-Vale, vale. Recapitulemos... Osea que cuando salimos del concierto y Justin te dijo que fueras con él, te dijo que estaba muy bien con Selena y que podíais ser amigos... –puso cara de pensativa y entrecerro los ojos-. ¿Amigos?... –volvió a repetirlo. Incrédula.
-Aja. –asentí como si nada. Haber, tampoco había que darle tantas vueltas al tema. Yo simplemente no se las daba era una tontería seguir pensado en algo así, que ya es pasado. Claramente Justin me gustaba o me gusta, eso no lo tengo muy claro la verdad. Aparte apenas lo veía últimamente. Pero ya nunca pensaba en el, porque si lo hacía me sentía rara y molesta a la vez, así que sencillamente lo deje pasar.
-Y ahora te estas arreglando así de... –me miro de arriba a bajo-. Excesivamente guapa, para ir a salir con... ¿Nicko?. –reí.
-Es Nick, y si ¿que pasa?.
-Nada, sencillamente creo que vas muy rápido.
-Por supuesto que no Sara, a Nick se le ve buen chico, he estado hablando con el por mensajes, es divertido, gracioso, simpático y guapo. –dije yo. Sí, llevábamos unos días hablando mediante mensajes. Continué-. Y no creo que tenga cientos de cámaras persiguiéndolo por todos lados, mil millones de fans y una novia. Así que es todo lo contrario a Justin, y eso esta bien.
-Tampoco conoces al tal Nick, Melissa. –dijo obvia.
-Por eso he quedado con el hoy, para conocernos... –dije sonriente.
-Mm... –dijo evitando responderme. Sabía que ella tenía una opinión muy diferente a la mía.
-Vamos, di lo que piensas. –dije serena.
-Creo que utilizas a Nick para... –la interrumpi, un poco alterada.
-No estoy utilizando a Nick para nada, él me gusta.
-Por dios Mel, solo lo has visto una vez. –dijo rodando los ojos.
-He estado hablando con el por mensajes.
-Eso no es nada, no cuenta... –rodó los ojos otra vez. Yo di un grave suspiro.
-Y bueno... lo que te iba a decir aparte, es que, sabes perfectamente que Justin y tu no podéis ser amigos. Por eso buscas evasivas con Nick. Justin y tu podéis ser o todo o nada, no amigos. –dijo directa.
-Nick no es una evasiva. En fin, adiós Sara, luego nos vemos. –dije saliendo por la puerta.
Bajé cabreada las escaleras y me fui acercando a la carretera para pedir un taxi. En unos minutos el taxi llegó y me adentre en el. Le indiqué al conductor donde me debía dejar y el asintio y puso rumbo al centro.
Tardo menos de diez minutos, mi apartamento no estaba muy lejos del centro. Le pagué el viaje y me bajé agradeciéndole.
Me acerque caminando hacia el Starbucks y divisé a Nick en la puerta. El me vio y al instante pinto una sonrisa en su cara.
-Hola Mel... estas muy muy guapa.
-Hola Nick. –dije risueña. Me sonroje un poquito-. Muchas gracias.
-Es un placer, ¿entramos?. –asentí.
Al entrar escogimos una mesa un poco al fondo y Nick me ayudo a sentarme en mi silla. Que caballero, pensé.
Una camarera llegó y ambos pedimos lo que nos apetecía. Yo pedí un capuccino y un brownie, y Nick un cafe normal y una magdalena, creo.
Nos miramos unos segundos, era algo incomodo. Yo no acostumbraba a salir con nadie sin conocerlo, pero Nick era una excepción.
-¿Jugamos al juego de las diez preguntas? –dijo rompiendo el hielo, pícaro.
-Empieza. –sonrei.
-¿Edad?
-Diecinueve.
-¿La tuya?
-Veinte. –hm, perfecta edad, pensé
-¿Novia?. –me adelanté.
-No, ahora solo me gusta una chica. –oh, por dios, que dulce. Me sonroje.
-Mm... ¿y quien es esa chica?.
-Pues una chica rubia, con unos ojos hipnotizantes, una sonrisa muy bonita... –vale, alomejor estaba yendo muy rápido, pero habíamos tonteado bastante por mensajes, no era excesivo lo que me estaba diciendo-. Y tú, ¿tienes novio?.
-No, pero tal vez... me guste un chico. –dije interesante. El tomó mi mano y me puse un poco nerviosa.
-Aquí tienen sus pedidos. –dijo la camarera. Los dejó en la mesa y se fue.
-¿Por donde íbamos?. –dijo Nick.
[...]
La tarde se había pasado prácticamente volando. Estuvimos hablando de un montón de cosas. Yo le conté un poco sobre mi, de mis practicas, por donde vivía, de donde era mi familia, le hable también de mis amigas. El, al igual me hablo un poco sobre el mismo, sus gustos, me comentó también que su familia era de Chicago, y me dijo que vivía aquí, cerca del centro comercial en un piso con un par de amigos. También estuvimos coqueteando demasiado. Cada dos por tres el insinuaba cosas y me hacia cumplidos. Me regalo incluso una pequeña flor. Nos mirábamos constantemente a los ojos y pude notar un par de veces como tenía ganas de besarme, sinceramente era una tentación.
