Siempre has sido tú ✔ (EN LIB...

By CMStrongville

21.4M 1.2M 304K

Esta historia se encuentra publicada con NOVA CASA EDITORIAL. ❇❇❇GANADORA DE LOS WATTYS 2016 EN LA CATEGORÍA... More

Sinopsis
Epígrafe
Prólogo
01- DOLOROSAMENTE MARAVILLOSO
02- NUNCA ES SUFICIENTE
03-COSA DE SUERTE (1)
04-COSA DE SUERTE (2)
05-UN PASATIEMPO (1)
06-UN PASATIEMPO (2)
07- ¿Y EL NOVIO? (1)
08-¿Y EL NOVIO? (2)
09-INSPIRACIÓN
10-DEMASIADO CONSCIENTE
11-LA ÚNICA EXPLICACIÓN
12- EL GRAN MONSTRUO VERDE
13-LA MIRADA EN ELLA
14-DE UNA VEZ POR TODAS
15- CUANDO ENTRÓ EN MI VIDA
16- SU OPINIÓN
17- ALGO EN SUS OJOS (1)
18-ALGO EN SUS OJOS (2)
19- CULPAS ENCADENADAS
20- SILENCIO APLASTANTE
21- CORAZÓN LACERADO
22- UNA NUEVA EN EL GRUPO
23- HORA DE HABLAR
24- INESTABLE
25- OLVIDO (1)
26- OLVIDO (2)
27- TE ESCUCHO
28- CONFESAR Y DECIDIR
29- LA VERDAD
30- INCREÍBLE (1)
31- INCREÍBLE (2)
32- OTRA CARA
32 [+18]
33- ES RIDÍCULO
34- MIEDO Y DOLOR
35- SU VOZ (1)
36- SU VOZ (2)
37- RESPIRAR DUELE
38- DE SU BOCA
39- TODO ESTARÁ BIEN (1)
40- TODO ESTARÁ BIEN (2)
41- NUNCA ANTES
43- EL ÚLTIMO HOMBRE
EPÍLOGO
EXTRA

42- PUNTOS DÉBILES

418K 23.8K 5.1K
By CMStrongville

PUNTOS DÉBILES
***

Canción: Across the sea - The Sweeplings.
***


Los meses que siguieron a la operación de Levi fueron... difíciles. De entre tantos efectos que le habían dicho podían surgir tras extirparle la tiroides, lo peor fue que pareció apagarse. Siempre estaba cansado, cabizbajo y quería estar solo.

—Hoy no —decía él cuando me acercaba a abrazarlo.

Y lo pronunciaba con un tonito triste, dolido, que me daba ganas de llorar.

Intentaba sonreírme cuando su rechazo me golpeaba en pleno pecho, pero nada en esa sonrisa fingida lograba aliviarme. Yo solo asentía de acuerdo con él y me retiraba. Muchas noches las pasamos separados, sobre todo porque las vacaciones habían acabado y entre mis prácticas, clases y su trabajo, poco o casi nada nos veíamos. Un mensaje de vez en cuando, una llamada por aquí, una visita por allá... Levi y yo comenzamos a distanciarnos y el corazón comenzó a dolerme porque, en el fondo, siempre había sentido que lo nuestro no duraría.

—Ya llegué —dije entrando al apartamento de Levi y cerrando la puerta tras de mí. El día al fin había acabado y yo estaba exhausta. Quería darme una ducha y descansar, pero antes deseaba ver a mi novio, abrazarlo y sentirme de nuevo en casa.

Habíamos apartado los viernes en la noche para nosotros, para dormir juntos, porque el fin de semana no teníamos nada que hacer —ni estudiar ni trabajar— y así podíamos pasarlo solo nosotros dos si deseábamos, por lo que yo esperaba ansiosa a que las semana terminara y así poder sentirme, entre sus brazos, segura.

—En la cocina —escuché que decía.

Me encaminé ahí después de dejar mi bolso sobre el sillón y de quitarme los zapatos. Mi servicio profesional lo estaba prestando en una entidad del gobierno, por lo que siempre debía ir bien arreglada y aquello significaba ir en tacones, lo que hacía que al final del día mis pies pulsaran con dolor. Sentí alivio en las plantas al caminar sobre el piso frío, pero más alivio sentí al ver que mi novio se giraba para sonreírme.

