Un poco más de pintalabios... Y listo. Ya estaba arreglada. Me había vestido sin exagerar, unos shorts, un palabra de honor azul oscuro y unos tacones sencillos. Supongo que iba a pasar frío, pues estábamos en noviembre, pero dentro de la discoteca no hace frío. Me di un poco de prisa para terminar en el baño, pues Nick venia a recogerme y no quería hacerlo esperar. Sí, así es, hoy el también venia con todos nosotros. Era realmente un amor, tan simpático y cariñoso.
Salí del baño y divise a Sara colocándose los tacones en el sofá. Por las pocas palabras que habíamos intercambiado, sabia que ella venia a recogerla Ryan, que al parecer ya tenia su coche arreglado.
-¿Puedes quedarte mis llaves y luego antes de irme las recojo?. -pregunté en tono normal. La verdad es que no llevaba bolso y no tenia donde meter las llaves de mi apartamento. Y aunque todavía estuviéramos enfadadas, no creo que le importase guardarmelas.
-Si, dejalas en mi bolso. -dijo un poco indiferente. Guarde las llaves en el bolso de Sara y salí por la puerta. Bajé y Nick ya tenia su coche aparcado en la puerta.
Le sonrei al entrar y con un pequeño beso nos saludamos.
-Estas espectacular amor. -dijo muy sonriente. Yo le devolví la sonrisa.
-Tu también vas muy guapo tonto. -le dije coqueta.
Arrancó el coche y nos dirigimos a la discoteca mientras hablábamos de diversas cosas. Al llegar era un poco temprano así que propuso que esperáramos a los demás en el coche, pues fuera hacia bastante frío.
No sé exactamente como empezamos esa pequeña batalla de besos, pero me estaba resultando incomoda. Nick subía su mano por mi muslo sin reparo y con la otra masajeaba mi cintura. La cosa se me estaba yendo de las manos, no sé exactamente que pretendía, pero no lo iba a permitir. Continuó dando besos en el cuello.
-Mm... -no sabia que decir, hasta que ví a todos llegar desde el final de la calle, incluso Justin. Iba demasiado guapo, como siempre. Llevava una gorra que le tapaba la cara, para que nadie lo reconociera supongo. -Eh, Nick, mira hay están mis amigos. Vamos. -le dije, era la mejor evasiva. Asintió dejando de sobarme y bajamos.
Era una situación... ¿Rara e incomoda? no sé, era un tanto difícil de explicar. Sara me miraba con una simple indiferencia. Ryan mi miraba ¿confuso, tal vez? no lo tengo muy claro. Y Justin... Justin era un cumulo de cosas, se podría decir que fulminando a Nick primero, después posó su vista en mi, mientras abría un poco los ojos al mirarme, indiferencia, si eso mostraba, pero ala vez podía notar a kilómetros que no le hacia ninguna gracia.
Nos saludamos todos, lo único que no había sido incomodo eran los saludos con Alis, Brit, Nate, Trey y Trent. Ellos estaban bastante alegres, todos saludaron a Nick normal y simpáticos. Excepto Justin, que le dio un apretón de manos de un segundo mirándole escasos instantes y soltando chispas por sus ojos. Creo que Nick no lo notó, solo fueron unos segundos.
[...]
No sé en que momento decidí beber tanto, bueno más bien si sé, Nick me incitó bastante, tenia ganas de pasármelo bien así que no me negué. Notaba como el alcohol circulaba rápidamente por mi sangre y como las piernas me flaqueaban al andar. Había bebido más de la cuentas, estaba ebria.
Pero me daba igual, la noche estaba yendo genial. No paraba de bailar ni un segundo con Nick, quien no bailaba muy bien, pero por lo menos era divertido. El también había bebido bastante lo cual hacia que ambos nos rieramos y besaramos por cualquier estupidez. El tampoco perdía el tiempo en apegarme a el. Hubo un momento en el que no sé ni porque le deje hacer aquello. Estaba besando mi cuello fuertemente, eso me recordó a Justin y un ligero apretón invadió mi pecho. Nick seguía en su linea.
-¿Vamos al baño? -susurró en mi oído. Era yo o me estaba insinuando ir al baño a ...¿?. Sera el alcohol supongo. -pensé.
- ¿Que?. -pregunté.
-Que voy al baño amor. -asentí y me fui a sentar en la mesa, en la cual solo estaban Ryan, Sara y Justin. La parejita antes de que yo llegara ya se estaban levantando muy acaramelados de la mesa, por lo tanto me dejaban sola con justin.
Narra Justin.
Que jodida manía tenia Melissa con ponerse esos pantalones cortos que me llevaban a la perdición, y lo peor era que el tal Nick era el que podía disfrutarlos.
