Sweet Hell (Camren G!P)

By turningpages97

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Camila Cabello tiene dieciséis años, buenas calificaciones, y una familia típica de clase alta; un padre, una... More

Camila Cabello
Lauren Jauregui
Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13
N/A
Capítulo 14
Capítulo 15
Capítulo 16
N/A
Capítulo 17
N/A
Capítulo 18
Capítulo 19
Capítulo 20 (Parte uno: "La Final")
Capítulo 20 (Parte dos: "Preparaciones y Charlas")
N/A
Capítulo 20 (Parte tres: "La Fiesta")
Capítulo 21
Capítulo 22
Capítulo 23
Capítulo 24
Capítulo 25
Capítulo 26
Capítulo 28
Capítulo 29
Capítulo 30
Capítulo 31
Capítulo 32
Capítulo 33
Capítulo 34
¡Mi nuevo libro ya está disponible!
Fallas/errores en Wattpad
Capítulo 35
Capítulo 36 (Parte uno: "No Soy Como Ella")
Capítulo 36 (Parte dos: "Única")
Capítulo 37
Capítulo 38
Capítulo 39
Capítulo 40
Capítulo 41
Capítulo 42
Capítulo 43
Capítulo 44

Capítulo 27

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By turningpages97

N/A: Un poco de Camren fluff nunca le hizo mal a nadie... ;)

Lauren's POV

"Nadie cree nada de eso, Lo." Dijo negando encima de mis labios. No podía evitar esa pequeña sonrisa que se extendía desde la comisura de mi boca, la felicidad de finalmente tenerla en mis brazos era demasiada. Sonrió ella también. "Te extrañé tanto." Volvió a besarme. 

Me sorprendía esta nueva faceta de Camila que jamás había conocido antes, me echaba tanto de menos que poco le importaba parecer desesperada en cuanto a sus acciones. 

Podría acostumbrarme.

Sus manos regresaron a mis hombros y empuñó débilmente mi camiseta mientras las mías bajaban por su cintura hasta sus caderas, y de ahí a la parte delantera de sus muslos, donde acaricié los lados. Succionó en mi labio inferior con bastante más vehemencia que las anteriores veces, cosa que no esperaba y me hizo sonreír. Camila al notarlo se detuvo y se alejó hasta verme directamente a los ojos. 

"¿De qué te ríes?" Preguntó con los ojos curiosos y una diminuta sonrisa. 

"De que si así vas a ponerte cada vez que me escape, entonces lo haré más seguido." Largué una leve carcajada y las mejillas de Camila se tornaron rosadas. Levantó su mano y dio una palmada en mi hombro para luego esconderse ahí mismo. 

"No te acostumbres." Bromeó. Mi risa se fue apagando gradualmente hasta que sólo una sonrisa quedó en mi rostro. "En serio te extrañé." El índice de su otra mano dibujaba patrones en trenza por mi hombro derecho. 

"También yo te extrañé." Masajeé su espalda y besé su sien. "Pero..." Alzó su cabeza velozmente y me miró con temor en sus ojos. 

"¿Qué sucede?" Estaba intranquila y yo no quería verla así cuando recién habíamos podido acabar con todos los problemas que nos había traído Emily. 

"¿Qué haremos ahora? Ya sabes, con..." Tomé aire. "Nosotras." Enderezó su postura, la había tomado por sorpresa. 

"Uhm, c-creo que deberíamos... Ir despacio. Puede que ahora te haya besado así porque no te he visto en días y realmente lo necesitaba," Alcé una ceja. "¡No quiero decir que no me gustó, para nada!" Se apresuró a aclarar antes de que pudiese captar las palabras de una manera errónea. "Es sólo que no creo estar lista para, uh, hacerlo en público." Asentí, porque comprendía totalmente que Camila no era esa clase de chicas que andan por todos lados besuqueándose con su novio. No, ella aún era Camz, la aficionada de High School Musical que ve los dibujos animados con su hermanita en su tiempo libre.  

"Tienes razón, hay que tomarlo con calma y no forzar las cosas." Sonreí en un intento por transmitirle tranquilidad. 

Nos quedamos viendo, teniendo un concurso de miradas, y en eso sentí cómo las puntas de sus dedos rozaron las mías sobre sus piernas. Dirigí mis ojos hacia abajo y volví a mirarla, Camila con sus labios curvados en una tímida sonrisa, movió esos pocos centímetros que faltaban y nuestras manos encajaron perfectamente entrelazando nuestros dedos. 

