Soledad *[En Edición]*

By Mysagy

621K 35.4K 2.3K

Tras la muerte de sus padres, Diana es mandada a un orfanato. Ella solo quiere que los dos años que le quedan... More

Prólogo *[Editado]*
Capitulo 1: La llegada. *[Editado]*
Capitulo 2: Mi primer contacto con el mundo real.*[Editado]*
Capitulo 3: Mi pesadilla social continúa. *[Editado]*
Capitulo 4: El comienzo. *[Editado]*
Capítulo 5: El cambio. *[Editado]*
Capítulo 6: ¿Qué pasa aquí? *[Editado]*
Capitulo 8: Es el fin de mi soledad.
Capítulo 9: De malo a peor.
Capítulo 10: Explicaciones.
Capítulo 11: La elegida.
Capítulo 12: Pesadilla
Capítulo 13: Consecuencias.
Capítulo 14: ¿Qué pasa aquí?
Capítulo 15: ¿Puede haber algo más raro?
Capítulo 16: El baile.
Capítulo 17: Equivocación
Capítulo 18: Sensaciones.
Capítulo 19: Tengo una corazonada.
Capítulo 20: Sois unos críos.
Capítulo 21: Sentimientos contradictorios.
Capítulo 22: Henry
Capítulo 23: Los planes.
Capítulo 24: Transformación.
Capítulo 25: Deseos.
Capítulo 26: Ariana.
Capítulo 27: Mátame a mí.
Capítulo 28: Uno tras otro.
Capítulo 29: No hay duda, soy la elegida.
Capítulo 30: Solo dime, ¿por qué?
AGRADECIMENTOS.

Capítulo 7: La verdad. *[Editado]*

19.5K 1.2K 77
By Mysagy

Capítulo 7: La verdad. *[Editado]*

Ninguno de los tres parecía dispuesto a decir nada. Ya había entrado y cerrado la puerta tras de mí, pero no me había movido ni un milímetro, sus miradas desafiantes me lo impedían. Pero tras varios segundos de silencio me recordé el coraje con el que había entrado, así que me decidí a hablar.

- Si os estáis preguntando si he visto al lagarto gigante, la respuesta es sí – dije con tono irónico y haciendo ver que había oído la conversación.

Laurent apenas cambio su pose, se cruzo de brazos en señal de enfado, no recordaba haberle visto otra pose que no fuese esa. Gloria me sonreía, como siempre, y tal como había pasado en otras ocasiones, una oleada de paz me inundó por dentro. Jeremy se echó las manos a la cara en señal de desesperación, negaba con la cabeza y maldecía cosas en silencio. Y a pesar de todo, ninguno de los tres parecía dispuesto a decir nada.

- Podéis decir algo, no me importa – dije subiendo un poco el tono. Estaba empezando a enfadarme de verdad.

- No tenemos porque decirte nada a ti, niña. – dijo Laurent escupiéndome las palabras.

La actitud de Laurent empezaba hartarme. No entendía porque se comportaba así conmigo ni me interesaba, yo nunca le había hecho nada, pero sin ni siquiera conocerme ya me odiaba. Todo el mundo le tenía un gran respeto, pero él no era nada para mí.

- Mi nombre es Diana. –  dije aun más enfadada mientras me encaraba a él.

Lo tomo como una amenaza, dejo caer sus brazos y se acerco a mí con furia en su rostro. Quedamos a escasos centímetros el uno del otro, puede ver en sus ojos que él también lo había notado. Era justo lo que quería, sabía que si me peleaba con él saldría perdiendo, pero estaba dispuesta a dar el primer golpe y ese ya no se lo quietaría nadie.

De repente noté como alguien tiraba de mi cintura para atrás. Jeremy no me dejo cumplir mis deseos y tras dejar hueco entre nosotros, se colocó en medio de los dos y paró el avance de Laurent poniendo una mano en su pecho. Yo no quería una pelea entre ellos, quería pegarle yo.

- Basta chicos, sois muy infantiles. – dijo Gloria que se había colocado a mi lado y me había cogido de la mano.

Ese gesto no me pareció tan raro como debiera parecerme, Gloria era especial, me caía bien a pesar de todo. Era alegre y simpática, siempre que no estuviera Jeremy cerca. Además, era la única que parecía estar dispuesta a contarme la verdad, de hecho, lo ha estado desde el principio, cuando la escuché apoyarme en la sala de la segunda planta.