—¿Qué haces? —pregunté acercándome y abrazando su cintura.

Recargué mi sien en su brazo para poder ver la sartén frente a él.

—Quesadillas.

—Huelen bien —murmuré. Sentí el abdomen vibrar con risa y, tras colocar una última rebanada sobre un plato y apagar la sartén, giró entre mis brazos y me acercó a su pecho.

—Es porque voy mejorando —se regodeó antes de presionar un beso en mi frente. Elevé el rostro para verlo y encontré las esquinas de sus ojos arrugándose por la sonrisa que mostraba. Sus ojos estaban llenos de amor—. Hola, enana.

El susurro lleno de devoción con que me saludó me hizo sentir revitalizada. Habíamos pasado casi cinco días sin vernos y en aquel momento, tenerlo así de cerca, encontrarnos abrazados y sin él intentando apartarme, hacía que todo el cansancio en mi cuerpo desapareciera.

—Hola —susurré. Me puse de puntillas al tiempo que él bajaba el rostro y nos besamos con suavidad durante algunos segundos antes de presionar nuestras frentes juntas.

Yo cerré los ojos intentando detener el tiempo, absorber cada sensación del momento, intentando llenar mis pulmones con su aroma y mi mente con el sonido de su voz, con la imagen de su sonrisa, tratando de memorizar la sensación de sus dedos acariciándome la espalda, de sus labios posados en la punta de mi nariz. Porque sabía —en estos últimos meses lo había aprendido— que a veces aquello, esa cercanía, no duraba mucho.

Suspirando, Levi me soltó y dio un paso atrás.

—¿Tienes hambre?

Asentí en respuesta y, sin decir nada más, tomó el plato con la comida en una mano. Con la otra me tomó con suavidad por el codo para guiarnos al sillón. Reí sorprendida al ver que parecía ansioso cuando tomamos asiento.

—¿Qué pasa? —cuestioné sonriendo. Él frotó sus manos contra sus muslos cubiertos de mezclilla.

—El lunes tuve mi cita con el médico para ajustar el medicamento.

—Oh, ¿y cómo te fue?

—Bien. Estos días me he sentido mil veces mejor y creo que hemos encontrado la dosis adecuada.

Sonreí amplio al escuchar aquello y deseé que tuviera razón.

—¡Qué bien!

—Sí. Y yo...

Me miró de reojo.

—Tú...

—Sé que no he estado actuando... normal las semanas pasadas, pero prometo compensarlo.

Entrecerré los ojos con curiosidad y él desvió la mirada al suelo.

—¿Hablaste con Vick? —quise saber.

Solo bastó ver cómo encorvaba los hombros para tener la respuesta. Y más que molesta, me sentí avergonzada. Yo le había contado a Vick cosas muy íntimas y me avergonzaba que Levi se enterara.

Por ejemplo, hacía casi un mes atrás, yo había intentado ser sexy y seducir a Levi, puesto que ya llevábamos algún —bastante— tiempo sin nada de actividad, así que me había arreglado con esmero y toda la intención de despertar algo en él, pero cuando Levi me había visto acercarme a la cama donde estaba acostado simplemente se tumbó de lado y me ignoró diciendo que estaba muy cansado. Y yo me había quedado ahí de pie avergonzada, sintiéndome tonta y ridícula, deseando que la tierra se abriera y me tragara. Después de aquello ya no había vuelto a hacer ningún movimiento extraño, puesto que cada vez que la idea venía a mi mente, el recuerdo de la vergüenza volvía a mi mente y aplastaba cualquier plan. A pesar de saber que podían ser efectos de la cirugía, ese tipo de rechazos hacían mella hasta en la mujer más segura y yo, lamentablemente, aún seguía luchando con mis complejos.

—No sabía que te sentías así —dijo en voz quedita.

Clavé la vista en mi regazo, en las manos sobre mis muslos, y me encogí de hombros intentando hacerme la fuerte, tratando de aparentar que no seguía molestando.

—No importa.

—Claro que importa, Luce. —Sentí su mano ahuecar mi mandíbula y cerré los ojos cuando moví mi rostro para encararlo—. Mírame —pidió. Levanté los párpados con lentitud y ahí estaba él, preocupado y pareciendo... culpable—. ¿Sabes que te amo?