Bienvenida a casa.

Escuché decir a una figura con una dulce voz, en un rincón de mi mente.

"Oh dios, ¿qué le pasó a tu camiseta?" Preguntó preocupada al salir del trance. Observé por mí misma y recordé que todavía llevaba puesta la camiseta blanca que había usado para cortar la leña. 

"Ah, nada, se rasgó un poco mientras buscaba y cortaba leña." Hizo un precioso puchero y llevó su mano hasta la abertura que daba justo en mi hueso pélvico. Sus dedos tocaron la piel y mi cuerpo entero se estremeció de inmediato mientras trazaba finas líneas, las uñas apenas crecidas causando unas placenteras cosquillas que recorrían de mi abdomen bajo hasta mi entrepierna. 

"Tienes un corte," Levantó la tela y pasó la punta de su dedo. "aquí." No dolía en lo más mínimo, no con ella tocándome de esa manera. Pero debía alejarla si no quería que comenzara a doler otra parte de mi cuerpo.

"No traje d-desinfectante." Informé intentando evadir más contacto. 

"No hará falta, he aprendido algunas cosas a lo largo de la vida, gracias a mi torpeza y múltiples caídas." La miré, además de confundida, curiosa. 

Camila alzó su mano y muy concentrada en la herida metió un dedo en su boca, lo chupó y rápidamente lo adhirió al corte por unos segundos. Tragué saliva mientras ella continuaba repitiendo el mismo paso, limpiando el corte y luego su dedo en la prenda blanca. 

Dios, ¿acaso no se daba una idea de lo que me estaba provocando? Al parecer no, porque ahora su otra mano se hallaba encima de mi estómago. Chillé imperceptiblemente y tensé los músculos abdominales al tacto. 

"¿Te duele?" Había tomado mi reacción como un signo de dolor, y en verdad prefería eso a que supiera lo mucho que me estaba poniendo. 

"Sólo un p-poco." Terminó con la tarea y una sensación de decepción, combinada con un fuerte alivio me llenó, pero como una bala fue reemplazada por algo totalmente diferente cuando la ojimarrón se puso de pie y luego de rodillas frente a mí. "¿Camz? ¿Q-qué..." Mis ojos bien abiertos y mi ceño fruncido. "Qué hac-Mmm..." Hasta que unas manos me sostuvieron por la parte delantera de los muslos y sus labios se presionaron dulcemente contra la herida. 

Oh, nena. 

Camila dio varios besitos, todos cerca de la zona. Mis piernas estaban fallando aunque me encontraba sentada, y si no me quitaba a la dueña de esos sublimes labios de encima pronto, probablemente debería hacerme una breve escapada al baño para encargarme del inminente problema debajo de mis bóxers. 

El olor a carne asada se adentró por mis fosas nasales y una idea salvavidas llegó a mi mente. 

"Camz, uh, yo debo..." Funcionó, Camila se separó de mi abdomen y me vio de modo algo inquisitivo. "D-debo ir a revisar la carne, antes de que llegaras yo estaba preparando mi cena." En su boca se abrió una gran 'O' y asintió sonriendo y colocando un mechón de cabello detrás de su oreja. 

Tuvimos que esperar un buen rato más a que la cena de Camila estuviese lista, pero al final pudimos disfrutar las dos de un buen trozo de carne asada y algunos vegetales para acompañar. Ya oscurecía y no era una buena idea quedarme otra noche en ese sitio, no con ella, así que decidimos ir rumbo a su casa.

"¿Por qué no veías mis mensajes?" Mis manos apretaron el volante. Camila mordió su labio y no corría la vista de sus manos, que jugaban sobre su regazo. 

"La batería de mi teléfono murió al primer día. Debía volver a casa para recargarla, y en cierto modo tenía algo de miedo de encontrarme con mensajes llenos de insultos o cosas por el estilo, así que preferí no hacerlo." Asintió de forma dudosa y el ambiente dentro del coche se tornó completamente silencioso, salvo por el constante sonido del motor. 

"Mamá dijo que podías venir a cenar a casa." Reí, me causaba ternura cómo trataba de evitar que yo pensara en cosas que me hicieran mal. 

