Cuando llegamos a la casa grande ya había terminado con mi historia. Alex no podía creer que mi hermano dijera eso. Insistía que David me veía como su hija también. Y tenía claro que no era culpa de nadie mas que dé Diego y que tal vez irme de casa fue una decisión apresurada. Pero yo no lo vi así.
-- ¿Me vas a decir algo sobre la casi pelea de la otra noche? -- Pregunté bajando del auto. Necesitaba urgentemente cambiar el tema. Tomé una de las maletas y Alex otra del vehículo y nos acercamos a la enorme casa.
-- No quiero hablar de eso. Fue una estupidez y lo siento. No quería hacer que te marcharas.
-- Sabes, no tiene tanta importancia. De cualquier forma yo quería irme ya a casa y tu y David están ilesos.
-- Si importa. Dejé una horrible impresión a la manada casi peleando con el padrastro de la chica que todo el mundo cree que es mi novia -- Hizo una pausa -- El rumor se ha extendido a todos lados. Todos aquí sabrán quien eres inmediatamente al verte, por cierto. Aunque le he pedido a la manada que no te acosen.
-- Así que durante todo el tiempo que me quede aquí tendremos que comportarnos como una pareja -- Concluí. Alex, un poco avergonzado, asintió. Me comporté indiferente para ocultar el sentimiento que se desarrolló en mi estómago. No creí poder hacerlo. Para disimular le pasé la maleta que yo sostenía y cambié el tema, de nuevo -- Tu la llevarás escalera arriba, todavía me duele un poco el tobillo.
-- Puedo llevarte a ti también -- Ofreció.
-- No lo creo -- Caminé detrás de Alex mientras subíamos los cientos de escalones hasta llegar finalmente al cuarto piso. Mas que "una casa grande" era una mezcla entre hotel y mansión. Caminamos por pasillos que parecían laberintos hasta que finalmente me pidió que abriera una puerta. Era mi habitación. Las paredes eran aburridamente blancas y todo estaba vacío a excepción de una cama individual, un armario y un pequeño escritorio. No tenía planeado permanecer mucho tiempo en el lugar así que solo puse un poco de ropa en el armario y el resto permaneció en la maleta. Me dejé caer bruscamente sobre la cama -- No se como encontraré este lugar en las noches, ¿Cómo funciona este lugar con tantas personas?
-- Tenemos un sistema. Los domingo y miércoles hay lavandería gratis. La ropa la entregan tres días después. El desayuno es de 7 a 10, almuerzo de 12 a 3 y cena de 6 a 9. Fuera de ese horario, si quieres comer algo lo debes cocinar tu misma. No hay muy buena señal de teléfono dentro de la casa. Desde el tercer piso sólo hay habitaciones. Las salas, comedores, cocinas y esas cosas están en el primero y segundo.
-- Pareces ser un guía turístico. Solo faltó que dijeras "Disfrute su estadía".
-- Antes te daban un libro con la información a las nuevas personas que llegan, pero nadie lo leía. Ten cuidado con lo que dices porque todos tienen una buena audición, como pasa en tu casa. Los cuartos son aislantes de sonido por lo que es el único lugar en el que se puede hablar de cualquier tema, como el asunto de la manada privado y los secretos íntimos.
Entonces tenía que hacer todas mis preguntas mientras estuviéramos dentro de una habitación.
-- ¿Dónde se queda tu tía y las demás amenazas?
-- Quinto piso. Intenta que no te escuchen llamarlos así durante la cena.
-- ¿Cenamos con ellos? -- Gemí en frustración. Vivir con mi familia era sofocante, no podía imaginar como resultaría hacerlo con muchas más personas y entre ellos algunas realmente peligrosas.
-- Cada vez que hay otros líderes de visita se habilita un comedor privado que se usa solo para la cena. Como mi "novia" sería extraño que no estuvieras allí conmigo. El resto de la comidas son con el resto de la manada.
-- Lo que no me va a resultar mucho más cómodo para mí -- Hice una pausa en la que mi estómago rugió -- ¿Qué hora es? Estoy hambrienta, salí de casa antes de almorzar.
-- Son las tres y media -- Me quejé. Mi suerte iba de mal a peor --. Yo puedo prepararte algo de comer por hoy, como bienvenida.
Lo consideré unos segundos antes de acceder. Bajamos hasta el segundo piso donde había una cocina sin personas alrededor y completamente limpia. Me senté junto a la barra mientras mi amigo examinaba el refrigerados y muebles. Lo finalmente preparó fue un sándwich y frituras de un gabinete.
-- ¿Qué tal?
-- Delicioso -- Confesé. La comida chatarra me encanta, lo que Alex definitivamente sabía -- Solo que dijiste que me cocinarías y esto no es cocinar. Si este es el almuerzo usual voy a ser feliz engordando.
-- Aquí se come sano -- No me sorprendió la respuesta. Lo que más veía alrededor era frutas y verduras -- Así que seguirás pesando lo mismo -- Hizo una pausa -- Tengo una reunión justo ahora. Me gustaría que vinieras conmigo.