No pude reprimir la pequeña sonrisa que decoró mis labios.

—Yo también te amo.

—Sé que me amas, enana. No tengo dudas de eso, pero, ¿sabes tú que yo lo hago? ¿O tienes dudas acerca de mi amor por ti?

Comencé a sacudir la cabeza queriendo decir que no, que yo no desconfiaba de él ni de sus palabras, que estaba segura de lo que sentía por mí... pero ninguna palabra salió de mis labios y aquella fue la respuesta que Levi necesitó. Cerró los ojos haciendo una mueca y se acercó para juntar nuestras frentes.

Sabía que la culpa estaba carcomiéndolo por dentro. La culpa y el miedo eran constantes fantasmas en su mente contra los que debía luchar. Yo, por mi parte, tenía mi propia batalla con la inseguridad. A pesar de haber hablado con mi madre y de que las cosas con Levi eran diferentes, aún no podía deshacerme por completo de aquellas debilidades. Prácticamente toda mi vida la había pasado sintiéndome así, por lo que no podía solo un día despertar, decidir que ya no me afectaba más y superarlo. Había mejorado mucho, sí, a pasos agigantados, pero aún me quedaba un largo camino por recorrer. Ambos seguíamos trabajando en nuestros puntos débiles. Intentábamos acallar esa voz en nuestra cabeza, la culpable de nuestro sentir, de que la oscuridad nos cubriera de vez en cuando. Tratábamos de ignorarla, de no escucharla, sin embargo a veces se tornaba imposible.

—Sé que estás conmigo por algo —dije en un susurro—. Si no me amaras no estarías aquí, ¿cierto?

—Amarte se queda corto. Tú... no sabes, Dios. A veces es tan... Siento... Es como si me ahogara. —Se llevó un puño al pecho, sobre el corazón, y continuó buscando las palabras correctas para expresarse—. Me abruma. Duele. Te veo y me cuesta respirar. Te siento cerca y... Es como si yo desapareciera para volverme una parte de ti. Separado de ti no funciono como debería. Solo a tu lado estoy completo, enana, y no me gusta saber que soy el causante de tus dudas, ¿sabes? Me siento...

—Shhh, está bien.

—No, no lo está. Cuando te veo así, triste...

—Levi...

—Déjame terminar, por favor —pidió—. Cuando veo tus ojitos por decir lo incorrecto o por actuar sin pensar me siento un idiota, porque verte decaída es como clavarme un cuchillo en el pecho. Quiero oírte reír siempre, Luce. Quiero que seas feliz, y a veces no lo logro, pero yo... me esfuerzo —concluyó frustrado.

—Lo sé.

—Aunque no lo parezca, doy todo de mí.

Tomé su mano y la coloqué sobre mi corazón. Sus ojos se fijaron en los míos.

—Lo sé, Levi. Lo sé porque yo me siento igual. No me gusta que te sientas culpable.

—Ni a mí que te sientas insegura —musitó derrotado.

Sonreí e incliné la cabeza hacia un lado.

—Estoy trabajando en ello.

—Siento que si tal vez desde un principio no me hubiera empeñado en negar que sentía por ti algo más, entonces tú no... —Hizo un círculo en el aire con la mano—. No te sentirías así.

—Es algo que viene desde mucho antes de conocerte, no es tu culpa.

—Sí, pero...

—Deja de culparte.

Sonrió un poco con tristeza y se encogió de hombros.

—Estoy trabajando en ello.

Nos quedamos en silencio después de eso y pensé en que la comida seguramente ya se había enfriado.

—Algún día seré capaz de encontrar las palabras indicadas para explicarte que esto que siento por ti va más allá del amor —dijo de repente.

Yo reí.

—Bien.

—Esto... lo que dijiste acerca de que te sientes así mucho antes de mí...

—¿Sí?

—Lo entiendo.

Solo me bastó echarle un vistazo para saber a qué se refería.

—Por May.

Él asintió.

—Aún me cuesta aceptar que no fue mi culpa.