Los chicos no se relajaron ni un poco, aunque el ambiente de pelea había disminuido. Gloria tiro de mi mano para sacarme de ahí, ella no debía tener tan claro que no fuese a ver pelea. Entonces lo noté por todo mi cuerpo, fue como ráfaga de felicidad y paz que me dio como un puñetazo en el estomago. Empecé a ver borroso, mi cuerpo estaba tan relajado que apenas me mantenía en píe y tuve que sujetarme a algo, ni siquiera vi a qué.

- ¡Gloria, basta! – ordeno una voz que no fui capaz de identificar.

Estaba al borde del desmayo debido a esa sensación que no sabía de donde venía. ¿Qué me está pasando? Ya apenas veía, mis piernas eran incapaces de sujetarme y mis brazos ya no tenían fuerzas…

- ¡Uiss…lo siento! – dijo una voz musical.

Esa sensación me abandonó de repente, tan de repente que fue demasiado tarde, sentí mi cuerpo caer y chocar contra algo blanco y protector. Era como estar en casa, pero sin que mi cuerpo pudiese identificar ninguna sensación más.

Tardé un rato en recuperar poco a poco mi conciencia. Jeremy me tenía cogida en brazos y me miraba con la más sincera de las preocupaciones, él debía de ser mi protector, el que había hecho sentirme en casa. Me llevó hasta su cama y me dejo con delicadeza en ella, se sentó a mi lado antes de decir:

- ¿Cómo te encuentras?

- Ahora bien. – dije con una sonrisa tímida. - ¿Qué me ha pasado?

- Lo siento tanto, de veras que lo siento – dijo Gloria de repente. No se había movido del lugar en el que me había medio desmayado y su sonrisa había sido sustituida por la culpa.

Eso era, ella era la culpable de este sentimiento, pero… ¿cómo? No tenía sentido. De hecho, nada de esto lo tenía, nada de lo que había visto en dos semanas lo tenía y ya estaba harta de no saber.

- ¿Qué me has hecho? ¿Qué era el lagarto gigante? ¿Por qué os comportáis así? – hice una pausa para respirar profundamente y relajarme. Aunque antes decidí lanzar una última pregunta, quizás la más loca de todas aunque también la más importante - ¿Qué sois?

Porque ya tenía claro que no eran normales, no tenía ni la más remota idea de que podían ser, pero normales desde luego no.

- Quizás esto sería más fácil si os dejamos solos – dijo Gloria.

- ¿Qué? ¿No estaréis pensando en contárselo todo, verdad? – dijo Laurent.

La sensación de querer pegarle un puñetazo volvió. Aunque pude atisbar un abismo de preocupación en la mirada de odio de Laurent. ¿Eso sería por mí?

- Pues claro, ella ya ha visto demasiado, es mejor que lo sepa – contestó Gloria.

- ¿Mejor? ¿Qué pasará cuando se lo cuente al resto de sus amigos?

Hablaban como si yo no estuviese presente y aunque eso me molestara enormemente, al menos hablaban. Parecían estar llegando a un acuerdo.

- No lo hará – dijo ahora Jeremy mientras me miraba a los ojos. - ¿Acaso ha contado algo de lo que ha visto esta tarde? Ni siquiera le ha dicho a nadie que nos besamos. – me cogió de la mano y la empezó acariciar.

- Es solo cuestión de tiempo, Laurent. –dijo Gloria dulcemente mientras se acercaba a él. - ¿Cuánto tiempo crees que va a resistir Jer? Solo hay que verles juntos.

Mi corazón podía haber dado un vuelco ante la frase de Gloria, pero era difícil superar la sensación que era tener a Jeremy acariciando mi mano dulcemente, como si me quisiera de alguna manera, como si él también me amara, aunque eso lo veía difícil.

La mirada de Laurent se relajo conforme se le iba acercando Gloria, fue algo raro, Laurent perdía cierto de su atractivo relajado. Aún así, cuando posó sus ojos en los míos, la postura relajante ahora me parecía otra cosa, algo que no acababa de reconocer del todo.

Él también pareció darse cuenta de su estado, ya que apartó su mirada de la mía y movió la cabeza hacia los lados, como si intentara quitarse algún pensamiento no deseado.

- Te he dicho mil veces que no hagas eso conmigo. – dijo Laurent a Gloria muy enfadado.

Lo que me recordó a otro de mis misterios, un misterio que había conseguido que me desmayara hace un rato, algo a lo que aún no me habían contestado:

- ¿Qué es lo que hace? – esta vez solo se lo pregunté a Jeremy.