"Ya hemos cenado." Dije con una sonrisa, apartando mi vista del camino y enfocándola en ella. 

"Ha estado preguntando por ti todo el día, no creo que pare a menos que te vea en persona." Extendió su teléfono y me enseñó una fila de diez textos, todos de Sinu. 

"No sabía que tu madre me quisiera tanto." Volví a centrarme en la carretera. 

"Ella te adora. Y mi padre también cree que eres una buena chica, sólo que él no lo demuestra igual." 

"No me preocupo demasiado por eso, sé que él le dio un empleo estable y más que bueno a mi madre, suficiente para obtener mi respeto y cariño." Camila soltó una gran carcajada y yo la miré sin entender el porqué.

"¿Cariño?" Cuestionó entre risotadas. "¿En serio?" Reí junto con ella y asentí. 

"Pues aunque no lo creas, él muchas veces preguntó por mi familia y me dio paga extra para que pudiese comprarles cosas a mis hermanos." Se detuvo, incrédula. 

"¿Él hizo eso?" Asentí nuevamente. 

"También habla de ti como si fueses la luz entre las sombras. Es muy apasionado al conversar sobre tú y Sofi, ¿sabes?" Sus mejillas se coloraron y una tímida sonrisa hizo su camino por los bordes de sus labios. "Aquí estamos." Bajé y abrí su puerta, haciendo seña con una mano. 

"Gracias." Asentí con una sonrisa y presioné el botón de mis llaves para trabar las puertas y desenganché el coche de Camila del mío.

"¡Ahí están! ¡Me tenían con el corazón en la boca!" Rasqué mi nuca mientras Camila cerraba la puerta principal con llave. 

"Mami, ya estamos aquí, no hay necesidad de sermones." Rodó los ojos. 

"Lo siento, señora, prometo que no volverá a-"

"Sinu, Lauren. Dime Sinu." Demandó impaciente y el color se drenó de mi cara.

"C-claro, prometo que no volverá a pasar, Sinu." Su típica sonrisa cálida regresó, haciendo que la tensión se esfumara de la atmósfera. 

"Estaré tranquila en cuanto me digan qué ocurrió con tu camiseta." Apuntó con su dedo y luego se acercó a inspeccionar los daños. 

"Sólo son rasguños, mientras buscaba madera la tela se quedaba atascada en las ramas y ya sabe, así terminó." Reí nerviosa y Sinu presionó sus labios juntos, haciendo una mueca poco complacida. 

"Quítatela, cariño." Alcé las cejas, Camila lucía como si sus ojos estuviesen por salirse de sitio. "Te traeré otra camiseta simple, Alejandro tiene millones." Abrí la boca en un "Ah." y Sinu guiñó un ojo antes de subir por las escaleras, no estaba segura de si a mí o a Camila. 

"¡Iremos a mi cuarto, mami!" Gritó y me tomó de la mano, llevándome hacia el piso de arriba. 

Al llegar, Camila cerró la puerta y fue hasta su armario. "Estaré cambiandome en el baño, tú espera por la camiseta." Asentí furiosamente, me sentía algo intranquila sabiendo que ella estaría cambiándose a una habitación de distancia. Camila se metió al baño y rápido levanté la prenda, despojándome de ella y sosteniéndola en la mano. Al verlo, me di cuenta de que el corte ya había comenzado a cicatrizar y sonreí. 

Woah, tal vez sí valió la pena el dolor en la entrepierna que sentí por lo que creí fue media hora al menos. 

"Lauren, aquí tienes, es la más pequeña que encontré." Me ofreció una prenda de color gris oscuro. 

"Muchas gracias, Sinu." 

"No es nada, no hace falta que la devuelvas, como te dije Alejandro tiene muchas iguales." Rió alegremente y dio una palmada en mi hombro. "Iré a mi oficina, aún me queda trabajo por hacer." Sonreí y Sinuhe se marchó muy animada como siempre. Segundos después, la puerta del baño se abrió. 

Estoy empezando a creer que esto de intentar algo con Camz puede no ser muy bueno para mi salud.

"Traje unas gazas para eso, ¿todavía duele?" Negué sin poder ver otra cosa que lo que llevaba puesto, ese short era demasiado corto. "Perfecto. Quédate quieta y te pondré el desinfectante." Me mantuve como pude en mi lugar, Camila se inclinó, dejando su redondo trasero hacia arriba.

