Narra Melissa.
-No sé si podré venir esta noche, de todas maneras te llamo ¿vale?-dijo Justin mientras aparcaba en la puerta de mi apartamento. Asentí con una pequeña sonrisa que el correspondió.
Desabroche el cinturón de mi asiento y me acerque a el para depositar un beso en su mejilla, un beso lento. El actuó rápidamente y paso su mano por mi cuello agarrando suavemente mi nuca. Haciendo que nuestras caras no se separaran. Me puse nerviosa, como siempre al tenerlo cerca. El lo notó enseguida y besó lentamente la comisura de mis labios, haciendo que me estremeciera. Quitó la mano de mi nuca y nos separamos lentamente.
-Ten cuidado con el, si te lo encuentras o algo llámame enseguida. -dijo el después.
-Si, esta bien, no te preocupes. -dije sonriendole nerviosa. Baje del coche y cerré la puerta, el bajo la ventanilla de este para poder decir algo.
-Espero poder verte luego rubia. -dijo con una sonrisa picara. Yo sonreí abiertamente mientras negaba con la cabeza y mis mejillas se ponían rojas. El empezó a soltar carcajadas ante mi reacción. Subió la ventanilla del coche y mientras su risa se pausaba y se convertía en una mas tierna gesticulaba con la boca un "Adiós". Arrancó y desapareció por la carretera.
Toqué al timbre y Sara me abrió la puerta del portal. Subí por el ascensor, con un solo pensamiento Justin.
Había pasado la noche abrazada a el, entre sus brazos y con la más bonita de sus frases resonando en mi cabeza "Te elegiría a ti, una y mil veces rubia". Se podría decir que dormir con el era el paraíso, pero eso se quedaba bastante corto. Y más añadiendo cuando me desperté, mientras el acariciaba lentamente mi nariz, haciendo cosquillas sobre ella. Me había echo sentir tan bien que ni siquiera quería pensar en los contratiempos que nos impedían tener algo juntos.
-Sara... ¡Sarita! -dije llamándola al entrar por la puerta. Ella llegó al comedor y me miró extrañada. Por un momento había olvidado que todavía seguíamos enfadadas, bueno yo ya no. Debía pedirle disculpas por haber sido tan tonta con ella, y no haberla escuchado.
-¿Que?. -preguntó confusa.
-Yo... Mm, lo siento de veras. Tenia que haberte escuchado. Me comporte muy mal contigo, te echo de menos. -dije. Vi como una pequeña sonrisa se escondía tras sus labios. Y en menos de un segundo estaba tirada encima mía abrazandome.
-Yo también lo siento, fui muy directa, de verdad perdón. -dijo ella.
-Ya, no pasa nada, ¿todo arreglado, no? -le dije. Ella asintió. -Y ahora arreglate, vamos a pasar el día al centro comercial, te tengo que contar un montón de cosas y supongo que tu a mi también. Así que venga, va va. -dije metiéndole prisa mientras ambas reíamos.
[...]
-Aquí tienen sus pedidos. -dijo el camarero mientras nos entregaba los platos de ternera y ensalada.
-No me puedo creer que Ryan hiciera eso, por dios que bonito. -dije emocionada. Ryan le había llevado a una pequeña playa, donde la decoró con mantas y velas.
-Yo no puedo creer que durmieras con Justin y que te dijera eso... -dijo ella asombrada. Ambas echamos a reír. -Me alegra que Justin te dijera lo de Nick, yo no sabia como decirtelo cuando Ryan me lo conto. Ese tío es un imbécil, ni siquiera lo llames para dejarle, simplemente ignoralo.
-Si, por dios, que razón tenias... No debí utilizarlo, pero al fin y al cabo, el no era un santo ni mucho menos. -dije resignada.
-Espera, espera... ¿Utilizarlo?. -se echo a reír victoriosa. -Osea que reconoces que yo tenia razón y que lo estabas utilizando para olvidarte de... -la interrumpi.
-Si. aja, aja. Lo reconozco. Ya fin del tema. -volvió a carcajear victoriosa.
-Bien, pues ya que te pones sincera, yo reconozco que... Me encantó irme con Ryan y dejarte sin llaves, fue la mejor noche de mi vida. -dijo mientras sus mejillas se ponían rojas y se levantaba para ponerse su abrigo para irnos.
-Oh dios Sara... ¿Lo hicisteis?. -dije asombrada y curiosa.
-No... -dijo tranquila y aun nerviosa. -Solo estuvimos en el mar, besandonos, acariciandonos, y...
-¿...Y? -pregunté impaciente. Me estaba dejando con toda la intriga.
