, con los brazos estirados delante de su cuerpo con las palmas hacia arriba y con pasos cuidadosos para que ninguna gota de brea cayese sobre sus pantalones.

Habían dejado el balandro en una playa de arena blanca, allí lo habían amarrado a las palmeras cercanas para que no se moviese, ya había visto alguna vez como un barco se había movido o medio caído y bajo su casco había aplastado como una tortilla a varios marineros. En el carenado le habían ayudado (m/a) y Undhu, un amigo de la infancia que ahora se había hecho bocor, el cual les venía muy bien a la hora de atravesar espantosas tormentas durante sus viajes.

Recordaba como (m/a) y Undhu se habían carcajeado de ella porque era la única de los tres que se había manchado, por no decir que tenía todas las manos llenas de brea y esta goteaba a cada paso. En cambio ellos dos no se habían pringado ni un ápice.

A lo lejos pudo ver la fuente de agua potable que estaba cerca del paso marítimo por lo que apretó el paso para deshacerse de aquella desagradable sensación en sus manos. Cuando llegó hasta la fuente se quedó unos segundos pensativa, ¿cómo iba a apretar el botón de la fuente para que el agua saliese? Utilizó su antebrazo limpio y el agua cristalina comenzó a salir de la boca metálica de la fuente.

El mango temblaba como si estuviese a punto de estallar, por lo que (Nombre) se dio prisa para lavarse cuanto antes las manos, de hecho en cuanto metió las manos en el chorro dio un brinco. La maldita agua estaba congelada, y encima ella llevaba unos pantalones cortos de talle alto y una camiseta corta dejando ver parte de su abdomen. No quería mancharse la ropa, y cuanto menos llevase menos superficie podría ensuciar. Pero eso significaba que tenía frío, era otoño, a pesar de estar en una isla, en la misma playa el frío ya había llegado mostrando sus afilados dientes. Y ahora más con esa maldita agua helada.

Terminó por fin de quitarse la brea de las manos, se había quedado pegada como las lapas debajo de sus uñas y había estado un buen rato quitándola. Ahora se encontraba tiritando y castañeteando los dientes; en cuanto regresase al barco le pediría a (m/a) que le preparase una sopa caliente y se cambiaría la ropa por una más larga y mullida que le calentase.

Estaba a punto de llegar, pues ya veía su querido balandro con sus velas amarillentas, cuando pudo ver a lo lejos, que Undhu había preparado una fogata en la playa y en sobre ella había una gran sartén con alimentos haciéndose a la lumbre. (Nombre) fue a echar a correr hacia su amigo, pero vio como este estaba hablando con otra persona que no era (m/a). No lo distinguió muy bien, ya que estaban lejos (a Undhu era fácil distinguirle por su altura y por su oscura piel), pero le pareció que era un hombre con el cabello blanco y una chaqueta gruesa blanca y unos pantalones oscuros. Lo que más le llamó la atención a (Nombre) fue el jutte que el hombre llevaba.

Se quedó ahí parada intentando recordar quien llevaba un arma tan extraña, pues poca gente llevaba un arma así. Las únicas personas que hubo conocido que las utilizaban eran obviamente su maestro de artes marciales, y el Cazador Blanco.

«El Cazador Blanco» apreció en su mente con una bonita caligrafía.

Ahogó un grito y echó a correr hacia una de las palmeras de gran grosor que había detrás de ella.

¿Qué demonios haces con ese marine Undhu?

Se escondió detrás de la más cercana, contó diez segundos, después con sumo cuidado se asomó con el ceño fruncido pero se encontró que su bocor estaba completamente solo. Sintió en ese momento pánico, y como en su estómago crecía un agujero, recordó que la gran mayoría de las veces que se topa con el vice-almirante, él solía encontrarse detrás de ella. Por lo que con los nervios a flor de piel se giró bruscamente, mareándose por unos segundos, pero detrás de ella no había nadie. Por lo que miró a todos los lados con ansiedad, pero tan solo halló a Undhu haciéndose cargo del puchero.

Corrió hacia él, en parte para preguntarle donde se encontraba (m/a) y para preguntarle de qué había hablado con el marine. Ella alzó su mano y saludó a su compañero, este le devolvió el saludo con la mano libre.

—¿Y (m/a)?

—Se fue a comprar patatas, nos hemos quedado sin ninguna y las necesito para el estofado—explicó el hombre con un fuerte acento.

(Nombre) sintió como la boca le hacía agua con tan solo oler lo que había en la sartén cocinándose al fuego lento, casi perdió el hilo de sus pensamientos, casi. Frunció el ceño y colocó sus manos sobre su cadera en forma de jarra.

—Te he visto con el Cazador Blanco, ¿qué quería? ¿De qué habéis hablado?— preguntó (Nombre) con el ceño fruncido.