-- Prefiero recorrer la casa -- O estar en cualquier lugar lejos de esas personas -- Nos vemos para la cena.
-- ¿Finalmente has traído a tu novia, alpha Williams ? -- Una voz desconocida hizo que ambos nos sobresaltáramos. Ni siquiera Alex había notado que otra persona entró a la habitación. Al girar vi a un hombre de unos treinta y tantos años. Ahora se dirigió a mí -- No tuvimos oportunidad de conocernos durante la noche.
Con mi mejor cara de poker extendí mi mano -- Soy Karma -- Me presenté. Él me apretó más fuerte de lo debido. Cuando liberé mi mano fue un alivio -- Anda, Alex -- Animé --. No los dejes esperando.
Mi amigo no se movió.
-- Mi nombre es Sam -- Se presentó -- Creí que te interesaría estar al tanto de todo, eso es común en las Lunas -- Sam dijo manteniendo sus ojos fijos en mi rostro -- Creo que no aplica en humanos después de todo.
Sonreí sin humor -- Debo hacer unas cosas y no puedo retrasarme. Luego me pondré al tanto de lo que se habló -- Dije -- Creo que también va a llegar tarde si continúa hablando conmigo -- El me observó unos segundos más en silencio, luego dio media vuelta y desapareció. Me sentí aliviada.
Volví a mis asuntos después de beber algunos vasos de agua. Comencé a recorrer la casa con un poco de timidez. Era injustificada, lo sabía, porque el lugar estaba abierto para cualquier persona de la manada y los invitados. Muchas personas reían y jugaban, niños, adolescentes, adultos y ancianos. Nadie me puso atención y todos ignoraban que estaban cerca de una guerra. Me senté en un sofá individual cerca de una ventana donde tenía una buena recepción de celular y entré a redes sociales para pasar el rato. Pasaron horas de tranquilidad en las que Alexander o cualquier otro alpha hizo acto de presencia en esa habitación. Me alegré por no haber asistido a la reunión porque realmente era extensa. La hora de la cena ya había llegado y yo estaba esperando a que mi amigo regresara para comer con él. A las siete de la tarde la pantalla de mi celular se iluminó indicando una llamada entrante. Era mi mamá.
-- ¿Dónde estás? -- Preguntó sin enfado o preocupación en su voz. Ella ya no me controlaba tan exhaustivamente como cuando yo era más pequeña. No podía después de que vivo sola durante gran parte del año. -- ¿Diego está contigo?
Le conté resumidamente lo que pasó con Diego evitando ciertas partes.Puse mucho énfasis en las sospechosas cosas que estaba cargando consigo. Me preocupó que él todavía no llegara a casa -- Han llegado un poco más temprano de lo usual esta bien. De seguro él regresará en menos de una hora.
-- Eso espero. Tus cosas no están en tu cuarto, Karma -- La voz de mamá se hizo más suave -- ¿Dónde has ido?
Hice silencio.
-- No quiero hablar sobre eso en estos momentos -- Miré a la puerta de la sala y vi a Alexander mirándome desde allí -- Debo irme, estoy ocupada. Te quiero -- Antes de darle oportunidad de decir algo más corté la llamada y apagué el celular.
n.
-- ¿Qué tal la reunión? -- Pregunté, olvidando que casi me dio un infarto su repentina aparición.
-- Vamos a hablar arriba -- Dijo. Asentí. Dejé que me guiara a través de la casa porque no tenía idea de como llegar a la habitación. Eran demasiadas escaleras, pasillos idénticos y muchas habitaciones. Me hubiera encantado que se entregara un mapa a los recién llegados. Alex llegó sin problema al mismo pasillo que el mío, pero abrió la puerta justo frente a la mía. Era la suya.Di una mirada alrededor. No estaba mucho más llena que la mía ya que él no llevaba mucho más tiempo yo que viviendo aquí. Y yo llegué hace unas horas. Las paredes tenían unos cuadros y siempre aparecían las mismas tres personas: Alex, su mamá y yo. Al menos después de que yo me fuera vería mi foto antes de ir a dormir.
-- Entonces, ¿Qué pasó? -- Pregunté llevando mi atención de nuevo a mi amigo.
-- Va a haber un cambio de planes -- Se humedeció los labios -- La estadía de todos era como mínimo de una semana y algunos dijeron que podían permanecer hasta tres. Pero ahora todos han declarado que deben marcharse durante los próximos tres días.
-- ¿Y? -- No veía la parte mala en que se fueran.
-- La amenaza de guerra sigue presente, y mi tía insiste todavía en unir las manadas. No puedo dejar que se vayan pensando que somos débiles y dejando que preparen tropas para atacarnos -- Hizo una pausa -- Logré que la mayoría de las manadas aceptaran mi visita durante unos días para negociar. Sólo tres se rehusaron, y por suerte fueron los que dijeron no querer un enfrentamiento.
-- ¿Entonces te vas? -- Pregunté. Supongo que en ese momento mis ojos me engañaron y revelaron lo que sentía. Miedo. Quedarme aquí con él sería divertido. Pero sola con un montón de desconocidos no.