-¿Ese es Nick?. -dijo posando su vista al frente, me giré. Ella estaba en lo cierto, era Nick.
En cuanto me vio se acercó rápidamente a mi.
-Melissa, mi amor. ¿Por que no me coges el teléfono?. Tenemos que hablar. -dijo con una cara entristecida, que obviamente no me creía. -Ven conmigo, por favor. -mire a Sara, la cual negaba con la cabeza. Yo solo le susurré un "Tranquila".
-Esta bien... -dije no muy convencida. Empecé a caminar junto a Nick. Me dijo que íbamos a mi apartamento ha hablar.
-Podrías ir más despacio ¿sabes?. Nos vamos a estrellar. -dije inquieta.
-Quiero llegar cuanto antes. -dijo el.
-¿Para que? -pregunte confusa. Ya me estaba arrepintiendo de haberme subido a su coche y ir con el. Solo recibí como respuesta una sonrisa picara de su parte, lo que me hizo sentir un escalofrío por todo el cuerpo. Intente coger mi bolso para llamar a Sara, pero me lo impidió.
-Estate quietecita eh. -dijo en un tono serio. -Ya hemos llegado bonita. -dijo en un tono que me hizo asustarme de nuevo ¿que narices pretendía?.
Dio la vuelta al coche y me saco bruscamente de el, agarrandome del brazo. Me subió hasta mi apartamento prácticamente a empujones, mientras yo intentaba deshacerme de el. Me hizo abrir la puerta, y me introdujo duramente en mi apartamento.
En menos de un minuto me tenia contra la pared del comedor, atrapada. Besando sin control mi cuello y manoseandome de arriba a abajo.
-Nick, ¡¡sueltame, suelteme ya!!. -le dije dura, intentando no llorar.
-!Ya¡ Callate y no te pongas difícil. -dijo sin parar de tocarme. Le di una fuerte patada en sus partes bajas, y el se encogió de dolor por cinco segundos aproximadamente. -Zorra... Después me volvió a coger del brazo y me pego un fuerte guantazo en la cara, haciéndome caer al suelo. Me estremeci de dolor mientras tocaba mi mejilla y sollozaba, sin poder reprimirme. El se tiro encima mía estirando mi camisa, hasta romperla. Y seguir besando mi cuello.
-Dejame en paz, por favor. !No me toques¡. -dije entre sollozos. -Sueltame. -volví a gritar fuerte para que alguien pudiera escucharme. Nick no paraba ni un segundo, y se disponía a bajar sus sucias manos hasta mis pantalones. De repente escuché dos fuerte golpes en la puerta, y en el siguiente la puerta se abrió, dejando ver a Justin asustado y alterado.
-¡Justin!- solté un sollozo. El rápidamente se acercó a nosotros quitando a Nick de encima mía con una patada. Lo levanto cogiéndolo de el suelo por el cuello, y empezó a darle puñetazos en el abdomen sin cesar. Nick en un momento le devolvió unos puñetazos en la cara a Justin, lo que le hizo ponerse aun más furioso de lo que estaba. Lo estampó contra el suelo y le dio un fuerte puñetazo en la cara.
-Como te vuelvas a acercar a ella, o simplemente tocarla... -escupió cada palabra.
-¿Que? ¿que mierdas vas ha hacer?. -provocó Nick. Justin se abalanzó de nuevo sobre el, y le dio otro puñetazo en la cara, si seguía así lo iba a matar.
-Ya, Justin para, para. Por favor, -dije tocándole la espalda desesperada. Nick tenia toda la cara llena de sangre y destrozada, apenas se podía mover.
-Esto no sera nada comparado con lo que te pienso hacer si te vuelves a acercar a ella. -dijo mientras lo empujaba fuera de mi apartamento. -Largate. -Entró de nuevo y dio un fuerte puñetazo contra la pared, lleno de rabia. Yo estaba a unos metros de el, llorando sin parar.
-Mierda. Melissa, ¿Por qué coño te has ido con el?¿En que mierda pensabas, joder?. -dijo gritandome. La rabia que tenia se notaba en todas sus palabras. Me sentía tan asustada después de todo. Mi respiración iba acelerada y no podía aguantarme sollozar.
-Joder... Es que, yo... yo, no sabia... Nada, no sabia que pretendía. -dije entre sollozos, intentando que las palabras salieran de mi boca. Esto me superaba por momentos, no sabia que hacer me sentía tan mal. Salí corriendo hasta mi habitación.
Narra Justin.