- Ella es capaz de producir energía positiva y transmitirla a los demás. – contestó sin dudarlo y como si entendiese una palabra de lo que había dicho.

Bueno, el problema no era que no entendiese el concepto, era obvio que sí ya que me había estado dando esa energía desde el primer día. Lo que no entendía era cómo podía hacerlo, ¿acaso era uno de esos casos raros en los que la gente nace con telequinesia o algo extrasensorial? Había casos documentados sobre el tema.

- ¿Me lo has estado haciendo todo este tiempo? – dije algo indignada recordando todos los momentos en los que me había sentido bien a su lado.

- Lo siento, pero es que sueles estar tan triste… creí que lo necesitabas. – dijo haciendo pucheros. – Además, no solo soy capaz de producirla y proyectarla, también siento el estado de ánimo de los demás. Ni te imaginas lo que es estar sentada a tu lado en clase, siempre salgo con ganas de llorar.

Eso me dolió. No quería sentirme culpable por sentir lo que sentía.

- Sí, creo que una idea si me hago. – dije con algo de ironía cínica. – Pero aún así, creo que te lo agradezco. Supongo…

Mis dudas eran razonables, aún no había pensado si me creía o no esa historia y ya le estaba dando las gracias por hacerme las clases más amenas. Tenía derecho a sentirme confusa.

- Nos llaman protectores. – dijo Jeremy. Esto parecía el inicio de la verdad y sabía que iba a poder soportarlo, porque su mano aún seguía acariciando la mía. – Nos encargamos de protegeros de la clase de monstruos como el que has visto hoy. Y siento mucho que hayas tenido que verlo.

Todo esto parecía una locura, aunque la mano de Jeremy conseguía tenerme serena, no podía evitar pensar que estaban locos. Pero de ser así, ¿significaba que yo también lo estaba? Aún veía ese monstruo en el techo de la piscina cuando cerraba los ojos.

Esto debía ser un sanatorio en lugar de un orfanato. ¿Y si por eso estoy aquí? ¿y si he estado en estado de locura desde la muerte de mis padres y acababa de despertar? Me sentía como en esas típicas películas de miedo en la que los protagonistas se pasan dos horas viendo fantasmas y luego resulta que los fantasmas son ellos.

- Estáis locos. – dije apartándome de Jeremy. Eso me dolió tanto que se reflejo en mi cara. ¿Por qué me dolía separarme de él? Solo era un chico, nada más.

- No, no lo estamos. – Intentó venir hasta mí, pero yo retrocedí hasta dar con la pared. El dolor era más grande y veía ese mismo dolor en su rostro, pero aún así no podía estar a su lado. – Diana, entendemos que te será difícil de creer, pero… tienes que confiar en mí.

Y eso fue lo peor que podía haber dicho, era como si ya no pudiese negarle nada y mucho menos no confiar en él. Como una de esas fe ciegas, mi cabeza no dudaba ni un segundo en ninguna de las palabras que él había pronunciado en mi presencia.

- ¿En qué os diferenciáis de la gente normal? A parte de la energía positiva o lo que sea que haga Gloria. – mi fe ciega me hacía querer saber más.

Todos me miraron con cara extrañados, todos menos Jeremy que me mostraba su mejor sonrisa. Supongo que no les podía culpar, esta convicción en una persona que apenas conozco, no era precisamente normal, pero ellos no eran quienes para juzgar la normalidad ¿no?

- A pesar de que todos somos protectores, cada uno tenemos una habilidad distinta. – me dijo Gloria ya que Jeremy seguía mirándome con esa sonrisa en la cara. – Mi fuerza positiva es bastante útil en una pelea, soy capaz de dejar inconsciente a mi adversario a base de felicidad.

- Eso no hace falta que lo jures – dije señalando el sitio en el que me había medio desmayado. Ella se rio de mi comentario.

- Yo soy excesivamente fuerte – me dijo Laurent con tono amenazante.

A pesar del tono, agradecí su colaboración con un gesto de cabeza. Aunque seguía habiendo algo en él que no terminaba de adivinar, no era el mismo odio que había mostrado al entrar en la habitación, esto era distinto.

Intenté no pesar más en Laurent y miré a Jeremy, esperaba que este me contara cual era su súper poder o como se llame esto, pero el seguía absorto mirándome, como si hubiese visto lo más alucinante del mundo. Le hice un gesto para que continuara y eso pareció despertarle.