Pues sí, mi humor desde que me enteré de que están "saliendo" no es precisamente bueno. Y menos ahora que el idiota ese había pasado toda la jodida noche bailando con ella. Ni un segundo, no se han separado ni un maldito segundo. Y lo sé porque no he dejado de mirarla en toda la noche. Tampoco tenia otra cosa que hacer, no pensaba ni mucho menos beber después de la resaca que tenia hoy por la maldita fiesta de ayer.
-¿Celoso? -preguntó Ryan.
-Ryan si te conté todo lo de Melissa no es para que ahora me estés dando por culo. -le contesté. Si vale estaba muy, exageradamente, muy celoso.
Llegó Sara con su bolso, ya se iban.
-Bueno Justin, aquí te quedas tu y tu perfecto buen humor, nos vemos bro. -levanté la mano en forma de despedida y ambos se fueron.
Al instante Melissa estaba sentada enfrente mía. Yo solo la miraba intensamente a los ojos, sin apenas parpadear. Se notaba a distancia que estaba más que ebria, al igual que el imbécil de su novio, que no había parado de beber.
-¿Es que no vas a dejar de mirarme en toda la noche? -me preguntó. Sonrei por mis adentros, por muy celoso que estuviera cuando se ponía así de directa era tan sexy.
-Si me has visto mirarte, significa que tu también me has mirado, lo que conlleva a que nos hemos mirado, ambos rubia. -dije marcando las palabras con una sonrisa de autosuficiencia. Ella me fulminó con la mirada.
-No te soporto. -dijo directa.
-Yo no soporto a tu novio. -dije sincero.
-Ni yo a la tuya.
-Se nota a distancia. -le dije yo.
-¿Quieres que te diga lo que se nota a distancia? -dijo mientras se levantaba de su asiento y acercaba nuestras caras. Asentí con una sonrisa y mirándola directamente a los ojos. -Que estas muy, muy celoso. -dijo con nuestros labios casi pegados, mientras sentía su cálido aliento rozar mis labios... Y joder. La conozco bastante y sé perfectamente que si no estuviera ebria no se hubiera a atrevido ni a decir, ni a hacer eso. Pero debo decir que era la cosa más excitante del universo.
-Melissa, vámonos. -interrumpió el idiota de Nick, con una mala cara. La agarró del brazo y intentó caminar, pero no funcionó.
-Melissa tu no vas a ningún lado. Estas borracho invecil. No la vas a llevar ningún lado. -dije yo mientras la sostenía de la muñeca.
-¿Y tu que coño quieres? -me dijo Nick.
-Partirte la boca, pero me guardo las ganas. Vamos anda. -dije la ultima parte a Melissa, en tono más tranquilo.
-Eh, eh, eh. Suelta a mi novia. -dijo resaltando el "mi". Ya esta, había colmado mi paciencia. Solté la muñeca de Melissa y le di un buen puñetazo en toda la cara, el muy imbécil se cayo hacia atrás al instante. Sabia que si tenia mala suerte esto podía tener consecuencias, si se corría la voz y la prensa se enteraba o las fans, pero en ese momento me dió igual. Cogí a Melissa otra vez y la arrastré hasta mi coche mientras ella no paraba de quejarse.
-Subete. -le dije serio.
-No.
-Subete o te subo yo. -entrecerró los ojos fulminandome. Comencé a caminar hacia ella para cogerla.
-Vale, vale, esta bien ya me subo. -dijo frenandome. -Pero es que tengo que ir a buscar a Sara, ella tiene mis llaves. -me informó ella. Ryan se había ido hacia ya un rato con Sara juntos, el se la iba a llevar a no sé donde.
-Subete, te vienes conmigo. -dije dando la vuelta al coche y entrando.
-¿Que? Bieber, ¿que dices?. -dijo sorprendida.
-Sara se ha ido con Ryan, y no va a ir al apartamento. Por lo tanto o te vienes a mi apartamento o duermes en tu portal. -dije directo.
-¿A donde han ido? -preguntó.
-No lo sé. -era la verdad, no tenia ni idea de que tenia preparado Ryan.
Ella mi miró un poco confusa y con los ojos bastante abiertos. Seguramente la idea le incomodaba, al contrario que a mi, que me había encantado la idea de que se alejara del imbécil de Nick.
El trayecto se me había hecho corto, ya estaba aparcando en el garaje. Durante el trayecto Melissa en un principio había estado inquieta, yo intentaba mandarle miradas tranquilas para que no estuviera tan inquieta y ella las recibió de buena forma. El camino no fue muy largo, pero ella estaba cansada y ebria, así que no tardó mucho en apoyar su cabeza en el cristal y dormirse. Estaba tan inocente y tierna.