-- Al menos un mes -- Dijo, estirándose en la cama -- Creo que sería una buena idea que vinieras conmigo. Será a lo largo de todo el país. Pero no habrá tiempo para hacer turismo. Habrán discusiones y reuniones todo el tiempo. Sé que la voy a pasar fatal. Pero mejoraría si decidieras ir conmigo. Todo es mejor cuando estás alrededor.
-- Vale -- Accedí.
-- ¿Vienes? ¿De verdad? -- Estaba muy sorprendido-- No pensé que persuadirte sería tan sencillo. Estaba preparada para que me tomara más tiempo.
-- No me quedaré aquí sola.
-- Dios -- Dijo mirando al techo -- Si supieras cuanto amo que estés conmigo.
No supe que responder. Por un segundo me quedé en blanco. Aunque él no lo sabía me había dado un golpe muy bajo. La palabra amor estaba muy lejos de mi vocabulario y pocas veces escuché a Alex diciéndola. Ninguno dice esa palabra a la ligera. Él debió notar un cambio en el ritmo de mi corazón, pero antes de que alguno de nosotros pudiera decir algo el teléfono de él sonó salvándome. Él me observó y luego contestó, activando el alta voz para que yo pudiera escuchar.
-- Hola -- Dijo mi amigo, manteniendo contacto visual conmigo en todo momento. Al mirar la pantalla vi el número de mi mamá.
-- ¿Está Karma contigo? -- Era la voz de mamá . Durante un momento consideré indicar a mi amigo que cortara. Pero ella no había hecho realmente nada malo. Me sentiría culpable toda la noche si la evitaba.
-- Aquí estoy, mamá -- Respondí finalmente. No hizo preguntas respecto porque no contestaba. Ella ya sabía mi ubicación pues era claro el lugar en el que Alex se encontrara. Pude sentir su alivio. Ella confiaba en que con él estaría sana y salva.
-- Diego sigue sin aparecer. Llamamos a la policía y al hospital pero no hay rastro de él -- Dijo. Suspire con frustración. No quería hacer frente a problemas que involucran a mis hermanos, pero podía entender la preocupación de mamá. Dijo que regresaría antes que nuestros padres y todavía no lo hacía. Me recordé ser amable y dejar de lado mi enfado.
-- No se de él pero estaré atenta. Deberías llamar a sus amigos, sus números deben estar registrados en la agenda de Diego.
-- Daré una alerta para que cualquier persona en la manada que se tope con él lo traiga aquí o me comuniquen cualquier información -- Hizo una pausa --. Estará bien. Pero deberías pensar un buen castigo para cuando regrese.
-- En eso estoy -- David gruñó -- ¿Por qué te fuiste, hija?
Un nudo se hizo en mi garganta. No soy tu hija, quise responder. Todos sabemos que no lo soy.
-- Creo que estando sólo ustedes cuatro estarán mejor -- Dije finalmente sin mirar a Alex. Me resultó muy triste que de pronto me sintiera mejor viviendo con decenas de desconocidos y mi mejor amigo que con las personas que conozco desde una niña.
Hubo un silencio en la línea. En ese momento supe que ellos debían saber a lo que me refería con mis palabras. Que Diego debió haber dicho esos pensamientos en voz alta antes cuando yo no me encontraba. Me acerqué a Alexander y dejé que pasara uno de sus brazos por mi hombro.
-- Si vamos a visitarte, ¿Estarás dispuesta a hablar? -- Preguntó mamá -- No se que dijera él, pero nosotros necesitamos que estés cerca.
-- En tres días me acompañará fuera de la manada a visitar a algunas personas -- Alexander dijo -- Y volveremos justo para cuando las clases comiencen.
-- Entonces mañana iremos -- Alexander me miró, esperando que respondiera. En respuesta sacudí la cabeza.
-- No es un buen momento, David -- Mi amigo contestó manteniendo contacto visual conmigo --. Lo mejor será que esperen a que ella quiera reunirse con ustedes -- Asentí para indicar que sus palabras me dejaron satisfecha.
-- ¿Así que ya no hablaré con mi propia hija? -- Preguntó mamá.
-- Lo siento. Llamaré otro día -- Luego me apreté el botón de cortar la llamada. Miré a mi amigo -- Anda a dar la orden de búsqueda a la manada -- Indiqué -- Te espero aquí.
-- ¿Tienes una fotografía en tu móvil? -- Preguntó. Yo asentí -- La voy a necesitar. Vamos.
Okay, sé que dije que subiría el miércoles pero estaba taaan agotada después de haber salido con unos amigos. Lo siento mucho. En compensación este miércoles si subiré capítulo, si no lo hago me pueden enviar mensajes exigiendo su capítulo xDDD
Bueno, ¿Qué les pareció el capítulo? Espero que sea de su agrado:) Lo escribí con mucho amor para ustedes.
Debo confesar algo en esta parte: Estoy un poquito triste. No me molesté en corregir antes se subir, si hay errores tendrán que perdonarme por esta vez.
Los ama...
-Valerie