Su amigo se encogió de hombros quitándole hierro al asunto y removió con el cucharón el contenido de la sartén, después levantó su vista oscura y la posó en la de (Nombre), ella reprimió un escalofrío, la mirada de Undhu era escalofriante.

—Nada importante, tan solo quería saber tu paradero.

—¡¿Y se lo dijiste?!—chilló (Nombre) con horror. ¿Pretendía que la arrestasen?

—Le indiqué que te encontrabas en la fuente, así que se fue hacia ella—dijo alzando la mirada y con la mano libre la agitó suavemente.

(Nombre) se dio la vuelta bruscamente poniendo una mueca de terror pensando que se trataría del marine, pero tan solo se encontró a (m/a) llegando a la playa con una bolsa de harpillera sobre el hombro.

Después de comer, (Nombre) tomó una cesta de mimbre y colocó la vajilla que habían utilizado para fregarla, no podían utilizar el barco hasta que este estuviese listo. Jugaron a piedra papel y tijera para elegir a quien le tocaba fregar los platos, y (Nombre) perdió al elegir tijeras. Antes de marchar hacia la fuente se cambió por una ropa más larga y gruesa: una blusa, unos pantalones oscuros, unas botas marrones y una chaqueta larga de color negro. Además se ajustó el cinturón ancho donde colocó su espada corta, y un largo trozo de tela (color favorito) para agarrar mejor la espada y poder utilizarlo como paño posteriormente.

Mientras Undhu y (m/a) terminaban de realizar el carenado, (Nombre) fregaría la vajilla, prefería tener que lavar los platos antes de volver a acercarse a la brea. A lo lejos pudo ver como alguien estaba agachado intentando llenar una cantimplora de agua de la fuente, (Nombre) frunció el ceño y los labios. No podía ser...

De repente, el chorro suave e intermitente que salía de la boca de la fuente se paró para después salir con fuerza, el marine se echó un paso hacia atrás, pero no le dio tiempo a más porque la boca de la fuente y la parte de arriba estallaron y de esta apareció un chorro de agua como si fuese un geiser.

(Nombre) estalló a reír, que suerte que no le había tocado a ella, y se acercó al marine entre risas. Este le miró con una ceja enarcada y una mueca de disgusto en la cara, estaba completamente empapado, a pesar de que había utilizado sus habilidades de usuario de la fruta del diablo no había podido evadir todo el agua y había acabado totalmente empapado. (Nombre) se secó las lágrimas de los ojos, ver así al hombre era realmente gracioso, y esta vez ella no había tenido la culpa.

Dejó la cesta de mimbre sobre los adoquines blancos del paseo marítimo y se desató de la cintura la tela que portaba, la dobló y se la tendió al marine quien la miró con sorpresa y confusión.

—Si se enferma no podrá perseguirme como siempre—sonrió (Nombre) encogiéndose de hombros.

El marine tomó la tela y se la pasó por la cara para secar el agua, (Nombre) tomó la cesta de mimbre y continuó andando hacia delante.

—Ahora, que se ha cargado la fuente tengo que buscar la siguiente—sonrió de medio lado (Nombre) alzando una ceja y mirando de reojo a Smoker.

El hombre tomó los puros de su boca y los tiró a una papelera cercana para después encender otros dos y seguir a (Nombre) hacia la otra fuente. Cuando llegaron, (Nombre) comprobó que el surtidor tenía agua y que estaba en condiciones de uso. Después ella se echó a un lado y le indicó haciendo un gesto con la mano que él pasase primero.

—Estabas antes que yo.

—No me importa esperar—dijo encogiéndose de hombros el marine.

Ella le imitó y se dispuso a lavar los platos, las cucharas y los tazones donde habían bebido ron caliente, no tardó mucho en terminar, ya que como en la anterior el agua estaba fría, con un silbido se sacudió las manos para secárselas, pero el hombre le tendió la tela. Ella lo tomó y se secó las manos, mientras dejaba paso para que Smoker rellenase la cantimplora de agua.

Pero antes que se agachase, ella suspiró con el ceño fruncido, estiró su brazo para colocar la tela en el cuello del vice-almirante debajo de su oreja para secar parte del cuello que todavía estaba húmedo.

—Hace un frío espantoso, ¿cómo diablos puedes andar por ahí todavía mojado?—susurró para sí misma (Nombre) mientras secaba la parte mojada sorprendiendo al marine.

Ella retiró la mano, se echó la tela al hombro, tomó la cesta de mimbre colocándosela por encima de la cadera para sujetarla con una única mano, con la otra se despidió del marine agitándola.

—Nos vemos, espero que no enferme Cazador Blanco—dijo con una sonrisa antes de echar a correr en dirección de su balandro huyendo del marine—. ¡(M/a)! ¡Undhu! ¡Levantad el ancla el Cazador Blanco está aquí!—chilló corriendo más rápido.


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