Raging //Evak, Skam

By lepidawrittes

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Prólogo.
Capítulo 1:
Capitulo 3:
Capítulo 4:
Capítulo 5:
Capítulo 6:
Capítulo 7:
Capítulo 8:
Capítulo 9:
Capítulo 10:
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14:
Capítulo 15:
Capítulo 16:
Capítulo 17
Capítulo 18:
Capítulo 19:
Capítulo 20:
Capítulo 21:
Capítulo 22:
Capítulo 23:
Capítulo 24:
Capítulo 25:
Capítulo 26:
Capítulo 27:
Capítulo 28:
Capítulo final:
Epílogo:

Capítulo 2:

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By lepidawrittes

"Se respira sexo hasta en el rincón más escondido y perdido de la casa"

Eso fue lo primero que pensé en cuanto entré por la puerta y todos mis sentidos analizaron la estancia. Habían cientos de personas, apenas había espacio para moverse abiertamente. Hacía tal peste a una mezcla de alcohol, marihuana y tabaco que parecía que tuvieran a un muerto descomponiéndose en la casa.

—¡he quedado con Isabel a las doce y pico!—Grita resplandeciente.—¡me va a presentar a una amiga que busca rollo estable! ¡esta noche va a haber tema, tío!—Exclamó Jonas en mi oído queriendo quedar por encima de la música.

Y esque tiene razón, hay mucha gente ya borracha, aún queda mucha droga y mucho alcohol de por medio. Jonas, con su fuerte sexappeal que al parecer, fascina a todo aquel que tiene el "privilegio" de hablar con él o saber de su existencia estará acompañado esta noche, lo sé, es un hecho que aunque me joda no podré evitar. Mucho alcohol y drogas que harán de esta noche una muy movidita con poca prudencia. Ellos serán los que follen mientras que a mí, literalmente, me seguirán cayendo chicos y chicas muy pasados de copas a los brazos porque, de hecho, ya se me ha caído una chica encima a la que entre Jonas y yo hemos tenido que ayudar a levantarse.

Si acabamos de llegar y ya se ha caído una chica encima mía está claro que a lo largo de la noche seguirá pasando. Solo hay que ver el panorama para saber que será una noche larga. Tanto chicos como chicas convertirán esta noche en una que no puedan olvidar por lo que sea, eso es lo que hace el alcohol.

Va a ser una noche llena de errores adolescentes. O no.

Nos quedamos un rato por allí simplemente mirando a nuestro alrededor. Ni Jonas ni yo teníamos ni idea de como coño se bailaba en una fiesta sea de la temática que sea. Pude ver a Eva bailando con un tío y antes de que Jonas mirara Magnus apareció delante de nosotros tapando justamente a la pareja. Respiré aliviado y sequé el sudor frío que caía por mi frente.

Bendito Magnus ¿Que haría yo sin él?

—¡Que ambientazo! ¡Para tu cumpleaños una fiesta como esta!—Exclamó meneando la cabeza al ritmo de la música. Parecía que se la dislocaría en algún momento y que se le saldría del sitio.—¡Chavalada! ¡En un mes es el cumpleaños de Isak!¡Estáis todos invitados!—Chilló y todo el mundo empezó a chillar y aplaudir.

Se podría decir que la fiesta gracias a otra fiesta se animó mucho más.

—Eres un idiota, tío.—Reí y despeiné su pelo pero el seguía intentando dislocarse el cuello tan contento. Intenté imitarlo pero justo apareció la persona que menos quería ver y se me quitaron las ganas.

—Hey chicos.—Apareció Mahdi. Rodé los ojos.—He traído lo nuestro.—Comentó y juraria que los ojos de Jonas y Magnus se iluminaron como las ecografías de Augustus Waters.

—¿La tienes aquí?—Preguntó Magnus.

—Sí.—Asintió y miró hacia los lados. Sacó de su cartera de piel falsa una bolsa con aquella cosa verde tan parecida al musgo llamada marihuana.

—Dios que bonita es...—Los ojos de Magnus parecían salirse de sus orbitas.

—Es maravillosa...—Dijo Jonas con los ojos al igual que mi otro amigo.