Planea matarme. Estoy segura.

Apreté mis dientes y como siempre, ante su tacto contraje los músculos donde su mano tocaba. "¿Estás segura de que no te duele?" La pasó inocentemente por mi estómago y la dejó debajo de mi cintura. 

La verdad es que no, no lo estoy. 

"Sí, Camila." Aseguré cerrando mis ojos. Limpió la herida y pegó la gaza con cinta de papel. 

"Listo." 

"Genial, muchas gra-" 

"Aún no he terminado, Lo..." Tragué en seco y volví a cerrar mis ojos, llevando mi cabeza hacia atrás. Camila dejó un suave beso junto a la gaza y se puso de pie. "Así no te dolerá luego." Rió como si nada. Suspiré, rogándole al señor que se apiadara de mí. 

Cuando sentí a mi cuerpo relajándose, me puse la camiseta y sorprendentemente... ¡Me quedaba muy bien! Era la talla perfecta, a pesar de no ser mía. Me vi al espejo y Camila se sentó en su cama, prendiendo su laptop. 

"¿Quieres algo de beber? ¿Un café, té, jugo?" Preguntó con su tersa voz mientas yo alisaba la prenda notoriamente nueva, con mis manos.

"Uh, no, no. Gracias, pero ya debería irme, no quiero dejar a mamá sola por más tiempo." Le di una media sonrisa como agradecimiento por la atención y agarré la camiseta rota del borde de su cama. Supuse que ella me seguiría para despedirme en la puerta, así que me giré decidida a salir. "Nos vemos mañana, Camz-" Una mano apretó mi antebrazo. 

"Espera." Jaló hasta darme la vuelta. 

"¿Qué pasa?" Alcé las cejas. 

¿Acaso...?

"Quiero..." Tuve que contener la sonrisa. "Dame un..." Cerró los ojos y suspiró. "Te odio." Bufó. Reí y golpeó mi pecho con su mano para después apoyar su cabeza ahí. "Quiero un beso antes de que te vayas." Alzó la mirada, mordió su labio inferior y ahora sí que yo estaba sonriendo como una tonta enamorada. 

Reí y apresé sus mejillas con mis manos. "Sólo tenías que decirlo." Junté nuestros labios en un tierno beso. Al separarme ligeramente, vi que aún tenía sus ojos cerrados. Los abrió y en un segundo se arrimó para juntarnos ella misma, llevando mi labio inferior entre los suyos y liberándolo con un sonido de 'pop'. Me hubiese gustado estar así todo un día... O dos.

"Ten cuidado, por favor." Besé su frente con una sonrisa. 

"Lo tendré." Acaricié unos mechones del sedoso cabello que caía por sus hombros. "Pasaré por ti para ir al insti." Afirmé más de lo que pregunté. "Y quédate aquí, hace frío fuera para lo que tienes puesto." No quise bajar la mirada porque eso sólo llevaría a no salir de esa habitación por otra hora y media, y todos sabemos que incluso todo ese tiempo no sería suficiente. 

"Llámame o envíame un mensaje cuando llegues a casa." Asentí y giré el pomo de la puerta, pero antes de salir me giré y la encontré todavía mirándome. Reí y Camila agitó su mano con el rostro tintado de rosado. 

Quizás sí valió la pena todo el drama si al final la tengo a ella. 

Nota: Estuvo aburrido, lo sé. No estoy conforme con el capítulo pero vendrán mejores cosas, se los aseguro. Hoy no tendré tiempo de escribir el cap 11 de Mates porque es el cumpleaños de una de mis mejores amigas, ¡pero prometo que estará pronto! No desesperen porque siempre va a haber un siguiente capítulo o una nueva historia, (literal porque tengo como un millón en mente) así que no hay de qué preocuparse. Amo lo que hago y no voy a dejar de hacerlo. 

PD: Estuve pensando y creo que le haré un trailer a ambos fics (o al menos voy a intentarlo jajaja). Pero si alguno de uds sabe de alguien que pueda ayudarme con la tarea, lo agradecería mucho porque digamos que no soy ninguna profesional en hacer videos, sólo he hecho algunos para presentaciones en el colegio y fueron buenos, pero no es lo mismo. 

Si les gustó, por favor voten, comenten, compartan, pásense por mi otro fic, (que pronto lo voy a actualizar) y tengan un hermoso día/noche. *heart emoji*

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