El silencio se hizo entre nosotros, aunque solo por un corto periodo de tiempo. Después Levi comenzó a hablar de su hermana, del resto de su familia y así fue desviándose mientras comíamos hasta empezar a contarme cómo se había sentido al ver que yo intentaba superar mi enamoramiento por él.

—Era muy egoísta, pero no quería que salieras con Collins, incluso cuando yo no estaba dispuesto a corresponderte. Aunque sin saber, sin querer aceptarlo, ya lo hacía. Ya te correspondía.

—Lo nuestro fue amor a primera vista —bromeé.

Él rio sacudiendo la cabeza y me atrajo a su costado.

—¿Crees en eso?

—No. Creo que el amor se da con el tiempo cuando llegas a conocer a una persona. Te haces su amigo y entonces empieza la atracción...

—Aunque en nuestro caso fue lo contrario.

—Sí.

—¿Y crees en las almas gemelas?

—¿En tu otra mitad y eso? —inquirí divertida. Me eché a reír cuando asintió, serio—. No lo sé. Puede ser que conozcas a esa persona que te complemente y por eso sientes que es tu otra mitad.

—¿Como nosotros?

—Sí —dije, porque era verdad. Nosotros nos complementábamos—. ¿O sea que soy tu media naranja? —pregunté. Él sonrió.

—Medio limón en todo caso, porque eres chiquita.

Rompí en carcajadas sin poder evitarlo y le di un ligero codazo.

—Eres un tonto.

Le rodeé el cuello con ambos brazos y lo besé sin dejar de sonreír. Seguimos besándonos durante un largo rato con mi espalda presionada contra los cojines, Levi sobre mí, y muy pronto la ropa nos estorbó. Nos amamos de la manera más íntima y profunda que conocíamos durante mucho tiempo, recuperamos el tiempo perdido y disfrutamos cada segundo. En ese momento, recargada contra su pecho, con las respiraciones aún agitadas, me encontraba feliz, completa, entera... y convencida de que todo era como tenía que ser.

Pasamos un tiempo después a su habitación —que ahora era nuestra— y nos recostamos juntitos.

—¿Crees en las vidas anteriores? —preguntó acariciando mi espalda desnuda—. ¿O en el destino?

Yo abrí un ojo y lo miré con curiosidad. A veces Levi sacaba temas extraños así de la nada.

—¿Por qué preguntas? —inquirí—. ¿Tiene que ver algo con mi historia?

Él se encogió de hombros.

—No. O no lo sé. Desde que leí tu novela he pensado mucho en ello. Lo que describes, esa conexión entre los protagonistas... A veces me pongo a pensar que tal vez tú y yo estuvimos juntos en otra época, en otra vida.

Me miró con diversión al decir esto y sonreí.

—Puede que así haya sido.

—¿Te imaginas? ¿Buscarnos en cada reencarnación?

Suspiré soñadora.

—Sí... Encontrarnos de nuevo, amarnos una y otra vez. Puedo imaginarlo.

Su risa me agranda el corazón.

—Igual yo.

—Puedo imaginarnos viviendo todo desde el principio. Reencontrarnos, sentir esa inexplicable atracción, esa conexión a la que estamos destinados, sin saber que siempre has sido tú...

Me abrazó contra su pecho cálido y juntó nuestras narices antes de plantar un beso suave en mi boca.

—Siempre serás tú para mí.


FIN

Solo queda el epílogo y los extras ;-;

Instagram: cmstrongville
Twitter: cmstrongville
Grupo en fb: Leyendo a Cee

Continue Reading

You'll Also Like

434K 24.6K 70
La guerra mágica esta aquí, pero recordemos como esta gran bruja llego a ayudar a derrotar a Lord Voldemort. Esta es la historia de la gran: Alexa Li...
6.9K 665 17
[Segunda parte del libro "Príncipe Oscuro"] [Y sí, es necesario haberte leído el primero.] Tras un desenlace tortuoso y eventos desafortunados hay co...
1.5M 95.7K 33
Emma Blake está lista para un cambio de su vida monótona en Los Ángeles. Así que cuando su novio Roy sugiere que vayan a estudiar la maestría juntos...
6.7M 266K 69
Molly Johnson es una mesera y necesita juntar mucho dinero para salvar a su hermana. Axel Cavelli es un exitoso empresario y necesita una novia por t...