—En el baño no hay nadie, vamos.—Sugirió. Primero me miró a mí como si tuviera alguna autoridad sobre el grupo y luego miró a los demás. Asentimos sin más y empezó a empujarnos para que fueramos al baño. Me hice a un lado mirándole mal y le dije:

—Puedo encontrar el baño solo por mi propio pie, pero muchas gracias, ha sido un detalle por tu parte.—Declaré con falsa molestia. Subí las escaleras saltando los escalones de dos en dos.

Cruzamos el pasillo con cuidado de no tirar nada. Un grito salió de la boca de Jonas. Todos nos dimos la vuelta hacia él pensando que se habría clavado un cristal en el pie pero lo encontramos sosteniendo un pequeño marco del tamaño de un libro.

—No ha quitado la foto...—Murmuró. Me acerqué a él y pude ver la foto que estaba mirando. Supongo que al igual que yo sintió la nostalgia y los recuerdos volver a su mente gobernada por los videojuegos y el porno que ve todos los viernes por la noche. En la foto estabamos Jonas y yo  cogiendo a Eva en brazos tipo como en las bodas. Supongo que a él la foto le dirá muchas más cosas que a mí.

—No se le habrá ocurrido quitarla. Seguro que ni se acuerda de que tiene ahí el marco.—Le resté importancia para no crearle una falsa ilusión a mi amigo.—Deja ese marco ahí. Es por tu bien.—Le aconsejé y tiré de su brazo obligándolo a seguir caminando. Una luz tenue salió de una puerta al final del pasillo y se asomó Mahdi con su asquerosa sonrisa triunfal chillando con su asquerosísima voz de fumeta que el baño era todo para nosotros.

—Está como una puta cabra.—Dijo Magnus al pasar por mi lado. Cuando se alejó lo suficiente levanté la cabeza y miré al techo.

—Jesús, Alá, Darwin o quien sea que haya por ahí arriba, dadme paciencia para no asesinarlo.—Pedí mirando metafóricamente al cielo y al entrar al baño me llegó el olor a porros. Deseé con todas mis fuerzas salir corriendo, pero tendría que hacer un esfuerzo por no hacerlo nada más entrar a la fiesta. Miré a mi alrededor buscando un lugar donde sentarme y al no encontrarlo simplemente me tumbé en la bañera.

—¿Lo habéis traído todo?—Inquirió Mahdi sacando la bolsa con la maría dentro.

—Claro, alcohol, cachimba, tabaco...—Respondió Jonas sacando de la bolsa de plástico un par de botellas con bebida alcohólica, una cachimba y un par de cajetillas de cigarrillos.

—Y caramelos de menta.—Añadí hurgando en el bolsillo de mi chaqueta. Encontré la bolsita de los caramelos y los saqué de mi bolsillo para mostrarlos.—Ya sabéis, para el aliento...—Todos me miraron raro.—¿Protocolo anti-padres? ¿Recordais?—Se miraron entre ellos y cuando recordaron todos soltaron un "¡Ah si!" y luego un "¡Es verdad!" pareciendo de lo más idiotas. Dejé los caramelos por ahí y dejé la cachimba apoyada en el bordillo de la bañera.—¿Nadie más piensa usarla, no?—Pregunté pero todos estaban ocupados enrollándose un porro. Me encogí de hombros e introduje la boquilla en mi boca, luego expulsé todo el humo que había inhalado.

—¿La Eva se ha vuelto muy puta, eh?—Comentó Mahdi dándole una calada a su porro. Aunque fuera su primer porro de la noche como si fuera el décimo, no hace más que decir gilipolleces.

—No sigas por ahí.-Le advirtió Jonas.—Porque te golpearé.—Apretó la mandíbula y los puños al mismo tiempo. Nada bueno iba a salir de esta conversación.

Buena forma de empezar la noche.

—Tronco, supérala ya. Ni que estuviera mintiendo.—Vaciló él riéndose claramente con maldad. Y todos creían que yo deliraba con que Mahdi es un puto gilipollas. Ahora tendrán que creerme, sino esque me retiro, tronco.