Recogí mi bolso y Nick me ayudó a levantarme para irnos, ya era tarde, casi las doce de la noche. Salimos a la puerta del StarBucks y se quedó mirándome soltando pequeñas carcajadas.
-¿Que, que pasa? –dije sonriendole.
-Tienes... una pequeña cosita... ahí. –se acerco a mi acortando demasiada distancia. Apoyo su mano en mejilla y acerco mas nuestras caras. Quedando muy pegadas.
-¿Puedo quitartela? –dijo pícaro. Yo me sonroje un poco y luego agache la cabeza un poco, en forma de asentimiento. No estaba segura de que estaba haciendo, era demasiado pronto, solo me dejaba llevar.
Nick depositó un pequeño beso en la comisura de mis labios y luego otro un poco más largo en mis labios. Se apartó lentamente y me miro.
-Ahora mejor. –dijo sonriente. Yo solté una pequeña carcajada.
-Bueno, me tengo que ir ya, ¿hablamos vale?
-¿Te acompaño?.
-No, no hace falta. Voy a coger un taxi. Adiós Nick. –dije sonriente. Él se acercó otra vez a mi para despedirse y depositó un pequeño pico en mis labios.
-Adiós, Mel. –y comenzó a caminar en dirección contraria.
Subí al taxi que acababa de llegar y le indiqué al nuevo conductor la dirección.
Había sido una tarde perfecta, Nick tenía todo lo que necesitaba. Tal vez había ido demasiado rápido, pero creo que no me equivocó, Nick es buen chico.
Recordé a Sara. No me gustaba enfadarme con ella. Pero es que me metía a Justin por todos los lados y casi en todas las conversaciones. Sé que tal vez tenía razón, y yo era muy cabezona. Pero no estoy de acuerdo en nada con ella. No estoy utilizando a Nick, él me gusta un poco, y me cae muy bien. Así que eso no es utilizar. Además ni siquiera lo busqué yo.
El taxi me dejo en la esquina de la calle de mi apartamento, le pagué y bajé. Me puse a caminar en dirección al portal. Busqué las llaves mientras caminaba hasta que llegué.
-¿Justin? ¿que haces aquí?. –estaba plantado en el portal de mi apartamento. Unos nervios repentinos circularon por mi estomago. Iba vestido de manera sencilla pero tan guapo como siempre, llevaba unos vaqueros, una sudadera negra y unas supra rojas, acompañado de una de sus típicas gorras, puesta del revés.
-¿Melissa?... –me miro de arriba abajo-. Vengo a por Rayn, se le ha estropeado el coche y quería ver a Sara, ya sabes, ahora no se separan.
-Hm, –sonrrei-. Si, son muy tiernos, estan todo el día pegados. –volví a reir y el conmigo.
-Y bueno, ¿que tal? –dijo para no crear un silenció.
-Bastante bien. –sonrrei y me toqué el pelo nerviosa. Ambos dimos unos pasos hacia adelante y nos juntamos un poco.
-Me alegro, vas muy guapa... ¿sabes? –dijo mientras cogia mi pelo y lo metía por detras de mi oreja. Me miraba de manera incisiva a los ojos, muy tierno. Yo solo le sonrreí timidamente.
-Y tu ¿que tal con... Selena?. –dije en un tono normal y curioso. Él carraspeó una vez y se echó denuevo hacia atras.
-Muy bien. –dijo seco e incomodo. Lo miré desconcertada.
-Bueno Justin, nos vemos. –dije entrando al portal de mi apartamento. Un poco confusa, no me sentaba bien verle, me dolía un poco aún. Agarró mi mano tiernamente.
-Se te ha caido esto. –dijo entregandome la flor que Nick me había regalado. Mierda.
-Oh... eso... –no sabía que decir.
-¿Estas saliendo con alguien?... ¿ya? –preguntó un poco confuso y frunciendo el ceño. No me había gustado su ultima pregunta. Como que "¿ya?". Por dios, él era el que menos podía hablar.
-No te interesa, pero aun así, eres el menos indicado para hablar ¿sabes? –dije molesta. En ese momento bajo Ryan y se acercó a nosotros, nos miró a ambos.
-¿Interrumpo algo? –dijo Rayn.
-No hay nada que interrumpir Ryan. –dije yo, mirando directamente a Justin.
-Exacto. –dijo yendose hacia su coche junto a Rayn-. Pon tu florecita en agua, para que no se te seque. –dijo ironicamente y con un toque de rencor.
-Idiota.
-Niñata. –lo fulminé con la mirada y cerré la puerta del portal de un portazo.
Eran increibles las ganas que tenía de darle un buen guantazo. Subí por el ascensor. Recordé de nuevo nuestra conversación y sonrreí ante la idea de que se había puesto celoso. Pero enseguida la borré. No podía permitirme volver a caer en él.
Entre en silencio al apartamento y me encerré en mi habitación. No tenía ganas de hablar con Sara.