No tenia que haberle hablado de esa forma tan brusca, debí haberme controlado y tranquilizarme. Ella estaba tan asustada y intimidada. Y normal después de lo que acababa de pasarle lo único que no necesitaba era que yo le asustara más o le gritara. Fui un idiota realmente, ella solo estaba asustada. Y yo encima le echó una bronca horrible ahora.
Fui corriendo detrás de ella y entre a la que creo que era su habitación para verla apoyada en su armario llorando con sus manos tapando su cara. Ella era tan inocente. Me acerque a ella despacio y la abrace lo más fuerte que podía, sin hacerla daño. Ella me agarro igual pasando sus manos a mi alrededor y abrazandome. Enterró su cabeza en mi pecho mientras continuaba llorando. No podía seguir viéndola así, era tan frágil.
-Lo siento... -susurré sobre su cabeza. Ella volvió a soltar un pequeño sollozo. Sentía que ella era la cosa más inocente del mundo.
La agarré de la cintura y la conduje hasta sentarnos en su cama. Puse mis dos manos en sus mejilas tranquilizandola y quitando sus lágrimas. Su respiración ya no estaba tan alterada y se estaba calmando. Después de todo lo que acababa de pasar una pregunta recorrió mi mente, no sé si era lo más adecuado ahora, pero quería saberlo.
-¿Estas mejor? -pregunté dudoso mientras ella tenia la mirada agachada. Me miró abriendo un poco los ojos. Todavía tenia sus ojos llorosos.
-S-si. -dijo mientras asentía agachando su mirada, sabia perfectamente que sentía mal. La mire directamente a los ojos por unos segundos y le di una suave caricia a su nariz, de forma tierna. Ella enseguida se puso nerviosa, como le solía pasar y se sonrrojo. Me encanataba cuando se ponia así, y más si era gracias a mi.
La abrace mientras sonreía tiernamente y pude notar como ella sonreía contra mi pecho.
Sara llegaría pronto. Mientras, yo intentaba distraer y hacer sonreír a Melissa para que no pensara en lo que había pasado. Le había contado lo que había echo hoy en el estudio y que estábamos haciendo una nueva canción. Todo esto sucedía mientras ella estaba acurrucada contra mi, y yo la sostenía en mis brazos.
-Entonces una nueva canción... ¿no?. -dijo ella. Ni siquiera la estaba escuchando. Me había quedado embobado mirando sus labios, y creo que ella se había dado cuenta.
-Aja... -dije sin prestarle atención. Seguía con mi vista fijada es su preciosa boca.
-¡Justin, no me estas escuchando! -dijo ella dándome un suave golpe en la barriga. Haciéndose la ofendida, como suele hacer ella, pareciéndose a una niña pequeña, tan dulce. Empecé a reírme a carcajada limpia, sin separarme un milímetro de ella, y ella hizo igual. Nos habíamos acercado más de lo normal, nuestras narices se rozaban suavemente y dejamos de reír lentamente. Abrí camino con mi mano entre su pelo, y la coloqué en su cuello acercándola más a mi. Nuestros labios se juntaron poco a poco y estaban encajados el uno con el otro, pero sin moverse.
-¿Por qué...?. -no sabia lo que iba a decir, pero yo hable por encima de ella.
-Eres irresistible rubia... -dije poniendo mi otra mano en su rostro, delicadamente.
-Pero... -intentó decir ella, en un susurró.
-Pero nada. -dije yo, poniendo ahora mis dos manos sobre su cara. Intentar entablar una "conversación" como la que acabábamos de tener de esa manera, con nuestros labios tan perfectamente encajados mientras se rozaban, era incontrolable, Melissa me volvería loco.
-¡Melissa!. -dijo Sara mientras entraba por la puerta principal. -Melissa. -volvió a gritar.
Melissa y yo nos separamos enseguida. Ella se levanto de mi pecho y se sentó.
-Estamos aquí. -grito ella. Sara entro y se abalanzó sobre ella, abrazándola.
-No sabes el susto que me has dado.
-No te preocupes más, estoy bien. -dijo Melissa sonriendole.
-Bueno, yo me tengo que ir, me esperan en el estudio. -les dije. Melissa puso cara de decepción, yo me acerque a ella y le di un pequeño abrazo. -Tu y yo tenemos cosas pendientes... -susurré en su oído mientras la abrazaba. Ella sonrió y me separe.
-Adiós Sara. -le di dos besos.
-Hasta luego Bieber, y gracias. -dijo ella. Me aleje y antes de salir le guiñe un ojo a Melissa.
Arranqué mi coche y me dirigí al estudio, todavía me quedaba una larga tarde allí.