Jonas se alzó de un brinco y agarró al moreno de la garganta empujándolo contra la pared. Juraría ante la tumba de mis abuelos que nunca lo había visto tan enfadado. Empezó a asfixiarle. El rostro de Mahdi empezaba a ponerse de todos los colores. De marrón oscuro casi negro su piel había pasado de rosita a rojo y de rojo a un morado tirando para azul.

—¡Haz algo!-Me pidió Magnus. Yo solo reí y le robé su porro. Le di una calada y sonreí.

—Este es el mejor día de mi vida.—Le respondí. Prometí que no fumaría, pero la situación lo merece. Estaba más que divirtiéndome viendo sufrir a Mahdi entonces colaboro para que mi diversión se prolongue.

Magnus rodó los ojos y se interpuso entre Jonas y Mahdi hasta que consiguió separarlos. Pasó lo típico,se dedicaron unos cuantos comentarios ofensivos, se reprocharon cosas, luego se pidieron perdón, se abrazaron y volvió el buen rollo junto con mi aburrimiento.

—Te hubiéramos comprado si no nos hubieras dicho que no fumarias, cabrón.—Me regañó Jonas.—Pero no. Aquí el señorito Valtersen va de sano por la vida pero luego es más fantasma que casper.—Me reprochó de cachondeo.

—Que cabrón.—Dije yo y le despeiné el pelo (si esque eso se puede despeinar más)

—Bueno hablemos de cosas serias de hombres.—Intervino Magnus. Los tres le miramos con las cejas alzadas tipo "¿Enserio? ¿Lo dices tú?"—¡Venga ya, si cuando quiero soy el más maduro del grupo!—Replicó llevándose su nuevo porro a la boca, ya que me había adueñado del anterior suyo.

—Por intentarlo.—Me burlé de él y Jonas y yo chocamos los cinco.

—¿Habéis fichado a alguna piva de la fiesta?—Preguntó y Jonas negó tres veces con la cabeza.

—Ya sabes que no.—Respondió cabizbajo.—Seguiré esperando a Eva hasta que... no se. Hasta que se le quite la tonteria, supongo.—Suspiró al parecer contando los azulejos del baño.

—¿Y tú, Isak?—Me preguntó y me quedé un rato pensando en las chicas que había visto. Tal vez no me hubiera fijado tan bien en las chicas como en...

—Si, creo que sí.—Respondí.—Tal vez alguna si que me haya molado.—Genial, ahora realmente tendré que pensar en chicas siendo que no me he fijado en ni una sola en toda la noche.

—¿Es del insti?—Preguntó Jonas mirándome junto con Magnus con picardía. Mahdi simplemente estaba tan colocado que se le iban los ojos.

Mucho mejor así que dándome por culo.

Mierda. Mal dicho.

—No tengo ni idea. No se el nombre, no se ni a que instituto va.—Fui enumerando con los dedos.—Tampoco se si tiene novio...

—¿Que más da? ¿Como es? ¿Tiene buenas tetas? ¿Es caliente?—Inquirió Magnus dándole un trago a la botella de vodka.

-A mi me recuerda a Elsa, la de frozen.—Me encogí de hombros con indiferencia y se me quedaron mirando raro.—Le da un aire.

—¿Que la has visto? ¿Es de nenas la peli, no?—Se miraron entre ellos. Asentí con mucho pesar y suspiré.

—A Noora le hace ilusión verla cada vez que la echan por la tele y mira. No puedo jugar a la play y tengo que joderme.—Les expliqué.—Pasame la botella, Magnus.—Extendí el brazo y cogí la botella. Le di un trago largo y luego Jonas me la arrebató para beber él.—La tía tiene el pelo así morenito, corto, es así muy estiradita...—La describí conforme recordaba a una tia de lo más pija a mi parecer que justo se le rompió un tacón y estuve descojonandome de ella hasta que me harté.

—Disculpad.—Apareció una chica rubia de pelo rizado.—Tengo que mear. ¿Podríais...?-Preguntó tímidamente.

—Sin problemas.—Todos miramos hacia el techo y ella con toda la tranquilidad del mundo se sentó en el váter. Mahdi intentó mirarla, pero le dí un toque de atención para que no lo hiciera. La escuchamos producir unos sonidos extraños y todos nos miramos confusos.