- Yo soy veloz y no ando mal de fuerza tampoco. – dijo como si no fuera importante.

- ¿Qué es lo que hacéis aquí?

Había muchas cosas que no entendía, incluso otras muchas que me sorprendían, pero si yo fuese ellos, no me quedaría en un orfanato perdido de la mano de Dios.

- Esta casa pertenece a mis padres. Solo es un sitio en el que estar. –dijo Laurent. A pesar de que parecía haber accedido a contármelo, su tono era de constante malestar, más de lo normal.

- Pero, ¿por qué un orfanato? Podríais vivir aquí solos, sin estar escondiéndoos de nada. O podríais vivir en cualquier otro lado. ¿Por qué justo aquí?

- Es por una prof – empezó a decir Gloria.

- NO. BASTA – dijo Laurent gritando, interrumpiendo lo que fuera a decir Gloria. – Ya sabe lo que necesita saber, no le contaremos más hasta que esté lista o lo esté yo.

- Pero…  - protestó Gloria.

- Pero nada.

Esa frase de “hasta que esté listo o lo esté yo” me había dado que pensar. No quería decir que nunca debía saberlo, sino que él debía preparase a que yo lo supiera ¿por qué? ¿en qué le afectaba a él?

- Está bien – dije para mi asombro y el de todos. – Lo entiendo, creo. Cuando él esté listo, ya me lo contaréis.

Laurent hizo un amago de sonrisa, era su manera de darme las gracias y por alguna extraña razón, esa sonrisa me ponía nerviosa. Estaba enfadada con él por su comportamiento, pero al mismo tiempo sentía algo muy distinto cuando le miraba, como… comprensión, supongo.

- ¿Estás segura? – me preguntó Jeremy con curiosidad en sus ojos.

- No, no estoy segura de nada ahora mismo. Pero él no está preparado para decirlo y no sé si yo estoy preparada para escuchar más.

Y así lo sentía. A pesar de que quería saberlo todo, sabía que mi cerebro tenía un punto máximo de rarezas que podía soportar al cabo de un día, y entre el lagarto gigante y ahora esto, ya había superado las de todo el mes y con creces...

- Por fin has dicho algo sensato – me dijo Laurent levantando los brazos de forma teatral.

- Lo hago a veces, pero no es bueno que te acostumbres. – dije mientras le guiñaba un ojo.

Y de repente, sin ni siquiera estar preparada para ello, me dedicó una fugaz y tímida sonrisa.  Algo que no pegaba con los rasgos de su cara y que le hacían parecer una persona diferente.

- ¿Crees que podemos dejarles solos ahora? – le dijo Gloria a Laurent.

Él me miró y esa sonrisa había sido sustituida por esa cara que no lograba identificar. Aún así contestó diciendo:

- Sí, creo que sí. – pero sus ojos decían todo lo contrario.

Lo agradecí enormemente, necesitaba aclarar otras cosas con Jeremy, cosas más privadas y personales, cosas que me daban más miedo que cualquier cosa que haya pasado en el día de hoy.

- Pues entonces, ¡buenas noches chicos! – dijo Gloria muy animada.

Laurent no se despidió, salió casi corriendo de la habitación. Miré a Jeremy y me hizo un gesto para que no me preocupara por él. Solo importaba una cosa, por fin estábamos solos.

*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*

¿Y qué le pasa a Laurent? jajajaja!! Espero que os esté gustando el rumbo de la historia. Y ya saben, comenten lo que les plazca y no se olviden de pulsar la estrellita. Gracias :D

Continue Reading

You'll Also Like

2.3M 190K 71
(Continuación de La Academia de Dragones, Libro 2) #1 en Fantasía 17/12/16 #2 en Fantasía 10/4/17 #3 en Fantasia 16/8/16 #4 en Fantasia 14/8/16 #5 e...
3.9M 223K 105
Libro uno de la Duología [Dominantes] Damon. Un hombre frío, amante de los retos, calculador... decidido. Se adentra en un mundo desconocido, donde l...
48.4K 4.4K 23
Becky llega a la Universidad con su novia friend Y le toca sentarse con freen Qué es una chica interosexual Y tiene fama De usar a las chicas pero po...
1.1M 100K 48
¿Y si por accidente te ganas el odio del cantante más famoso del país? *♫* Kale es el cantante juvenil más amado de la década, pero está cansado de s...