—¿Se está masturbando?—Preguntó Jonas sin voz, tuvimos que leerle los labios para entenderle. Me encogí de hombros al no saberlo y miré de reojo. Negué con la cabeza.

—Creo que está plantando un pino.—Les informé en voz baja y todos nos mordimos la lengua para no reírnos. Un suspiro lleno de felicidad salió de sus labios color carmín y volvió a poner la falda en su sitio.

—¿Has terminado ya?—Preguntó otra voz femenina. Como si fuera por instinto los cuatro bajamos la cabeza y miramos a la chica que le preguntaba a su amiga.

—Coño tu chica.—Señaló Jonas como si no la hubiera visto ya. Ahora viéndola mejor no parecía tan pija. La chica es la versión mejorada, mejoradísima de Madison Paige en el juego de la play Heavy rain. Tenía poco pecho, era como una versión de una tabla de planchar con deformidades en la parte superior. Pero no hay que olvidar decir que es muy muy alta para ser tan delgada.

Las dos chicas estaban hablando entre ellas al parecer sobre un medicamento que la morena llevaba en las manos. Me vi obligado a intervenir. Hoy no me iba sin ligar lo tenía más que claro.

—Hola.—Dije yo en tono seductor. Ella alzó la vista y una sonrisa algo discreta apareció en sus labios.

—Hola.—Respondió y volvió con su amiga a la conversación sobre el dichoso medicamento.

—¿Quieres saber a quien te pareces?—Le pregunté. Ella seguía hablando con su amiga, pero mi pregunta pareció interesarle. Alzó la vista y me miró. Sonrió de nuevo y asintió un par de veces.

—Claro.—Respondió ella esperando a un posible cumplido cliché como "a las estrellas del cielo" o "a una bella rosa" cosas de ese estilo tan cursi.

—Al niño pequeño de Strangers things.—Respondí y mis amigos empezaron a descojonarse y a llorar de la risa. Magnus de vez en cuando chillaba "¿Que?" o "lol" entre las risas de Jonas y Mahdi. Ella me miró estupefacta y con perplejidad.

Tenía que enmendar la situación de nuevo.

No había salido como quería. Intenté dejar de reírme frunciendo los labios, pero no funcionó.—Ya sabes. El niño pequeño que es una niña. Eleven.—Mis amigos volvieron a reirse. La chica miró a su amiga probablemente buscando su defensa, pero no abrió la boca en ningún momento.

—Emma deberiamos...—Intervino la rubia. Pero como si no lo hubiera hecho porque nadie le hizo caso.

—Eso ha sido muy grosero.—Dijo ella colocando sus manos sobre su cintura en posición de defensa.

—¡No! Ella es dulce...bueno, si está con los niños de 13 años.—Mis amigos empezaron a ponerse de los nervios y estaban estupefactos mordiéndose la lengua cada vez que soltaba algo. La pobre chica ya estaba que saltaba por las paredes y me arrancaba el pelo a mechones.

—¿Hum, perdona?—Se cruzó de brazos apretando la mandíbula con la misma cara de asco que pones cuando te suspenden con un 4.99. La había cabreado, mal rollo.

—Solo bromeaba, tranquila.—Le prometí.—Enserio, lo siento.—Me disculpé. Ella seguía con cara de mala leche, pero ya no me miraba, al parecer se había decantado por que lo mejor que podía hacer era ignorarme.

Me levanté y me acerqué a ellas a ver para que querían las dichosas pastillas.—¿Son para la alergia?—Las dos me miraron raro. Descarté automáticamente los tampones porque eran unas pastillas.—¿Anticonceptivos?-Pregunté.

—¿Pero tu por quien me tomas, chaval? Son para el dolor de cabeza—Respondió y le arrebaté la cajita. Le di un par de vueltas a la caja inspeaccionandola. Cogí la última pastilla que quedaba y la introduje en mi boca dejándola en la punta de mi lengua para que pudiera verla.—¡No serás capaz!—Me amenazó y moví mis cejas con picardía y sonreí de la misma manera. De sus labios rosados se formó una sonrisa resplandeciente que le llegaba a las orejas. Se acercó hacía mí y presionó sus labios contra los mios e iniciamos una pequeña guerra en la que ella buscaba su pastilla y yo se la escondía. La dejé pasar sin más a su boca pero ella no se separó de mí después de consurmirla.

La pobre tiene ganas de Isak a más no poder.

—Uuuuuh nosotros nos vamos a ligar por ahí abajo.—Informó Magnus. Ninguno de los dos nos separamos, sino todo lo contrario. Seguimos besándonos incluso con más intensidad.

—Pero yo...-Intervino Mahdi.

—Que nos vamos a ligar.—Magnus tiró de su brazo obligándolo a bajar y cerró la puerta una vez saliendo.

—¡Pero esque yo tengo novia!—Lo oí replicar desde el otro lado de la puerta.

—¿No ves que el otro va a follar?—Oí a Magnus bufar y luego sus voces se perdieron entre la música.

Emma tomó la iniciativa. Me empujó contra la pared y me arrinconó en ella. Puso su manos en mi cuello y volvió a besarme con ganas apegándose como una lapa a mi cuerpo.

Sintiéndome indefenso y como un completo inútil rodeé con mis brazos su cintura y la atraje más a mí. Bajó las manos a mi pecho y lo acarició con sus manos mientras con su lengua pretendía hacerme enloquecer. Me desabrochó la chaqueta, me ayudó a quitármela sin separarse de mi boca y la tiró por ahí.

Apoyé la cabeza contra la pared y metió su mano por debajo de mi camiseta y acarició mis abdominales imaginarios. Seguro que se sorprendería al no haber encontrado nada.

Pero lo dejó pasar.

Besó mi cuello un par de veces, me quedé mirando el techo dejándome hacer. Se fue arrodillando y se hizo el flequillo a un lado. Llevó sus manos al botón de mi pantalón. La aparté un poco de mí y me separé totalmente.

—Para, para.—Le dije y me hice a un lado. No me sentía cómodo haciéndome hacer algo que no quiero por un compromiso absurdo.—No estoy preparado. Soy virgen. Nos vemos por ahí.—Le dije rápidamente y sonrojado. La dejé allí abandonada y bajé las escaleras con rapidez muriéndome de la vergüenza.

Levanté la vista y encontré a un par de policías entrando en la casa.

¡Mierda la droga!

Ellos estaban cacheando a todo el mundo, yo no sería la excepción. Con cuidado me fui moviendo por la sala hasta encontrar un jarrón. Con cuidado saqué la bolsa de la droga y la escondí allí dentro. Me puse la capucha y salí de la casa evitando que me vieran. Salté la valla del jardín y justo me vio una poli.

—¿Se puede saber a donde vas?—Inquirió ella de muy mal humor.

—A mi casa.—Respondí sin más fingiendo indiferencia.

—¿Por el jardín?—Vaciló y yo simplemente asentí.

—Sí...así hago gluteos...—Me encogí de hombros.

—¿Nombre?—Inquirió. No fue difícil pensar en mi nombre

—Vernoon Dursley.—Respondí. Me miró con mala cara, pero no dijo nada.

—Pues antes de irte te cachearé, Vernoon.—Me informó y estiré todo mi cuerpo para que lo hiciera. Estaba algo nervioso. Toda mi ropa apestará a alcohol seguro.—Un momento.—Me dijo y se fue a sermonear a otro con que había hecho muy mal en salir de fiesta ilegalmente al ser menor blah, blah, blah. Vi a Jonas subido en su bici muriendose de la risa mientras miraba. La poli se dio la vuelta y eché a correr hacia la bici de mi amigo. No tenía tiempo de subirme a los tubos asi que opté en sentarme sobre una de las ruedas. Ayudé a Jonas a coger impulso y pedaleó con todas sus ganas.

—¿Ha salido bien el polvo con la otra?—Preguntó mi amigo en cuanto nos alejamos un poco.

Dejé que la pregunta quedara en el aire. Decía mucho de mí ese hecho y poco que les pudiera contar. Me encogí de hombros pero como estaba de espaldas a mi no llegó a verlo.

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